Ficha Técnica
Título original: 300: Rise of an empire
Director: Noam Murro
Intérpretes: Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Lena Headey, Jack O´Connell, Andrew Tiernan, David Wenham, Callan Mulvey, Andrew Pleavin, Yigal Naor, Steven Cree, Peter Ferdinando, Mark Killeen, Peter Mensah.
Guión: Zack Snyder, Kurt Johnstad
Música: Junkie XL
Género: Acción
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 102 minutos
Año: 2014
Sinopsis:
Los 300 espartanos liderados por el rey Leónidas han muerto junto con él, tratando de evitar el avance del rey-dios Jerjes. Sin embargo, y aunque las bajas en el bando de los persas han sido importantes, la campaña de Jerjes prosigue, y parece que sólo los atenienses puedan ser los últimos griegos en presentar batalla al poderoso ejército del rey-dios. Sin embargo, durante la lucha, llega el momento de obtener respuestas, ¿quién es Artemisia? ¿Cuál es el motivo de su odio hacia los griegos? ¿Qué harán los espartanos tras la muerte de Leónidas? Y, lo más importante, ¿cuál es exactamente el origen del rey-dios Jerjes? Quizá las respuestas puedan dar la victoria a los atenienses, en una batalla donde pasado, presente y futuro serán los protagonistas.
Reseña:
Para hablar de "300: El origen de un imperio" hay que hablar de "300". Para hablar de "300" hay que hablar, casi obligatoriamente, del cómic en el que se basa, "300" que lleva, como veis, el mismo título. Y para hablar de "300" hay que hablar de su creador, Frank Miller (Daredevil, Batman: Año uno), guionista, dibujante e incluso director de cine, pero quizás eso sea adelantarme demasiado, ¿qué os parece si comenzamos por el principio? Y más si tenemos en cuenta que "300: El origen de un imperio" es la adaptación de un cómic de Frank Miller que todavía no está ni publicado.
¿Quién es Frank Miller? Pues, así sin muchas explicaciones, uno de los guionistas y dibujantes más importantes e influyentes del cómic americano. Casi nada, ¿verdad? Frank Miller, como grandes del medio como Alan Moore (From Hell, Watchmen) alcanzó su máxima popularidad durante la década de los 80, pero antes, mucho antes, Miller ya existía, y prometía llegar muy lejos, algo que acabó cumpliendo. Se podría decir que su carrera empezó en Marvel, precisamente a finales de los 70, con una historia que unía a Spiderman con Daredevil. Sería éste último personaje quien le daría la fama que luego iría creciendo. ¿Qué historia de Daredevil logró que Miller ascendiera al cielo de los artistas comiqueros? "Daredevil: Born again", donde Miller, aquí concretamente como guionista, y acompañado del siempre sobresaliente David Mazzucchelli (Batman: Año uno) en el apartado gráfico, nos contó la caída y la "resurrección" de Daredevil cuando Kingpin, su peor enemigo, ponía patas arriba su vida.
Antes de esta historia, Miller, tanto como guionista como dibujante ya había tratado al vigilante de la Cocina del Infierno de Nueva York, llegando incluso a crear a Elektra, uno de los mejores personajes de Marvel, y uno de los más famosos sin ser uno de los más importantes. Muchos dicen que "Daredevil: Born again" es una de las mejores historias publicadas en Marvel, y no andan muy equivocados; es una de mis favoritas, no sólo de Daredevil, sino de la editorial en general. Una gozada a todos los niveles, tanto en personajes, como en diálogos, desarrollo de la historia, apartado gráfico, significado, trasfondo, etc, etc. Dio la impresión de que Miller no podía dar nada mejor que esta historia de sobresaliente, pero en realidad, sí que lo logró, aunque fue en DC, la editorial de Superman y Batman, donde lo hizo.
"El regreso del Señor de la Noche" o "El regreso del Caballero Oscuro", según la traducción en nuestro país, fue la siguiente gran obra de Miller, y una de las mejores historias de Batman. Curiosamente, una que no entra dentro de la continuidad oficial del personaje (aunque, a estas alturas, tras el último reboot, ¿cuál es la continuidad oficial?), y que nos presentaba a un Batman ya anciano y retirado que, de la noche a la mañana, y ante el caos que vive Gotham, se ve obligado a enfundarse de nuevo el traje de murciélago para devolver el orden a su ciudad. El cómic es una obra maestra por múltiples motivos, y uno de ellos es el apartado gráfico, que nos muestra a un Miller bastante evolucionado con respecto a su etapa en "Daredevil", con influencias japonesas y europeas en su trazo. Y, aunque parezca mentira, eso no fue el último gran éxito de Frank Miller.
