¡Al fin! Ya era hora de que nos llegase a los cines la película de la franquicia mutante de la Fox más ambiciosa de todas las que se han realizado. Ni "X-Men", ni "X-Men 2", ni "X-Men 3: La decisión final", ni "X-Men Orígenes: Lobezno", ni "X-Men: Primera generación", ni "Lobezno inmortal". La que al fin se ha erigido como la pieza más ambiciosa de todo el juego de mesa que lleva la Fox desde hace ya catorce años (que se dice pronto) es este último filme, y lo único que ha tenido que pasar es que se estrene "Los Vengadores" para que la productora se ponga las pilas, algo que ya están haciendo otras (miremos brevemente hacia Sony y su próximo junta villanos que será "Los Seis Siniestros"). Para ello no sólo ha unido a los dos únicos grupos de X-Men que, por ahora, hay en el cine (y son realmente el mismo, y sin contar el equipo de Arma-X que vimos en el primer filme sobre Lobezno), sino que ha traído de vuelta al director de la primera película, el que lo empezó todo, Bryan Singer (Sospechosos habituales, Valkiria), sin dejar de lado que la Fox ha cogido una de las tramas más famosas de los cómics de los mutantes, es decir, el arco argumental de "Días del futuro pasado".
Pero espero estar explicándome bien, porque todavía no estoy hablando de la calidad de la película, sino de lo ambiciosa que es. Unir la saga original de los X-Men con "X-Men: Primera generación" y los dos filmes de Lobezno, no es moco de pavo precisamente. Tampoco lo es llegar hasta el punto de reunir a todo el equipo de las originales, y hablo no sólo de meter a Hugh Jackman (Australia, Acero puro) en la ecuación, sino acudir también a por Ian McKellen (Verano de corrupción, El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo), Patrick Stewart (Extras, Star Trek: Némesis), Halle Berry (Gothika, Catwoman), Ellen Page (Hard Candy, Super), Shawn Ashmore (Smallville, Las ruinas), Anna Paquin (Darkness, True Blood), etc, etc. Y no se queda sólo ahí la producción, sino que encima trae nuevos mutantes que nunca hemos visto en el cine, como Bishop, Mancha Solar, Destello, e incluso las versiones jóvenes de otros que ya han pasado por la franquicia, como Sapo.
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¡Vuelven los X-Men! Aunque no exactamente los mismos |
Es decir, en cuestión de espectacularidad, ambición y querer ofrecer lo máximo, Fox no ha reparado en gastos, y ha conseguido su objetivo, convertir el filme en la entrega más taquillera de toda la saga, y eso que todavía le queda camino por recorrer. Este puesto, hasta el momento, lo tenía "X-Men 3: La decisión final", con la que comparte muchos puntos en común con respecto a espectacularidad y ambición. Sin embargo, aunque el principal interés del filme es ver a los dos grupos de X-Men unidos, realmente no los vamos a ver "juntos", en el más estricto sentido de la palabra, al menos, no como sí vimos a los héroes de Marvel Studios en "Los Vengadores". Y es que, la Fox no ha sabido ampliar el universo mutante lo suficiente, por lo que al final ha tenido que tirar de viajes en el tiempo para ofrecernos reuniones entre las diferentes Patrullas-X.
En ese aspecto, espero que a partir de ahora se piensen mejor lo que tienen entre manos y vayamos a ir viendo diferentes divisiones de los X-Men en el cine, a los X-Force, a Factor-X, etc, etc, porque si esto es lo que ha conseguido la Fox (y no es la entrega más cara; ese mérito le corresponde a "X-Men 3: La decisión final") uniendo a los X-Men del futuro y a los del pasado, no quiero ni pensar de lo que podría ser capaz cuando haya más patrullas mutantes desfilando por los cines, aunque quizá, cuando llegue ese momento, ya nos falte Hugh Jackman. Pero me estoy adelantando, y lo cierto es que es hora de echar la vista atrás antes de ir al grano en cuanto a la reseña. ¿Os apetece hacer algo de memoria? Pues vamos allá.
"X-Men" se estrenó en el año 2000, y desde el primer momento fue excelentemente recibida por crítica y público a pesar de las licencias que se tomaba con respecto al cómic, como por ejemplo, los mutantes elegidos para ser la primera Patrulla-X de Charles Xavier, que todo el protagonismo recayese en Lobezno y Pícara o el tipo de trajes que se usaron, cuero negro, en la línea de "Matrix" y muy alejados del spandex de los cómics, algo lógico en caso de algunos personajes concretos. Pese a que se señala "X-Men" como la precursora de los grandes filmes Marvel que disfrutamos hoy día, eso no es del todo cierto o, al menos, es algo que habría que matizar. Y sí, los que me conocéis ya sabréis por dónde voy. Voy a por "Blade".
