Ficha Técnica
Título original: Deadpool
Director: Tim Miller
Intérpretes: Ryan Reynolds, Morena Baccarin, T. J. Miller, Ed Skrein, Gina Carano, Rachel Sheen, Brianna Hildebrand, Jed Rees, Stefan Kapicic, Leslie Uggams, Rob Hayter, Greg LaSalle, Paul Lazenby, Jason William Day, Chad Riley, Hugh Scott, Randal Reeder, Style Dayne, Michael Benyaer, Karan Soni, Stan Lee.
Guión: Rhett Reese, Paul Wernick
Música: Junkie XL
Género: Acción, comedia, fantástico
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 106 minutos
Año: 2016
Sinopsis:
Wade Wilson no es un héroe, sino todo lo contrario. Ex-fuerzas especiales reconvertido en mercenario, pasa su vida entre chistes obscenos, alcohol y matones a los que apalear para quiénes le contratan, con su amigo, Comadreja, como el único hombro en el que llorar, si es que Wade lo hiciera, claro. Todo mejora cuando conoce a la sorprendente, guapa y divertida Vanessa, una mujer que le ayuda a conocer el amor en todos los aspectos hasta que Wade descubre que padece varios tipos de cáncer que se lo llevarán al otro barrio en cuestión de meses. Con la impresión de que la vida le está dando la mayor patada en los huevos de la historia, Wade trata de huir de Vanessa sólo para ser contactado por un extraño que le promete una cura para su enfermedad y, al mismo tiempo, la posibilidad de conseguir habilidades especiales que lo convertirían en un superhéroe. Pero lo único que le importa a Wade es seguir vivo para estar con Vanessa, así que acaba aceptando sólo para verse torturado sistematicamente por una organización que pretende transformarlo en un esclavo con poderes. En las últimas, el mercenario logra grandes capacidades, curarse de cualquier cáncer y un rostro desfigurado que le obliga a alejarse de Vanessa. Sólo le queda la venganza contra sus captores, así que toca hacerse el superhéroe, adquirir un nombre molón como el de Deadpool y prepararse unas chimichangas antes de iniciar una sanguinaria odisea.
Reseña:
Si hace veinte años, a fecha del estreno del filme que toca hoy reseñar en el blog, nos hubieran dicho a los fans de Marvel Cómics que tendríamos una película de Masacre, y que sería encima todo un éxito de taquilla, más de la mitad nos habríamos hartado de reír ante tal ocurrencia, mientras que buena parte de los demás nos hubiésemos llevado las manos a la cabeza al escuchar tamaña locura. Claro que hace veinte años era una época convulsa no sólo para la editorial Marvel, sino también para todos sus proyectos cinematográficos, aunque las cosas empezaban a moverse bastante bien gracias a la buena dirección que llevaban las series animadas de Spiderman y los X-Men, además de la promesa que era "Blade", la cual dejaría atrás productos como "El Vengador" (la primera adaptación a la pantalla grande de Punisher), la serie sobre Hulk, las producciones alrededor del Capitán América, los intentos con el Doctor Extraño, esas adorables rarezas con Spiderman y, por supuesto, ese enorme fiasco que fue la primera película de los Cuatro Fantásticos, que causó tanta vergüenza a la editorial que hoy en día es tremendamente complicado hacerse con una copia física. También es cierto que hace veinte años, Masacre era un personaje de nuevo cuño, es verdad que estábamos en los 90 y aún le quedaba bastante para ser tan popular como hoy día, y no hablemos de lo que todavía faltaba para que pudiéramos disfrutar de sus mejores historias en forma de grandiosos cómics. En pocas palabras, era una auténtica locura ponerse a pensar en un filme centrado en el Mercenario Bocazas cuando ni siquiera teníamos producciones a la altura de personajes de primera fila como Spiderman, Capitán América, Iron Man, Thor y Lobezno, entre muchos otros.
