lunes, 24 de octubre de 2016

Novedades comiqueras: El nuevo regreso del Caballero Oscuro

























Años 80. Los cómics de superhéroes viven una época oscura, melancólica, realista, cruda y violenta. No sólo empiezan a llegar los potentes autores británicos a las editoriales más comerciales como Marvel y DC, sino que algunos norteamericanos que ya comenzaban a despuntar consiguen explotar su talento como nunca antes gracias a las cartas blancas que repartían dichas editoriales. "Daredevil: Born Again" es uno de los mejores ejemplos de ello, una serie que iba a la deriva y que fue entregada a Frank Miller (300, Sin City), quien ya había hecho sus pinitos en la editorial de Spiderman, aunque todavía le quedaba bastante para hacernos disfrutar tanto con sus guiones como con sus dibujos. Hablamos del autor de joyas como "Lobezno: Honor" y "Daredevil: El Hombre sin Miedo", capaz de redefinir a personajes clásicos sin que pierdan su esencia, al mismo tiempo que les daba un buen empujón y creaba historias esenciales para comprenderlos. Si "Daredevil: El Hombre sin Miedo", que hizo con el genial John Romita Jr. (Spiderman, Kick-Ass) supone una vuelta de tuerca al origen del Diablo Guardián (una que, además, se ha situado como icónica, como bien recogen las diferentes adaptaciones fílmicas y seriales del personaje), "Daredevil: Born Again" era su final, un final que contenía el tono de los cómics que triunfarían en los 80, cómics que hoy por hoy son considerados verdaderas obras maestras del género, indicadas no sólo para los fans de las viñetas, sino para aquellos que nunca se hayan acercado a ellas y quieran probar lo que significa que un cómic también sea literatura de la mejor.

Pero no sólo de Miller vivieron los 80, aunque sea el autor protagonista de la entrada de hoy centrada en las últimas novedades comiqueras editadas en nuestro país. Ahí tenemos por ejemplo a Alan Moore (Violator, From Hell), ese mago barbudo que quizá muchos conozcáis por la obra cumbre del cómic, "Watchmen", un guionista experto también en redefinir personajes clásicos, dotarlos de una profundidad nunca antes concebida y llevarlos más allá de sus orígenes. Así lo hizo con la Cosa del Pantano, creando uno de los mejores cómics que todavía hoy puede leer cualquier fan, y algo parecido ocurrió con "Watchmen", cuyos protagonistas iban a ser, al principio, algunos de los personajes de la Charlton Comics, adquirida en ese momento por DC, personajes como The Question y Blue Beetle, actualmente más que integrados en el universo DC en continuidad, sea la continuidad que sea, que ese es otro tema a tratar en otro momento, a pesar de que es imposible que no salga el tema cuando se habla de la DC moderna, empeñada para bien o para mal (la mayor parte del tiempo me gusta pensar que para bien) en recuperar historias de su época dorada. Supongo que ya vais viendo por dónde quiero tirar para hablar de los cómics que os traigo hoy, sí, cómics en plural, porque no hablaremos sólo de una novedad comiquera, sino de dos, ambas muy conectadas entre ellas, ya que una supone una secuela del cómic original y la otra una precuela. Pero hablábamos de Moore, y antes de él, de Frank Miller, el verdadero protagonista de esta historia, un tipo capaz de convertir a Daredevil en un vigilante-ninja con algunos de los mejores cómics de Marvel, cuando antes de su llegada no dejaba ser para algunos un Spiderman de serie B, o peor todavía, un Batman de serie Z que comenzó con un traje amarillo y demasiadas sonrisas en el rostro. Miller también fue el culpable de ahondar en el pasado japonés de Lobezno, grabando a fuego en el personaje el honor de los samurais, cuando hasta entonces sólo se había insinuado algo, pero nunca se desarrolló en condiciones. Y sí, es cierto que Miller parece expresar las mismas filias y fobias en todos los personajes que coge, y Batman no iba a ser una excepción, convirtiéndose casi de inmediato en uno de los mejores autores del Caballero Oscuro, y uno de los más importantes a la hora de definir con gran acierto qué significa Batman, quién es Batman y quién se esconde realmente tras la capucha del murciélago. Y para ello, Miller le dio a Bruce Wayne, como a Matt Murdock, un principio y un final: "Batman: Año Uno" y "El regreso del Caballero Oscuro", o "El regreso del Señor de la Noche", según la edición que hayamos leído.

