miércoles, 17 de mayo de 2017

Reseñas literarias: No hay mejor vida que la del gato


Ficha Técnica

Título original: No hay mejor vida que la del gato. ¡Y encima tienen siete!
Autor: Profesor Pawlove
Portada: Joaquín Secall
Género: Humor
Nacionalidad: España
Formato: Rústica
Nº de páginas: 192
Editorial: Timun Mas
Publicación: 2014


Sinopsis:
El gato, y no el humano, es el animal que ocupa el lugar más elevado en la pirámide evolutiva. Éste es el sorprendente descubrimiento que ha llevado a cabo el Profesor Pawlove. Que creamos lo contrario se debe únicamente a las astutas artes de manipulación felina y a un oculto interés en utilizarnos para pegarse la gran vida sin dar un palo al agua. Este libro contiene revolucionarias declaraciones de Misifú, el gato objeto de estudio del Profesor, como la revelación de que Facebook es un invento de la gatunidad. También encontrarás información útil de primera mano, como las normas de convivencia entre gato y humano, las claves de la comunicación no verbal, los siete hábitos del domador de humanos eficiente, el contrato Felis-Sapiens, un test para saber qué clase de esclavo eres o las últimas apps para mininos.


Reseña:
Los habituales a este blog seguro que saben, más o menos, de que pie cojeo a la hora de seleccionar lecturas para mi disfrute personal. Amigos, conocidos y compañeros de letras, ya sean seguidores o no del presente rinconcito de Internet, es bastante probable que sepan cuáles son mis gustos a la hora de ponerme con un libro, sea un ensayo, una antología o una novela. Y, bueno, cualquiera puede irse a por mi bibliografía como autor para comprender que hay un género bastante concreto que es mi predilecto desde hace no años, sino décadas. Hablo del terror, por supuesto, sin dejar de lado el suspense (o thriller), la ciencia-ficción y la fantasía, aunque es cierto que el terror, ese género que nos deja sin aliento, nos regala escalofríos y es capaz de que durmamos con las luces encendidas, es mi favoritos, y con bastante diferencia. El terror es un género que también prefiero en otros medios artísticos y de ocio como los videojuegos, el cine y las series, con la salvedad de que, a pesar de que en los cómics me encanta, los superhéroes están ahí ahí con él, sobre todo por la cantidad de títulos acerca de estos que podemos hallar en el mundillo, a diferencia de las obras de terror, mucho menos abundantes. Pero no quisiera enrollarme demasiado en cuanto a mis gustos y preferencias lectoras, así que me iré centrando en el título literario protagonista hoy de las reseñas literarias de este blog. Y es que, si hay otro género del que me encanta leer esto y aquello, un género que pocas veces he tratado en este espacio, es el de la comedia, el género de humor, el cómico, en pocas palabras, o lo que es lo mismo, esos libros tan cachondos como descacharrantes que en el peor de los casos nos dibujan una sonrisa en la cara, y en el mejor, logran que nuestras carcajadas sean escuchadas por el vecino.