Por entonces, ya fue toda una sorpresa la aparición de "Blade". ¿Quién nos iba a decir que la actual y sobresaliente época comiquera en la pantalla grande se iniciaría con un personaje tan secundario? Y estoy siendo amable con lo de secundario, por cierto. Sí, muchos estaréis pensando en "X-Men", pero sin "Blade" nunca hubiera existido "X-Men". Además, muchos de los actuales responsables de grandes éxitos como "Iron Man", "Los Vengadores" y "Capitán América: El Soldado de Invierno", por mencionar sólo algunos, ya estaban involucrados en la sanguinaria odisea del famoso cazador de vampiros interpretado por el carismático Wesley Snipes (Los blancos no la saben meter, Los Mercenarios 3). Pero incluso cuando se estrenó "Iron Man", no fue precisamente una apuesta segura en su momento (tal y como ocurrió con la mismísima "Blade"), también nos hubiera parecido extraño un filme sobre nuestro querido Wade Wilson y, ojo, hablo del año 2008, es decir, un año antes de que una especie de Masacre primerizo apareciera en la gran pantalla en la entretenida "X-Men Orígenes: Lobezno", eso sí, con el rostro de Ryan Reynolds (Sólo amigos, Green Lantern), actor que siempre ha estado tras la sombra de cualquiera proyecto dirigido a llevar al cine a Masacre, cosa que al final ha conseguido, a pesar de que hablemos de una de las cintas comiqueras que más trabajo ha costado levantar. Si seguimos retrocediendo, pensar en una película protagonizada por Masacre, mientras disfrutábamos del Batman de Michael Keaton (Los otros dos, RoboCop) o el Superman de Christopher Reeve (La ventana de enfrente, Smallville), era una locura todavía mayor, y no sólo por el "nimio" detalle de que por entonces un personaje como Masacre ni siquiera tenía cabida en los cómics, sino porque realizar una producción como la protagonista de la entrada de hoy no era impensable, sino una utopía digna de una historia de ciencia-ficción. Y no me refiero a los efectos especiales o las impresionantes escenas de acción, sino que me centro en el tono de la película, mucho más cercano a las dos entregas de "Kick-Ass" que a cualquier filme Marvel convencional, en especial si hablamos de Marvel Studios.
Pero sí, ha ocurrido. Después de numerosos problemas, años de planes que iba y venían, y muchas malas noticias frente a cualquiera buena, Masacre ha conseguido su producción en su solitario, su spin-off de la saga X-Men. ¿O deberíamos llamarlo Deadpool? Sí, siempre ha habido cierta controversia en cuanto a la traducción del nombre de batalla de Wade Wilson en lo referente a los cómics, sobre todo cuando surgió el personaje arácnido de Matanza, mucho mejor traducido, por cierto. Siguiendo los pasos de la reciente "Ant-Man", que ignoró el consabido Hombre Hormiga salvo para un par de bromas, "Deadpool" es el título de las aventuras y desventuras de nuestro Mercenario Bocazas favorito, aunque para ser justos hay que reconocer que esto de mantener ciertos nombres en el idioma original en cuanto a las adaptaciones cinematográficas ya lo habíamos tenido antes de "Ant-Man", por ejemplo, en la secuela de "Los Cuatro Fantásticos", cuando hizo su aparición Silver Surfer y no Estela Plateada, por no hablar de que en la propia "Iron Man", en la famoso escena tras los créditos, Nick Furia no era Nick Furia, era Nick Fury, algo que se cambió en "Iron Man 2"; a modo de curiosidad, precisamente en "Iron Man", sí se tradujo SHIELD como ESCUDO, ¡casi nada! Todo este tema de las traducciones y no-traducciones podría dar no sólo para varias entradas, sino para un libro entero que nos descubriría detalles tan rocambolescos como los ya comentados. Y sí, Masacre era Masacre en "X-Men Orígenes: Lobezno", aunque sólo se le mencione así una vez. Ahora, sin embargo, es Deadpool por diversas razones (supongo que uno de ellas es atraer gente al cine, gente que no vería con buenos ojos que un superhéroe-antihéroe se llame Masacre, que no suena demasiado... optimista), así que toca acostumbrarnos a ello, al menos en el cine, porque en los cómics Marvel que nos llegan a España sigue siendo el Masacre de toda la vida.