El siguiente llegó de nuevo en DC. Y otra vez con Batman. "Batman: Año uno" sí que entró en continuidad, y junto con Mazzucchelli, Miller nos narró una historia de Batman antes de ser Batman, es decir, nos contó el origen de Batman, desde la muerte de sus padres, hasta sus primeros pasos como el vigilante disfrazado que los criminales temerían, eso sí, junto a la historia de un James Gordon recién llegado a Gotham, y que estaba lejos de ser comisario, y mucho más de ser el aliado del Caballero Oscuro que todos conocemos. "Batman: Año uno" es tan sumamente importante para la mitología del personaje que tanto Tim Burton (Ed Wood, El Planeta de los Simios) en "Batman" como Christopher Nolan (Memento, Origen) en "Batman Begins" la usaron como material de referencia, cada uno a su manera.
No fueron los únicos trabajos de Frank Miller, claro, pero ninguno tuvo la importancia de estos, ni la gran calidad. Eso no significa que no siguiera dándonos cómics de notable para arriba, ni mucho menos, sobre todo en lo que respecta a trabajos propios, más personales, con editoriales independientes como Dark Horse, la que publica "Hellboy", por si a alguien no le suena. Precisamente en esta editorial Frank Miller publicó "Sin City", una de sus mejores y más conocidas obras lejos de Marvel y DC, una obra que ya nos acerca más al grueso de esta reseña de "300: El origen de un imperio", una obra adaptada al cine en 2005 gracias a la dirección de Robert Rodríguez (Abierto hasta el amanecer, Spy Kids) y el mismo Frank Miller, que ayudó a dirigir el filme; y sí, con Quentin Tarantino (Pulp Fiction, Jackie Brown) como director invitado en una parte muy concreta de la película.
"Sin City" fue y es una gran adaptación. Quizá peca de ser demasiado literal, pero funcionó a las mil maravillas y, reconozcamoslo, era prácticamente un cómic en la gran pantalla, con ese blanco y negro cogido directamente del material original, y ese estilo tan cartoon en más de una escena conseguido gracias a rodar continuamente en fondos verdes. Ojo, no fue la primera vez que Miller se acercaba al cine; muchos recordaréis que escribió el guión de "Robocop 2", que acabó tan dulcificado y mutilado que pocas veces son las que no ha protestado por el resultado final. También se hizo cargo del guión de "Robocop 3", con un resultado bastante parecido, algo de lo que luego se resarció al traspasar al mundo del cómic las historias originales que había escrito para ambos filmes.
Pero volvamos a "Sin City", cuya adaptación fue todo un éxito, y la confirmación de que las historias de Frank Miller, bien llevadas, podían dar mucho dinero en el cine. En este caso, los cómics de "Sin City" cuentan varias historias, a veces conectadas entre sí, sobre mafiosos, antihéroes, prostitutas, asesinos, criminales y héroes incomprendidos en la ciudad de Basin City, una ciudad acosada por el pecado. La película, como decía antes, funciona a la perfección, y en ella se nota a kilómetros de distancia que estamos ante el mundo de Miller, un mundo repleto de antihéroes, mafiosos, oscuridad, monólogos interiores y detalles japoneses. En pocas palabras, mucho de "Sin City" ya lo habíamos visto en "Daredevil: Born again" e incluso "El regreso del Señor de la Noche" y "Batman: Año uno".
Hollywood se puso entonces manos a la obra para crear la siguiente producción basada en una obra de Miller, y ésta no se hizo esperar, ya que un año después en los USA, y dos años después aquí en España, nos llegó "300", la particular visión del guionista y dibujante sobre la famosa Batalla de las Termópilas, en la que trescientos soldados espartanos trataron de frenar el avance del rey persa Jerjes hacia el interior de Grecia. Pese a que la obra comiquera de Miller era bastante exacta a la historia real de esta batalla en múltiples aspectos, en general, era una visión muy libre de la misma. Y así también lo era la película que, de nuevo, supuso todo un éxito de taquilla y crítica, más grande incluso que con "Sin City".
Varios fueron los factores que funcionaron. El plantel de actores fue uno de ellos, y es que en el filme nos encontrabamos a interpretes tan notables como Dominic West (The Wire, Punisher 2: Zona de guerra), Michael Fassbender (Eden Lake, X-Men: Primera generación), Peter Mensah (Jason X, Spartacus), Lena Headey (Juego de Tronos, Dredd) y, en el papel del duro y poderoso rey Leónidas, un muy carismático Gerard Butler (Gamer, Un ciudadano ejemplar). Los efectos especiales también eran tremendamente acertados, y basados en los usados en "Sin City", aunque con más presencia de espacios físicos, aunque no demasiada. Y la acción, la espectacular y épica acción, tan protagonista del filme como los mismos personajes, una acción apoyada por los efectos digitales, por la impactante banda sonora y la eficaz dirección de Zack Snyder (Sucker Punch, Watchmen).
Y es que, fue con "300" con la que Snyder se ganó su lugar en el Olimpo de Hollywood de los blockbusters. Snyder ya había demostrado su valía con "Amanecer de los muertos", remake superior al original de "Zombi", de George A. Romero (La noche de los muertos vivientes, La mitad oscura). Desde "300" la carrera de Snyder no ha dejado de crecer, hasta el punto de que ha sido él quien ha relanzado a Superman en el cine con "El Hombre de Acero", y será él quien haga, al fin, el encuentro entre Superman y Batman en la pantalla grande con "Batman vs. Superman", antes de dirigir la ansiada "La Liga de la Justicia". Snyder confirmó con "300" que estaba aquí para quedarse, que entendía a la perfección el concepto de cine palomitero-espectáculo bien hecho y que era un tipo en el que confiar para ir al cine a divertirse. y muchos creíamos que lo haría con la secuela de "300", pero nos equivocábamos.
