domingo, 26 de enero de 2014

Reseñas cinematográficas: El Hobbit: Un viaje inesperado


Ficha Técnica

Título original: The Hobbit: An unexpected journey
Director: Peter Jackson
Intérpretes: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Aidan Turner, Ken Stott, James Nesbitt, Stephen Hunter, Graham McTavish, Dean O´Gorman, Peter Hambleton, Jed Brophy, John Callen, Adam Brown, Andy Serkis, William Kircher, Hugo Weaving, Mark Hadlow, Cate Blanchett, Sylvester McCoy, Christopher Lee, Ian Holm, Barry Humphries, Manu Bennett, Elijah Wood, Lee Pace, Benedict Cumberbatch. 
Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson, Guillermo del Toro
Música: Howard Shore
Género: Fantástico, aventuras
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 169 minutos
Año: 2012


Sinopsis:
Todos los hobbits de la Comarca conocen a Bilbo Bolsón y su carácter aventurero, sin embargo, no siempre fue así. Mucho tiempo antes de que Frodo Bolsón iniciara la más arriesgada aventura que nadie podría imaginar, dispuesto a destruir el anillo mágico dejado por su tío, éste se encontró con el mago Gandalf el Gris, quien le ofreció unirse a su compañía de enanos, concretamente trece enanos, todos ellos dispuestos a recuperar su hogar, la Montaña Solitaria, donde descansa el poderoso dragón Smaug, que custodia el tesoro de los enanos. Aunque reticente al principio, Bilbo acabará por unirse a Gandalf, junto al cual se enfrentará a orcos y trasgos, conocerá a bellos elfos y ayudará a los enanos, al mismo tiempo que intenta encontrar el valor que permanece en su interior, el cual le hará falta, sobre todo cuando se tope con cierto anillo custodiado por un siniestro personaje.


Reseña:
Para hablar bien de "El Hobbit: Un viaje inesperado", la primera parte de la nueva trilogía sobre la obra de Tolkien llevada al cine otra vez por Peter Jackson (Mal gusto, The lovely bones) tenemos que retroceder hasta principios del siglo XXI, concretamente al año 2001, el año de estreno de la primera parte de "El Señor de los Anillos", es decir, "El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo". Hasta entonces, muchos habían sido los intentos por trasladar la enorme obra de Tolkien a la pantalla grande, intentos que se quedaron prácticamente en eso, intentos que no pasaron de proyectos iniciales, salvo esa película de animación que no fue mucho más allá de mostrar parte de "El Señor de los Anillos". A nadie le extrañaba que Hollywood estuviera tan interesada en la obra de Tolkien, pero por una y mil  razones, los filmes no terminaban de arrancar. Hasta que el camino se despejó, y se contrató a Peter Jackson.

Desde el principio, Jackson demostró no sólo ser un gran fan del escritor, sino un buen conocedor de toda su obra, de su mundo imaginario poblado por elfos, trasgos, orcos, reyes, guerreros, enanos, trolls y, sí, también hobbits, criaturas especialmente queridas y carismáticas. Lo curioso de todo este asunto es que Jackson no era precisamente experto en rodar superproducciones como la que se pretendía que fuera la trilogía de "El Señor de los Anillos", un gargantuesco proyecto que se dividiría en tres películas de larga duración todas y costes de producción bastante elevados. Jackson, hasta el momento, era un director nacido del cine underground y gore, que cosechó gran fama con la película de culto "Mal gusto", hecha con cuatro duros, con un rodaje que le llevó bastante tiempo y, en pocas palabras, realizada entre amigos. Si con esta historia de extraterrestres que querían convertir al ser humano en hamburguesas para el resto del universo Jackson logró que la gente se fijase en él, con "Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro", logró que el mundillo del terror se rindiera a sus pies con la que es considerada por muchos la película más gore de la historia.

