sábado, 31 de diciembre de 2022

Reseñas cinematográficas: Terminator: Destino Oscuro


Ficha Técnica

Título original: Terminator: Dark Fate
Director: Tim Miller
Intérpretes: Linda Hamilton, Mackenzie Davis, Natalia Reyes, Arnold Schwarzenegger, Gabriel Luna, Diego Boneta, Tristán Ulloa, Tom Hopper, Alicia Borrachero, Enrique Arce, Manuel Pacific, Fraser James, Ferran Fernández, Cassandra Starr, Brett Azar, Steven Cree, Edward Furlong.
Guion: David S. Goyer, Billy Ray, Justin Rhodes, James Cameron
Música: Junkie XL
Género: Acción, ciencia-ficción
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 128 minutos
Año: 2019


Sinopsis:
El futuro está a salvo. Sarah y John Connor lograron no sólo evitar a los terminators que envío Skynet, la computadora pensante, al pasado para eliminarles, y así destruir a la resistencia humana del futuro, sino también que el apocalipsis nuclear nunca tuviera lugar, aniquilando a la propia Skynet en el proceso. Sin embargo, que ese futuro haya sido evitado no quiere decir que se convirtiera en uno más luminoso, porque en su afán por trazar un nuevo destino, es posible que lo transformaran en uno más terrible, siniestro, mortal y oscuro. Años después de la batalla final de los Connor, un nuevo terminator aparece desde el futuro, buscando eliminar a un objetivo esencial para la supervivencia de la raza humana, una joven que contará con la ayuda de una poderosa protectora, aunque es posible que no sea suficiente para combatir a la máquina asesina. Ambas deberán confiar tanto en una experimentada Sarah como en una figura del pasado que ha vuelto una vez más.


Reseña:
Me encanta Terminator. Adoro la saga, el personaje, lo que hicieron James Cameron (Aliens, Titanic) y Arnold Schwarzenegger (Depredador, Los Mercenarios 2) con ayuda de Stan Winston (Jurassic Park, Iron Man) y cuatro duros, los repartos que han pasado por todas las entregas, los giros que han dado para tratar de avanzar en ella e incluso enderezarla tras décadas inactiva, el merchandising resultante, el universo que se ha formado alrededor de las películas (novelas, cómics, videojuegos, cruces con otras sagas populares de la ciencia ficción y la acción como "Robocop"), todo el mito levantado alrededor de sus personajes, el impacto en el cine de acción y ciencia ficción, que sus dos primeras entregas sean imprescindibles para entender el séptimo arte en las décadas de los 80 y los 90... Que sí, que soy un fan acérrimo de "Terminator", esta vez entre comillas para señalar que me refiero a saga al completo, a todo lo relacionado con la idea, el concepto y el personaje. ¿Qué quiere decir eso? Que hace falta mucho para que no me guste algo conectado al universo de Skynet.

No sólo me pasa con "Terminator". Por ejemplo, antes mencionaba "Robocop", que sería otro buen ejemplo, pero ahí tenemos también las sagas de "Depredador" (o "Predator") y "Alien", con las que me ocurre exactamente lo mismo, sagas, además, tan conectadas con la del personaje de Schwarzenegger que muchas veces han cruzado sus caminos en el mundo de los videojuegos, en el de los cómics e incluso en el de la literatura. ¡Y también en el cine en algunos casos! Hablamos de sagas muy de los 80, aunque la de "Alien" naciera a finales de los 70 (un prólogo de lo que nos vendría en la década siguiente), enmarcadas en esa dulce mezcla de ciencia ficción y acción (con algo de terror en algunos casos, ojo) y que consiguieron con sólo una entrega una base muy fuerte de fieles seguidores que prácticamente nos tragamos todo lo que tenga que ver con ellas. Da igual lo que hagan con el xenomorfo, con el yautja o con el agente Murphy, que ahí seguiré, como millones de personas, más que dispuesto a disfrutar de sus siguientes historias, aunque sean flojas y sólo dedicadas a nosotros, los que babeamos con cualquier mención hacia ellos, aguantando carros y carretas, y no son pocos ni pocas en los cuatro casos mencionados. Hay más, claro, aunque, por mi parte, ya me iría al cine de terror, con sagas como las de "Pesadilla en Elm Street", "Muñeco Diabólico", "Halloween", "Saw", "Viernes 13", "Hellraiser"... Pero mejor no me despisto. Sigo con "Terminator".

Ha vuelto


En pocas palabras, soy poco subjetivo con esta saga, la verdad. Eso no quiere decir que no vea las cosas como son, pero me es complicado que algo lleve la marca "Terminator" y no me guste. Por supuesto, insisto, que conservo algo de subjetividad; por ejemplo, resulta bastante evidente que "Terminator 2: El juicio final" es bastante superior a cualquier de sus secuelas, sólo siendo capaz de medirse en calidad la primera entrega, que, por mi parte, aún se quedaría varios peldaños por debajo. Y es que la segunda odisea adrenalínica de James Cameron con los cyborgs de Skynet la tengo como una de mis películas favoritas de todos los tiempos, dentro y fuera de la ciencia ficción y la acción, una de esas cintas que he visto tantas y tantas veces que podría recitar los diálogos mucho mejor que el director y los intérpretes. Me parece uno de los mejores filmes de la historia del cine, ahí es nada, seguido bien de cerca por su primera parte, esa oscura "Terminator" que dispuso las bases para todas las que llegarían más tarde. Claro está, todo esto no sería capaz de decirlo de entregas posteriores como "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" o "Terminator Salvation", entregas muy reivindicables, pero que se alejan, y bastante, de las cotas de calidad impuestas por las dos originales. Lo cortés no quita lo valiente, y al César lo que es del César. Mientras las dos primeras "Terminator" son obras maestras, las restantes son buenas, correctas y notables películas de acción, ciencia ficción y efectos especiales, cada una en su justa medida, espectaculares blockbusters, pero sin alcanzar a sus progenitoras. 