La idea de "300: El origen de un imperio" surgió prácticamente tras el gran éxito de "300", y no sólo en los pasillos de Hollywood, sino en la mente de Frank Miller, quien ya llevaba tiempo dándole vueltas a un proyecto comiquero llamado "Xerxes", donde nos contaría el origen del rey-dios capaz de poner en apuros a los todopoderosos espartanos. Y esa era la idea que pretendían llevar los productores a Hollywood a la pantalla grande, es decir, adaptar el nuevo cómic de Miller (quien no vive sus mejores momentos como autor de cómics desde hace años, la verdad, debido a sus obras carentes de la calidad de antaño), una precuela de los hechos que se nos contaron en "300" y, a ser posible, de nuevo con Zack Snyder. Pero la cosa no iba a ser tan fácil.
El proyecto se fue atrasando año tras año hasta el punto de que ha visto la luz siete años después de la primera parte (en parte porque Miller sigue sin tener hecho el cómic a día de hoy). Snyder tuvo que dejar de lado el hecho de ser director debido a otros proyectos, aunque ha acabado siendo productor y guionista de esta segunda entrega. Han sido muchos los posibles directores, y al final le ha tocado la lotería a Noam Murro (Smart People). Y, ¿la historia? ¿Es una precuela como siempre se había anunciado? Sí y no, porque como muchos sabéis, meses después de que se confirmase el reparto, el director y que, finalmente, la película sí que se haría (tras pasar por varios períodos donde parecía que el proyecto dormiría el sueño de los justos), comenzó a especularse con que sería, en realidad, una secuela de la primera parte. Y, poco a poco, esa especie de rumor empezó a ser realidad, pero en ningún momento se desmintió que fuera a ser una precuela, algo que parecía por las imágenes y trailers que comenzaron a mostrarse.
¿Entonces? ¿Qué es exactamente "300: El origen de un imperio"? Sin destriparos muchos, para que así os llevéis unas buenas sorpresas, puedo confirmaros que el filme es una precuela, un spin-off y una secuela. Qué, ¿cómo se os ha quedado el cuerpo? Y eso que apenas os estoy contando nada. En pocas palabras, la primera parte del filme es una precuela, la segunda es un spin-off y la última parte es la secuela tras los acontecimientos que vimos en "300". Una gozada, un gran acierto que sorprende al público y nos permite ver la historia que comenzó en la anterior película desde diferentes perspectivas. No sólo descubrimos así el origen de Jerjes, sino también la razón de sus hostilidades hacia Grecia. Además, vemos qué hacen los atenienses mientras Esparta va a la guerra sólo con trescientos valientes. Y, por supuesto, luego vemos las consecuencias de la batalla de los trescientos, y el avance de Jerjes por Grecia gracias, en gran parte, a Artemisia, su más fiel lugarteniente.
Como comprenderéis, aunque ya hayáis disfrutado de la película, no puedo dar más detalles sin entrar en el terreno de los spoilers, pero la dimensión que se da a la película contándola de este modo es genial, os lo aseguro. Además, todo cabe sin que falte ni sobre nada en la poco más de hora y media que dura el filme, un metraje bastante ajustado que no se resiente en ningún momento. Y es que, en una época en la que la media de duración de la mayoría de películas que se estrenan es de dos horas, se necesiten o no esas dos horas, que un filme dure poco más de hora y media y que nada sobre ni falte, resulta un gran triunfo. Y buena parte de él corresponde a la dirección de Noam Murro, que no sólo sabe imprimirle un ritmo endiablado a la historia sin casi altibajos, sino mantener el tono de "300" de Zack Snyder. Todo hay que decirlo, hay partes, pocas pero las hay, donde se nota claramente que no es Snyder, pero eso no quiere decir que el resultado final se aparte demasiado de la primera parte.
Es más, el ritmo está más equilibrado. Murro logra hacer una película que casi, casi alcanza en calidad a la primera entrega, quedando solamente a medio peldaño por detrás, algo bastante meritorio sabiendo que no sólo no lo tenía fácil para hacer un producto que pudiera igualarse a "300", sino teniendo en cuenta el tremendo éxito que cosechó el filme de Snyder, hasta el punto de ser parodiado y reverenciado al mismo tiempo hasta la extenuación (¿alguien ha dicho "Casi 300"?). Es cierto que el filme de Murro no llegará a ser tan recordado como el de Snyder, pero ni lo pretende, ni lo necesita, es más, cuando acabamos de verlo, la sensación que puede quedar, bastante agradable por cierto, es que resulta un complemento perfecto a la original "300", hasta el punto de que podríamos ver los diferentes "segmentos" de los que se componen en sintonía con la película de Zack Snyder.