Cuando reseño alguna de las películas de Marvel Studios, normalmente suelo hacer un repaso más o menos rápido (vale, suelen ser muy extensos) de los filmes que lo preceden, una especie de recordatorio de las diferentes fases de la productora. También lo hago con producciones comiqueras que no tienen nada que ver con Marvel Studios, ni siquiera con DC, haciendo memoria para que tengamos una visión bastante amplia del estreno en sí. Sin embargo, con "Deadpool" lo voy a hacer y no lo voy a hacer. Por un lado, la respuesta es afirmativa porque la cinta se merece que hable de los problemas por los que ha pasado hasta ser real, incluyendo los planes previos que se tenían a su alrededor y cómo surgió la idea del spin-off; por otra parte, "Deadpool" pertenece y no pertenece al universo de los X-Men de la Fox porque, vale, es un spin-off como lo son las películas de Lobezno, pero al mismo tiempo poco tiene que ver con la saga de Charles Xavier, sus pupilos y el carismático Magneto, lo interprete quien lo interprete. Vale, admito que salen un par de X-Men en el filme del Mercenario Bocazas, y aunque su papel va más allá del de simple cameo, los acontecimientos de "Deadpool" poco se conectan con lo que hemos disfrutado en las seis entregas cinematográficas de los X-Men, sin incluir las dos centradas en Logan. ¿O quizá sí que tiene que ver? Mientras escribo esto, a Hugh Jackman (Acero puro, Australia) aún le queda un título más que protagonizar como Lobezno, así que igual allí se nos da cierta sorpresa sobre el suero y técnicas aplicadas a Wade que le hacen conseguir sus superhabilidades regenerativas. Pero me estoy adelantando. Viajemos al pasado.
Mentiría si dijera que tras el gran éxito de "X-Men" de Bryan Singer (Sospechosos habituales, Superman Returns), a la Fox se le ocurrió un spin-off sobre Deadpool. Es más, ni siquiera por entonces surgió la idea de realizar películas en solitario de otros mutantes de la cinta, aunque algo se rumoreaba, pero no dejaban de ser eso, simples rumores que no llegaron a ninguna parte. Os hablo del año 2000, es decir, "Blade" había logrado que existiera "X-Men", y sin embargo todavía hacía falta un gran empujón para que el cine de superhéroes alcanzara la fama que hoy posee. No se produciría con la genial "Blade II" en 2002, sino con la sobresaliente "Spider-Man" de Sam Raimi (Darkman, Arrastrame al Infierno), que no sólo era cómic en estado puro (las anteriores bien podrían considerarse adaptaciones, buenas adaptaciones, pero adaptaciones del material original), sino que recuperaba el tono de "Superman". Echadle un buen vistazo a la película y podréis ver con facilidad numerosos retazos de lo que hoy es el cine de Marvel Studios, lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta, insisto, en que los responsables de todas aquellas producciones son, al menos en gran parte, los que nos están dando la época de oro de los cómics en el cine. El mismísimo Stan Lee (Los Cuatro Fantásticos, Los Vengadores) admite que "Spider-Man" es su película Marvel favorita, entre otras razones porque fue la que verdaderamente fue un taquillazo en todos los sentidos. Y no, "Spider-Man" no provocó que naciera "Deadpool", pero sí que "X-Men 2" fuera más ambiciosa.
Estrenada en 2003, la secuela directa de "X-Men", dirigida también por Singer, se convirtió con rapidez en una de las mejores cintas comiqueras de la historia. Efectos especiales, guión, actuaciones, acción... Todo funcionaba a las mil maravillas, y hoy día es todo un ejemplo de cómo realizar un filme comiquero sobre los mutantes, resultando, al menos para quien esto escribe, la mejor de toda la saga, incluso por encima de las sobresalientes "X-Men: Primera generación" y "X-Men: Días del futuro pasado", a falta de hablaros de "X-Men: Apocalipsis", de la que no os voy a adelantar nada, por supuesto. Hay que recordar que "X-Men 2" bien podría haberse llamado "X-Men: Lobezno" o "X-Men 2: Arma-X", porque todo el argumento principal giraba alrededor de la organización que creó a Lobezno, garras de adamantium incluidas. Fue por entonces, ahora sí, cuando los rumores sobre algún que otro spin-off empezaron a ser tan serios que los planes de la Fox se convirtieron en reales, lo cual no deja de ser curioso, ya que muchos críticos no dudaron en señalar que "X-Men 2" era de por sí un spin-off, un filme de Lobezno, que venía robando escenas desde la primera parte gracias al brutal trabajo de Jackman. Nacieron entonces tres proyectos, uno de ellos bastante lógico, y los otros sorpresas que cogieron con las defensas bajas a propios y extraños. Hablo de las películas en solitario centradas en Lobezno, Magneto y Tormenta. Era evidente que al menos una de las tres no se llevaría a cabo, y Tormenta tenía todas las papeletas, como así ha sido con el transcurrir del tiempo, supongo que porque de esos tres personajes es el que menos peso ha tenido en la saga cinematográfica de los mutantes, y con la que se puede jugar menos en general, a pesar del gran personaje que Ororo Munroe es en los cómics, siendo una de las mejores heroínas de Marvel.