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El futuro, un lugar terrible que Charles Xavier intentará cambiar |
"Blade", la aventura cinematográfica del personaje secundario de Marvel que es mitad vampiro y mitad humano (curiosamente, en los cómics, se pasó muchos años siendo nada más que un humano cazador de vampiros), interpretado en este caso por Wesley Snipes (Fanático, Los Mercenarios 3), fue la que realmente lo inició todo, y en la que ya veíamos participar a buena parte de los productores y responsables de todos los filmes Marvel que tenemos en el presente. Es más, "Blade", fue el éxito que empujó al resto de proyectos que permanecían en un extraño limbo después de producciones como "El Vengador", "Capitán América" o la horrible película "Los Cuatro Fantásticos". Hasta entonces, Marvel sólo sacaba productos que, en el mejor de los casos, eran para echar un buen rato sin más, y en el peor, daban bastante vergüenza ajena. Hoy parece mentira, ¿verdad? Con Marvel en la primera posición de mejores películas comiqueras, pero por entonces, DC era la que se llevaba todos los premios y, además, con miles de kilómetros de distancia.
Y llegó "Blade", que no sólo reinterpretaba al personaje, sino que además se lo tomaba en serio, ofreciéndonos una producción repleta de acción, terror, efectos especiales y diversión. Y Marvel vio que las películas sobre sus personajes podían no sólo ser muy buenas, sino además, altamente rentables, lo cual impulsó que se pusieran en movimiento proyectos largamente postergados como "Spider-Man", "Daredevil", "Hulk", etc, etc. Hay que recordar también que, por entonces, Marvel Studios no existía entonces como productora independiente, y tenía que aliarse con otras para sacar adelante sus películas, eso sin mencionar que, como sabréis muchos, en los 90 la editorial se vio obligada a vender las licencias de sus personajes por todas partes, la razón de que incluso hoy día los derechos para cine de personajes como Spiderman estén en manos de manos externas a Marvel Studios.
A estas alturas, no cabe ninguna duda de que "Blade" lo inició todo... y al mismo tiempo, no. "Blade" comenzó la época de buenas películas Marvel que conocemos, lejanos todas, incluso las más flojas, a las que teníamos antes del filme protagonizado por Wesley Snipes, pero al mismo tiempo, no fue "Blade" la que inició el comienzo de la buena etapa de películas de superhéroes de Marvel, porque Blade nunca ha sido un superhéroe. Aunque en los cómics ha hecho equipo con Spiderman, el Capitán América, Luke Cage e incluso Lobezno, Blade no es un personaje que se suela enfrentar a supervillanos para salvar al mundo, no. Blade mata vampiros, monstruos, brujas y seres de la noche por su ansía de venganza, porque no sabe hacer nada mejor y porque odia a dichos seres. Pero "Blade", la película, fue el empujón que necesitaba "X-Men", y ésta el impulso necesario para "Spider-Man", por ejemplo, filme que, podría decirse, fue el prólogo a las películas de Marvel Studios, mucho más cercanas a los cómics originales que nunca.
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Lobezno viajará al pasado para cambiar el futuro |
Así que, en cierto sentido, aunque no al completo, "X-Men" inició la era actual de las películas comiqueras Marvel en varios aspectos, a pesar de "Blade" fue el auténtico origen. "X-Men" fue dada a un joven director llamado Bryan Singer que ni siquiera había leído los cómics. Hay que admitir que pese a sus fallos, y a que ha envejecido mal con el tiempo, "X-Men" sigue siendo una película realmente notable, entretenida, que terminaría de llevar el cuero a los superhéroes (e incluso se traspasaría a los cómics de los mutantes) y que presagiaba el inicio de algo muy grande. Vale, se centraba demasiado en Lobezno pese a que su historia contenía mutantes que podía molar tanto como él, y quizá la duración de hora y media no le hacía ningún bien, pero "X-Men" funcionaba de lujo entonces, y funciona muy bien ahora.
Tres años tardamos en ver la secuela, "X-Men 2", que continuaba directamente la historia de la primera parte, de nuevo con el mismo reparto más algunas inclusiones, y Singer dirigiendo otra vez. Esta vez el filme sí que fue más comiquero y se tomaron dos cómics de base, dos historias muy importantes en el cosmos mutante de Marvel: "Arma-X", protagonizada por Lobezno, y donde descubríamos cómo le habían injertado el adamantium, y "Dios ama, el hombre mata", donde conoceríamos al reverendo William Stryker. "X-Men 2" tenía la particularidad además de que unía a la Hermandad de Magneto con la Patrulla-X de Xavier contra un enemigo común, el ya mencionado Stryker, el hombre que en la película veríamos que le implantó el adamantium a Lobezno. La historia se zambullía en el pasado del mutante canadiense, en su naturaleza, además de dar un paso más en la guerra entre los homo sapiens y los homo superior.
