miércoles, 25 de septiembre de 2019

Novedades literarias: Casa de Sombras


No sólo de Stephen King (Cujo, El umbral de la noche) vive el hombre. También se podría decir que no sólo del de Maine vive el lector de terror. Ahondemos un poco más, ¿de acuerdo? Porque, en realidad, no sólo del Rey vive el escritor de género, en concreto, el juntaletras de terror, aunque pueda parecer que sí. Al fin y al cabo, si nos fijamos en el panorama nacional, parece que hubo una época en la que sólo aparecían Stephen Kings españoles por todas partes, de forma tan exagerada como extraña. ¿Que alguien escribía una novela de terror? Daba igual los temas que tratase en ella, el tono, la prosa, el objetivo, e incluso que el autor mismo renegase del de Maine. Era el Stephen King de España, el King español, en pocas palabras. Paulatinamente, y con el paso de los años, esa especie de fiebre se ha pasado, entre otros motivos, porque esa ingente cantidad de reyes o han dejado de escribir o se han dedicado a otros géneros que no son el terror, y a pesar de que el propio King también ha hecho eso, lo ha llevado a cabo poco a poco, tras docenas de libros y con el transcurso de las décadas, nada comparable a los ejemplos puestos. Quedamos cuatro gatos los que somos considerados como el Stephen King español, y estoy siendo bastante amable con el número de mininos en ese cálculo. Somos aquellos que consideramos un honor no sólo el apelativo, sino también que se nos haya encasillado en el terror y el suspense, recibiendo el cariño de un público fiel en extremo. Y, ojo, que nadie se confunda. Que a uno se le considere el Stephen King español no es algo que tenga que ver con la fama, la fortuna, la calidad, el número de obras y mucho menos la autodefinición. Los lectores y editores lo hacen, simple y llanamente, como una fórmula de marketing, como un método de comparación rápida, en esencia, por los temas que se comparten con nuestro querido Steve. Nada más. Que nadie se equivoque, y quien lo haga, que sea sabiendo esto, y con la intención de equivocarse a propósito, a saber por qué dañinas o extrañas razones.

Entre autores que igual no sienten demasiada afinidad por el de Maine y aquellos que no sólo le leen a él, resulta evidente que la fama del autor, conseguida no sin méritos propios, se ha consolidado tanto durante décadas que cuando pensamos en terror contemporáneo es inevitable que nos venga a la cabeza con luces de neón, en ocasiones, siendo el único nombre que podemos dar con más o menos exactitud. Sin embargo, no es justo para los otros creadores de pesadillas que sólo nos fijemos en King, a pesar de que se lo haya ganado con creces, y que su estilo, ese terror tan cotidiano y de nuestros días, capaz de aparecer por la puerta de nuestra casa de improviso y con total normalidad, se ajuste a la perfección a la época que nos ha tocado vivir. Ahí tenemos al tristemente fallecido Jack Ketchum (Al cruzar el rey, Joyride), al inimitable Richard Matheson (Soy leyenda, Al final de la escalera), al polivalente Dean Koontz (Fantasmas, Intensidad), al imprescindible Clive Barker (Cabal, Demonio de libro) y la muy de moda en la actualidad Shirley Jackson (La maldición de Hill House). Como veis, he mezclado nombres actuales con otros más clásicos, pero todos esos son autores que bien podrían (y lo han hecho, y lo hacen) inspirar a otros tanto, e incluso más, que el propio Stephen King. Y, ojo, cada uno con su estilo propio. Hasta tal punto llega el alcance de algunos de los mencionados, que es el Rey quien también los tiene como preferencia, como es el caso de Jackson (¿cuántas veces hemos oído que "El resplandor" tiene cantidades ilimitadas de "La maldición de Hill House"?), de Matheson y de los dos reyes del terror antes de la llegada de nuestro querido Steve. Hilando fino, incluso algunos de todos estos escritores de monstruos y asesinos en serie son amigos personales del creador de "Carrie", y en no pocos casos, él mismo se ha encargado de publicitar sus virtudes y apadrinarlos, si es que lo necesitaban, claro. Pero me centro, me centro. Os hablaba de los reyes del terror antes de King y, sí, estoy seguro de que muchos sabéis ya por dónde voy, así que no os haré esperar más. Me refiero a Edgar Allan Poe (El Cuervo, El corazón delator) y a H. P. Lovecraft (En las montañas de la locura, El caso de Charles Dexter Ward).