Pero, al mismo tiempo, "300: El origen de un imperio", también tiene su propia identidad, y esta viene dada no sólo por los diferentes "saltos temporales", sino también por el carácter de las batallas que se libran en la película, la mayoría de ellas en el mar, impresionantes batallas navales capaces de darnos escenas realmente espectaculares, pero también los más abruptos altibajos que tiene el filme. También es diferente a "300" en sus personajes, y es que, aunque algunos repiten, como la reina Gorgo de Lena Headey, y el mismo rey-dios Jerjes de Rodrigo Santoro (El último desafío, Qué esperar cuando estás esperando), entre otros, los dos principales son nuevos, y hacen bastante sombra a los protagonistas de "300", hasta el punto de que son dos de los factores más positivos del filme. Hablo de la Artemisia de Eva Green (El reino de los cielos, Sombras Tenebrosas) y el Temístocles de Sullivan Stapleton (Amy, The Hunter).
De los dos, es evidente quién gana la partida una vez vista la película, ¿verdad? Más allá de que me encante Eva Green, hay que reconocer que es una actriz como la copa de un pino, hablando claramente y sin ambages. Toda película en la que participa acaba ganando con su presencia y, en algunas, incluso es lo único salvable. En este caso, es la villana de la historia, una villana con un claro trasfondo, una villana muy bien construida, y perfectamente diseñada en todo (atentos a sus armaduras), que nos da más de una escena para el recuerdo, como ese encuentro tan cercano con Temistocles, tanto en el plano intimo, como en el más feroz. La Artemisia de Green se come con patatas a Jerjes, y es precisamente ella lo que le faltaba a "300", es decir, un villano carismático y poderoso capaz de poner en jaque a los protagonistas. Y lo consigue, os lo puedo asegurar, convirtiéndose, repito, en uno de los valores más positivos de la película. Sólo por ella merece la pena disfrutar de "300: El origen de un imperio".
Pero el Temístocles del para mí desconocido Sullivan Stapleton no se queda atrás, y resulta un gran héroe a la altura de tamaña villana, y viceversa. En este caso, no deja de ser curioso lo que podemos sacar si comparamos a Temistocles con el Leónidas de la primera entrega. ¿El resultado? Que estamos ante otro aspecto de esta secuela que es totalmente diferente a la primera parte, y que no por ello resulta peor, sino lo contrario, ya que funciona perfectamente en la historia que se nos cuenta. Donde Leónidas era algo irreflexivo, impetuoso, chulesco, y casi un superhéroe invencible, Temístocles es más humano, se piensa más cada movimiento, es un estratega y un luchador al mismo tiempo, y su fin último no es una bella muerte, sino vencer a sus enemigos y contemplar un amanecer más. Temístocles es más cercano, más real, más verosímil y es fácil no sólo empatizar con él, sino estar de su lado desde un primer momento. Un gran personaje que, como Artemisia, acaba resultando de lo mejorcito de la película. Una última curiosidad comparándolo con Leónidas; éste llevaba una capa roja, y Temístocles azul. ¿Qué tal si uno es Superman, y el otro Batman? Rojo y azul. El uno, un superhombre, y el otro un hombre real, de carne y hueso. Curioso, ¿verdad?
En cuanto a los efectos y la acción, no es que haya muchas diferencias con respecto a la primera, más allá de las batallas navales, e incluso los homenajes en forma de patadas "made in Esparta", se suceden continuamente. Quizá se abusa demasiado de la cámara lenta, y eso que "300" ya lo hacía, molestando en alguna ocasión, y resulta curioso como la sangre digital, en más de una escena, acaba resultando demasiado falsa, más irreal que la que veíamos en "300", como si se hubieran gastado menos dinero en los efectos digitales, o como si estos hubieran empeorado desde la primera entrega. Son pequeños detalles negativos que le quitan puntos a la película, no demasiados, pero sí los suficientes como para torcer el gesto, y que "300: El origen de un imperio" termine ese medio peldaño que os mencionaba antes por detrás de la cinta de Zack Snyder.
En resumen, la película de Noam Murro funciona bastante bien a todos los niveles. Que nadie espere profundidad, ni diálogos filosóficos, ni nada que no sea un entretenimiento de acción bien llevado, e igualmente bien hecho, porque si os esperáis más que todo eso, os podéis llevar un gran chasco. "300: El origen de un imperio" es un filme tremendamente entretenido, que se pasa en un suspiro, que sigue el tono de la primera parte y aporta muchos detalles diferentes, como su protagonistas y la gran villana de la función. No terminará siendo tan recordada como "300", pero simplemente porque ésta fue la primera, y no tiene ya ese componente de novedad, pero por lo demás, es un gran complemento al filme de Snyder.
Nota: 7,5/10
Director: Noam Murro
Intérpretes: Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Lena Headey, Jack O´Connell, Andrew Tiernan, David Wenham, Callan Mulvey, Andrew Pleavin, Yigal Naor, Steven Cree, Peter Ferdinando, Mark Killeen, Peter Mensah.