Sin embargo, insisto, eso no hace que las quiera menos. Es verdad que la tercera entrega ha envejecido bastante mal en ciertos puntos (ese sentido del humor en los momentos más inoportunos), pero también es cierto que supone una continuación lógica de "Terminator 2: El juicio final", recuperando una línea temporal que el propio James Cameron trataba de cortar por lo sano, aunque fuera sufriendo incoherencias en su propia historia; "Terminator Salvation" seguía ese camino, rompiendo el esquema de "terminator contra terminator viajando al pasado para proteger y asesinar" y llevándonos, al fin, a la guerra contra las máquinas en el futuro posapocalíptico que nos presentaba el soldado Kyle Reese en la primera parte; y "Terminator Génesis" es una tremenda y disfrutable frikada que no se merece todos los palos que lleva recibiendo desde su estreno, y de la que hablé bastante bien cuando la reseñé aquí mismo, precisamente cuando nos llegó en un ya lejano año 2015, prometiendo un reinicio que nunca se produjo del todo, pues pensaba instaurar una nueva trilogía que rompiese con todo lo visto anteriormente, un poco como "Terminator Salvation", aunque las expectativas de las productoras sobrepasaron bastante los resultados finales de ambas cintas, lo cual fue todo un problema, ya que ninguna a de ellas resultó un verdadero fracaso en taquilla. ¿Y qué decir de las series que sacaron con motivo del estreno de "Terminator Salvation"? La genial "Las crónicas de Sarah Connor" y la estupenda miniserie de animación "The Machinima Series", que funciona como precuela de la cuarta entrega. Muy fan de ambas, por supuesto.

El terminator no es el único que vuelve


Como es evidente, no me voy a detener en las novelas, cómics y videojuegos de la saga, más que nada porque acabaría realizando un ensayo que podría intentar que se publicase en papel, pero no me faltan ganas, la verdad, porque hemos tenido conceptos tan interesantes en los mencionados medios como el ya comentado "Robocop versus Terminator" que ojalá podamos ver en el cine algún día, algo nada descabellado si pensamos en cruces como "Alien vs. Predator", "Freddy contra Jason" y "Godzilla vs. Kong". Además, sería una buena forma de revitalizar ambas franquicias, ¿verdad? Quizá ya os estoy dando pistas sobre por dónde van los tiros (nunca mejor dicho) con respecto a mi opinión sobre "Terminator: Destino Oscuro", aunque es algo que va más allá de mi crítica personal de la cinta. Y es que la sexta entrega de la saga (seis partes, que se dice pronto) no ha funcionado tal y como se esperaba, ni dentro ni fuera de la taquilla. A pesar de que en éste caso no ha sido realmente un fracaso, no ha cubierto las expectativas puestas por la productora, además de llevarse palos por todas partes, tanto del público como de la crítica, incluso por aquellos que, como yo, son firmes defensores de la marca "Terminator". A mí me ha gustado, ya os lo adelanto. Sin embargo, tengo varios "peros" que no voy a dejar de señalar, siendo para mi gusto la secuela más floja de toda la saga, luchando por el puesto con una "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" a la que le pesa ser demasiado poco ambiciosa y usar demasiado el humor cuando menos le pega.

Me estoy desviando, ¿o quizá me adelanto? Admito, y sé que los habituales de este blog conocéis muy bien por dónde voy, que si estuviera hablando de una película sin continuaciones, predecesoras o similares, iría directamente al grano y punto, aunque con alguna entradilla más o menos larga. ¡Ya sabéis lo que me gustan los prólogos, preámbulos y presentaciones! Sin embargo, os recuerdo, y sé que no hace falta, que estamos ante una nueva entrega (y, seguramente, no la última) de una ya larga saga, así que ¿por qué no hace un recordatorio rápido de cómo le ha ido al T-800 por el cine? Resulta evidente que para ello debemos comenzar por "Terminator", o "The Terminator" en el original, la cinta de 1984 con la que James Cameron se presentaba en sociedad (o más o menos, si no contamos un cortometraje y su presencia en la curiosa y surrealista "Piraña II: Los vampiros del mar"), y de qué manera. El argumento principal nos mostraba un futuro desolado por la guerra contra las máquinas tras una masacre nuclear a nivel mundial, una situación en la que aparece un líder rebelde que propicia que los seres humanos no sólo empiecen a sobrevivir a las máquinas asesinas, sino que también devuelvan el ataque hasta el punto de que Skynet, el superordenador que provocó tal apocalipsis, perciba que está a punto de perder la guerra. ¿La solución? Crear una máquina del tiempo y enviar al pasado a un terminator, un cyborg, una máquina escondida bajo la piel de un ser humano, capaz de infiltrarse en las filas enemigas y destruirlas desde dentro, al no poder detectarlo sus rivales. A su vez, la resistencia humana manda también al pasado a uno de sus mejores soldados, cuyo objetivo es proteger a Sarah Connor del Terminator. ¿Qué tiene que ver una humilde y joven camarera de los 80 en todo esto? Fácil: es la madre de John Connor, el líder de la resistencia.

Una nueva protectora llegada del futuro


A partir de ahí se nos presenta un filme de pura acción y ciencia ficción con ciertos toques de terror (el futuro de Skynet, no pocas escenas con el Terminator de Arnold), e incluso con algunas gotas del subgénero slasher si lo pensamos bien, pues el T-800 (modelo del más popular Terminator de la saga) no deja de ser en la película como un asesino en serie o psycho killer sobrenatural (moríos de envidia, Jason y Michael) que persigue a la joven protagonista sin descanso, destrozando a quien se ponga en medio. Una verdadera máquina de matar. De este modo, la cinta resultó ser todo un éxito de crítica y taquilla, catapultando la fama de sus realizadores, en especial de Cameron y Schwarzenegger, quien hace aquí uno de sus pocos papeles de villano, y menudo villano. ¿Queréis pasar miedo con él? Pues como si no fuera suficiente con escenas como la de su presentación, la matanza de la comisaría o el enfrentamiento final, ahí tenemos las palabras que le dedica el propio Kyle Reese cuando le explica a Sarah Connor qué es un terminator, palabras que persiguen tanto a los protagonistas como a nosotros durante toda la saga: "El Terminator está ahí fuera. No se puede razonar con él. Es un exterminador. No siente lástima, ni remordimiento, ni miedo y no se detendrá ante nada, jamás, hasta que estés muerta". Impresionante.