A pesar de que me encantaría hablar de Poe, y mucho, uno de los referentes mundiales históricos en esto de escribir terror, en especial, cuando se trata de terror gótico, esta vez toca centrarse en el amigo de Providence, en el padre del temible Cthulhu de nombre impronunciable (o más o menos, porque siempre hay intentos que fructifican), en un autor cuyas creaciones han dado lugar a toneladas ilimitadas de merchandising; juegos de mesa, cómics, peluches, figuras de acción, bustos de coleccionista, películas, series, videojuegos... Del universo de los primigenios se ha hecho de todo, y entrando en suposiciones no demasiado contrastadas, lo admito, se podría decir que pocos autores de terror han dado tanto merchandising como los hijos de Lovecraft. ¿Quizás a la altura de cierto vampiro de Transilvania y cierto monstruo remachado y activado con electricidad? Es bastante posible. Y, de igual y potente forma, el alcance de los seres de Lovecraft ha sido inmenso, tocando, no, impactando en la cultura popular hasta convertirse en parte de ella, en especial, a la hora de hablar del terror escrito... y no escrito, ojo. Todo hay que decirlo, pues no le habría sido posible a Lovecraft alcanzar tal estatus si no hubiera sido gracias a esos autores que aparecieron a su alrededor, ese círculo que se construyó en torno a él, vigilante y respetuoso de su obra, escritores que le admiraban, apoyaban y levantaron una más que interesante mitología alrededor del terror a lo desconocido, la soledad del ser humano y las colosales bestias-dioses que dominaban la Tierra mucho antes de que nosotros siquiera existiéramos. Y es curioso el caso de Lovecraft, porque da la sensación de que si los autores que siguen mucho a King (esos de los que hablábamos antes, los "King de tal o cual sitio", los hijos de King o los Little Kings, como se les suele llamar), consiguen ser observados como su legado por los temas que tratan, la prosa o el costumbrismo y la cotidianidad del terror que manejan, los que hacen lo mismo, pero con el legado del de Providence, llaman la atención porque utilizan su particular universo, sin olvidar una prosa muy, muy característica. No es que los pequeños King utilicen a Pennywise o a Carrie en sus libros, pero los pequeños Lovecraft sí que lo hacen con Cthulhu, Arkham y demás conceptos del autor, lo que hace también que sean muy distinguibles del resto de escritores del género.

Y entramos en materia, después de este prólogo que, espero, me hayáis aguantado estoicamente. Si no es así, ¡volved, por favor! ¿Ya? Pues allá vamos. Si "Cinco tumbas sin lápida" y "Tormenta Sangrienta", dos de mis novelas de terror, tenían mucho del de Maine, hasta el punto de que la primera no sólo no lo "escondía", sino que jugaba con ello para el marketing y la promoción, "Casa de Sombras" sería todo lo contrario, si con todo lo contrario nos referimos a H. P. Lovecraft. A pesar de que sigue habiendo trocitos de King en el libro, algo innegable en mis obras (El que se esconde, Al final del bosque), "Casa de Sombras" fija la mirada en el universo lovecraftiano, con sus dioses primigenios, sus ciudades malditas, sus antihéroes, sus personajes inmersos en la locura y en esas amenazas desconocidas que viajan en el tiempo y el espacio, acompañadas, en este caso, de un terrible asesino en serie muy mundano, pero no por ello menos mortal. Sin embargo, no me quedé ahí cuando escribí la novela, sino que intenté llevar a cabo una mezcla algo extraña, al principio, pero que ya se ha dado en cierto modo, aunque no resulte tan evidente. ¿Y si mezclaba el universo lovecraftiano con el de los superhéroes? ¿Y si ponía a Batman a enfrentarse a monstruos, demonios, fantasmas y toda la fauna del de Providence? ¿Y si todo eso lo hiciera en un entorno a camino entre el terror y la novela negra, entre el thriller y la literatura pulp de acción? Después de todo, siempre se ha dicho que el principal referente del Caballero Oscuro, o uno de los esenciales, ha sido la Sombra, antihéroe pulp de lo más molón. Pero, ¿y Lovecraft? Bueno, el mismo universo de Batman tiene pinceladas del autor aquí y allí, la más evidente de todas en forma de Asilo Arkham, el inquietante manicomio donde acaban la mayor parte de los criminales a los que se enfrenta la otra cara de Bruce Wayne, en especial, el Joker, quien es famoso por sus motines en Arkham, donde se suele convertir en el rey de un sitio tan fascinante como aterrador, y que ha dado para algunas de las mejores historias del Hombre Murciélago. Una pena que el cine todavía no haya sabido trasladar tan macabro sitio. ¡Con el potencial cinematográfico que tiene!