Guión: Zack Snyder, Kurt Johnstad
Música: Junkie XL
Género: Acción
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 102 minutos
Año: 2014
Sinopsis:
Los 300 espartanos liderados por el rey Leónidas han muerto junto con él, tratando de evitar el avance del rey-dios Jerjes. Sin embargo, y aunque las bajas en el bando de los persas han sido importantes, la campaña de Jerjes prosigue, y parece que sólo los atenienses puedan ser los últimos griegos en presentar batalla al poderoso ejército del rey-dios. Sin embargo, durante la lucha, llega el momento de obtener respuestas, ¿quién es Artemisia? ¿Cuál es el motivo de su odio hacia los griegos? ¿Qué harán los espartanos tras la muerte de Leónidas? Y, lo más importante, ¿cuál es exactamente el origen del rey-dios Jerjes? Quizá las respuestas puedan dar la victoria a los atenienses, en una batalla donde pasado, presente y futuro serán los protagonistas.
Reseña:
Para hablar de "300: El origen de un imperio" hay que hablar de "300". Para hablar de "300" hay que hablar, casi obligatoriamente, del cómic en el que se basa, "300" que lleva, como veis, el mismo título. Y para hablar de "300" hay que hablar de su creador, Frank Miller (Daredevil, Batman: Año uno), guionista, dibujante e incluso director de cine, pero quizás eso sea adelantarme demasiado, ¿qué os parece si comenzamos por el principio? Y más si tenemos en cuenta que "300: El origen de un imperio" es la adaptación de un cómic de Frank Miller que todavía no está ni publicado.
¿Quién es Frank Miller? Pues, así sin muchas explicaciones, uno de los guionistas y dibujantes más importantes e influyentes del cómic americano. Casi nada, ¿verdad? Frank Miller, como grandes del medio como Alan Moore (From Hell, Watchmen) alcanzó su máxima popularidad durante la década de los 80, pero antes, mucho antes, Miller ya existía, y prometía llegar muy lejos, algo que acabó cumpliendo. Se podría decir que su carrera empezó en Marvel, precisamente a finales de los 70, con una historia que unía a Spiderman con Daredevil. Sería éste último personaje quien le daría la fama que luego iría creciendo. ¿Qué historia de Daredevil logró que Miller ascendiera al cielo de los artistas comiqueros? "Daredevil: Born again", donde Miller, aquí concretamente como guionista, y acompañado del siempre sobresaliente David Mazzucchelli (Batman: Año uno) en el apartado gráfico, nos contó la caída y la "resurrección" de Daredevil cuando Kingpin, su peor enemigo, ponía patas arriba su vida.
Tras los espartanos, es el turno de los atenienses |
Antes de esta historia, Miller, tanto como guionista como dibujante ya había tratado al vigilante de la Cocina del Infierno de Nueva York, llegando incluso a crear a Elektra, uno de los mejores personajes de Marvel, y uno de los más famosos sin ser uno de los más importantes. Muchos dicen que "Daredevil: Born again" es una de las mejores historias publicadas en Marvel, y no andan muy equivocados; es una de mis favoritas, no sólo de Daredevil, sino de la editorial en general. Una gozada a todos los niveles, tanto en personajes, como en diálogos, desarrollo de la historia, apartado gráfico, significado, trasfondo, etc, etc. Dio la impresión de que Miller no podía dar nada mejor que esta historia de sobresaliente, pero en realidad, sí que lo logró, aunque fue en DC, la editorial de Superman y Batman, donde lo hizo.
"El regreso del Señor de la Noche" o "El regreso del Caballero Oscuro", según la traducción en nuestro país, fue la siguiente gran obra de Miller, y una de las mejores historias de Batman. Curiosamente, una que no entra dentro de la continuidad oficial del personaje (aunque, a estas alturas, tras el último reboot, ¿cuál es la continuidad oficial?), y que nos presentaba a un Batman ya anciano y retirado que, de la noche a la mañana, y ante el caos que vive Gotham, se ve obligado a enfundarse de nuevo el traje de murciélago para devolver el orden a su ciudad. El cómic es una obra maestra por múltiples motivos, y uno de ellos es el apartado gráfico, que nos muestra a un Miller bastante evolucionado con respecto a su etapa en "Daredevil", con influencias japonesas y europeas en su trazo. Y, aunque parezca mentira, eso no fue el último gran éxito de Frank Miller.
El siguiente llegó de nuevo en DC. Y otra vez con Batman. "Batman: Año uno" sí que entró en continuidad, y junto con Mazzucchelli, Miller nos narró una historia de Batman antes de ser Batman, es decir, nos contó el origen de Batman, desde la muerte de sus padres, hasta sus primeros pasos como el vigilante disfrazado que los criminales temerían, eso sí, junto a la historia de un James Gordon recién llegado a Gotham, y que estaba lejos de ser comisario, y mucho más de ser el aliado del Caballero Oscuro que todos conocemos. "Batman: Año uno" es tan sumamente importante para la mitología del personaje que tanto Tim Burton (Ed Wood, El Planeta de los Simios) en "Batman" como Christopher Nolan (Memento, Origen) en "Batman Begins" la usaron como material de referencia, cada uno a su manera.