Esta joya cinematográfica tuvo tanto éxito que la secuela nos llegó siete años después, prácticamente abriendo la década de los 90. "Terminator 2: El juicio final" se convirtió pronto en una de las películas más taquilleras de la historia, en el mejor trabajo de James Cameron y Arnold Schwarzenegger y en una revolución en el terreno de los efectos especiales, sobre todo en los creados por ordenador, consiguiendo ser un antes y un después al respecto, por no hablar que siempre aparece en las listas de las mejores producciones de la historia, dentro y fuera del campo de la acción y la ciencia ficción, un filme prácticamente perfecto, sin el "prácticamente". La acción recuperaba la estructura de la primera parte, como bien nos indica el brutal prólogo, que ya nos muestra a John Connor dirigiendo la guerra contra las máquinas (el altísimo presupuesto se exhibe desde el minuto uno del metraje, y no es para menos, dado el gran éxito de la primera parte). De nuevo, son enviados al pasado dos guerreros; uno por Skynet; otro por la resistencia de la raza humana. Al fallar el primer terminator, Skynet manda a otro, esta vez no para acabar con Sarah Connor antes de que dé luz a John, sino para exterminar a éste cuando todavía es un niño que apenas sabe defenderse, un objetivo fácil, claro. Sin embargo, hay varias detalles con los que no cuenta Skynet. El primero de ellos es que Sarah Connor lleva años preparándose para la guerra contra las máquinas, produciéndose así una curiosa paradoja temporal (sabemos así que John Connor sabe tanto sobre combatirlas porque le enseña Sarah, quien a su vez fue instruida por Kyle Reese, enviado desde el futuro por John para proteger a su madre... bucle tras bucle tras bucle); el segundo es que el protector que el propio John envía para sí mismo es nada más y nada menos que... un terminator.

Un equipo que suena


Este guerrero defensor de John Connor, que obedece todas sus órdenes porque se lo envía él mismo (continuamos con el bucle tras bucle tras bucle) es un terminator del mismo modelo que el que trató de asesinar a su madre en los 80, una gran manera de colocar a Arnold como protagonista, aunque esta vez en el lado de los buenos, dándonos a un cyborg con el que es imposible no ir encariñándose conforme avanza el metraje y John, ese debutante y jovencísimo Edward Furlong (Cementerio viviente 2, Cero en conducta), lo hace cada vez más humano, mientras la ahora poderosa Sarah Connor (atentos a su brutal evolución) asiste a una extraña relación que al principio ve con desconfianza, después tolera y más tarde siente como más auténtica que muchas de las que ha tenido John con sus antiguas parejas. Para subir las apuestas, el nuevo terminator es un modelo muchísimo más potente y actualizado que el de Schwarzenegger, el cruel, sádico, letal e indestructible (o casi) T-1000, interpretado por un Robert Patrick (True Blood, El Pacificador) que quedaría marcado para siempre por un papel que repetiría en algún que otro cameo (por ejemplo, echad un vistazo a esa joyita incomprendida que es "El último gran héroe"). Pero esta segunda parte no sólo funciona en el apartado de efectos especiales, visuales, reparto y escenas de acción, sino también en el guion, un guion a ratos tramposo con respecto a la entrega anterior, pues mientras ésta nos dice que el futuro no se puede cambiar y que el destino es inevitable, "Terminator 2: El juicio final" viene a contradecirse a sí mismo, señalando que el destino no está escrito y que lo hacemos nosotros, dando un volantazo argumental a la saga que la siguiente película llegó para arreglar.

A pesar de que la historia se cerraba bastante bien (y más con el final alternativo/eliminado que se incluyó incluso en la versión del director), el dinero manda, y pronto se empezó a gestar el proyecto para una tercera entrega donde se pedía el regreso de las estrellas de las anteriores. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" nos llegó en 2003, doce años después de la anterior, y sólo con Arnold como protagonista, dada la negativa de no continuar de Linda Hamilton (Los chicos del maíz, La bella y la bestia) y los altibajos profesionales y personales de Furlong. La estructura volvía a repetirse, con dos máquinas de matar llegadas desde el futuro para destruir y proteger al mismo objetivo, que en este caso volvía a ser John Connor, aunque con algunas ligeras diferencias con respecto a la anterior. Por ejemplo, damos con un John crecidito, que ha perdido a su madre y que se esconde de todo y de todos para no ser encontrado por las máquinas, un John que esta vez no es el único objetivo, pues también lo es su futura esposa, quien codirige la resistencia de la humanidad junto a él, y algunos de sus principales comandantes y tenientes. A por todos ellos va la T-X (Terminatrix), la primera terminator de la franquicia, que fusiona los modelos del T-800 y el T-1000, además de contemplar varios mortales añadidos para convertirla en la cazadora definitiva o como la definen de manera genial en la película: la terminator que caza terminators. Sublime.

Los daños colaterales


Todavía hoy no faltan quienes señalan este título como el más flojo de la franquicia, cuando es tremendamente reivindicable. Es verdad que es la primera entrega que contiene trazas de cierto humor y autoparodia que a ratos sientan bien y a ratos... no tanto. Sin embargo, también es verdad que posee numerosos aciertos y virtudes que consiguen que haya ganado puntos una vez transcurridos los años, por ejemplo, gracias a escenas de acción tan impactantes y propias de las dos anteriores como la del terminator protagonista en el cementerio, su enfrentamiento contra la T-X a puñetazo limpio o su sacrificio final para detenerla. Para ensalzarla aún más debo regresar a lo comentado anteriormente, a ese guion que vuelve a la primera entrega, afirmando que el destino ya está escrito, que todo está conectado y que la rebelión de las máquinas, así como el fin de la humanidad y el alzamiento de Skynet, debe suceder. Y es que recordemos que en "Terminator" la misión de Kyle Reese es la de proteger a Sarah Connor para que dé luz al salvador de la humanidad; en ningún caso trata de evitar el surgimiento de Skynet y la caída de las bombas. Eso ocurre en la segunda parte, con ese brusco giro de los acontecimientos, cuando los protagonistas descubren que hay acontecimientos que se cruzan con ellos y que darán lugar al exterminio de la raza humana. Pero como bien indican los protagonistas en los últimos minutos de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas", el objetivo nunca fue detener a Skynet, sino sobrevivir al holocausto. Y lo consiguen, dando lugar a la siguiente etapa de la franquicia, o a lo que debería haber sido la siguiente etapa, claro.

