lunes, 1 de abril de 2013

Reseñas cinematográficas: Posesión infernal


Ficha Técnica

Título original: The Evil Dead
Director: Sam Raimi
Intérpretes: Bruce Campbell, Ellen Sandweiss, Betsy Barker, Hal Delrich, Sarah York.
Guión: Sam Raimi
Música: Joseph LoDuca
Género: Terror
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 86 minutos
Año: 1981


Sinopsis:
Cinco amigos van a pasar un fin de semana en una cabaña perdida en lo más profundo de un bosque. Una vez instalados, una de las chicas del grupo empieza a observar que algo raro pasa en la casa. Mientras están cenando, la trampilla que da al sótano de la cabaña se abre sola; cuando bajan, descubren un magnetófono  un cuchillo ritual y un siniestro libro encuadernado en piel humana y escrito con sangre. Ese será el principio de una pesadilla que durará toda la noche.


Reseña:
"Posesión Infernal", también conocida como "The Evil Dead", es la primera de una trilogía de películas de terror dirigidas todas por Sam Raimi (Spider-Man, Arrastrame al Infierno). Sin embargo, "Posesión Infernal" fue la última de las tres que vi, y además en el cine, ¿cómo es eso posible? Tranquilos, que hay una explicación muy lógica, coherente y fácil de contar para ello, sobre todo porque, presuntamente, he visto un filme estrenado en 1981, año en el que ni había nacido, en el cine.

Vi "El ejercito de las tinieblas" siendo ya niño. Evidentemente, ya llevaba unas pocas películas de terror detrás, pero ninguna de Sam Raimi por el momento. Cuando vi las aventuras de Ash en la Edad Media, ni siquiera tenía ni idea de que era la tercera parte de una trilogía. Y es que, si recordáis, al principio del filme te explican todo lo ocurrido en las anteriores de forma tan perfecta que se puede ver "El ejercito de las tinieblas" de manera independiente. Así que, vi la película, y me encantó. Poco tenía de terror, eso sí, y mucho de aventuras, fantasía y comedia exagerada. ¿Y qué decir de Bruce Campbell (Maniac Cop, Spider-Man 2) como absoluto protagonista? Tremendo. No sé cuántas veces más la vi en video, pero acabé gastandolo.

Cinco amigos que lo van a pasar muy mal


Un par de años después, descubrí "Terroríficamente muertos" o, lo que es lo mismo, "Evil Dead II". Para mi sorpresa, la película, ¡contaba los hechos precedentes a "El ejercito de las tinieblas"! Inmediatamente no sólo se convirtió en una de mis películas favoritas de terror, sino una de mis películas favoritas en general. La habré visto tantas veces que podría recitar los diálogos de memoria. La lucha de Ash contra las fuerzas del mal desatadas por el Necronomicon, es ya un clásico, y más con momentos como ese en el que se corta la mano poseída, o aquel otro en el que toma la escopeta, la sierra mecánica y se lanza a destrozar a Henrietta.  ¡Por no hablar de ese gran final! Sí, "Terroríficamente muertos" con esa mezcla de terror, pesadilla, humor y película de dibujos animados, es muy buena. Pero, aún me faltaba por ver la génesis de todo: "Posesión Infernal". Aunque, en realidad, la génesis de todo fue un corto que hizo Sam Raimi junto a Bruce Campbell titulado "Within the woods" para que los inversores confiasen en "Posesión infernal", pero esa es otra historia para otro momento.

Vi "Posesión infernal" en el cine, en gloriosa pantalla grande. La vi no el día de su estreno original, por supuesto, sino cuando, por sorpresa, la reestrenaron en 2003 aquí en España, como parte de su aniversario (sí, menudo baile de fechas, señores). Lo que encontré me dejó pegado al asiento como pocas películas de terror lo habían hecho. Porque, sí, "Posesión infernal" es terror, es sangre, es violencia, es ambientación, es suspense, es comernos las uñas hasta el codo y es una película hecha entre amigos, una película pequeña, prácticamente independiente, que se convirtió en algo más. Aunque confieso que me gusta poco más "Terrorificamente muertos" (donde se va más allá que en "Posesión infernal"), el primer largometraje de Sam Raimi se convirtió en otro de mis filmes favoritos de terror en cuanto salí de la sala de cine, con ganas de verla otra vez, además. Una película de terror que como "El Exorcista", "Alien el octavo pasajero", "La noche de los muertos vivientes", "Pesadilla en Elm Street" y "La cosa" se ha convertido en una de mis cintas de género favoritos, y yo diría que en una imprescindible, de esas que hay que ver al menos una vez en la vida.

La famosa cabaña, dando miedo incluso de día


Diez años después de ese reestreno está a punto de aparecer en los cines "Posesión infernal: Evil Dead", el remake, nada más y nada menos. Un remake que tiene ya críticas excelentes, y una pinta fantástica, dados los trailers y spots que hemos ido viendo. Y, ¿qué mejor momento para hacer una reseña del clásico de Sam  Raimi que ahora, justo cuando vamos a poder ver esta nueva versión, avalada por él mismo? Evidentemente, será una reseña con spoilers, aunque no estamos ante una película que tenga demasiados, así que no preocuparse; como mucho hay un giro al final, que tampoco desvelaré, dado que es el final y, aunque sé que ha pasado mucho tiempo desde el estreno del filme, no dudo de que habrá bastante gente que se sentirá atraída por él con todo esto del remake. Empecemos.