La divertida (siempre la defenderé) "X-Men 3: La decisión final" puso fin, o casi casi, a la mayoría de planes sobre los filmes en solitario de los mutantes. Sí, la cinta fue todo un éxito de taquilla, uno de los mayores de por entonces, pero la crítica se dividió bastante con respecto a su resultado, todo por culpa de las prisas de la Fox y los cambios en el equipo creativo a mitad de producción, en especial la sustitución de Bryan Singer por el notable currante Brett Ratner (Hora Punta, Un golpe de altura). Las urgencias nunca son buenas, y le pasaron factura al título, que dejaba muchas tramas cerradas de tal forma que se hacía complicado realizar una "X-Men 4", a pesar de que estuviera en los planes de la Fox. Mientras se tomaban decisiones al respecto, Marvel Studios estrenaba "Iron Man", cambiándolo todo, evolucionando el cine de superhéroes, así que la Fox decidió no quedarse quieta, y fue entonces cuando vieron el momento perfecto para explotar a Lobezno en solitario con "X-Men Orígenes: Lobezno", el primer spin-off al que le seguiría un "X-Men Orígenes: Magneto", de ahí lo del título de "X-Men Orígenes", donde quedarían enclavados los diferentes spin-off de los mutantes marvelianos para la gran pantalla. Y sí, se comenzó a hablar del futuro de Deadpool en el cine, y la razón era muy sencilla: Ryan Reynolds. Es bastante conocida la anécdota de que en "Blade: Trinity", una de las primeras películas de acción del actor donde ya demostraba su vena más friki, un miembro de la producción se le acercó para comentarle que su Hannibal King era, básicamente, una especie de Deadpool. El tipo en cuestión le pasó algunos cómics del personaje, al mismo tiempo que le invitaba a interpretarlo en un futuro, alegando que su Hannibal King, tan sardónico como chulesco, bien podría ser el prólogo de una carrera bastante exitosa como el Mercenario Bocazas de la gran pantalla. Dicho y hecho, Reynolds se enamoró del personaje, e inició su particular campaña privada para que no sólo se le hiciera una película que mereciera, sino para que fuese él quien estuviera bajo la máscara roja.