Si la saga continuaba por esos cauces lógicos que casi se había cargado la segunda entrega, era coherente que tocase "Terminator Salvation", o lo que es lo mismo, la primera cinta de la franquicia que se centraba en la cruenta guerra contra las máquinas cuyos retazos habíamos visto en las tres anteriores. La película venía a romper la estructura de "viaje al pasado para proteger y destruir" centrándose en los primeros años de la guerra de la humanidad contra Skynet, hasta el punto de que en ella vemos a un joven Kyle Reese que aún no conoce a John Connor, interpretado en esta ocasión por Christian Bale (American Psycho, El Caballero Oscuro), al mismo tiempo que asistimos al nacimiento del modelo de terminator de Arnold Schwarzenegger, siendo ese uno de los mejores momentos de un filme que es el único en el que el actor no participa de forma activa y directa, aunque sí de manera más... sutil. La continuidad se mantiene de tal manera que Bryce Dallas Howard (Spider-Man 3, Jurassic World) es quien se mete ahora en la piel de la esposa de John, a la que conocimos en "Terminator 3: La rebelión de las máquinas". Por supuesto, no faltan muchísimos guiños más a todos los demás títulos (atentos a la escena con la moto terminator), un buen montón de máquinas asesinas en su aspecto más primario e incluso un nuevo modelo de terminator que supone un giro en la historia algo pillado por los pelos, si tenemos en cuenta ciertos detalles sobre la creación del T-800. En pocas palabras, "Terminator Salvation" es una producción que debía existir sí o sí. Era lo que tocaba si se quería avanzar con esta saga. ¿Funcionó? Sí y no.

¿Quién persigue a Dani?


Curiosamente, no fue un fracaso en taquilla. Tampoco se convirtió en uno de esos megataquillazos capaces de competir con "Avatar" y Marvel Studios, pero cumplió con los números mínimos (en realidad, sólo "Terminator: Destino oscuro" ha sido el único fracaso taquillero de la saga, y tampoco las cifras lo indican con calidad). Sin embargo, que no fuera ese megataquillazo esperado y las críticas que recibió llevaron a que se cortasen los planes para una nueva trilogía de "Terminator" centrada en el futuro, una que pondría fin a la saga de una manera absoluta, con dos entregas más que nunca se hicieron y en la que seguiríamos viendo más y más detalles que se nos daban a entender en las anteriores cintas. Una verdadera pena, porque "Terminator Salvation" también es muy reivindicable, una brutal cinta de acción y ciencia ficción, un no parar de explosiones, disparos y robots cada vez más grandes, sanguinarios y mortales, capaces de dar miedo al más pintado de los transformers. Llegados a este punto, convenía dar un giro a la franquicia, la cual tardaría otros seis años en ver su nueva entrega, tras numerosos rumores de reiniciarla o reimaginarla con un remake de la historia original. Fue entonces cuando nació "Terminator Génesis", la cual ya reseñé en este mismo blog cuando se estrenó en 2015, por lo que los que leísteis aquella entrada ya sabéis que disfruto muchísimo con ella.

"Terminator Génesis" fue el nuevo intento por comenzar una nueva trilogía con la franquicia y llevarla en una dirección muy distinta a la que estábamos viviendo, usando los viajes en el tiempo y los universos alternativos para jugar con la marca "Terminator" y los personajes más importantes de ésta, dándonos más de una sorpresa por el camino, giros argumentales incluidos (atentos a ese John Connor que redefine las reglas sobre su protección). Lo que trataba de hacer el filme era, como hizo a las mil maravillas ese mismo año "Jurassic World", atraer tanto a los fans más talluditos de la saga como a los nuevos que apenas sabían nada de ella o, en el mejor de los casos, lo más básico. En este caso, si olía todo más a reinicio (o reinicio ligero) que con lo que se había hecho con "Jurassic Park" y la nueva entrega. A ver, ambas producciones son secuelas, pero mientras una (la de los dinosaurios) usó la nostalgia para ir hacia delante en la franquicia, la otra (la de las máquinas asesinas y los viajes temporales) la utilizó para tratar de dar un punto y aparte y comenzar a contar otras cosas, de ahí ese final que presagiaba dos entregas más, una batalla final con el Skynet con cuerpo y la resolución de ciertos misteriosos alrededor de quién había enviado un terminator al pasado para proteger a Sarah Connor cuando sólo era una niña. Cabos sueltos que se quedaron así, lo cual es una auténtica pena, porque el nuevo sendero de la saga prometía bastante.