Al fin conoceremos los orígenes del rey-dios Jerjes |
No fueron los únicos trabajos de Frank Miller, claro, pero ninguno tuvo la importancia de estos, ni la gran calidad. Eso no significa que no siguiera dándonos cómics de notable para arriba, ni mucho menos, sobre todo en lo que respecta a trabajos propios, más personales, con editoriales independientes como Dark Horse, la que publica "Hellboy", por si a alguien no le suena. Precisamente en esta editorial Frank Miller publicó "Sin City", una de sus mejores y más conocidas obras lejos de Marvel y DC, una obra que ya nos acerca más al grueso de esta reseña de "300: El origen de un imperio", una obra adaptada al cine en 2005 gracias a la dirección de Robert Rodríguez (Abierto hasta el amanecer, Spy Kids) y el mismo Frank Miller, que ayudó a dirigir el filme; y sí, con Quentin Tarantino (Pulp Fiction, Jackie Brown) como director invitado en una parte muy concreta de la película.
"Sin City" fue y es una gran adaptación. Quizá peca de ser demasiado literal, pero funcionó a las mil maravillas y, reconozcamoslo, era prácticamente un cómic en la gran pantalla, con ese blanco y negro cogido directamente del material original, y ese estilo tan cartoon en más de una escena conseguido gracias a rodar continuamente en fondos verdes. Ojo, no fue la primera vez que Miller se acercaba al cine; muchos recordaréis que escribió el guión de "Robocop 2", que acabó tan dulcificado y mutilado que pocas veces son las que no ha protestado por el resultado final. También se hizo cargo del guión de "Robocop 3", con un resultado bastante parecido, algo de lo que luego se resarció al traspasar al mundo del cómic las historias originales que había escrito para ambos filmes.
Pero volvamos a "Sin City", cuya adaptación fue todo un éxito, y la confirmación de que las historias de Frank Miller, bien llevadas, podían dar mucho dinero en el cine. En este caso, los cómics de "Sin City" cuentan varias historias, a veces conectadas entre sí, sobre mafiosos, antihéroes, prostitutas, asesinos, criminales y héroes incomprendidos en la ciudad de Basin City, una ciudad acosada por el pecado. La película, como decía antes, funciona a la perfección, y en ella se nota a kilómetros de distancia que estamos ante el mundo de Miller, un mundo repleto de antihéroes, mafiosos, oscuridad, monólogos interiores y detalles japoneses. En pocas palabras, mucho de "Sin City" ya lo habíamos visto en "Daredevil: Born again" e incluso "El regreso del Señor de la Noche" y "Batman: Año uno".
Todo comenzó con una flecha acertando en su objetivo |
Hollywood se puso entonces manos a la obra para crear la siguiente producción basada en una obra de Miller, y ésta no se hizo esperar, ya que un año después en los USA, y dos años después aquí en España, nos llegó "300", la particular visión del guionista y dibujante sobre la famosa Batalla de las Termópilas, en la que trescientos soldados espartanos trataron de frenar el avance del rey persa Jerjes hacia el interior de Grecia. Pese a que la obra comiquera de Miller era bastante exacta a la historia real de esta batalla en múltiples aspectos, en general, era una visión muy libre de la misma. Y así también lo era la película que, de nuevo, supuso todo un éxito de taquilla y crítica, más grande incluso que con "Sin City".
Varios fueron los factores que funcionaron. El plantel de actores fue uno de ellos, y es que en el filme nos encontrabamos a interpretes tan notables como Dominic West (The Wire, Punisher 2: Zona de guerra), Michael Fassbender (Eden Lake, X-Men: Primera generación), Peter Mensah (Jason X, Spartacus), Lena Headey (Juego de Tronos, Dredd) y, en el papel del duro y poderoso rey Leónidas, un muy carismático Gerard Butler (Gamer, Un ciudadano ejemplar). Los efectos especiales también eran tremendamente acertados, y basados en los usados en "Sin City", aunque con más presencia de espacios físicos, aunque no demasiada. Y la acción, la espectacular y épica acción, tan protagonista del filme como los mismos personajes, una acción apoyada por los efectos digitales, por la impactante banda sonora y la eficaz dirección de Zack Snyder (Sucker Punch, Watchmen).
Y es que, fue con "300" con la que Snyder se ganó su lugar en el Olimpo de Hollywood de los blockbusters. Snyder ya había demostrado su valía con "Amanecer de los muertos", remake superior al original de "Zombi", de George A. Romero (La noche de los muertos vivientes, La mitad oscura). Desde "300" la carrera de Snyder no ha dejado de crecer, hasta el punto de que ha sido él quien ha relanzado a Superman en el cine con "El Hombre de Acero", y será él quien haga, al fin, el encuentro entre Superman y Batman en la pantalla grande con "Batman vs. Superman", antes de dirigir la ansiada "La Liga de la Justicia". Snyder confirmó con "300" que estaba aquí para quedarse, que entendía a la perfección el concepto de cine palomitero-espectáculo bien hecho y que era un tipo en el que confiar para ir al cine a divertirse. y muchos creíamos que lo haría con la secuela de "300", pero nos equivocábamos.