"X-Men 2" fue todo un éxito a todos los niveles, muy superior incluso a la primera entrega. Personalmente, considero esta secuela como una de las mejores películas de Marvel que se han hecho y, por ahora, la mejor de la franquicia, sólo medio peldaño por encima de la que reseño ahora mismo, "X-Men: Días del futuro pasado". En "X-Men 2", Singer ponía remedio a los defectos de "X-Men", aunque no a todos, pues de nuevo volvía a dejar de lado a personajes muy importantes en el mundo mutante (Cíclope, por ejemplo). Aun con estos pequeños defectos, "X-Men 2" es un sobresaliente en toda regla, un filme para enmarcar a pesar de que también tenga sus detractores, como cualquier buena película que se precie. Además, mucho de lo que se contaba dejaba puertas abiertas que se han ido aprovechando, como por ejemplo, el mismo Stryker, el origen de Lobezno y ese final donde podíamos vislumbrar al Fénix.
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Magneto también vuelve, ¿con buenas o malas intenciones? |
Y llegamos a "X-Men 3: La decisión final", que se estrenó tres años después, y la que supone, para muchos, la debacle de la franquicia, y yo digo a esto que ni mucho menos, y no sólo porque yo sea ferviente seguidor y defensor de esta tercera parte, sino porque la taquilla la situó en su momento como la más taquillera de todas las entregas de los X-Men en el cine, así que, poca debacle ahí hay, ¿verdad? En críticas la cosa cambió bastante, dividiendo mucho al público (lo cual también es raro, porque siendo la más taquillera, ¿cómo se explica?). Pero no era de extrañar, pues "X-Men 3: La decisión final" comenzó con problemas desde el momento en el que Bryan Singer, quien iba a repetir como director, se fue a la competencia para dirigir la muy aburrida "Superman returns", que fue un fracaso a todos los niveles.
Para sustituirle se llamó a Matthew Vaughn (Kick-Ass, X-Men: Primera generación), quien también se fue en el último momento, dejando a Fox con la difícil tarea de buscar director a toda prisa, pues la producción se le venía encima. El elegido fue finalmente Brett Ratner (Hora punta, El Dragón Rojo), director bastante eficiente a la hora de encarar proyectos de entretenimiento pero que apenas tuvo tiempo de crear una película redonda. A estos cambios de director se sumó el hecho de que el filme duraba hora y media, muy poco tiempo para la historia que se nos contaba, además de una proliferación de mutantes que, en muchos casos, apenas hacían más que salir en pantalla un par de minutos y poco más. Por no hablar que se nota que el filme ha sido recortado en varias partes, dejándose muchas escenas en el tintero.
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Desde el futuro nos llegarán caras conocidos, y algunas nuevas |
Pese a todos sus defectos, "X-Men 3: La decisión final" funcionaba a la perfección como película espectáculo. Es una producción que tiene todo lo que les falta a sus dos entregas anteriores, pero que le falta lo que a estas las hacía buenas. Esta tercera parte es todo un blockbuster divertido, entretenido, comiquero y con escenas que se cuentan como las más impresionantes de toda la saga, como la muerte de Charles Xavier, o el enfrentamiento final, muerte de Jean Grey a manos de Lobezno incluida. Y es que, como en "X-Men 2", "X-Men 3: La decisión final" bebía de otro arco argumental comiquero bastante famoso, "La saga de Fénix Oscura", aunque introduciendo los cambios lógicos pertinentes. Nada de entidad cósmica, nada de viajes al espacio, nada de planetas consumidos, y sí una Jean Grey con un grave problema de doble personalidad, es decir, una trama coherente a la verosimilitud iniciada por Singer con la primera parte. Lo mejor que tiene esta entrega es que, al fin, los X-Men muestran sus poderes en toda su gloria, cosa que no habían hecho con Bryan Singer al timón.
Tuvimos que esperar otros tres años para la siguiente película de los mutantes, que en este caso estaba protagonizada por Lobezno pero sin que lo acompañasen el resto de la Patrulla-X. Hablo de "X-Men Orígenes: Lobezno", donde retrocedemos en el tiempo hasta contemplar de primera mano el origen de Lobezno, de Logan, o lo que es lo mismo, de James Howlett. El filme era el primero de una pretendida serie de varios que narrarían los orígenes de varios personajes como Magneto, Tormenta, etc, etc. Ese proyecto se quedó sólo en la película de Lobezno, mientras que el resto de ideas se aprovecharon para filmes como "X-Men: Primera generación". Volviendo al filme de Lobezno, de nuevo, bebía de varios cómics famosos de los mutantes, como el ya mencionado "Arma-X" y "Origen", donde al fin conocíamos la infancia de Logan, y cómo adquirió su nombre, así como la primera vez que sacó sus garras de hueso.