Continuando con las similitudes entre el guardián de la Cocina del Infierno y el justiciero de Gotham, si Miller lo primero que hizo con Daredevil fue destruirlo y resucitarlo, para muchos años después contarnos su nacimiento (que, insisto, se ha convertido en canónico), con Batman tiró por el mismo camino, mostrándolo en su ocaso, el canto del cisne de Bruce Wayne, enfrentándolo nada más y nada menos que a Superman en su batalla definitiva al final de "El regreso del Caballero Oscuro", para poco después, no tanto como con Daredevil, narrarnos el que sería el origen definitivo de Batman... o al menos lo era hasta que llegó el New 52, o lo que es lo mismo, la actual continuidad de DC, donde cambiaron ciertos detalles; que se lo digan a Alan Moore y su "La broma asesina", que no sabemos si vale o no vale en esta nueva continuidad, aunque teniendo en cuenta el tomo "Batman: Año Cero" que continúa en la saga "Origen", me da a mí que, tal y como pasa con el Joker en esa saga, han mezclado conceptos, fusionando la antigua y la nueva continuidad. Una lástima, porque el trabajo que hizo Miller no podría ser mejor para definir el origen del personaje, en especial con viñetas como la ya más que famosa y clásica donde Bruce Wayne afirma a su padre muerto que será un murciélago. Nos queda el consuelo que por más veces que DC quiera reiniciar su continuidad comiquera, y parece que serán muchas en los próximos años, nos quedan esos cómics para poder disfrutarlos cuando queramos; eso no nos lo pueden quitar. Pero volvamos a Frank Miller, porque en "Batman: Año Uno" lo que nos contaba, bien acompañado por su colega David Mazzucchelli (Daredevil: Born Again), era el origen de Batman, o lo que es lo mismo, los primeros pasos de Bruce Wayne como el Caballero Oscuro, incluida la muerte de sus padres. Miller aprovechaba la llegada de un "todavía no comisario" Gordon a Gotham para mostrarnos la sordidez y la corrupción de una ciudad que todavía no conocía a psicópatas como Dos Caras, Killer Croc y el Joker, entre muchos otros. Gotham vive la época de los mafiosos y la policía comprada, como pronto descubren tanto Gordon como un joven Bruce Wayne que regresa al mismo tiempo a su ciudad natal, preparado para cumplir la promesa que hizo frente a la tumba de sus padres. El guionista y dibujante aprovechaba además para dejar pinceladas de personajes como la que se convertiría en Catwoman, además de muchos de los jefes criminales de Gotham que luego serían explotados en las diferentes series regulares del Caballero Oscuro. Además, el tratamiento que hacía de éste era soberbio, enfrentado a la policía, impetuoso, torpe y superado por las circunstancias, en especial durante sus primeros pasos, creando así Miller un Batman vigilante la mar de realista.

Pero esta entrada no va de ese Batman primerizo, aunque era casi obligatorio hablar de él si íbamos a sumergirnos en los cómics que hoy os traigo, porque antes de que Miller narrara el origen del Hombre Murciélago nos contó su caída, o lo que es lo mismo, su regreso y caída, en "El regreso del Caballero Oscuro", una de las mejores obras del personaje, hasta el punto de que muchos la consideran la mejor, con permiso de la ya mencionada "La broma asesina" de Alan Moore, aunque ¿deberíamos considerar ésta como una obra de Batman... o del Joker? Sea como sea, Miller firmó con dicha historia uno de sus mejores trabajos, quizás el mejor, algo complicado de dilucidar objetivamente si tenemos en cuenta que estamos ante el hombre creador de "Daredevil: Born Again", "Lobezno: Honor", "Batman: Año Uno" y "Sin City", así que todo deberá quedarse en el terreno de los gustos. Personalmente, estoy entre la aventura de Daredevil y ésta de Batman en cuanto a la obra maestra de Miller, ¿y vosotros? Dejando elecciones aparte, "El regreso del Caballero Oscuro", guionizada y dibujada por Miller con espectaculares resultados en ambos campos, nos cuenta cómo un avejentado Bruce Wayne, que ronda entre los 50-60 años, vuelve a tomar el manto del murciélago al comprobar cómo la delincuencia en Gotham comienza a comerse a sus habitantes una vez más. Años atrás, Wayne dejó de ser Batman debido a varios trágicos sucesos, el peor de ellos fue la pérdida de Robin, Jason Todd, lo que le llevó a retirarse de una vez por todas. Más expeditivo, violento, cansado y débil, aunque con la misma determinación que en la juventud, Wayne se alza de nuevo como Batman, enfrentándose a la banda de los Mutantes, a un "recuperado" Dos Caras, e incluso teniendo los combates definitivos contra el Joker y Superman, ahora bajo las órdenes de un gobierno que quiere al Caballero Oscuro fuera de las calles. La historia acaba con la muerte de Batman... o supuesta muerte, porque en realidad se oculta en una red de cuevas, formando un pequeño ejército de seguidores para limpiar Gotham de una vez por todas.