La reina Gorgo tendrá que tomar una decisión decisiva para su pueblo |
La idea de "300: El origen de un imperio" surgió prácticamente tras el gran éxito de "300", y no sólo en los pasillos de Hollywood, sino en la mente de Frank Miller, quien ya llevaba tiempo dándole vueltas a un proyecto comiquero llamado "Xerxes", donde nos contaría el origen del rey-dios capaz de poner en apuros a los todopoderosos espartanos. Y esa era la idea que pretendían llevar los productores a Hollywood a la pantalla grande, es decir, adaptar el nuevo cómic de Miller (quien no vive sus mejores momentos como autor de cómics desde hace años, la verdad, debido a sus obras carentes de la calidad de antaño), una precuela de los hechos que se nos contaron en "300" y, a ser posible, de nuevo con Zack Snyder. Pero la cosa no iba a ser tan fácil.
El proyecto se fue atrasando año tras año hasta el punto de que ha visto la luz siete años después de la primera parte (en parte porque Miller sigue sin tener hecho el cómic a día de hoy). Snyder tuvo que dejar de lado el hecho de ser director debido a otros proyectos, aunque ha acabado siendo productor y guionista de esta segunda entrega. Han sido muchos los posibles directores, y al final le ha tocado la lotería a Noam Murro (Smart People). Y, ¿la historia? ¿Es una precuela como siempre se había anunciado? Sí y no, porque como muchos sabéis, meses después de que se confirmase el reparto, el director y que, finalmente, la película sí que se haría (tras pasar por varios períodos donde parecía que el proyecto dormiría el sueño de los justos), comenzó a especularse con que sería, en realidad, una secuela de la primera parte. Y, poco a poco, esa especie de rumor empezó a ser realidad, pero en ningún momento se desmintió que fuera a ser una precuela, algo que parecía por las imágenes y trailers que comenzaron a mostrarse.
Batallas navales, grandes protagonistas de la historia |
¿Entonces? ¿Qué es exactamente "300: El origen de un imperio"? Sin destriparos muchos, para que así os llevéis unas buenas sorpresas, puedo confirmaros que el filme es una precuela, un spin-off y una secuela. Qué, ¿cómo se os ha quedado el cuerpo? Y eso que apenas os estoy contando nada. En pocas palabras, la primera parte del filme es una precuela, la segunda es un spin-off y la última parte es la secuela tras los acontecimientos que vimos en "300". Una gozada, un gran acierto que sorprende al público y nos permite ver la historia que comenzó en la anterior película desde diferentes perspectivas. No sólo descubrimos así el origen de Jerjes, sino también la razón de sus hostilidades hacia Grecia. Además, vemos qué hacen los atenienses mientras Esparta va a la guerra sólo con trescientos valientes. Y, por supuesto, luego vemos las consecuencias de la batalla de los trescientos, y el avance de Jerjes por Grecia gracias, en gran parte, a Artemisia, su más fiel lugarteniente.
Como comprenderéis, aunque ya hayáis disfrutado de la película, no puedo dar más detalles sin entrar en el terreno de los spoilers, pero la dimensión que se da a la película contándola de este modo es genial, os lo aseguro. Además, todo cabe sin que falte ni sobre nada en la poco más de hora y media que dura el filme, un metraje bastante ajustado que no se resiente en ningún momento. Y es que, en una época en la que la media de duración de la mayoría de películas que se estrenan es de dos horas, se necesiten o no esas dos horas, que un filme dure poco más de hora y media y que nada sobre ni falte, resulta un gran triunfo. Y buena parte de él corresponde a la dirección de Noam Murro, que no sólo sabe imprimirle un ritmo endiablado a la historia sin casi altibajos, sino mantener el tono de "300" de Zack Snyder. Todo hay que decirlo, hay partes, pocas pero las hay, donde se nota claramente que no es Snyder, pero eso no quiere decir que el resultado final se aparte demasiado de la primera parte.
Es más, el ritmo está más equilibrado. Murro logra hacer una película que casi, casi alcanza en calidad a la primera entrega, quedando solamente a medio peldaño por detrás, algo bastante meritorio sabiendo que no sólo no lo tenía fácil para hacer un producto que pudiera igualarse a "300", sino teniendo en cuenta el tremendo éxito que cosechó el filme de Snyder, hasta el punto de ser parodiado y reverenciado al mismo tiempo hasta la extenuación (¿alguien ha dicho "Casi 300"?). Es cierto que el filme de Murro no llegará a ser tan recordado como el de Snyder, pero ni lo pretende, ni lo necesita, es más, cuando acabamos de verlo, la sensación que puede quedar, bastante agradable por cierto, es que resulta un complemento perfecto a la original "300", hasta el punto de que podríamos ver los diferentes "segmentos" de los que se componen en sintonía con la película de Zack Snyder.