Teniendo en cuenta tales antecedentes, no es de extrañar que Reynolds fuera quien se pusiera en la piel de Wade Wilson en la versión de Deadpool que se presentaba en "X-Men Orígenes: Lobezno". Antes de ahondar en la película, dejad que hago otro inciso, prometo que pequeño, muy pequeño, porque aunque las auténticas intenciones de realizar "Deadpool" se iniciaron poco antes de que el personaje apareciera en la producción de Logan, mucho antes se había estado pensando en la posibilidad de que pudiera protagonizar su propia cinta. Sólo fueron unas conversaciones muy tenues, sí, pero es cierto que en 2004 y 2005 se lanzaron varios planes para llevar a cabo el filme, una época en la que los derechos de los diferentes personajes de Marvel estaban dispersos por varias productoras, tiempos en los que lo mismo veíamos una secuela de "Blade" que una nueva entrega de Punisher para la pantalla grande, al mismo tiempo que se preparaba "Ghost Rider: El Motorista Fantasma" o estaba a punto de estrenarse "Elektra", que era un spin-off de "Daredevil", protagonizada por un Ben Affleck (Dogma, Paycheck) muchas décadas antes de enfundarse la capa negra del Caballero Oscuro. Eran tiempos donde, tras el gran éxito de "Blade" y "X-Men", las productoras intentaban sacarle partido a los derechos comprados años antes, y aunque es cierto que salieron títulos bastante majos, hay que reconocer que también tuvimos algunos chascos bastante gordos, y lo admito hasta yo, capaz de disfrutar de cintas como la mencionada "Elektra" o "Man-Thing", serie B de terror que nos llegó a los cines, cuando en Estados Unidos no pasó de la pequeña pantalla. Veneno, Caballero Luna, el Hombre Lobo, Luke Cage, Puño de Hierro, Shang-Chi y, por supuesto, Masacre, fueron algunos de los personajes que optaron a la posibilidad de contar con su propio filme en solitario. Ninguno de estos proyectos llegó a ver la luz y, muchos años después, sus derechos han ido volviendo a Marvel o, en el peor de los casos, quedándose bien ordenados en como mucho dos productoras con planes muy concretos a su alrededor.
New Line Cinema fue la primera interesada en producir "Deadpool". Sin embargo, como ya he mencionado, muchos de esos filmes que estaban más que dispuestos a inundar nuestros cines se quedaron a medio camino por diversos motivos, y nuestro querido Wade acabó en manos de la Fox, una decisión bastante acertada si tenemos en cuenta que es la Fox quien mantiene los derechos sobre el cosmos mutante de Marvel, y no parece que los vayan a devolver a Marvel en mucho, mucho tiempo, y menos tras un exitazo como el de "Deadpool". De este modo, la compañía se dispuso a presentar al personaje en "X-Men Orígenes: Lobezno", no sólo para comprobar qué tal funcionaba en la gran pantalla, sino con el objetivo de prepararlo para que tuviera su propio spin-off. Hay que admitir que Reynolds estaba soberbio como Wade Wilson, que es cómo aparecía Masacre al comienzo de la película, dentro del grupo de Arma-X, conexión ya no sólo de los cómics, sino que incluso llegábamos a descubrir en el pequeño cameo de Masacre en la serie de animación de los 90 de los X-Men, cuando Morfo se transforma brevemente en él para torturar a Lobezno con las imágenes de sus antiguos compañeros de equipo. Por supuesto, al igual que ocurría en los cómics, se dejaba claro que Wade era un villano, y más claro todavía nos quedó cuando, en la parte final de la cinta, se convertía en el malo maloso final al que Lobezno y Dientes de Sable debían combatir, una especie de engendro con los poderes de varios mutantes y ciertas características físicas del propio Masacre, para más inri, con la boca cosida, a modo de cruel guiño al apelativo de Mercenario Bocazas.
Siempre defenderé "X-Men Orígenes: Lobezno" como una buena película del personaje. Al fin y al cabo, ¿qué son los cómics del mutante canadiense si no una colección de explosiones, disparos, violencia, garras, supervillanos y escenas de acción? Vale, quizá no todos, claro, pero sí una gran mayoría de sus historias. "X-Men Orígenes: Lobezno" siempre me ha resultado bastante entretenida, y a pesar de sus fallos poseedora de una gran cantidad de aciertos, aunque uno de ellos no es Masacre; sí Wade Wilson, pero no Masacre. Hay que advertir que lo que Fox intentaba con este Masacre tan lejano al que se ha hecho popular, es decir al de "Deadpool", era preparar el terreno para que se pareciera más al que todos conocemos en su propio spin-off, que nos llegaría después de su enfrentamiento con Lobezno, una posibilidad que para la Fox estaba tan asegurada que en uno de los finales más comentados de "X-Men Orígenes: Lobezno", la cabeza decapitada de Masacre llegaba a susurrar pidiendo silencio, ya con los labios liberados, dispuestos a soltar sus infinitas peroratas con el protagonismo que merecía. La otra razón por la que la Fox nos presentó a este proto-Masacre fue la de acercarlo al de sus primeras apariciones comiqueras, cuando sólo era un villano interesante, mucho antes de convertirse en un antihéroe todavía más interesante, pasos previos a transformarse en una especie de superhéroe diferente al resto. Las continuas quejas alrededor de este Masacre, a pesar de encontrarse justificadas, no tuvieron en cuenta ninguno de estos detalles. No es que los espectadores que ignoraran los cómics estuvieran obligados a saberlos, pero los que conocían a Wilson de los cómics sí deberían haber sido más amables al conocerlos previamente.