"Posesión infernal" es, ante todo, una película sencilla en muchos ámbitos, especialmente en su planteamiento. Tenemos a cinco amigos que viajan a una destartalada cabaña en lo más profundo del bosque. Van a pasar unos días de risas, juegos y descanso, algo normal en un grupo de amigos. Una vez en la cabaña, comienzan a ocurrir sucesos extraños, captados por una de las chicas. Mientras cenan, la trampilla que da al sótano se abre y les deja paso para descubrir en su interior un enorme cuchillo ritual, un magnetófono y un libro encuadernado en piel humana y escrito con sangre. En cuanto pongan en marcha el magnetófono se desatarán los infiernos para todos ellos, ¿quién llegará a la mañana, si es que queda alguno?

Las chicas del grupo serán las primeras en ser poseídas


Como veis, una historia sencilla, muy de terror clásico: una cabaña solitaria en mitad del bosque, jóvenes tocando lo que no deben, espíritus  poseídos, muertos que resucitan dispuestos a matar a los vivos, y mucha, mucha sangre. Porque si algo tiene "Posesión infernal" es sangre y violencia. Ni los monstruos del filme (poseídos y resucitados a partes iguales) ni los protagonistas que intentan sobrevivir se andan con chiquitas; si hay que trocear a alguien se trocea, si hay que usar un hacha, se usa, y si hay que coger la motosierra... bueno, en este caso, Ash (o Ashley aquí) se contiene. Y es que, si algo curioso tiene la película es el hecho de que, aunque muchas de sus escenas han quedado en el recuerdo, hay otras y ciertos conceptos que se han vuelto más famosas que, en realidad, pertenecen a su secuela. Por ejemplo, el carácter heroico de Ash, el uso de la motosierra, la escopeta de dos cañones o el ya más que famoso "Me tragaré tu alma" (a veces "Voy a comerme tu alma" o "Me comeré tu alma", según el doblador).

Pero volvamos a lo de la violencia. "Posesión infernal" es tan violenta y sangrienta que su peregrinaje fílmico en sus comienzos fue harto complicado. Hablamos de denuncias, juicios e incluso países en los que no se podía ver la película (creo que alguno queda por ahí, pero no estoy del todo seguro). Evidentemente, después de treinta años, la cosa no es para tanto, y menos cuando hemos visto películas con mutilaciones y masacres más realistas. Por entonces, "Posesión infernal" fue todo un mazazo en la cabeza para todo aquel que la viera, fuese cual fuese su cultura cinematográfica. Cuerpos troceados, lapices clavados en tobillos, hachazos, poseídos explotando, cucarachas entre los cadáveres  monstruos comiéndose a sí mismos, sangre por todas partes y de todos los colores, árboles violando a una de las protagonistas... Tremendo a todos los niveles. Eso sí, una delicia para los que somos amantes de este tipo de escenas, sobre todo porque, a pesar de cierto humor en ellas (en cuanto a la exageración a la que llegan algunos momentos, ver la orgía de sangre final con un Ash que está hasta las narices) es terror todo lo que contemplamos.

En la película no falta la sangre... ni una buen hacha


Un terror no sólo conseguido a base de una simple y buena historia, sino también a una gran ambientación. Solamente la imagen de la cabaña rodeada de bruma, en mitad de la nada, custodiada por árboles, ya da canguelo, y hablo de día, así que imaginaos la potente presencia de esa imagen de noche, por no hablar de ese Ash visitando el sótano, más o menos al final del filme. De ahí que "Posesión infernal" sea algo más que una película sangrienta, divertida, bien hecha y repleta de buenos momentos. Es cine de terror puro y duro, y además con la dirección de sobresaliente. Hay que ver todo lo que consigue Sam Raimi con el escaso presupuesto con el que contaba, especialmente a nivel de movimientos de cámara, una de las principales características del director. Las escenas en las que nos ponemos en la piel del espíritu del bosque y lo recorremos a velocidad de vértigo en busca de víctimas son ya un clásico.

Por no hablar del maquillaje. Sí, quizás sea una de esas cosas en las que "Posesión infernal" se ha quedado bastante atrás o, lo que es lo mismo, un área donde ha envejecido mal, pero por eso funciona peor. A estas alturas el maquillaje de los poseídos no resulta demasiado impactante, pero sigue siendo bastante eficaz, sobre todo en la recta final del filme, cuando las criaturas empiezan a caerse a pedazos no sólo debido a las peleas previas con el protagonista, sino a lo que hace éste con el Necronomicon, otro de los aciertos de la historia.