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Las acciones de Mística traerán consecuencias |
La película fue dirigida por Gavin Hood (El juego de Ender), y era una precuela en toda regla de los demás filmes de X-Men, llegando incluso a mostrar a un joven Cíclope, y a un Charles Xavier con algunas arrugas de menos, entre otros muchos guiños, aunque el filme trataba, sobre todo, de Arma-X y la relación de Lobezno y Dientes de Sable, que en esta historia son nada más y nada menos que hermanos. Incluso conectaba todo bastante bien con "X-Men 2", con la inclusión de William Stryker con varios años menos. Escenas tras los créditos que prometían mucho, espectacularidad a tope, todo un blockbuster de acción y superhéroes que se acercaba bastante a lo que son muchos de los cómics del personaje, y la recaudación fue muy, muy buena. Pero no tanto las críticas, y es que, como "X-Men 3: La decisión final", la producción protagonizada por Lobezno dividió bastante al público. Personalmente, la considero una película perfecta para comer palomitas y evadirse un buen rato; puro entretenimiento comiquero, friki y espectacular, como bien se muestra en la batalla final entre Lobezno, Dientes de Sable y Masacre. Puro cómic.
Tuvimos que esperar mucho menos para la siguiente película de los X-Men, y esta vez sí que Matthew Vaughn se apuntó a la producción, pero nada más y nada menos que para dirigirla. Con conceptos cogidos del proyecto "X-Men Orígenes: Magneto", e intentando un lavado de cara a la saga al mismo tiempo, Vaughn, como Gavin Hood, miró al pasado de los personajes y creó una precuela con tintes de reboot. Porque es lo que parece desde el primer momento, pero da la sensación de que se echaron para atrás en el último momento, y lo dejaron en precuela, aunque creando bastantes fallos de continuidad con respecto a la saga en sí; por ejemplo, se nos muestra que Cerebro es invención de Hank McCoy cuando en la trilogía original Charles Xavier nos contaba que Magneto y él lo crearon juntos; en dicha trilogía se nos afirmaba que Magneto y Xavier se conocieron con diecisiete años, cuando es evidente en el filme de Vaughn que tenían unos pocos más.
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Los primeros Centinelas |
Esos fallos eran lo peor de una película que no sólo fue un éxito de taquilla (aunque no tanto como los dos filmes anteriores), sino que también ganó numerosas buenas críticas, abriendo nuevas vías a la Fox para continuar su franquicia sin necesidad de crear una "X-Men 4", como llevaba años prometiendo. "X-Men: Primera generación" funciona a las mil maravillas, como película comiquera, y como película de espías con ese tono verosímil que lleva la saga desde "X-Men". Y con un reparto de lujo que demuestra que sin el Lobezno de Hugh Jackman también se puede hacer una buena película sobre la Patrulla-X. En el filme se nos contaba el origen de los X-Men, cómo se conocieron Magneto y el Profesor-X antes incluso de llevar sus nombres clave, la amistad entre Charles Xavier y Mística, los primeros enfrentamientos entre mutantes y humanos, la primera batalla contra un mutante que deseaba exterminar a la humanidad e incluso el origen de Magneto. Y todo enclavado en los 60, lo que le daba al filme un tono realmente exquisito, resultando, al menos para quien esto escribe, una de las mejores películas de la franquicia en concreto, y una de las mejores películas Marvel en general.
Otros dos años tuvimos que esperar para el siguiente paso en la franquicia y, de nuevo, fue con una película con Lobezno como absoluto protagonista, una producción que también tuvo que pasar muchos problemas como cambios de directos, cortes, rebajas de la violencia esgrimida y que se convertiría en la secuela de "X-Men Orígenes: Lobezno". Hablo ahora de "Lobezno inmortal", que aunque era una secuela de la ya mencionada, también lo era de "X-Men 3: La decisión final", mostrándonos al mutante canadiense tiempo después de haber matado a Jean Grey, alejado de todo y todos, hasta que es requerido por un viejo amigo que le debe una bien gorda, por lo que viaja a Japón para comprobar qué regalo le espera. Como la anterior aventura cinematográfica en solitario de Logan, esta también está basada en una famosa historia comiquera del personaje, concretamente en "Lobezno: Honor" de Frank Miller (Daredevil, Batman: Año uno), aunque, eso sí, con ligeros cambios.
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Destello, una de las nuevas caras del futuro de la Patrulla-X |
Superior a "X-Men Orígenes: Lobezno", tanto en calidad como en recaudación, "Lobezno inmortal" era menos espectacular que la anterior, pero más seria, mejor llevada, más sobria, más adulta y, además, suponía todo un paso adelante en la saga, sobre todo al mostrarnos qué había sido de Lobezno tras asesinar a Jean Grey, personaje que aparecía en forma de fantasma-alucinación durante todo el filme, ofreciéndonos algunos de los mejores momentos de la cinta. Además, fue lo bastante exitosa como para que se haya anunciado ya una tercera parte y, entre los créditos, nos mostró una escena que era todo un adelanto de "X-Men: Días del futuro pasado", una escena donde Logan se encontraba cara a cara con un Magneto acompañado de un Charles Xavier vivito y coleando.