Si menciono al tristemente fallecido Terry Pratchett (El color de la magia, Mort) y al simpático Christopher Moore (El ángel más tonto del mundo, Cordero), seguro que sabéis de lo que estoy hablando, al menos si los conocéis, y aunque es posible que el segundo sea menos popular en nuestro país que el primero, si sois ávidos lectores de la mejor literatura fantástica de las últimas décadas, seguro que, como mínimo, os suena de algo su nombre. Sí, sé que siendo fan, gran fan de ambos, es una pena que acabe reseñando en mi blog novela tras novela de terror sin tener en cuenta las obras de humor absurdo que ambos maestros han ido realizando, pero no os preocupéis, porque espero que la cosa vaya cambiando, y creo que "No hay mejor vida que la del gato" podría ser un gran comienzo, porque a pesar de que no llegue a las cotas de calidad de ninguno de los trabajos de Pratchett y Moore, sí que es una de esas "novelas" (¿mejor llamarla enciclopedia?) cómicas capaces de sacarnos una buena sonrisa y alguna que otra gran risotada en el momento más inesperado. Las comillas al mencionarla como novela han ido con toda la intención del mundo, porque en realidad, no nos encontramos ante un libro de ficción en su totalidad, sino frente a una recopilación de anécdotas e historia de un animal muy concreto, adornado todo mediante un sentido del humor bastante divertido y muy reconocible en especial por aquellos amigos de este tipo de animales, y no digamos ya cuando entramos en las continuas bromas popularizadas por Internet sobre los verdaderos planes que estos peludetes, domésticos o no, tienen para nosotros y la humanidad al completo. Hablo, por supuesto, de los gatos, los "enemigos" de los perros, los "ariscos" gatos, los que arañan y nos traen animales muertos, todos ellos y muchos más, tópicos insulsos que no se corresponden con la realidad. Y os lo dice alguien que tiene dos gatos y un perro que se llevan de fábula, dos mininos que son tan cariñosos que dan ganas de realizar tesis acerca de lo adorables que son los gatos.

Esa es otra de las particularidades que poseen estos adorables animales, y es que, por encima incluso que los perros, son los reyes de Internet. Vamos, ¿no habéis oído hablar de los vídeos de gatitos en YouTube? ¿Seguro que no os habéis puesto alguno que otro en más de una ocasión? Yo confieso que sí, y este libro me ha recordado mucho las sensaciones que han producido en mí los mencionados vídeos donde gatos de todo tamaño, pelaje y raza nos muestran los simpáticos que son mediante cualquier monería que se os pueda ocurrir; desde largas siestas donde se usan entre ellos de almohada hasta los diferentes juegos que practican con sus amos humanos (aunque ellos diría que son sus mascotas humanas, así que cuidado con utilizar inadecuadamente las definiciones que han inventado), pasando por las divertidas posturas que escogen para echarse sus largas siestas, cómo beben a veces, lo que les gustan las latitas gourmet o cómo nos usan de rascadores. Hay que reconocer que los gatos son una fuente inagotable de vídeos de Internet, y no hablo sólo de YouTube, no. Ignorar el éxito viral de los felinos hubiera sido un error, ¿y qué mejor que expandir en la literatura el acierto contrario a tal error? Porque, ¿una imagen vale más que mil palabras? A veces es cierto, reconozcamoslo, pero tampoco vamos a negar que unas cuantas palabra sobre nuestros amigos gatunos nos pueden sacar más sonrisas que muchos de los citados vídeos. Ante este escenario, no son pocas las editoriales que han aprovechado para editar numerosas obras donde los gatos son protagonistas, en formato ensayo o en formato ficción, sin que tengan que ser novelas en éste último caso, e incluso cómics de lo más divertidos. Quizás el mayor exponente de viñetas mininas de nuestro país sea José Fonollosa (Los muertos revivientes, Ultragato), que durante diferentes volúmenes nos ha ido contando el día a día de cualquier gato, y teniendo en cuenta que unos cuantos le acompañan en su vida, parece que sabe de lo que está hablando. Incluso se ha atrevido a mezclar los superhéroes con los felinos, regalándonos auténticas delicias comiqueras con las que pasar un buen rato y echarnos grandes carcajadas. Precisamente,  una de sus últimas obras, "Citas de gatos", comparte bastante con el título que hoy nos ocupa, "No hay mejor vida que la del gato", mostrándonos la evidencia de que, al final, y a pesar de que a estos animales se les pueda aprovechar literariamente mucho, son tantos los libros que salen sobre el tema, que es imposible que no coincidan entre ellos, en especial a la hora de tal o cual chiste concreto, anécdota o comportamiento gatuno.