El sótano esconde muchos secretos


Y es que, situar un claro componente lovecraftiano en la trama no pudo venirle mejor a Sam Raimi. Toda la tensión que se vive en los momentos en los que los protagonistas encuentran el libro, el cuchillo y el magnetófono se puede hasta tocar a través de la pantalla. Y eso sigue creciendo, hasta que comienzan a aparecer las posesiones, es entonces cuando todo se convierte en un juego del ratón y el gato entre los monstruos y los pocos protagonistas que van quedando, hasta que, al final, permanece Ash, cuyo acoso por parte de los demonios está muy, pero que muy bien logrado. Hay momentos en los que no sabes por dónde van a atacar al pobre protagonista que, a diferencia del de las siguientes entregas, es cobarde, se asusta, teme lo que puede surgir de detrás de las puertas, no puede trocear a su novia aunque lo vea necesario, en definitiva, es muy, muy humano. Es el personaje más trabajado del filme, mientras que los demás quedan bastante desdibujados, aunque no es demasiado importante, puesto que no estamos ante una película sobre personajes desarrollados, ni mucho menos. Pero, todos modos, no le habría venido nada mal lo contrario, al menos, más allá de Ash.

En cuanto a otros aspectos del filme como por ejemplo la banda sonora, estamos hablando, otra vez, de notable y sobresaliente. Ayuda mucho al ambiente opresivo que se respira durante toda la película, poniéndole énfasis en las apariciones de los espíritus malignos, e incluso ofreciendo momentos realmente perturbadores como el del fonografo, que se repite en los créditos, tras la sorpresa final. En lo que respecta a los efectos, son bastante caseros, claro y, en general, funcionan bastante bien, aunque treinta años después, algunos chirrían demasiado, pero no dejan de tener su encanto.

Esto lleva a los pequeños defectos de la cinta, que tienen que ver más con el tiempo que ya tiene encima que con fallos propios de su realización. Y es que, aunque la película de Sam Raimi se comporta aún muy bien pese a su avanzada edad, no deja de resultar chocante en ciertos aspectos, a los ya mencionados podríamos unir las actuaciones, en general, muy flojas, especialmente cuando los chicos son, eso, chicos; mejor cuando se van convirtiendo en poseídos, aunque cuando se van asustando y comprobando lo que ocurre alrededor, no resultan muy creíbles la mayoría de las veces.

Ash lo pasará bastante mal en su luchar por sobrevivir


Dejando a un lado sus pequeñas imperfecciones, que quedan ocultas bajo las múltiples capas de virtudes, hay que destacar todo el amor al terror que rezuma "Posesión infernal", amor al terror por parte de Sam Raimi, el primero, y todo su equipo después. Hasta tal punto llega la cosa que no sólo la presencia del Necronomicon es una gran referencia, sino otras como encontrar un cartel de "Las colinas tienen ojos" de Wes Craven (Pesadilla en Elm Street, La última casa a la izquierda) por ejemplo. Pequeños gotitas de todo lo que le gusta al director que, actualmente, se dedica a grandes producciones, sin dejar de lado sus pequeños caprichos terroríficos que siguen funcionan muy bien (ahí tenemos "Arrastrame al Infierno").,

En resumen, "Posesión infernal" es un clásico por meritos propios. Ambientación, banda sonora, el personaje de Ash, el gore, la violencia, las referencias, la sencilla historia que funciona a las mil maravillas, su dirección, escenas para el recuerdo y, sobre todo, el terror que la inunda, perfecta para pasar miedo. Es una de esas películas que, al menos, hay que ver una vez en la vida. De obligado visionado además si sois fans del cine de terror. Si aún sois de los pocos que no se ha acercado a esa cabaña acosada por demonios, ¿a qué esperáis? No os arrepentiréis.


Nota: 8/10


4 comentarios:

  1. Muy buena reseña! Adoro esta "trilogía". Es cierto que el maquillaje ha envejecido mal pero ahora también forma parte del encanto de la película. Lo que fueron capaces de hacer en aquella época, con tan poco, fue increíble. Quizás me quedo con la segunda y la tercera, que siguen una línea muy parecida, tirando hacia aspectos más cómicos( sobre todo la tercera) pero tengo mucho cariño a esta película. Ya estoy muriéndome de ganas de ver el remake...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias! Me alegra que te haya gustado la reseña. La verdad es que, siendo la época que era, el resultado fue increíble. A mí me encantan las tres, pero si me tuviera que quedar con una, elegiría la segunda, que contiene elementos de las otras dos entregas ;)

      Eliminar
  2. Por mal que hayan envejecido, las 3 películas tienen un encanto especial, algo que ha ido perdiendo Raimi poco a poco. El remake no me apetecía nada, pero tanta buena crítica me ha devuelto las ganas.

    Super-reseña, por cierto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Encanto, es una palabra clave para la trilogía, eso seguro, jeje. Yo no creo que Raimi haya perdido encanto, más bien que está con películas en las que no puede demostrarlo porque se ponen en juego otras cosas. Pero cuando se pone, sigue creando terror del bueno; ahí está "Arrástrame al Infierno".

      ¡Gracias por pasarte! Y me alegra que te haya gustado la reseña ;)

      Eliminar