A pesar del éxito de "X-Men Orígenes: Lobezno", sobre todo en lo monetario aunque menos en lo crítico, el proyecto "Deadpool" comenzó un viaje cuyo destino era incierto. La Fox empezó a dudar acerca de la posibilidad de darle al personaje su propia película, no sólo por las críticas recibidas con su aparición, sino porque les costaba dar con el tono adecuado para Wilson, y el tono adecuado no parecía ser demasiado comercial, más cercano a "Kick-Ass" que a cualquiera de las aventuras cinematográficas de los X-Men. En pocas palabras, Deadpool debía ser irreverente, gamberro, sádico, violento, repleto de humor negro y chistes provocadores, además de contener el detalle imprescindible de la rotura de la cuarta pared, o lo que es lo mismo, la divertida circunstancia de que el personaje se dirija al espectador como en los cómics lo hace hacia el lector, ya que Wade Wilson es consciente de que es un personaje ficticio, concretamente, uno creado para las viñetas de un cómic. Resumiendo, aunque por una parte, Deadpool era un personaje muy cinematográfico, por otra, era bastante complicado trasladarlo al celuloide respetando por completo su esencia. Hacerlo con Spiderman, el Capitán América, Thor, Lobezno, Batman y Superman, entre muchos otros, era una cosa, pero el Mercenario Bocazas estaba hecho de un material distinto, y no precisamente del que atrae a oleadas de gente a la taquilla. O eso creía la Fox por entonces, ya que el estreno de "Deadpool" le ha quitado la razón a sus continuas reticencias de manera mayúscula.
Experto en animación, sobre todo en animación digital, Tim Miller (Rockfish) fue contratado por la Fox en 2011 para dirigir "Deadpool". A pesar de que todo marchaba por buen camino, hasta el punto de que la productora logró levantar la franquicia mutante con el estreno de "X-Men: Primera generación" (el inicio de una nueva trilogía de los X-Men cinematográficos), las idas y venidas del proyecto presagiaban lo peor, lo cual llegó poco después, anunciándose que "Deadpool" se cancelaba... sólo para confirmarse que se terminaría haciendo, para a continuación asegurar de nuevo su cancelación. Y así fue todo a pesar de los intentos de Ryan Reynolds para que saliera adelante la producción, un Ryan Reynolds que veía como la única oportunidad de interpretar a un superhéroe con éxito en el cine se iba desvaneciendo, en especial tras el descalabro de "Green Lantern", mucho mejor de lo que la pusieron los críticos, pero demasiado poco ambiciosa para su enorme presupuesto. Fue precisamente Reynolds quien ayudó a montar una especie de corto de animación digital, prestándose él mismo como modelo del Deadpool protagonista, que les mostró a los de la Fox, una prueba de lo bien que se vería el personaje en la pantalla grande, traje rojo incluido. Aunque el vídeo era una gozada, Fox todavía no estaba del todo segura de realizar la película, y la cosa no cambió en los siguientes meses, sino lo contrario, ya que la productora empezó a tener cada vez mayor certeza sobre lo arriesgado del proyecto, más maldito a cada día que pasaba. Y entonces ocurrió. El vídeo de prueba salió a la luz.