Y tras este pequeño repaso (comprendedme, de ser más extenso tendría que hacer varias entradas al respecto), vayamos a por la película que nos ocupa, estrenada un año después de "Lobezno inmortal" y que tiene multitud de guiños a la saga al completo, desde la primera entrega, hasta la ya mencionada "Lobezno inmortal", un filme que, en principio, iba a dirigir nuevamente Matthew Vaughn, pero que, al final, se quedó sólo como productor, dejando la silla a Singer. Pero, ¿qué nos cuenta "X-Men: Días del futuro pasado? La extinción de la raza mutante en el futuro, y los intentos por arreglar ese futuro yendo al pasado, por parte de los miembros de los X-Men que quedan con vida, que no son muchos. Y es que, los robots conocidos como los Centinelas, poderosas biomáquinas asesinas de mutantes, fueron creados a mansalva a partir de la muerte de un personaje a manos de un mutante. Y eso debe evitarse.
¿Cómo se evita eso? Pues mandando a un mutante al pasado, nada más y nada menos que a Lobezno, cuya mente viajará al Logan de los años 70. Una vez allí, el canadiense tendrá que explicárselo todo a un joven Charles Xavier que no vive su mejor momento. Junto a él, deberá reunir a la Patrulla-X, incluyendo a Magneto, para detener al mutante que acabará con la vida del creador de los Centinelas, lo que propiciará la creación de estos y el sentimiento antimutante que llevará al futuro apocalíptico que deberán tratar de evitar a toda costa. Como veis, es evidente que es una trama basada en la saga comiquera de dos números conocida como "Días del futuro pasado", una de las mejores historias de los X-Men donde era Kitty Pryde la que viajaba al pasado para evitar la muerte del senador Kelly a manos de Mística y su Hermandad de Mutantes Diabólicos, ya que este asesinato será el que desate la histeria antimutante que acabará con un futuro apocalíptico donde casi todos los X-Men han sido aniquilados, donde los mutantes son asesinados o, en el mejor de los casos, terminan en campos de concentración.
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Alianzas insospechadas se darán lugar para salvar el futuro |
Como adaptación, la película funciona a las mil maravillas. Es más, diría que al mismo nivel que "X-Men 2" con "Dios ama, el hombre mata" y un peldaño por encima de "Lobezno inmortal" con respecto a "Lobezno: Honor". Se cambian muy pocas cosas con respecto a la trama principal del cómic (en cuanto a detalles, la cosa es más descarada), aunque lo que más choca es el cambio de Lobezno por Kitty, siendo en esta ocasión ésta la que traslada la mente del Logan del futuro al Logan del pasado. Un cambio lógico por parte de la Fox que, supongo, veía muy tentador unir a los personajes de "X-Men: Primera generación" con el Lobezno de Hugh Jackman más allá del divertido cameo que tuvo Logan en la película de Vaughn. Y sí, el cambio funciona, y funciona tan bien porque, aunque Lobezno es gran protagonista, la trama no gira a su alrededor, sino que él está ahí para hacerla avanza.
Y es que, si en "X-Men: Primera generación" la estrella, por decirlo así, era el Magneto interpretado magníficamente por Michael Fassbender (Eden Lake, Jonah Hex), en esta nueva entrega, pese al protagonismo que tienen Lobezno, Mística y, por supuesto, el Amo del Magnetismo, es Charles Xavier la estrella. Todo gira a su alrededor, tanto lo que tiene que ver con Magneto, como los cambios que va sufriendo Mística, pasando por el mismo Logan que, como le dice el Xavier del futuro, deberá actuar como mentor del joven Xavier, en un papel que el Xavier del futuro tuvo con el canadiense en las primeras entregas de la saga. De este modo, vemos Charles Xavier metido en un pozo del que ni puede ni quiere salir después de los acontecimientos de "X-Men: Primera generación", es decir, con la decisión de o usar sus piernas o sus poderes, (tranquilos, todo esto se explica, y es más traumático de lo que parece), sin sus alumnos, sin la Patrulla-X, sabiendo que le ha fallado a Mística, abandonado por el asesino de Magneto, etc, etc. Su única compañía es el joven Hank McCoy quien todavía cree en él, aunque pocas esperanzas le quedan de que Xavier vuelva a ser el que era cuando le reclutó.