Ahora que sabemos los referentes directos de "Casa de Sombras", ¿cuándo nació esta novela corta? En realidad, y como me ha ocurrido más de una vez, todo surgió a partir de un relato, aunque, en este caso, no hablo de la idea de un relato que luego fue ampliándose para convertirse en algo más grande, sino en un relato de verdad. "La oscuridad que devora" fue el título de un cuento que apareció en una antología pulp, publicada por una editorial de la que ahora mismo no quiero acordarme (entre otros motivos, porque ya no es una editorial, hace tiempo que apenas publica nada, siendo amables, y el editor tenía la bonita manía de no pagar a muchos de sus autores o liarla parda en las redes sociales), en el año 2013. El relato contaba una de las aventuras de Dark, el protagonista, esa mezcla de Batman y detective de lo oculto muy ligado al universo de H. P. Lovecraft. Una serie de desapariciones de niños le llevaba no sólo a hacer un trato para rescatar a la última víctima, sino también directamente a las alcantarillas, donde aguardaba un mal antiguo que se alimentaba de los pequeños. Una presentación, eso fue "La oscuridad que devora", y funcionó, para mi sorpresa, así que empecé a darle vueltas a cómo podía continuar las oscuras aventuras del personaje y su mundo, centrándome, sobre todo, en éste último, como si la ciudad de Darkgate fuera la verdadera protagonista de las historias que estaban por venir, siempre que hubiera editores tan locos como maravillosos para lanzarlas al mercado. A pesar de que mis primeras ideas me llevaban a escribir más relatos, e incluso a realizar una antología con ellos al estilo "Dargkate Chronicles" o "Crónicas de Darkgate", todo acabó en una novela corta donde poder profundizar en Dark y la ciudad que ¿protegía? Supuso, además, un reto, acostumbrado a escribir novelas de más de cuatrocientas páginas, habitualmente, claro. Quedaba a quien mandarle el manuscrito, algo que tuve claro desde la primera línea: NeoNauta Ediciones.