Internet se partió en dos. Lo que nos mostraba esa especie de corto molaba demasiado como para que la Fox lo ignorase. Ryan Reynolds ya no estaba solo en su cruzada para que Deadpool rompiese las taquillas de todo el planeta, sino que se veía acompañado por propios y extraños al personaje, todo aquel que había comprobado por sus propios ojos que lo que pretendía el actor era respetar al cien por cien todo lo que Wade Wilson significaba en los cómics. Pocos intérpretes han dado tanto de sí mismos a la hora de que una película salga adelante, y mucho menos en el mundo de los cómics a la gran pantalla, y quizá la mayor similitud residía en todo el trabajo que realizó el buenazo de Thomas Jane (Deep Blue Sea, El cazador de sueños) para prepararse el papel para una hipotética "The Punisher 2" que acabó siendo "Punisher 2: Zona de guerra", protagonizada por Ray Stevenson (Dexter, Los otros dos). Lo curioso de este caso en concreto es que Jane, como Reynolds, era tan fan del personaje que llevaría su amor hacia él no sólo a participar activamente en ciertas adaptaciones como el videojuego "The Punisher", sino también en cortos tan sobresalientes como "Dirty Laundry", una especie de secuela no oficial de la potable "The Punisher: El Castigador". Lástima que a Jane no le salieran bien los planes con respecto a Frank Castle, muy al contrario de lo que sí ocurrió con el Deadpool de Reynolds. En 2014 pudimos ver esa especie de corto, y poco después, debido a su tremendo éxito, se anunció oficialmente que "Deadpool" sería una realidad cuyo estreno tendría lugar a principios de 2016. El buen camino estaba trazado al fin, y esta vez era de verdad.
Paremos un momento antes de ahondar en la película, porque ¿quién es realmente Wade Wilson? Al fin y al cabo, a estas alturas no creo que haga falta explicar los orígenes de Spiderman, Batman, Superman e incluso de Iron Man y el Capitán América, teniendo en cuenta la fama que han recogido estos dos últimos gracias a las producciones de Marvel Studios. La historia de Wade Wilson, a estas alturas, todavía está repleta de incógnitas, pero lo que sí sabemos es que era un mercenario afectado por un terrible cáncer que se somete a los experimentos de Arma-X, sí, la organización que le dio el adamantium a los huesos de Lobezno, convirtiéndolo en el superhéroe que conocemos hoy día, aunque sus primeras intenciones eran crear un arma, como con los demás mutantes con los que experimentaban. Precisamente, Wade fue inoculado con una formula derivada del factor curativo de Logan, lo que detendría su cáncer, a pesar de que la mantendría completamente desfigurado, además de dotarle de unas habilidades regenerativas que rivalizarían con las del mutante canadiense. ¡Ah! También se volvió loco, ¿o ya lo estaba? Es complicado de responder, la verdad. A partir de entonces, Wade adquirió el sobrenombre de Masacre, se enfundó una máscara para ocultar sus cicatrices y se dedicó a actuar como mercenario, siendo un villano primero, un antihéroe después y, más tarde, llegando incluso a militar en los Vengadores, como vemos en los cómics actuales a fecha de 2016, por no hablar de sus colaboraciones puntuales con los X-Men (estuvo en X-Force, la división secreta y sanguinaria liderada por Lobezno), y los equipos que suele hacer con el propio Logan y hasta personajes como Punisher. Mucho ha cambiado Wade desde que le metieron parte de Lobezno en el cuerpo (vale, la broma picante venía dada debido al carácter gamberro del personaje), eso sí, siempre para mejor, siendo su serie regular a finales de los 90 la que mejor lo definió, dandole la personalidad definitiva con la que se hizo popular.
Editorialmente, Masacre fue parido por el guionista Fabian Nicieza (Cable, Capitán Marvel) y el dibujante Rob Liefeld (Capitán América, Youngblood), quien no sólo se convirtió en toda una celebridad por conseguir el éxito en Marvel y luego largarse a levantar Image junto a otros autores como Todd McFarlane (Spider-Man, Spawn), sino también por sus figuras de exagerados músculos, mandíbulas extremadamente cuadradas y enormes pistolones. El primer Masacre, surgido en "Los Nuevos Mutantes" en 1991, tenía ese estilo Liefeld tan querido y a la vez odiado en el mundillo comiquero, y tras el éxito de sus primeras apariciones se le dieron varias miniseries que derivaron en la serie regular que le hizo famoso, donde se creó, como os decía anteriormente, el Mercenario Bocazas que podemos disfrutar en "Deadpool". El guionista Joe Kelly (Action Comics, Daredevil) y el dibujante Ed McGuinness (Superman/Batman, Hulk) redifinieron el personaje, haciéndolo suyo casi por completo. ¿Las consecuencias? Un tono muy gamberro en las aventuras del Mercenario Bocazas, una verborrea tan eterna como insufrible, una lista interminable de estrambóticos enemigos y secundarios, historias que parecían sacadas de dibujos animados donde los correcaminos y coyotes eran capaz de intentar matarse, y por supuesto, la capacidad de Wade de romper la cuarta pared y hablarnos directamente a nosotros, los lectores, teniendo el conocimiento de que era un personaje de cómic. ¿Y cómo olvidar las continuas referencias y bromas a la cultura contemporánea? Series, películas, música, literatura, otros cómics... Todo podía ser convertido en sátira, sarcasmo o el más negro de los chistes en manos, o mejor dicho en boca de Masacre. Ese era el Masacre que muchos llegamos a adorar. Ese era el Masacre que siempre hemos querido ver en la pantalla grande. Ese era el Masacre que ahora nos llega en "Deadpool" siendo... Deadpool.