Adivinad quiénes vuelven


Jackson sorprendió a propios y extraños con "Criaturas celestiales", un drama fantástico bastante alejado en general a todo lo que había dirigido antes. Volvió al terror con la divertida y de culto "Agárrame esos fantasmas", filme a tener muy en cuenta, protagonizado por Michael J. Fox (Regreso al futuro, Rock Star) y donde ya Peter Jackson jugueteó con los efectos por ordenador que utilizaría en su siguiente película, "El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo", la primera entrega de la trilogía que se completaría con "El Señor de los Anillos: Las dos torres" y "El Señor de los Anillos: El retorno del rey", cada una estrenada un año después con respecto a la anterior pero, eso sí, rodadas a la vez. Sobra decir a estas alturas que la trilogía fue todo un éxito de público y crítica, colocandose las tres cintas entre las películas más taquilleras de la historia, y ganando varios Oscars, especialmente la tercera, el cierre de la trilogía. Por no hablar de sus innumerables ediciones en DVD y Blu-Ray con gran cantidad de material extra, y ediciones extendidas que añadían más escenas de las que inicialmente vimos en cines.

Tras esta trilogía de dimensiones colosales en todos los sentidos, Jackson se dirigió a otros campos para hacer otras películas que tuvieron desigual éxito, mientras que los productores de "El Señor de los Anillos" iniciaron la búsqueda, tras unos cuantos años de descanso, de alguien que pudiera llevar a los cines la precuela de la trilogía, es decir, el siguiente paso lógico en cuanto a adaptar a Tolkien al cine, eso es, "El Hobbit", un libro bastante diferente con respecto a "El Señor de los Anillos". En este punto debo comentar que no me he leído "El Hobbit", por lo que no puedo hablar de él en profundidad, y mucho menos compararlo con la película que voy a reseñar, pero lo que se dice de él, en pocas palabras es que es más un cuento que "El Señor de los Anillos", algo mucho más ligero, e incluso hay quien lo define como un cuento directamente para niños. Pero Hollywood es poderoso, y era evidente el deseo de adaptar a la pantalla grande para aprovechar la ola de éxito creada por Peter Jackson, que se encargó nada más y nada menos que de producir, escribir y dirigir las tres películas originales.

Bilbo Bolsón se ve envuelto en una loca aventura con trece enanos


Llevar "El Hobbit" a la gran pantalla fue una tarea tan ardua que más que una entrada para explicarlo todo con pelos y señales haría falta un libro, así que intentaré resumir cómo fue la cosa. Se tuvieron muchas conversaciones, se habló con mucha gente, especialmente con Jackson y la mayoría de los actores y actrices de "El Señor de los Anillos", ya que muchos de los personajes que interpretaron aparecían en la obra original de "El Hobbit". Y aunque Jackson estaba con otras cosas, fue elegido un hombre con otro modo muy personal de dirigir y crear universos e historias: Guillermo del Toro (Mimic, Pacific Rim). Poco hay que decir a estas alturas de Guillermo del Toro y su mundo, o la capacidad que tiene de llevarse a él historias que, en principio, adapta para el cine, como los cómics de Hellboy. Del Toro estuvo muy, muy metido en el proyecto, hasta el punto de que parte del guión le pertenece, realizó diseños sobre escenarios y personajes y a punto estuvo de sacar su versión de "El Hobbit", pero comenzaron los problemas de todo tipo.

Dificultades que atrasaban más y más la adaptación, hasta el punto de que incluso sus actores estaban hartos de la espera. Famosas son las declaraciones de Ian McKellen (X-Men, X-Men 2) quejándose por la tardanza, afirmando que si continuaba así el asunto, al final sería demasiado viejo incluso para interpretar a un mago ya viejo de por sí. Los problemas eran repetidos y continuos hasta que Del Toro no pudo más, y decidió abandonar el proyecto con todo el dolor de su corazón. Mucho se ha rumoreado sobre las auténticas razones por las que el director dejó "El Hobbit", pero no creo que haya que darle muchas vueltas y aceptar lo que dijo. ¿Quién se quedaría parado sin hacer más películas, y lejos de su familia para llevar a cabo un proyecto que cada dos por tres se viene abajo? Si al menos hubiera sido un actor secundario, pero era el director, nada más y nada menos.