NeoNauta Ediciones era una pequeña pero ambiciosa editorial que funcionó durante muy poco tiempo, lamentablemente, quizá por los mil ejemplares que publicaban de cada uno de sus libros, llegando a tener un catálogo bastante corto y no alcanzando los tres años de existencia (es posible que no llegara a dos, o fueran poco más, no lo recuerdo con exactitud, así que os pido que me perdonéis al respecto). Sin embargo, uno de sus puntos fuertes resultó ser el tipo de literatura que pretendían hacernos llegar, y que, durante el tiempo que sus editores mantuvieron el proyecto, lograron que llenara nuestras librerías. No hablo del pulp, que bien sabéis quienes soléis entrar en este blog que no lo considero que sea un género, ni siquiera un subgénero, sino más bien una forma de publicar libros que, en todo caso, deberían ser relacionados con la literatura popular. Hablo de los bolsilibros, de nuevo, un formato de edición que también se encuentra conectado con este tipo de literatura; desde el western hasta el terror, pasando por las historias de espías, el suspense, el romance, la ciencia-ficción y la aventura. NeoNauta Ediciones pretendía devolver el estrellato a los bolsilibros de antaño, y recalco lo de antaño por el hecho de que en los últimos tiempos creo que estamos confundiendo términos, con editoriales que publican novelas cortas en formato pequeño, pero que apenas saben nada de la historia de los bolsilibros, sin olvidar ese extraño neo-pulp que murió al poco de nacer, sin que nadie supiera verdaderamente qué era en realidad. NeoNauta Ediciones, como la actual Matraca Ediciones de la que os hablaré extensamente muy pronto, apostaba por todo lo alto por el bolsilibro de toda la vida, con historias modernas aunque enclavadas en los escenarios de esos relatos de los bolsilibros clásicos escritos por Barby, Berna, Garland, Curtis y Garrigan, entre muchos otros. Western, ciencia-ficción, aventuras, espada y brujería, terror y aventuras eran los géneros que trataron y tratarían en el futuro los amigos de NeoNauta Ediciones, hasta el punto de que poco antes de cerrar ya realizaban convocatorias de relatos y preparaban su salto a los formatos más convencionales. "Casa de Sombras" no llegó a tiempo, e incluso, hilando fino, y para que la anécdota sea completa, reconozco que estaba en la cola de publicaciones de la editorial, habiendo gustado a los editores, quienes llegaron a anunciar mi obra para su próxima publicación. No pudo ser. A veces ocurre en este mundillo. Lo importante es no quedarse en el suelo, sino aprender, levantarse y demostrar que hay que aprovechar las oportunidades, aunque sean malas y no demasiado propicias.

Barby, Garland, Berna, Curtis y Garrigan. Esos son los apellidos de algunos de los maestros de los bolsilibros de género con los que me crié. Sí, vuelvo al principio de la entrada, a confirmar que no sólo de Stephen King vive el aficionado al fantástico. Y yo soy uno de ellos. Esas historias ligeras de indios y vaqueros, secretarias sexys y espías, muertos vivientes y heroicos protagonistas, aventureros enfrentados a robots asesinos del espacio exterior y extraterrestres ávidos de carne humana golpearon mi imaginación mucho antes de saber que existían personajes tan interesantes como Carrie White y Jack Torrance, mucho antes de adentrarme en el hotel Overlook y enfrentarme más tarde a Pennywise en el pueblo de Derry. Precisamente, esa fue la principal razón por la que escribí "Casa de Sombras" para NeoNauta Ediciones, porque, al igual que entre mis ilusiones como autor se cuentan los ensayos, las antologías y los cómics, también ha estado siempre entre ellas la de publicar, al menos, un bolsilibro, o algo similar, y NeoNauta Ediciones me iba a dar esa oportunidad al cien por cien, con "Casa de Sombras" en formato breve y con la edición propia de uno de esos bolsilibros con los que me crié. A pesar de que todo iba sobre ruedas, la editorial cerró justo antes de que publicara sus tres nuevos títulos, entre los que estaba la ya anunciada "Casa de Sombras". Una verdadera pena que no duró "mucho", y las comillas están puestas con toda la intención, porque os hablo del año 2015, y no fue hasta el 2017 cuando "Casa de Sombras" comenzó a moverse de nuevo, esta vez con Applehead Team Creaciones en mi punto de mira. Y, sí, hablo de los antiguos manzanitos, ahora libretitos, precisamente, un cambio que tuvo lugar durante ese año, cuando "Casa de Sombras" cayó en sus manos. La decisión fue sencilla, dado la confianza y familiaridad con los amigos de Applehead, ahora Pedro J. Tena y Frank Muñoz, aparte del cariño y el respeto que nos profesamos, y la profesionalidad con la que me han tratado siempre junto a mi obra. A lo tonto a lo tonto, hemos publicado juntos "Tormenta Sangrienta", "Actos de Venganza: Edición definitiva", "Las pesadillas de Stephen King" y ahora este "Casa de Sombras", sin olvidar el segundo volumen del ensayo sobre el de Maine, del que también os hablaré próximamente. ¡Cinco libros! Se dice pronto, ¿eh? El caso es que no lo tuve que pensar demasiado, y en ese parón con ellos tras "Las pesadillas de Stephen King", les envié "Casa de Sombras", que les gustó. Después de los cambios en la editorial, casi de inmediato, se lanzó la novela.