Temístocles, un héroe más humano que Leónidas |
Pero, al mismo tiempo, "300: El origen de un imperio", también tiene su propia identidad, y esta viene dada no sólo por los diferentes "saltos temporales", sino también por el carácter de las batallas que se libran en la película, la mayoría de ellas en el mar, impresionantes batallas navales capaces de darnos escenas realmente espectaculares, pero también los más abruptos altibajos que tiene el filme. También es diferente a "300" en sus personajes, y es que, aunque algunos repiten, como la reina Gorgo de Lena Headey, y el mismo rey-dios Jerjes de Rodrigo Santoro (El último desafío, Qué esperar cuando estás esperando), entre otros, los dos principales son nuevos, y hacen bastante sombra a los protagonistas de "300", hasta el punto de que son dos de los factores más positivos del filme. Hablo de la Artemisia de Eva Green (El reino de los cielos, Sombras Tenebrosas) y el Temístocles de Sullivan Stapleton (Amy, The Hunter).
De los dos, es evidente quién gana la partida una vez vista la película, ¿verdad? Más allá de que me encante Eva Green, hay que reconocer que es una actriz como la copa de un pino, hablando claramente y sin ambages. Toda película en la que participa acaba ganando con su presencia y, en algunas, incluso es lo único salvable. En este caso, es la villana de la historia, una villana con un claro trasfondo, una villana muy bien construida, y perfectamente diseñada en todo (atentos a sus armaduras), que nos da más de una escena para el recuerdo, como ese encuentro tan cercano con Temistocles, tanto en el plano intimo, como en el más feroz. La Artemisia de Green se come con patatas a Jerjes, y es precisamente ella lo que le faltaba a "300", es decir, un villano carismático y poderoso capaz de poner en jaque a los protagonistas. Y lo consigue, os lo puedo asegurar, convirtiéndose, repito, en uno de los valores más positivos de la película. Sólo por ella merece la pena disfrutar de "300: El origen de un imperio".
Jerjes ante su poderosa flota |
Pero el Temístocles del para mí desconocido Sullivan Stapleton no se queda atrás, y resulta un gran héroe a la altura de tamaña villana, y viceversa. En este caso, no deja de ser curioso lo que podemos sacar si comparamos a Temistocles con el Leónidas de la primera entrega. ¿El resultado? Que estamos ante otro aspecto de esta secuela que es totalmente diferente a la primera parte, y que no por ello resulta peor, sino lo contrario, ya que funciona perfectamente en la historia que se nos cuenta. Donde Leónidas era algo irreflexivo, impetuoso, chulesco, y casi un superhéroe invencible, Temístocles es más humano, se piensa más cada movimiento, es un estratega y un luchador al mismo tiempo, y su fin último no es una bella muerte, sino vencer a sus enemigos y contemplar un amanecer más. Temístocles es más cercano, más real, más verosímil y es fácil no sólo empatizar con él, sino estar de su lado desde un primer momento. Un gran personaje que, como Artemisia, acaba resultando de lo mejorcito de la película. Una última curiosidad comparándolo con Leónidas; éste llevaba una capa roja, y Temístocles azul. ¿Qué tal si uno es Superman, y el otro Batman? Rojo y azul. El uno, un superhombre, y el otro un hombre real, de carne y hueso. Curioso, ¿verdad?
En cuanto a los efectos y la acción, no es que haya muchas diferencias con respecto a la primera, más allá de las batallas navales, e incluso los homenajes en forma de patadas "made in Esparta", se suceden continuamente. Quizá se abusa demasiado de la cámara lenta, y eso que "300" ya lo hacía, molestando en alguna ocasión, y resulta curioso como la sangre digital, en más de una escena, acaba resultando demasiado falsa, más irreal que la que veíamos en "300", como si se hubieran gastado menos dinero en los efectos digitales, o como si estos hubieran empeorado desde la primera entrega. Son pequeños detalles negativos que le quitan puntos a la película, no demasiados, pero sí los suficientes como para torcer el gesto, y que "300: El origen de un imperio" termine ese medio peldaño que os mencionaba antes por detrás de la cinta de Zack Snyder.
Artemisia, la gran villana de la historia |
En resumen, la película de Noam Murro funciona bastante bien a todos los niveles. Que nadie espere profundidad, ni diálogos filosóficos, ni nada que no sea un entretenimiento de acción bien llevado, e igualmente bien hecho, porque si os esperáis más que todo eso, os podéis llevar un gran chasco. "300: El origen de un imperio" es un filme tremendamente entretenido, que se pasa en un suspiro, que sigue el tono de la primera parte y aporta muchos detalles diferentes, como su protagonistas y la gran villana de la función. No terminará siendo tan recordada como "300", pero simplemente porque ésta fue la primera, y no tiene ya ese componente de novedad, pero por lo demás, es un gran complemento al filme de Snyder.
Nota: 7,5/10
Creo que esta segunda entrega es mejor que la aclamada 300, y es que esta segunda nonvela de Frank Miller es mejor, en primer lugar porque nos sorprende con esta historia que no es ni un antes ni un después, y en segundo me parece más concisa la trama y mejores los personajes.
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