Otra de las grandes obras mininas del mundillo literario es "Un gato callejero llamado Bob", un best seller británico que está lejos de los títulos cómicos anteriormente mencionados, y aun así, toca muchos aspectos similares a la hora de contarnos cómo se comportan nuestros queridos felinos, en este caso, uno muy concreto: Bob, el gran protagonista de la historia. La novela, que está basada en hechos reales, nos cuenta las vicisitudes de un vagabundo inglés adicto a las drogas y que se gana la vida cómo puede. Un buen día, su camino se cruza con el de un gato tan sin hogar como él, un gato con el que trabará una amistad que no sólo le salvará la vida, sino que lo hará mundialmente famoso y le dará la oportunidad de escribir no uno, sino dos libros acerca de la historia. Ambos títulos protagonizados por el genial Bob (os recomiendo seguir su página de Facebook, disfrutar de los vídeos donde aparece con James Bowen y sus participaciones en los eventos donde ambos firman volúmenes) tiran más hacia el drama que hacia la comedia, aunque no falten unos cuantos momentos al respecto. Al fin y al cabo, un gato es un gato, y quienes gozamos de la compañía de uno (o varios), sabemos bien que es imposible que estén una larga temporada de tiempo sin realizar alguna gracia. A menos que se estén echando una de sus extensas siestas, por supuesto. Sin embargo, no, "Un gato callejero llamado Bob" es el otro extremo de los libros felinos, mientras que "No hay mejor vida que la del gato", se encontraría más cercano a los títulos de Fonollosa, y más si tenemos en cuenta que hay mucho saber español en la obra, con alguna que otra ilustración incluida. El volumen que tenemos entre manos supone una especie de compendio de lo más divertido y descacharrante en cuanto a libros cómicos sobre gatos, lo que podríamos llamar una recopilación de lo mejor de lo mejor desde el punto de vista de su autor, en este caso, Misifú, el felino del Profesor Pawlove, un ejemplar minino gran estudioso del comportamiento humano, como bien demuestran todas y cada una de las páginas de "No hay mejor vida que la del gato". Misifú es así quien nos acompaña por toda la historia de su raza, aunque ¿es lo único que nos narra? En absoluto.

"No hay mejor vida que la del gato" se compone de nuevo capítulos completados por cuatro epílogos o apéndices, y en todos ellos se entremezclan verdades científicas acerca del animal protagonista del libro con humoristas anécdotas, aunque el verdadero saborcillo diferente que aporta el libro lo da la manera en la que está contado. Como os decía antes, el gato protagonista es Misifú, y es él quien se encarga de desgranar toda la historia del gato hasta el más mínimo detalle, sin dejarse nada de nada, a pesar de encontrarnos con un título que no sobrepasa las doscientas páginas, lo cual dice bastante del carácter que posee el tomo, más indicado para pasar un buen y veloz rato, que para cambiarnos la vida como lectores, seamos gatunos o no. Siendo así, es lógico que después del estupendo prólogo, Misifú se centre en el gato a través de la historia, en un primer capítulo que repasa la importancia del felino en nuestro planeta de forma cronológica, poniendo énfasis en culturas tan interesante como la egipcia, donde el gato era adorado prácticamente como un dios. Sin embargo, no es la única parte atractiva de este capítulo, porque conforme avanzamos, se nos habla de los mininos relacionados con el arte y la cultura de nuestra sociedad, llegando incluso a tener una lista de filmes en modalidad gatuna, o a darnos nombres de gatos peliculeros, entre los que no falta alguna que otra alusión a las adaptaciones cinematográficas de Stephen King (Cujo, Cementerio de animales). Sí, sabéis que por algún lado metería mi afición al terror, y me parecía el momento perfecto, porque no es la única referencia que se hace en el libro al de Maine, gran amante de los gatos. El segundo capítulo de "No hay mejor vida que la del gato", ya se centra más en la convivencia entre el gato y el humano, siempre desde el justo punto de vista del animal, claro. No habrá que recordarle a nadie que la obra versa sobre las verdades de la humanidad contadas, al fin, por quien las conoce en realidad: el gato. Esta parte del libro, donde se confirma que nuestra casa es el castillo del gato, no deja lugar a ninguna duda sobre quién es el auténtico amo del hogar, convivamos con quien convivamos más. Las visitas, los muebles, lo traumático de las mudanzas... Un capítulo perfecto para recordarnos que somos nosotros, humildes humanos, los servidores de estos maravillosos animales.