"El regreso del Caballero Oscuro" tuvo tal repercusión en la industria que son innumerables las obras de Batman desde entonces que hacen referencia a ese futuro alternativo (¿o quizá no es tan alternativo?). Por ejemplo, el propio Batman de Scott Snyder (La Cosa del Pantano) ha utilizado ciertas armaduras muy similares a la que usa Batman para luchar contra Superman al final de "El regreso del Caballero Oscuro", y cinematográficamente no podemos pasar por alto la cantidad de referencias que posee "Batman Forever", o la cuasi-adaptación que es la reciente "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", por no hablar de que el mismo cómic de Miller tuvo un par de adaptaciones animadas bastante buenas que adaptaban, al dedillo, toda la historia. Visto el éxito de público y crítica que tuvo el cómic, no es de extrañar que se hiciera una secuela, "Batman: El Caballero Oscuro contraataca", que se publicó recién llegado el nuevo siglo y que decepcionó a propios y extraños a pesar de todas las excusas que puedan darse para su disfrute. Y, ojo, a mí no me parece tan mal cómic como muchos pretenden, pero es cierto que quedaba a kilómetros de distancia (y estoy siendo amable) de la primera parte, tanto en guión como en dibujo, que sin duda es lo más llamativo, con un Frank Miller pasado de rosca y una Lynn Varley aplicando una paleta de colores capaz de causar ceguera instantánea al más pintado. Insisto, el cómic tiene su miga, en especial si tenemos en cuenta que trata del enfrentamiento final entre Batman y algunos colegas superhéroes contra un enloquecido Lex Luthor, se nos narra lo que ocurrió después de "El regreso del Caballero Oscuro" y tenemos nueva lucha contra Superman, que nos desvela un secreto bastante jugoso que tiene que ver con Wonder Woman. En definitiva, creo que, obviando sus evidentes defectos, no estamos ante el desastre de cómic que muchos críticos dicen que es. Sin embargo, al ser la secuela de la obra maestra que lo precede, las expectativas estaban muy altas, y no se ven cumplidas. Pasamos así de una de las historias de Batman a una de las consideradas como peores. Una verdadera lástima.

¿Hemos tenido que esperar hasta ahora para disfrutar o sufrir la tercera entrega de las aventuras del anciano Batman? Sí y no. Dicen las buenas y malas lenguas, según la perspectiva con las que las miremos, que "All Star: Batman y Robin" es en realidad la "tercera" parte, aunque tiene más de precuela que otra cosa. Teniendo en cuenta que esta inacabada historia estaba escrita por Frank Miller y que su Batman, su JODIDO Batman como se llamaba a sí mismo el personaje, se comporta de forma bastante parecida al Batman de "El regreso del Caballero Oscuro", los rumores podrían estar en lo cierto, y eso sin olvidar ciertos detalles alrededor del Joker y Robin. Es una pena que esta serie no esté terminada, a pesar de las críticas que recibió, porque era toda una declaración de intenciones, y bastante bonita si recordamos que estaba ilustrada de principio a fin por Jim Lee (X-Men, Batman: Silencio). Pero "All Star: Batman y Robin", que pretendía ser una de las primeras series de una nueva línea de DC que se centraría en recrear a los personajes más clásicos de la editorial desde perspectivas impactantes y novedosas, ocurrió hacia diez años, año arriba año abajo, y es ahora cuando sí que tenemos la continuación y la precuela oficiales, aprovechando el estreno de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", y sí, algo del filme tiene el cómic, y viceversa, pero tiene todavía más de la actual política de DC, la de usar todas las armas a su alcance para auparse como la principal editorial de cómics, no sólo norteamericana, sino mundial. Y si eso supone rescatar del pasado obras tan maravillosas como "El regreso del Caballero Oscuro" o "Watchmen", así sea. Dicho de otra manera, si Disney cogió la franquicia de "Star Wars" para sacarle partido, DC pensó lo mismo sobre diversos conceptos que tenía más que aparcados.

De este modo, hace pocos años tuvimos en las librerías y tiendas especializadas "Antes de Watchmen", un buen montón de miniseries centradas en los protagonistas y secundarios de la obra maestra de Alan Moore, historias que ahondaban en todos ellos antes de los sucesos contados en "Watchmen", conectándose algunos de ellos con el mencionado cómic. Incluso se han atrevido en DC a introducir los conceptos y personajes de "Watchmen" en su continuidad oficial, algo que parece va a tener bastante efecto en "Rebirth", el nuevo gran evento de la editorial que llegará a nuestro país dentro de poco. Batman también se ha visto tocado por este revival del pasado, sobre todo en lo referente a cómics como "La broma asesina" y "Batman: Año Uno", como he dicho antes, en ambos casos retocando los orígenes de Batman y el Joker, sin obviar las continuas referencias y guiños a ambas aventuras clásicas del personaje. Hay lectores y fans que han visto esta estrategia de DC como un simple sacacuartos para obtener veloces beneficios que no pueden conseguir mediante sus cómics modernos, anclados en una extraña continuidad que tiene confundidos a propios y extraños. Por otro lado, también existen fans y lectores que ven perfecta esta estrategia, sea por un motivo u otro, movimientos perfectos para regresar a cómics que les maravillaron. Yo soy uno de ellos, y debo admitir que, por ejemplo, las miniseries "Antes de Watchmen" no están nada, nada mal, llegando más de una a ser verdaderas joyitas. Igualmente me ha sorprendido la calidad que desprende "Caballero Oscuro III: La raza superior", que sí que huele a cómic que aprovecha cierto momento muy concreto, pero no por ello deja de ser una lectura bastante interesante, y no digamos ya si se dejan de lado prejuicios absurdos. Diferente es el caso de la precuela "El regreso del Caballero Oscuro: La última cruzada", un especial que nos cuenta qué ocurrió entre Jason Todd y el Joker que afectó tanto a Batman como para abandonar sus labores como vigilante de Gotham. Pero me estoy adelantando, así que vayamos por partes.