Con la salida de Guillermo del Toro de la película, daba la sensación de que nos quedaríamos sin ver el regreso del Bilbo Bolsón a la pantalla grande, pero nada de eso, porque la solución pasaba simple y llanamente porque el padre de la trilogía inicial en cines regresase a casa, y así fue; Peter Jackson agarró el volante del coche que amenazaba con despeñarse, y lo devolvió a la carretera correcta, aunque todavía había varios detalles que trazar, detalles que no iban a gustar nada a los fans de la obra original. Y es que, lo que en principio iba a ser una sola película, dado que el libro tiene menos extensión que una sola de las partes de "El Señor de los Anillos", se convirtió en dos para, poco después, transformarse en una trilogía, lo cual comenzó a ser un claro abuso de "hay que aprovechar y sacar pasta". Es decir, íbamos a tener una segunda trilogía sobre la Tierra Media a modo de precuela de "El Señor de los Anillos", con el mismo director, mismos actores, mismas actrices, mismo equipo y, sí, mismo tono.

Gandalf regresa... por primera vez


Porque "El Hobbit" del cine es, más que una adaptación, una precuela que enlaza perfectamente (por ahora, pues sólo se han podido ver sus dos primeras entregas) con "El Señor de los Anillos". Una precuela en toda regla, la versión de "El Hobbit" de Peter Jackson, con su misma visión del asunto, el mismo tono, efectos especiales mejorados pero en la misma tónica, enfoques similares, etc, etc. Es decir, podríamos ver una trilogía antes que la otra, que la continuidad se mantiene perfectamente. Jackson no ha cogido "El Hobbit" y lo ha adaptado teniendo en cuenta las diferencias del cuento con respecto a "El Señor de los Anillos", por lo que no tenemos aquí una aventura infantil en plan cuento, sino una aventura épica que camina por la misma senda que la primera trilogía, aunque también tiene sus partes de fabula, escenas mucho más simpáticas y ligeras que las vistas en "El Señor de los Anillos". Algunos de los mejores ejemplos de lo que estoy hablando los encontramos en esta primera parte, "El Hobbit: Un viaje inesperado", donde vemos a Frodo Bolsón interpretado por Elijah Wood (Sin City, Grand Piano) yendo a ver a su tío Bilbo, interpretado nuevamente por Ian Holm (Alien, el octavo pasajero), poco antes de que Gandalf el Gris llegue a la Comarca, algo que vimos en "El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo". Tampoco faltan claras referencias al regreso de Sauron y, especialmente, cierta escena con un anillo y con cierto hobbit oscurecido por el mal, donde Bilbo jugará a un juego muy peligroso. Pero me estoy adelantando, ¿qué nos cuenta esta primera parte?

Como no podía ser de otra forma, "El Hobbit: Un viaje inesperado", nos pone en la casilla de salida con respecto a esta nueva trilogía. En un intenso prologo, de lo mejor de la película por cierto, se nos cuenta la situación de la Montaña Solitaria, el hogar de los enanos, y la principal razón de que Gandalf se una a ellos y embarque a Bilbo Bolsón en la aventura de su vida. En dicho comienzo se nos narra la codicia de Thror, rey de los enanos, que siempre había gobernado Erebor con inteligencia y buen criterio, hasta que la locura se hizo con su mente, locura que le llevó a la codicia, lo que le llevó a acumular riquezas, incluida la Piedra del Arca, lo que provocó que el poderoso dragón escupefuego Smaug se interesase por la montaña. Tras destruir Valle, ciudad cerca de Erebor, el dragón hacer huir a los enanos y se queda con sus tesoros y con la Montaña Solitaria, su hogar a partir de ese momento.

Todo comienza con un agujero en el suelo donde vivía un hobbit


Después vemos la escena que comentaba antes, con Bilbo y Frodo charlando poco antes de que llegue Gandalf para el cumpleaños de su amigo Bilbo. Y es entonces cuando el anciano hobbit recuerda su mejor aventura, dispuesto a hacer de ella un libro. Muchos años antes, Bilbo era un hobbit bastante tranquilo, carente de ganas de ver mundo y enzarzarse en cualquier aventura que se le pusiera por delante. Hasta que un buen día llega a su casa el mago Gandalf, Gandalf el Gris, que lo invita a unirse a una aventura. Aunque Bilbo se niega, cuando llega la noche, trece enanos invaden su casa, junto al mago, y es en ese momento cuando descubre que la curiosa compañía de enanos, dirigida por Gandalf y Thorin Escudo de Roble, quien debería ser monarca de los enanos, pretende embarcarse en un viaje para recuperar Erebor. Para ello necesitan a un saqueador, y según Gandalf, ese papel lo debe jugar Bilbo.