El tercer apartado del libro, o el cuarto si hemos contado como tal el prólogo, es más bien una prolongación del anterior, ya que trata de tres actividades que disfruta realizando nuestro amigo de cuatro patas la mayor parte del tiempo: comer, dormir y marcar. De nuevo, si tenéis un gato como compañero y amigo, igual la tercera no os hace tanta gracia, porque en la vida real eso de que nos marquen con el pis no es para nada divertido, y aun así, "No hay mejor vida que la del gato", sabe sacarle su lado tronchante. Continuamos con las relaciones entre humanos y felinos en el cuarto capítulo, con la comunicación verbal y no verbal que se establece entre nosotros y ellos. Nos adentramos en algunas de las páginas más divertidas del volumen, con ese Misifú, siempre altanero, simpático y orgulloso, explicándonos que si no los entendemos no es porque hablen un idioma diferente, sino porque, como humanos, somos demasiado tontos para comprenderles. Como ya he comentado varias veces en la presente reseña, este tipo de bromas van alternándose con datos reales sobre, por ejemplo, los maullidos, ronroneos y expresiones de los gatos, teniendo así la oportunidad de aprender mientras nos partimos de risa. El siguiente capítulo va en la misma línea, con el comportamiento de gatos y humanos como protagonista, siendo el apartado más interesante aquel que nos habla del zodiaco en los gatos, dándoles una personalidad a cada uno según su signo, exactamente cómo nos ocurre a los humanos. Deteniéndome un poco en esta parte del capítulo, me parece que ejemplifica bastante bien lo que es el libro en sí, con datos reales acerca de estos animales, anécdotas la mar de interesantes narradas con un tono jocoso y divertido que logra que la lectura sea muy, muy amena. Insisto, aprender mientras uno se divierte. ¿Hay algo mejor? Y si bien es cierto que muchas de esas anécdotas y datos son de sobra conocidos por los amantes de los gatos, seguro que lo son menos por aquellos que todavía no han tenido mucho contacto con ellos. Y quizás ese sea el único handicap que tiene el libro, que está más indicado para los fans de los mininos, y mucho menos, por supuesto, para quienes no lo son. Esa mezcla de realidad científica y realidad cómica es un gran aliciente, pero también un defecto para quienes busquen uno de los extremos. Sin embargo, tampoco vayamos a darle muchas vueltas a este punto, porque quien busque un manual exhaustivo sobre gatos, es evidente (o eso me gustaría creer) que no se acercará a este volumen. Aun así, siempre existen lectores cuya principal crítica hacia un libro será que no es lo que ellos buscaban, a pesar de haber sido advertidos con mucha, mucha antelación. Hay de todo en la villa del Señor de la Literatura.