Sarah Connor sabe cómo resolver un problema de terminators


Hoy, "Terminator Génesis" sería considerada una recuela, o lo que es lo mismo, ese término innecesario que a veces mezcla el concepto de reboot y secuela y en otras ocasiones las ideas de remake y secuela, cuando no es ni lo uno ni lo otro. ¿Se puede ver y disfrutar al completo de esta película en concreto sin ver las anteriores? No. Entonces no es un reinicio. Entonces no es un remake. Es una secuela que trata de abrir otro camino para darle a la franquicia una nueva y necesaria vida, centrándose en este caso, más que en el holocausto nuclear en los viajes temporales y la guerra contra las máquinas. Para ello seguimos a Kyle Reese justo al viajar al pasado en la primera entrega; es entonces cuando sucede algo distinto a lo que conocemos, lo cual lo cambia todo... en parte, porque todo ya ha cambiado cuando descubrimos que la Sarah Connor de los 80 ya es una guerrera que cuenta con un guardián en forma del terminator más clásico de Arnold Schwarzenegger que a su vez se enfrenta al de los 80, en escenas tan impactantes como espectaculares y complacientes para el fan. De ahí mi gusto hacia esta entrega en concreto, no sólo por el reparto, no sólo por tratar de ir más allá, no sólo por las espectaculares escenas de acción, no sólo por su aire de cómic, no sólo por su nostalgia... "Terminator Génesis" intenta reinventarse a sí misma usando las herramientas más clásicas y reconocibles de la franquicia. Y le sale bien, pero no genial, según la crítica y el público. De nuevo, menos taquilla de la esperada, lo que provoca que, una vez más, deba replantearse el futuro de los Connor y el T-800.

No quiero pasar al filme protagonista de la reseña de hoy sin mencionar dos títulos muy olvidados de la franquicia, pero que son ya hoy de culto: "Terminator: Las crónicas de Sarah Connor" y "Terminator Salvation: The Machinima Series". Ésta segunda no deja de ser una simple curiosidad que amplía el universo de "Terminator Salvation", una miniserie creada mediante animación digital, de ahí lo de "Machinima", que es un término que hace referencia a las creaciones en vídeo usando el motor gráfico de un videojuego, convirtiéndose el mejor ejemplo de ello los vídeos de sagas como "Resident Evil", sobre todo si hablamos de sus primeras entregas. Es la otra serie de televisión, "Terminator: Las crónicas de Sarah Connor", el título verdaderamente interesante de los dos. Con un estreno en el año 2008, nos presentaba una línea temporal en la que no existe "Terminator 3: La rebelión de las máquinas", y mucho menos "Terminator Salvation", que aún estaba por estrenarse, por lo que la acción se sitúa poco después de los acontecimientos de "Terminator 2: El juicio final", con Sarah y John tratando de llevar una vida normal sin despistarse, sin olvidar que el segundo sigue siendo un objetivo de las máquinas asesinas, las cuales le atacan de nuevo, sólo que esta vez el protector llegado del futuro era una protectora, nada más y nada menos que una terminator encarnada por Summer Glau (Ángel, Serenity), quien se convirtió casi automáticamente en todo un símbolo friki de la ciencia ficción gracias a la producción. Por supuesto, Arnold Schwarzenegger no se pasó por ninguno de los capítulos, así como tampoco ningún miembro del reparto original, algo que hoy sería impensable (que se lo pregunten a las series de Marvel); por no tener al tito Arnold, ni siquiera su personaje aparecía en la serie. Eso sí, para la "nueva" Sarah Connor se eligió nada más y nada menos que a una Lena Headey (300, Dredd) que todavía no tenía la fama mundial que le concedería "Juego de Tronos". "Terminator: Las crónicas de Sarah Connor" sólo duró dos temporadas, siendo cancelada sin resolver muchas de sus tramas abiertas y dejándonos con un cliffhanger de los que hacen historia, después de haber jugado fantásticamente con la mitología de la serie durante treinta y un episodios para recordar. ¿Quizá ya es demasiado tarde para que algún canal de streaming la retome?

¿La nueva Sarah o la nueva John Connor?


Y así llegamos, al fin, a "Terminator: Destino Oscuro", nueva entrega creada con el objetivo de lograr lo que no consiguió "Terminator Génesis", pero que se ha acabado llevando más palos que ésta, incumpliendo todavía más las expectativas y confirmando que a veces rescatar los valores que una vez fueron de éxito no hacen repetirlo. Y es que para esta nueva secuela, que venía con un truco que comentaremos enseguida, se cumplía lo que los fans de la saga llevaban tiempo pidiendo con cierta desesperación: el regreso tanto de James Cameron como de Linda Hamilton. Mientras el primero se dispuso a producir la cinta, la segunda llegaba para coprotagonizarla al más puro estilo Jamie Lee Curtis (Mentiras arriesgadas, Todo a la vez en todas partes) en la nueva trilogía de "Halloween", en la que también regresaba su creador, John Carpenter (La cosa, Vampiros). Esta nueva película de la saga se venía a sumar a esa oleada de títulos, cada vez más habituales de ver en los cines, sobre todo si hablamos del género fantástico, que retroceden en la continuidad de la franquicia para seguirla desde cierto punto, ignorando al resto de secuelas. Por ejemplo, volviendo a "Halloween", la llamada "La noche de Halloween", estrenada en 2018, pasaba por encima de absolutamente todas las continuaciones de la saga, contando sólo la primera, la original, y contando una "nueva" historia a partir de ahí. La nueva "La matanza de Texas", estrenada directamente en Netflix en 2022, hacía lo mismo, incluyendo, por supuesto, al único personaje superviviente de la original. "Terminator: Destino Oscuro" aprovecha así que tiene a una guerrera entre guerreras, personajes femenino fuerte y poderoso entre todos los que pueden atesorar tales virtudes, y hace lo mismo, contando, tal cual hace "Terminator: Las crónicas de Sarah Connor", sólo los dos primeros filmes dirigidos por James Cameron. Craso error.