Aunque en principio se resiste, y bastante, creo que todos sabemos ya que Bilbo se anima a ir con la compañía. Será entonces cuando comience su aventura, en la que se topará con orcos, especialmente aquellos que quieren acabar con la vida de Thorin por afrentas del pasado; se verá las caras con trasgos y goblins, incluso con el Gran Trasgo; conocerá al mago Radagast el Pardo, un mago como Gandalf; y, por supuesto, encontrará el llamado Anillo Único, pero para conseguirlo deberá poner en juego su vida cuando descubra que el anillo lo posee una extraña y brutal criatura conocida como Gollum. Y eso es sólo el principio, pues el camino hacia Erebor es largo, tortuoso y repleto de peligros que van más allá de todos los mencionados. Porque es cierto que en la Montaña Solitaria hay un dragón, uno que está dormido, y despertarlo puede ser un inmenso error.

Lo primero que se nota en "El Hobbit: Un viaje inesperado" es que Jackson ha aprendido de sus errores. Si nos paramos a compararla con "El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo", esta primera parte de "El Hobbit" es claramente superior, al menos, para quien esto escribe. Es más épica, más ligera cuando hace falta, más dramática cuando es necesario, mejor llevada, desarrollada e incluso con personajes más interesantes y que acaban cayendo mucho mejor. Además, no hace falta que el que director ni la historia nos presenten a los que ya conocemos de la trilogía anterior, a no ser que seamos nuevos en todo lo que concierne a la Tierra Media en el cine, que también es posible. De las anteriores películas tenemos, por ejemplo, a Bilbo en su versión más madura, a Frodo (estos dos en pequeñas apariciones), a Elrond, de nuevo interpretado por Hugo Weaving (Matrix, Capitán América: El primer vengador), a la elfa Galadriel, interpretada también nuevamente por Cate Blanchett (El aviador, Babel), a Saruman mucho antes de ser tentado por Sauron, e interpretado otra vez por el magnifico Christopher Lee (Star Wars: Episodio II: El ataque de los clones, La novia cadáver) y, por supuesto, a Gollum, con Andy Serkis (King Kong, El origen del Planeta de los Simios) poniéndose por cuarta vez en su piel virtual.

Elrond intentará ayudar a la peculiar compañía de enanos de Gandalf


En cuanto a los personajes nuevos, está claro que tenemos nada más y nada menos que a trece enanos y, bravo por Jackson, todos y cada uno de ellos con su propia personalidad, y todos y cada uno de ellos con su momento de gloria, aunque claro, es inevitable que unos cuantos tengan más protagonismo que el resto. Habría que hablar en este caso de Thorin Escudo de Roble, interpretado por Richard Armitage (Boon, Capitán América: El primer vengador), una especie de Aragorn, pero con identidad propia, no una mera copia ni mucho menos, mucho más huraño, mucho más taciturno y más desconfiado con todo lo que le rodea que no tenga aspecto de enano. También habría que destacar a otros enanos como Fili y Kili, o Bofur, a Dwalin, y especialmente Balin, gran amigo de Thorin, el más sabio de todos y que guarda esperanzas en que Thorin sea el elegido, quien les devuelva a su hogar. Hay otros secundarios nuevos, como el genial mago Radagast, que tendría que haber aparecido en realidad en "El Señor de los Anillos", pero lo hace aquí, con muchas escenas incluidas para la ocasión, un mago realmente extraño y extravagante que nos demuestra que Gandalf y Saruman no son los únicos en su "especie". No pueden faltar los villanos, como el Gran Trasgo, los tres trolls y Azog el Profanador, interpretado digitalmente por Manu Bennett (Spartacus, Arrow). ¡Ah! Y, por supuesto, está Bilbo.