"Caballero Oscuro III: La raza superior" es una miniserie de varios números que a su vez contienen pequeños especiales (imaginaos unos bolsilibros dentro de novelas normales) centrados en algunos de los protagonistas de la aventura principal. Frank Miller sólo actúa de dibujante en algunos de estos especiales, tanto por motivos comerciales como de salud, y coguioniza junto a Brian Azzarello (Superman, 100 Balas), nada ajeno a DC y sus estrategias para recuperar antiguas joyas y sacarles partido en la actualidad. Dibujando tenemos al magistral Andy Kubert (Lobezno: Origen, Flashpoint), tampoco ajeno a DC, y que acerca aquí mucho su estilo al de Miller para apegarse lo máximo posible a las dos entregas anteriores del regreso del Caballero Oscuro. Sin desvelar mucho hasta que llegue mi particular reseña, la historia nos presenta a un violento Batman patrullando las calles de Gotham, un Batman que en realidad no es Bruce Wayne, y que deberá enfrentarse al reto de su vida cuando numerosos kryptonianos aparezcan en la Tierra para conquistarla, justo cuando Superman se ha retirado por completo de la escena superheroica. Con ecos de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" (¿o ésta del cómic?), el tono de "Caballero Oscuro III: La raza superior" es perfectamente reconocible si lo comparamos con "El regreso del Caballero Oscuro" y "Batman: El Caballero Oscuro contraataca", siendo tan épico, sórdido, crudo, agresivo y espectacular como los anteriores, acercándose especialmente a la segunda parte, obviando la contención que poseía la primera, y fue parte de su gran éxito. Debo reconocer que no esperaba demasiado de esta miniserie, pero me ha terminado enganchando tanto que, actualmente, es uno de los cómics mensuales que adquiero con más ganas. Es evidente que no tiene la calidad de "El regreso del Caballero Oscuro", pero deja mucho mejor sabor de boca que "Batman: El Caballero Oscuro contraataca". Así sí, señores de DC. Así sí.

La parte amarga la pone "El regreso del Caballero Oscuro: La última cruzada", un número único del que esperaba mucho al tener a mi querido John Romita Jr. como dibujante de principio a fin, con un estilo bastante más cercano al de Miller que el de Kubert, lo cual no es de extrañar, ya que tanto Miller como el "pequeño" Romita son de la escuela de Jack Kirby (Los Vengadores, Pantera Negra), así que no os sorprendáis si algunas de las viñetas os parecen realizadas por el mismísimo Miller, quien sí lo guioniza junto a Azzarello, demostrando que ambas historias son un proyecto conjunto, no dos obras que van por separado. Como os decía, esta obra prometía bastante, al menos para mí, y se queda sólo en un cómic entretenido, perfecto para los fans de Romita Jr. (verle dibujando a Batman siempre es una gozada) y los completistas del Batman de Miller, ya que aquí no sólo volvemos a disfrutar de su Joker, aunque sea a pinceladas, sino que comprendemos qué fue realmente lo que ocurrió para que Batman iniciará el tortuoso camino que lo llevaría a abandonar el manto del murciélago. El cómic se presenta en formato prestigio en tapa dura, a un buen precio, lo que lo convierte en una adquisición bastante apetecible. De la misma manera se presenta una edición especial con portadas en blanco y negro de "Caballero Oscuro III: La raza superior", bastante bonita, aunque su edición normal es en grapa, con pequeños cómics extra en el interior, en un formato menor, y que quedan bastante curiosos. Hay que admitir que ECC Ediciones ha cuidado bastante la salida de ambas historias, haciéndolas coincidir con la nueva fiebre hacia Batman que se está viviendo gracias a "Batman v Superman: El amanecer de la justicia". No existe mejor momento para sacar estos cómics. No existe mejor momento para que Frank Miller vuelva al Caballero Oscuro.


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