Como decía con anterioridad, olvidaos de esos términos absurdos como los de recuela; si no has visto "Terminator" y "Terminator 2: El juicio final", apenas te enterarás de nada de lo que ocurre en "Terminator: Destino Oscuro", por lo que tampoco es un reinicio. Estamos, insisto, ante una secuela con todas las de la ley, sólo que prefiere usar la apisonadora para no contar con todas las demás entregas que no le convienen, en vez de usarlas para su beneficio, como sí hace "Terminator Génesis", con bastante acierto, ojo. Mientras que ésta última utiliza el factor nostalgia para avanza, para evolucionar la trama, la nueva entrega con Linda Hamilton lo hace para desviarse, tomar otro camino y... fracasar. "Terminator: Destino Oscuro" no es una mala entrega de la franquicia, que no se me entienda mal, aunque, claro, regresando a las primeras líneas de esta reseña, está claro que la voy a defender sí o sí, pero se hace complicado, porque en mi opinión sí que estamos ante el filme más flojo de toda la saga, el que sale perdiendo ante los demás. Y es normal si pensamos que lo que hace es coger de aquí y de allá conceptos e ideas ya vistos en las anteriores películas para no hacer absolutamente nada con ellos más que permanecer estático, sin más. "Terminator: Las crónicas de Sarah Connor" y "Terminator Génesis" son los principales referentes de "Terminator: Destino Oscuro", y prefiero hablar de referentes para no hablar directamente de coger herramientas e incluso escenas casi calcadas de ambos productos para ofrecernos una ensalada difícil de tragar cuando llevas un rato pensando "¿pero esto no lo he visto ya?". Sin ir más lejos, por ejemplo, el terminator enemigo en esta ocasión vuelve a ser un modelo de endoesqueleto de metal recubierto por metal líquido, cuando parecía que era algo que ya habíamos dejado atrás gracias al modelo de "Terminator Génesis", ese terminator de terminators en el que se convertía John Connor, sin olvidar al Skynet funcional interpretado por Matt Smith (Morbius, La Casa del Dragón). 

El mortífero REV-9 


El tema no se queda ahí. Cuando acaba la película, sí que queda en el aire cierta aura de reinicio, como ocurre en "Terminator Génesis", sólo que habría que hablar también de remake, una posibilidad que llevaba años barajándose para la franquicia después de "Terminator Salvation". Es curioso como "Terminator Génesis" y "Terminator: Destino Oscuro" se acaban pareciendo tanto en esos detalles que muestran pizcas de reinicios como en los que exhiben el gusto o intento por rehacer la saga de una vez por todas, como si trataran de hacerlo sin atreverse del todo, aunque es verdad que a la cinta de 2015 le sale mejor la jugada, pues esos ingredientes de remake se enlazan estupendamente con el argumento principal, mientras que en este nuevo título todo parece más gratuito y pobre, como si los guionistas no se hubieran esforzado demasiado. Sin ir más lejos, durante la historia se nos descubre que Skynet ya no existe en el futuro, pero que ha sido sustituido por Legión, otra inteligencia artificial asesina, que también ha creado terminators (o algo similar), que también maneja los viajes temporales, que también ve amenazada su "vida" por la resistencia humana y que, por supuesto, también envía a un asesino cyborg al pasado para que acabe con la virgen María que supondrá su final. Es verdad que en este último aspecto de la producción hay cierto giro argumental, interesante, sí, pero que se ve venir de lejos al carecer de ciertos detalles que sí veíamos en la primera entrega original. "Terminator Génesis" trabaja sobre los acontecimientos que ya hemos vivido y disfrutado, en especial en "Terminator"; por el contrario, "Terminator: Destino Oscuro" pretende hacerlo mejor y sufre un retroceso que duele. ¡Incluso el T-800 que interpreta Schwarzenegger es una copia de guardián de Sarah Connor en "Terminator Génesis"! Envejecimiento incluido, ojo.

Visto lo visto, leído lo leído, ¿de qué va exactamente "Terminator: Destino Oscuro"? Para reafirmarse en su intención de pasar de todas las demás secuelas y centrarse en las creaciones de Cameron, el filme comienza con Sarah y John, tal cual los dejamos después de "Terminator 2: El juicio final", en una playa, disfrutando de la vida después de haber evitado el apocalipsis nuclear y la existencia de Skynet y los terminators. ¿O no? Parece que antes de desaparecer por completo, Skynet logró enviar al pasado a otro T-800 (sí, el modelo de Arnold) que pilla desprevenidos al hijo y a la madre, acabando con el primero de una vez por todas, para luego alejarse sin que Sarah pueda hacer nada. La acción nos sitúa más tarde décadas después, con otros dos viajeros del tiempo llegando a su pasado; uno, un terminator muy avanzado, conocido como REV-9, capaz de dividirse en dos; el otro, una soldado de la Resistencia que hará lo que sea para proteger a su objetivo. Sin embargo, todo es más complicado de lo que parece, y la trama se enreda aún más cuando aparece la mismísima Sarah Connor, quien lleva años recibiendo mensajes cifrados sobre agujeros temporales de parte de un desconocido que resulta ser el mismo T-800 que asesinó a John, el cual ha adquirido autoconciencia después de separarse durante tanto tiempo de Skynet, pudiendo incluso formar una familia y entender como nunca antes a los humanos. Todos deberán unirse para lograr que Dani Ramos sobreviva, sin saber bien qué papel juega exactamente en el futuro. ¿Es la nueva Sarah Connor? ¿O, en realidad, es la nueva John?

Una vez terminator, siempre terminator


En un vistazo rápido, "Terminator: Destino Oscuro" tiene bastante buena pinta. Y que no se me entienda mal, porque al verla la sigue teniendo, siendo poseedora de algunas de las mejores escenas de acción de la saga y de otras que están a la altura de las circunstancias, siendo, curiosamente, las menos interesantes aquellas que nos llevan a un futuro donde ya no existe Skynet, ni ninguno de los elementos que nos son familiares después de cinco entregas, una serie de dos temporadas y una miniserie de animación. Estamos ante una película que es un no parar de acción; desde el primer encuentro con el REV-9, que termina con la impactante aparición de Sarah Connor, hasta esa espectacular batalla final en la que todo el equipo se une para acabar con un terminator que parece más invencible que nunca, una batalla bastante larga y que contiene momentos tan geniales como el enfrentamiento en el avión militar. Por supuesto, es un filme repleto de efectos especiales y visuales, y en este caso seguimos la costumbre de los últimos años, con un CGI asombroso en algunos momentos y más pobre en otros, aunque siempre a buen nivel. Además, la ambientación y el tono más hispanos (o latinoamericanos, como se prefiera) le van como anillo al dedo, pues es algo que va enlazado a la franquicia desde la primera entrega, con esos minutos finales de una Sarah Connor embarazada pidiendo gasolina o todo el trasfondo que tienen ciertas partes de "Terminator 2: El juicio final". Hasta en eso han sido cuidadosos para que conste que "Terminator: Destino Oscuro" debería convertirse en la tercera entrega oficial de la franquicia, en vez de en la sexta. Pero no debería hacerlo si el coste es reciclar ideas hace tiempo dejadas atrás.