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Xavier y Lobezno, mentor y alumno, alumno y mentor |
Este Charles Xavier tridimensional, perfectamente desarrollado y en cuyos hombros se podría decir que descansa el futuro de los mutantes más que nunca (tranquilos, nada de spoilers, ya sabéis que las reseñas de este blog suelen estar libres de ellos), no sería lo que es sin la interpretación de James McAvoy (El último rey de Escocia, Wanted: Se busca), junto a Fassbender, uno de los mejores actores que existen en la actualidad. Si su primer acercamiento a Charles Xavier fue magnifico, en esta secuela se supera a sí mismo, lo cual ya era bastante difícil, haciéndonos creer a la perfección que este joven Xavier se puede convertir en el líder inspirador que conocemos todos. Y sí, he dicho secuela, porque aunque "X-Men: Días del futuro pasado" sea también una especie de pseudosecuela de la películas originales, en realidad es una secuela en toda regla de "X-Men: Primera generación", ya que la mayor parte de la historia transcurre en el pasado, concretamente en los años 70, diez años después, según se nos cuenta, que la primera película, aunque habría que tirar de mucha imaginación al ver el aspecto de algunos personajes.
Hay que admitir que si Singer aprendió de sus errores en "X-Men 2", los once años que han pasado desde esa entrega le han sentado muy, pero que muy bien, sobre todo en lo que respecta a escenas de acción, un aspecto que no se le ha dado nunca demasiado bien, en general. Si en "X-Men 2" teníamos escenas espectaculares para el recuerdo como la de Rondador Nocturno en la Casa Blanca, aquí ese tipo de escenas se multiplican por tres. Evidentemente, las mejores se sitúan en el futuro, con los X-Men que quedan usando sus poderes a toda potencia (atentos al combate final; impresionante) contra los Centinelas mejorados que los van asesinando uno por uno (tranquilos, de nuevo, no estoy soltando spoilers, y ya veréis la razón cuando disfrutéis de la película). Lástima que las escenas en el futuro apenas sean un 20% de toda la película, porque se echa mucho de menos ahondar más en ese momento temporal, hasta el punto de que, personalmente, me encantaría un filme de los X-Men centrado completamente en dicho futuro. Una oportunidad perfecta para mostrar a mutantes diferentes que luego podrían viajar al pasado. Fox, atenta, atenta.
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Uno de los aterradores Centinelas del futuro |
Pero sigamos hablando de las escenas de acción, porque las del futuro no son las únicas que aparecen en el filme, aunque sí de las mejorcitas, repito. No deja de ser curioso el gran uso que hace Singer de Destello con sus poderes de teletransporte, ya que recuerda mucho a la escena ya mencionad de Rondador Nocturno en "X-Men 2". Lo más curioso del asunto es que en los cómics, Destello es hija de Rondador Nocturno. Dejando ese detalle de lado, en el pasado también hay un buen montón de escenas de acción realmente espectaculares, como ese Magneto manejando a los Centinelas en el ataque final, o la que es la escena estrella de la película, Mercurio usando sus poderes para salvar a Charles, Erik y Logan. Un momento realmente brutal que ha callado muchas bocas con respecto al personaje de Mercurio en esta película.
Y es que, si recordáis bien, en su momento surgieron varias polémicas alrededor del personaje. Justo cuando Joss Whedon (Ángel, Firefly) anunció que usaría al personaje en la segunda parte de "Los Vengadores", Singer se sacó de la manga que también aparecería en su nueva película sobre los X-Men. Si hacemos memoria, encontramos que con este personaje los derechos son compartidos tanto por Marvel Studios como por la Fox, ya que Mercurio, además de ser hijo de Magneto, un mutante velocista e incluso miembro de la Hermandad de Mutantes Diabólicos de su padre, también llegó a ser vengador y uno de los buenos, por lo que, en un movimiento bastante extraño, ambas productoras pueden usarlo en sus películas, pero con matices. Marvel Studios, por ejemplo, no puede hacer referencia a su origen mutante, ni a Magneto, ni a nada que tenga que ver con estos aspectos de Mercurio, mientras que la Fox no puede indicar nada que tenga que ver con su pertenencia a los Vengadores. Complicado, pero parece que la cosa se va solucionando, como pudimos ver por la escena tras los créditos de "Capitán América: El Soldado de Invierno".
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El momento Mercurio, uno de los mejores de la película |
Todo este lío de derechos terminó además en que el personaje fuera a aparecer en dos producciones diferentes interpretado por dos actores distintos y se le conocería en ambas de diferente forma y con una indumentaria bien distinta. El aspecto de Mercurio en "X-Men: Días del futuro pasado" cabreó a bastante gente y, aunque en el filme sigue siendo bastante ridículo y estrambotico, el personaje funciona a la perfección. Hay que tener en cuenta que, como dice Lobezno, es una versión más joven del Mercurio, o Peter, que él conoce, por lo que es más gamberrete, desinhibido y descarado, lo que le va genial. De nuevo, hay que agradecer el buen hacer del actor que se pone en la piel del velocista, en este caso, Evan Peters (Kick-Ass, American Horror Story), proyectando fácilmente su carisma al público. En conclusión, Mercurio es uno de los descubrimientos de la cinta a pesar de su aspecto, lo cual demuestra que lo importante es la personalidad y la interpretación que se les da a cada personaje. Difícil lo tiene Whedon para superar a este Mercurio, la verdad. Además, incluso se han cuidado detalles del personaje como el cameo de una pequeña Bruja Escarlata, o su parentesco con Magneto, que descubre de forma sutil y sorprendente al mismo tiempo.