El joven Bilbo es, sin duda, uno de los mejores personajes de la película junto a Gandalf, y no sólo por la soberbia interpretación de Martin Freeman (Sherlock, Bienvenidos al fin del mundo), sino porque su personaje cae bien desde un principio, gracias a estar maravillosamente bien construido. Si pasamos a las comparaciones una vez más, descubrimos que este joven Bilbo deja muy atrás a Frodo. Donde Frodo era aventurero desde el principio, Bilbo no lo es, aunque de pequeño lo era, como bien recuerda Gandalf, pero poco a poco se fue convirtiendo en un hobbit más, feliz con su pequeña casa, sus comidas, sus humildes labores y sus horas de descanso. En "El Señor de los Anillos", Frodo se iba transformando en un personaje continuamente en estado de pena, un personaje triste que iba directo a su muerte; aquí, en cambio, Bilbo cambia en tan sólo una película, pasando de ser un hobbit más, a todo un aventurero capaz de lidiar con decenas de peligros, arriesgarse por los demás y, sobre todo, estar dispuesto a ayudar a los enanos por su hogar, porque él sabe lo valioso que es el hogar.

Thorin Escudo de Roble, el rey bajo la montaña


Por no hablar de las escenas que comparte con Gandalf, que son oro puro. No voy a hablar de Gandalf, puesto que es evidente que McKellen está de sobresaliente y que su mago gris continúa siendo lo mejor de la Tierra Media de Peter Jackson. Pero si hay otras escenas donde Freeman como Bilbo destaca, una de ellas es, sin ninguna duda, la aterradora escena con Gollum. Sí, aterradora, no sólo por lo que significa la escena (Bilbo consigue el Anillo Único), sino por el carácter de la misma, donde Bilbo y Gollum se enzarzan en un juego en el que, si el hobbit pierde, se verá devorado por la salvaje criatura. Una de las mejores escenas del filme y, me arriesgo a decirlo, de las dos trilogías. Hay más grandes escenas con Bilbo de por medio; la cena con los enanos (encantadora), o el enfrentamiento con los tres trolls que se los quieren comer. O la última media hora, y la sorpresa que le da Bilbo a Thorin.

Y es que, aunque la trama principal, la recuperación de Erebor por parte de los enanos, es la principal de la película, y también de la trilogía, como es evidente, se ramifica en otras. Una de ellas es la de Thorin contra Azog el Profanador, un terrible y enorme orco albino que mató a un familiar, un orco al que Thorin le hizo el suficiente daño como para que, años después, todavía busque venganza. También se nos cuentan las dudas que corren entre los enanos, sobre todo en Thorin, y el temor a que Smaug, el poderoso dragón, siga en la Montaña Solitaria, lo que les supondría una dificultad más en su objetivo. Pero también se van dejando migitas de pan para lo que llegaría en "El Señor de los Anillos", sobre todo la trama de Gandalf, Radagast y el Nigromante, y la relación que parece tener con Sauron y los Nazgul. Pero entre todas estas tramas anexas a la principal, destaca especialmente la de Bilbo, y su evolución como personaje, evolución que va sufriendo mientras muchos de los enanos, especialmente Thorin, creen que se ha equivocado al ir con ellos, al mismo tiempo que piensan que es un cobarde que les hará fracasar en su misión.

Gollum no puede faltar a la fiesta


Cuando más arriba decía que la película es más épica que "El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo" no hablaba por hablar. Escenas como el enfrentamiento contra Azog y sus orcos, el flashback donde se nos muestra qué tiene en contra de Thorin, el prologo con Smaug destruyendo Valle, toda la batalla contra los trasgos, son grandes ejemplos de que la nueva aventura de Peter Jackson con Tolkien es mucho mejor que la primera que nos llegó a los cines, mucho más lenta, simplona, carente de ritmo y épica en la mayoría de las escenas. A eso contribuye, y mucho, la banda sonora de Howard Shore, que aporta momentos muy novedosos y los mezcla con acordes que reconoceremos de la primera trilogía, acordes que nos emocionarán, acordes perfectos para las escenas usadas. 