Antes he mencionado unos cuantos conceptos que se repiten en esta nueva cinta. Hay otros, claro, en ocasiones tan nimios que son casi imperceptibles (ciertos detalles de la batalla entre el REV-9 y el T-800, por ejemplo), pero uno de los más grandes es el secreto de Grace, la protectora de Dani llegada del futuro, interpretada por la carismática Mackenzie Davis (Black Mirror, Otra vuelta de tuerca). Llegados a cierto punto de la historia, y sin ser esto un spoiler, se nos descubre, aunque alcanzados esa parte ya lo podemos sospechar, que es una soldado mejorada cibernéticamente, es decir, tiene superfuerza, mayor resistencia y más velocidad, el camino que va el soldado humano convencional al terminator de Skynet (perdón, de Legión). Esto funciona bastante bien, sobre todo porque Grace no es invencible, y a veces, si se esfuerza demasiado o recibe más daño del que puede aguantar, se estropea. Sin embargo, ¿no hemos visto algo así? ¿Qué es el Marcus de "Terminator Salvation"? Sí, algo, muy, muy parecido, aunque se acerque más al terminator habitual. Y sí, en "Terminator: Las crónicas de Sarah Connor" también hallamos retazos de esta idea, una gran idea, que luce impresionante en un blockbuster de acción y ciencia ficción, pero que no deja de ser un reciclaje. Peor se pone la cosa cuando vamos conociendo a Grace en mayor profundidad, siendo un personaje tan exageradamente agresivo que resulta desagradable en más de una ocasión, como si los guionistas, al no saber cómo hacer un personaje femenino al estilo de Sarah Connor, se hubieran pasado de la raya, desequilibrando a una protectora que parece ver enemigos donde no los hay, y eso, en una saga donde en el bando de los buenos hemos tenido a Kyle Reese y al T-800 de "Terminator 2: El juicio final", duele, y mucho.

Grace, la guerrera mejorada


Y es que si nos adentramos en el terreno de los personajes, el tema chirría bastante, siendo la entrega donde más ocurre. Dani Ramos, interpretada por una sobreactuada Natalia Reyes (Queda la tarde, Chess), no sólo no tiene ningún carisma, sino que no hace nada para que le cojamos cariño o sintamos el asesinato de sus seres queridos, a los que el REV-9 va masacrando sin ningún esfuerzo. Ojo, porque tanto Grace como Dani son las supuestas verdaderas protagonistas del filme, quedando relegados el T-800 y Sarah Connor a meros comparsas y secundarios, más o menos bien usados, pero si las protagonistas no funcionan, porque sus personajes no funcionan, ¿qué nos queda? Tirar de la nostalgia que ofrecen los clásicos, aunque eso tampoco va bien, y menos con la que debería ser la estrella de la cinta, la recuperada Linda Hamilton, que a ratos parece cansada y sin saber exactamente qué hace en la historia más allá de regresar porque el T-800 tiene una cuenta que saldar con ella (redención). Se convierte en protectora y en mentora, sin que ninguno de los dos términos termine de cuajar al cien por cien, dando la sensación al terminar la producción de que, al contrario que Jamie Lee Curtis en las nuevas "Halloween", tendría que haberse mantenido apartada de la franquicia. Sin ir más lejos, las ideas alrededor de su personaje, ofrecidas en "Terminator Génesis", funcionan mejor y tenían mayor futuro que las que sobrevuelan a esta envejecida Sarah Connor. Una pena, pero, como decía anteriormente, no siempre lo que piden los fans van a funcionar como se espera. 

Eso sí. ¿Qué sería de un filme de "Terminator" sin la presencia de Schwarzenegger y la de un villano a la altura? Ambos son, sin duda, de lo mejorcito de la película, aunque con ciertos matices, porque también son personajes muy, muy mejorables. El T-800, insisto, sigue la línea del maduro/envejecido guardián de "Terminator Génesis", aunque todavía más humano, algo para lo que se da una explicación que a mí, personalmente, me ha convencido bastante poco, llegándonos a ofrecer más de un momento cómico bastante penoso. Y es que se lleva confundiendo lo de humanizar al terminator protector con el hecho de que haga chistes desde "Terminator 3: La rebelión de las máquinas", cuando deberían fijarse más en el perfecto T-800 de "Terminator 2: El juicio final"; por cierto, el concepto de que haya un terminator que mate a John Connor y luego se una al bando de los buenos también se exploró, precisamente, en la verdadera tercera entrega de la franquicia, con ese T-850 que era enviado al pasado después de asesinar a John en el futuro, al cual pudo acercarse por los recuerdos de la niñez que tenía por haber sido su protector un modelo similar. De ahí pasamos al REV-9, interpretado por un más que eficiente Gabriel Luna (Agentes de SHIELD, The Last of Us), ofreciéndonos un terminator que recicla mucho tanto del T-1000 como de la T-X, sobre todo esa mezcla de animal y robot, haciéndolo muy amenazador, lo cual es bastante importante en una entrega de esta franquicia, pues si no hay peligro real hacia los protagonistas o existe la sensación de que estos podrían fácilmente vencer al terminator de turno, la impresión de terror, de persecución y de acoso que debería transmitir, se pierde por completo. Aquí hay un momento en el que tienen que unirse los cuatro protagonistas contra el REV-9, así que imaginaos lo bien que cumple como terminator enemigo, aunque no pueda contarse entre los favoritos de la saga.