Esto me lleva a hablar del gran plantel de personajes que tiene la película. A algunos ya los conocemos de otras entregas, ya que volvemos a tener entre los protagonistas al joven Hank McCoy y a Mística, interpretados de nuevo por Nicholas Hoult (Furia de titanes, Memorias de un zombie adolescente) y Jennifer Lawrence (Los Juegos del Hambre, El lado bueno de las cosas) respectivamente, ambos impresionantes en sus papeles. Es cierto que Mística tiene mucha más importancia en la trama que Bestia, ya que, en parte, Xavier se pasa gran parte de la historia luchando por su alma, por decirlo de algún modo, pero el bueno de Hank McCoy no se queda atrás, ya que actúa como el bastón anímico y esperanzador de Charles Xavier, un papel muy sacado de los cómics. Por cierto, no os preocupéis por ver a la Bestia en forma humana y bestial en los trailers, porque eso se explica, y tiene mucho que ver con el hecho de que Xavier vuelva a poder usar sus piernas.
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La Bestia también se apunta a salvar el futuro |
No son los únicos personajes que hemos visto de otras entregas y que también están en esta. Por ejemplo, en el futuro se recupera a Tormenta, al Hombre de Hielo, a Kitty Pryde, a Coloso y, por supuesto, a Charles Xavier y a Magneto, todos interpretados por los actores y actrices de las entregas originales. También hay otros como por ejemplo Kaos, interpretado de nuevo por Lucas Till (Stoker, X-Men: Primera generación) cuya aparición es prácticamente testimonial, casi como la aparición de un joven Sapo, mutante al que no veíamos desde "X-Men", y al que se cree muerto desde entonces. Si entramos en el terreno de nuevos personajes, lo cierto es que Singer lo ha sabido hacer muy bien, ya que no ha provocado el batiburrillo de cameos sin sentido del que pecaba en muchos casos "X-Men 3: La decisión final", consiguiendo dar a cada nueva incorporación su momento de gloria, aunque con ciertos matices.
Más arriba os hablaba de Destello, capaz de crear portales, pero en el futuro también nos encontramos con Mancha Solar, famoso joven hombre-x, y también podemos disfrutar de Bishop, que en los cómics tiene bastante que ver con viajes en el tiempo y futuros alternativos. Es más, en la serie de animación de X-Men de los 90, en la saga basada en "Días del futuro pasado", era Bishop quien sustituía a Kitty Pryde en su misión de impedir el asesinato del senador Kelly. ¡Ah! Y uno de los X-Men más clásicos, Sendero de Guerra, en los cómics uno de los fundadores de la segunda génesis de la Patrulla-X. En la trama del pasado es más difícil encontrar a nuevos mutantes (tranquilos, se explica muy bien lo que ocurrió con los de "X-Men: Primera generación", como Banshee o Azazel) aparte de Mercurio, y un par más, pero sin duda el nuevo personaje que se lleva la palma es el Bolivar Trask interpretado por el siempre soberbio Peter Dinklage (Un funeral de muerte, Juego de Tronos).
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Bolivar Trask, dispuesto a cualquier cosa para salvar al homo sapiens |
El Bolivar Trask que se nos presenta en esta película no es tan extremo como William Stryker en cuanto a asuntos mutantes. Es un hombre realmente preocupado porque los mutantes, el homo superior, extinga a la humanidad, es decir, al homo sapiens. Para ello no dudará en investigar y experimentar con los mutantes para lograr dar con el arma definitiva que pueda defender a las personas normales y corrientes de sus poderes. A su lado encontramos en la película nada más y nada menos que a William Stryker, tercera aparición del personaje en la saga, en esta ocasión con el rostro de Josh Helman (Jack Reacher), y eso sin contar con que ya conocimos a su padre en "X-Men: Primera generación". Un William Stryker muy bien representado, pero todavía algo lejos del Stryker que le pondría el adamantium a Lobezno, aunque no debería ser así si tenemos en cuenta las fechas.
Hay que admitir que Singer lo ha sabido hacer muy bien. Todas las piezas de la película encajan perfectamente, lo contrario de lo que sucedía, por ejemplo, en "X-Men". En esta "X-Men: Días del futuro pasado", todo personaje tiene su momento, todas las tramas van enlazadas con esmero, cada historia tiene su importancia en el computo genial, la lógica y coherencia del guión prevalecen durante prácticamente todo el metraje, y así hasta llegar a un final de sobresaliente, en realidad, tres finales: un final en el futuro, otro en el pasado que abre muchas posibilidades y la escena tras los créditos que nos invita a babear mientras pensamos en lo que se nos viene encima con "X-Men: Apocalipsis", pensada para su estreno en 2016. Y, además, Singer ha contado con metraje suficiente como para narrar todo lo que quería sin que le falte nada, a pesar de que varias escenas han sido cortadas, preparadas para el estreno del filme en DVD y Blu-Ray.