"Casa de Sombras" apareció en formato bolsilibro... pero no bolsilibro. En realidad, y como dijo acertadamente un reseñador, es una novela en formato bolsillo, lo que la define a la perfección. Dentro encontraréis imágenes que os meterán en el argumento, además de algunas espectaculares ilustraciones de artistas como Marco Gómez Gómez (Drácula contra la Momia: Batalla por Chicago) y José Raúl Orte Crespo (¿Hay alguien ahí?), sobre todo, con sus representaciones personales de Dark, el protagonista de una historia que transcurre tiempo después del relato "La oscuridad que devora", para el que hay próximos planes, aunque no en antologías ni en libros de ninguna clase, por lo que igual os estoy dando ya una pista. Al fin y al cabo, otro de mis objetivos era el de ofreceros una especie de cómic novelado, con superhéroes, antihéroes, secundarios y supervillanos, todo dentro de un escenario de terror, con ecos de Batman y el universo de H. P. Lovecraft. ¿Conseguido o no conseguido? Bueno, como siempre digo, eso es cosa de los lectores, no del autor, así que no seré yo quien os diga nada al respecto salvo que he quedado muy, muy satisfecho con mi pequeño capricho literario. "Casa de Sombras" es un sueño hecho realidad, uno de esos proyectos que salen a las mil maravillas gracias a la editorial en cuestión que, en este caso, ha resultado ser Applehead Team Creaciones, como si los caminos del destino fueran inescrutables, y la obra se viera abocada a mis amiguetes libretitos, aunque hubiera estado a punto de acabar en otras manos (sin que fuera algo negativo, claro). "Casa de Sombras" es una novela para entretenerse, sin más, una terrorífica diversión que está lejos de la densidad de "El que se esconde" y "Al final del bosque" para adentrarse en terrenos más de "Drácula contra la Momia: Batalla por Chicago". "Casa de Sombras" no es la obra con la que me haré rico y famoso (como si eso fuera a llegar, ¿verdad?). Sin embargo, y sois testigos, es una de las historias con las que mejor me lo he pasado a la hora de ponerme delante del procesador de texto, y uno de esos sueños cumplidos como escritor. Y, ojo, la cosa no acaba aquí, porque amenazo con dos entregas más, y alguna que otra cosita en otros formatos. Ahí os dejo unos cuantos enlaces para que visitéis la misteriosa mansión Dekreta, situada en la maldita ciudad de Darkgate.

Aquí podéis comprar el libro en la página oficial de Applehead Team Creaciones.

Aquí podéis adquirir el volumen en Amazon.

Aquí podéis conseguir la novela en la tienda online de Casa del Libro.

Aquí podéis comprar la obra en la web de la Fnac.

Antes de despedirme me gustaría recordaros que "Casa de Sombras" es el primer volumen de la nueva colección Temblores de Applehead Team Creaciones, precisamente, dedicada a los libros en formato bolsillo, una colección que ya cuenta con una segunda obra, a la que pronto se sumarán muchas más. Desde aquí, dar las gracias a la editorial por cumplir "mi" capricho (que sé que también era el suyo, por supuesto) y apostar por todo tipo de formatos, pero siempre por una misma clase de literatura, muy acorde con esa filosofía que la ha mantenido como una de las mejores editoriales de género de los últimos años, sobre todo, en lo referente al campo del ensayo.

Os invito a adentraros en la vida de Dark. Tan oscura y ligada a Darkgate como su propio nombre.


No hay comentarios:

Publicar un comentario