El filme, como parte de la trilogía de precuelas, tiene grandes detalles al respecto. Cuando Bilbo encuentra a Dardo (aún sin nombre), cuando Gandalf halla Glamdring, la parte con Frodo y el Bilbo maduro, ver a Saruman sirviendo aún a las huestes del bien, las menciones a Sauron y la recuperación de su poder, todo lo que concierne al Anillo Único, el enfrentamiento contra los tres trolls, etc, etc. Grandes detalles que, como decía más arriba, le dan continuidad a este nueva trilogía con respecto a la primera. Pero todo esto no quiere decir que "El Hobbit: Un viaje inesperado" sea perfecta, porque tiene varios fallos, piedras en un camino que, de no tenerlas, sería prácticamente perfecto. Y la primeras de esas piedras, como es evidente, tiene que ver con la duración de la película, que se nota que está alargada aunque no tuviéramos la información de que existen otras dos después. ¿Culpa de Jackson? Culpa de los productores diría yo, porque no es muy normal alargar tanto un libro tan pequeño, y si ya en la primera película de tres se nota, miedo da pensar en las demás.

Azog el Profanador, temible pero demasiado digital


También hace bastante daño el exagerado uso que hace Jackson (aquí la culpa sí que es suya, presupongo) de los efectos digitales, o CGI, sobre todo en personajes que no lo necesitan, personajes que en "El Señor de los Anillos" hubiéramos tenido en versión física y real. ¿Acaso no estaban hechos así casi todos los orcos? ¿Y los uruk-hai? Pues bien, aquí encontramos cada dos por tres personajes creados por ordenador que no deberían haberse llevado a cabo así, y el mayor ejemplo de ello es Azog, el Profanador, que queda bastante mal hecho por completo por CGI. Algo curioso, porque el CGI del filme se nota demasiado en muchas escenas, mientras que en otras, como con Gollum, está muy, muy cuidado. Sinceramente, canta demasiado, llama mucho la atención, para mal, sobre todo en lo referente al orco albino, un personaje que podría haberse creado perfectamente con maquillaje y prótesis y hubiera quedado realmente aterrador.

Aunque estos detalles hacen perder puntos al filme, no consiguen palidecer los aciertos que contiene que, como veis por la reseña, con abundantes. Peter Jackson logra lo que parecía imposible; subir un peldaño más en cuanto a calidad en lo referente a adaptaciones de obras de Tolkien. Para mi gusto, "El Hobbit: Un viaje inesperado" está mucho más cercana a "El Señor de los Anillos: El retorno del rey" que a las dos anteriores a ésta. Quizás es porque yo no me he leído "El Hobbit" pero esta primera parte me ha encantado, aunque le sobre CGI, y tiempo, mucho tiempo, ya que la duración del metraje es realmente exagerada pese a quedar dos películas más. Esta primera parte de la nueva trilogía fantástica de Jackson tiene de todo, y todo de notable para arriba. Imprescindible.

La famosa escena con los trolls


A modo de opinión muy personal, no deja de ser curioso que muchos espectadores que emiten sentencias en contra de remakes, secuelas, precuelas y adaptaciones por considerarlas innecesarias, con la decisión de que Jackson haga una trilogía de un libro que sólo da para una película, se hayan callado, e incluso hayan aplaudido, en muchos casos, la decisión. Como siempre, todos tiramos hacia lo que más nos gusta, pero no deja de ser curioso lo que consideramos necesario e innecesario. Muy curioso.


Nota: 8/10


2 comentarios:

  1. No soy fan de la saga(de hecho de la trilogía original sólo he visto la primera parte y la segunda mitad de la tercera),pero vi esta cuando la echaron por el Plus y coincido al cien por cien con tu crítica. Una peli de aventuras muy amena y entretenida de ver y con personajes carismáticos,especialmente en el caso de Bilbo. Eso sí,como fan de Sherlock se me hizo superextraño ver a Freeman en el cuerpo del Hobitt XD

    ResponderEliminar