Llegados a este punto, debéis pensar que estamos ante el mejor filme de la saga mutante de la Fox. Y casi, por muy poco. Recordad que dije mucho más arriba que "X-Men 2" me parecía mejor por muy, muy poco. Sin entrar en comparaciones, pasaré a enumerar los diferentes defectos que he encontrado a este nueva aventura de los X-Men dirigida por Singer, y lo primero diría que es lo más grave, y es el hecho de no arreglar los distintos fallos de continuidad que tiene la saga desde "X-Men: Primera generación". Singer ni se molesta siquiera en intentarlo, es más, pasa de ellos o directamente no los explica; no, no esperéis saber la razón de que Charles Xavier, tras morir en "X-Men 3: La decisión final", esté vivo y con su cuerpo de siempre. Si a eso le sumamos que faltan explicaciones a cuestiones primordiales del guión (¿desde cuándo Kitty Pryde tiene ese poder de enviar la mente de la gente a su yo pasado? ¿Por qué no lo han usado mucho antes de estar contra las cuerdas?), e incluso el hecho de que Singer se permite el lujo de añadir más fallos de continuidad (¿dónde está Dientes de Sable cuando ya se nos explicó que por aquella época estaba todo el día con Lobezno?), tenemos aspectos que chirrían.
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Bishop, en los cómics, experto en viajes en el tiempo |
Vale, al final, todo se arregla, y de qué manera. Cuando el filme termina ya no vemos con los mismos ojos la trilogía original, incluyendo "X-Men Orígenes: Lobezno", pero no voy a contar nada al respecto para no estropear ninguna sorpresa, tampoco las que tengan que ver con cameos inesperados y realmente emotivos. Singer no arregla ningún fallo de continuidad, pasa de ellos, pero hace "algo" que no puedo contar que lo soluciona todo al mismo tiempo, aunque a mi parecer, de forma algo tosca y burda. Eso sí, hay fallos de continuidad que realmente no se pueden contabilizar como tal, como por ejemplo, ¿recordáis que ya tuvimos un Bolivar Trask en "X-Men 3: La decisión final"? Sí, interpretado por el actor y director afromericano Bill Duke (Depredador, Herida abierta). Si tenemos en cuenta las fechas de ambos personajes, no es raro pensar que tengan algún tipo de parentesco lejano. Eso sí, ¿por qué da la impresión en "X-Men" de que los mutantes son algo nuevo, y que Estados Unidos acaba de descubrir que debe protegerse de ellos, y en cambio el programa Centinelas y todo el asunto del asesinato que empuja el odio contra los mutantes suceden en los 70? Raro, ¿verdad?
Aunque, lo que verdaderamente afecta al filme son unas cuantas bajadas de ritmo bastante brutales acompañadas por el error de Singer de redundar con un par de temas una, y otra, y otra vez, comiéndose tiempo de la historia que podría haber usado para aprovechar mejor a los Centinelas del pasado, y a Bolivar Trask con ellos, que no tienen todo el tiempo que merecen para lucirse. Además, el filme, a pesar de que pueda parecer mentira llegados a este punto, adolece de falta de acción, algo que le pasa siempre mucho a Singer en sus películas comiqueras, por no hablar de que se echa muy en falta un clímax a lo grande. Sí, la batalla final en el futuro es impresionante pero, la del pasado, sabe a poco. Le falta un enfrentamiento final como el de "Los Vengadores", "Capitán América: El Soldado de Invierno", "Spider-Man 3", "Iron Man 3", "El increíble Hulk", "Thor: El mundo oscuro", "X-Men 3: La decisión final", etc, etc.
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Hermanos mutantes |
Si todos estos pequeños defectos, bastante nimios si tenemos en cuenta el computo final del filme, hubieran sido bien pulidos, no sólo estaríamos ante la mejor película de los X-Men hecha por el momento, sino que nos hallaríamos frente a una producción capaz de rivalizar, e incluso superar, a joyitas como "Los Vengadores", "El Caballero Oscuro", "Capitán América: El Soldado de Invierno", entre otras. Aun así, para mí entra en la lista de las diez mejores películas de Marvel, sin ninguna duda y, probablemente, no me costaría trabajo meterla en una lista de las diez mejores películas comiqueras. Tiene de todo; desde un impresionante plantel de actores, a unos efectos especiales de sobresaliente, pasando por cameos, referencias comiqueras, un gran guión, conexión entre todas las piezas del puzzle, grandes personajes, escenas que se graban a fuego en el cerebro, etc, etc. No hay ninguna duda de que los mutantes continúan aprobando con nota en los cines. Imprescindible.
Nota: 9/10