Terminator contra terminator, todo un clásico


Pasando a personajes más secundarios, me ha parecido tan curioso como simpático el gran peso que tienen en el filme los intérpretes españoles, aunque teniendo en cuenta que parte de la historia se ha rodado en nuestro país tampoco debería ser tan extraño. Por ejemplo, en la piel del padre de Dani, tenemos a Enrique Arce (El corazón del guerrero, Criminales a la vista), mientras que la "esposa" del T-800 (Carl) está interpretada por Alicia Borrachero (Isabel, Tiempos de guerra), sin olvidar la presencia de Tristán Ulloa (Los sin nombre, Lucía y el sexo). Qué queréis que os diga, pero gusta que nuestros actores y actrices tengan más proyección internacional que la de los típicos proyectos y personales, además de que gusta ver que no son los mismos de siempre una y otra vez, haciendo los mismos papeles una y otra vez. Si nos adentramos en otros aspectos del filme, encontramos una banda sonora más que correcta, sustentada principalmente en los acordes más conocidos de la franquicia, tan inolvidables como ya icónicos para el cine de acción y ciencia ficción, así como una dirección más que correcta de Tim Miller (Deadpool), quien tras el exitazo que tuvo con cierto Mercenario Bocazas tendría que haber tenido mejor suerte con una saga que nunca ha fallado de tal forma en taquilla. De verdad, una lástima que le haya tocado a él, porque tiene ideas, capacidad, talento y ritmo suficiente como para darnos otro nuevo taquillazo antes de que nos demos cuenta.

"Terminator: Destino Oscuro" se estrenó en el año 2019, tan sólo cuatro años después de "Terminator: Génesis", siendo la entrega de la saga lanzada con menos tiempo de diferencia desde la llegada de su predecesora. Mientras escribo esta reseña han pasado ya casi otros cuatro años, y no hay noticia alguna de que vayamos a tener una nueva "Terminator" pronto; ni siquiera se vislumbra en el horizonte. De llegar a tenerla, seguramente sea ya sin Arnold Schwarzenegger de por medio, y mucho menos con Linda Hamilton regresando una vez más, y dudo que James Cameron se atreva a volver, y menos después de unas declaraciones en las que entre unos y otros apuntaban los errores de la producción. Y es que tanto reciclar ha sido al final un tremendo error, sobre todo cuando llevas a cabo una historia que parece haber sido montada con una larga lista de escenas e ideas eliminadas de las anteriores. Pocos son los caminos que le quedan a la franquicia si se desea continuar con ella, claro, porque no es obligatorio que prosiga eternamente. ¿Quizás un remake de verdad, cambiando algunos detalles de la "Terminator" original? ¿Quizá volver a esos conceptos de "Terminator Génesis" que presentaban terminators tratando de acabar con los padres e incluso abuelos de Sarah Connor en épocas pasadas? ¿Quizá regresar el sendero de "Terminator Salvation"? ¿Por qué no una "Terminator Salvation" de una única entrega que sirva para cerrar la saga definitivamente? ¿Y una nueva serie que haga todo esto y más?

Por John


Sé que le doy a "Terminator: Destino Oscuro" una nota mejor de la que se merece. Sé que me dejo llevar por mi amor hacia la franquicia, ese amor subjetivo y, a veces, cegador del que ya os he hablado al comienzo de la presente reseña, y que también tengo por otras sagas. Pero ¿qué le voy a hacer? También soy alguien que, al final, se queda antes con las virtudes que con los defectos. Y sí, a ratos la película parece hecha sin verdaderas ganas, sus personajes chirrían en un momento u otro, su fracaso la ha convertido en una trilogía acabada al empezar y lo peor es que es una cesta de reciclaje repleta de ideas y conceptos desechados o ya vistos una y otra y otra vez con anterioridad. ¿Y? Es un gustazo friki poder ver de nuevo a Linda Hamilton con Arnold Schwarzenegger en un filme de "Terminator", es un disfrute ver al actor interpretar (¿por última vez?) al T-800, molan mucho sus escenas de acción, ese comienzo es de los más potentes de todas las entregas de la franquicia, el REV-9 es una gran amenaza que nos hace revivir la indefensión clásica de los protagonistas de cualquier título de "Terminator", tenemos la banda sonora con los acordes clásicos y, qué demonios, es difícil no emocionarse ante ese "por John" que sobrevuela todo el gran último acto. Quizá sea hora de que el T-800, Skynet y los Connor descansen una buena temporada, pero de lo que no cabe ninguna duda es de que, tarde o temprano, volverán. Estad seguros. Siempre vuelven.


Nota: 7,5/10


7 comentarios:

  1. Al final, no hiciste la reseña de Destino oscuro, que me parece fallida.

    Me parece una lograda franquicia. Cuya primera película tiene mucho de Harlan Ellison, que hizo una acusación por plagio. Y fue toda una ruptura.
    Es un caso en que la secuela es mejor que la primera película, con diálogos, escenas, memorables. Como Hasta la vista, baby.
    Y el Terminator reprogramado con un rol paterno para John Connor.

    La tercera presenta a la Terminatrix. Un logrado personaje, no lo digo sólo por la imagen de su materialización, llegada desde el futuro. Sino por su poder de cambiar su apariencia. Y con armas internas.
    Y el diálogo.
    -¡¿Qué?!- (la chica luego de ametrallar unos drones)
    -Me recuerdas a mi madre.

    Terminator Salvation tiene buenos giros argumentales.
    Y supongo que podría hablarse bien de Terminator Genesis.

    Saludos.

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  2. Dedicate a las pajas🤣🤣 llama a tus amigos para que no sigas haciendo el ridículo

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    1. A llorar a Parler, perdedor bloqueado, jajajajajajajajaja.
      ¡Llorón!

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    2. Jajaja bloquea? Algunos trabajamos, no como tú que eres un vago. Sal de casa de tus padres ya, vago jajajaja

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    3. Has pasado de estar tres horas seguidas contestando a no responder en una semana. Te ha venido mucho trabajo de golpe... que te deja comentar aquí, pero no en Twitter, PRINGAO, jajajajaja.

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  3. Que vas de escritor y lector y lo máximo que has leído es "Teo en el parque" subnormal 🤣🤣

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    1. Vuelve a Twitter, perdedor, que tienes la cuenta en barbecho, jajajajaja.

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