Los tres últimos capítulos de "No hay mejor vida que la del gato" son bastante diferentes entre sí. Uno de los más interesantes es el que va justo después de los que ya hemos hablado, dedicado a las relaciones entre los gatos y el resto de animales, sobre todo si estos comparten hogar. Que si hámster, que si ardillas, que si peces... ¡Y perros! ¡Y otros gatos! Si las partes donde los mininos se relacionan con los compañeros animales antes mencionados son bastante divertidas, ni os imagináis las protagonizadas por la "amistad" entre gatos y gatos o perros y gatos. Mifisú se pone manos a la obra para regalarnos algunas de las mejores páginas de todo el libro, descacharrantes hasta decir basta, y eso que, llegados a este punto, ya hemos asistido a algunos pasajes de risa fácil. El siguiente se centra en multitud de anécdotas gatunas de lo más desconocidas e interesantes, además de ofrecernos muchas curiosidades, siempre desde la graciosa perspectiva de Misifú, el narrador. Y para acabar, llega el apartado de conclusiones, nada despreciable, y que supone una especie de remix de muchos de los capítulos anteriormente vistos. No faltan, por supuesto, unos apéndices y unas cuantas bibliografías de los autores, una magnífica forma de continuar con la broma de que, en realidad, el libro está escrito por Misifú, el genial gato del Profesor Pawlove. Y claro, no podemos dejarnos fuera de la reseña las ilustraciones y dibujos de Joaquín Secall (Anillo de fuego), y la mejor muestra de ello se encuentra en la simpática portada de "No hay mejor vida que la del gato", un gran ejemplo de lo que hallaremos dentro, tanto en sus párrafos como en las gatunas formas que nos ofrece Secall, no demasiado abundantes, por cierto, y es algo que se echa de menos conforme avanzamos en la lectura. Tampoco era cuestión de crear un cómic como los de Fonollosa, pero, al menos para mi gusto, faltan ilustraciones teniendo en cuenta el gran trabajo que hace Secall cuando puede colarlas en las páginas.

En conclusión "No hay mejor vida que la del gato" no es una obra que le vaya a cambiar la vida a nadie, sea o no amante de nuestros queridos felinos. Sin embargo, ¿quién ha dicho que toda lectura deba hacerlo? ¿Quién ha dicho que una "novela" cómica tenga que transformar toda nuestra existencia? Dejémonos de lecturas trascendentales, porque lo primero que debe hacer un libro es entretener, divertirnos, conseguir que el tiempo vuele y nos perdamos en él, y miles de sensaciones más, todas personales y diría que hasta intransferibles. Por supuesto, hay obras que sí pretenden ser más profundas que otras, e incluso existen aquellas consideradas clásicos que van mucho más allá, o las que sí que intentan cambiar nuestras vidas (¿entrarían en éstas los manuales de autoayuda?), pero no olvidemos la razón principal de los libros, un ocio tan artístico como cultural. "No hay mejor vida que la del gato" ha nacido para divertirnos, para sacarnos más de una carcajada y para recordarnos lo que molan nuestros queridos felinos, ayudándonos a aprender más sobre ellos al mismo tiempo que trata de arrancarnos una sonrisa, lo cual consigue con creces, y sin olvidar las risotadas que provocan muchos de sus pasajes. Además, la obra no se deja atrás ninguna idea sobre los gatos que pueda ser usada para que nos partamos de risa, siendo todo un completo compendio de lo que es el mundo de los mininos. El único "defecto" que se le puede sacar, si es que se le podría llamar así, es lo comentado antes, que si alguien va buscando en el volumen un libro de anécdotas y sólo eso, se va a equivocar bastante, aunque sería un "defecto" del lector más que de la obra, insisto, detallada y minuciosa, capaz de sacarle partido gatuno a temas que ignoran otros trabajos literarios sobre el tema. "No hay mejor vida que la del gato" es una libro que se hace corto, y no precisamente por su extensión, y que, ante todo, nos recuerda lo bien que se vive siendo gato, algo que muchos fans de estos adorables animales hemos pensado más de una vez al contemplarlos durmiendo a pierna suelta (o hechos un rosco) en sus mullidas camas, después de haber devorado una deliciosa latita de atún con salmón marinado en pollo. No, si al final es verdad que son nuestros dueños. ¡Y cuánto los queremos!


Nota: 8/10


2 comentarios:

  1. Parece curioso, no descarto leerlo
    Un beso ^^

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    1. ¡Ole! Va de gatates, y si te gustan los gatetes, te encantará ^^
      ¡Muchas gracias por pasarte, majérrima!
      ¡Besote! :D

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