Menuda carrera para un personaje que llegó a nacer a partir de Deathstroke de DC. Puede que no sepáis de quién os estoy hablando si no sois muy comiqueros, pero echadle un buen vistazo a la segunda temporada de la serie televisiva "Arrow" para conocer a Slade Wilson (¿pilláis la referencia en el nombre?), un mercenario que lleva una máscara bastante curiosa y cuya carrera va de villano a héroe pasando por antihéroe en más ocasiones incluso que las otras dos. Y gran parte del éxito de "Deadpool" se debe, precisamente, a mantener intactas sus mejores características, y no sólo en cuanto a su personalidad, sino también físicas. Ryan Reynolds se enfunda en la película un traje perfecto hasta en los ojos blancos, los cuales, por cierto, se mueven como si fueran los de un dibujo animado, un efecto fantástico que le da un extra de lo más jugoso al filme y al personaje. Por supuesto, como decía, lo que hace tan genial a Deadpool sí que está en esta producción, es decir, su carácter gamberro, los chistes continuos, la mezcla de acción y comedia de la trama (Wade lo mismo pasa a tomarse en broma una pelea a cabrearse tanto como para cortar cabezas antes de continuar riéndose de sus enemigos), las repetidas referencias a la cultura pop, los estrambóticos personajes secundarios, los malvados villanos y, por supuesto, la rotura de la cuarta pared, algo que lleva a cabo varias veces durante toda la película de forma genial. En pocas palabras, Ryan Reynolds, que siempre ha interpretado a una especie de Wade Wilson en muchos de sus papeles, se mete tanto en la piel de Deadpool que se convierte en él. Si Hugh Jackman es Lobezno, Robert Downey Jr. (Zodiac, Sherlock Holmes) es Iron Man, Scarlett Johansson (Lucy, Don Jon) es la Viuda Negra, Michael Keaton es Batman y Wesley Snipes es Blade, Reynolds es Deadpool. No es que lo interprete, sino que se mete tanto en el personaje que acaban siendo uno solo. Lógico si tenemos en cuenta todo el tiempo y el esfuerzo gastados por el actor en que "Deadpool" pasara de unas simples conversaciones entre productores a la cinta que hoy por hoy podemos disfrutar.
¿Qué nos cuenta "Deadpool"? La gracia de todo es que el argumento principal no es precisamente enrevesado. Tampoco lo necesita, y mucho menos cuando los mismos cómics del personaje no es que sean una oda al ensayo, sino que van directos al grano, dispuestos a ofrecer diversión y entretenimiento comiquero de calidad sin muchas complicaciones. La película nos cuenta el origen de Deadpool, es decir, cómo Wade Wilson consigue las asombrosas habilidades que no sólo le salvarán del cáncer que padece, sino que le ayudarán en su búsqueda de venganza hacia Ajax, el principal responsable tanto de sus poderes como de su nuevo rostro deformado, el cual le impide volver con Vanessa, el amor de su vida, su chica, la principal razón por la que se sometió a los experimentos de una extraña agencia que bien podría ser parte de Arma-X. Por supuesto, asistimos a la creación del traje rojo de Deadpool (estupendas las razones), descubrimos cómo eligió el nombre (tan genial como los motivos para la confección del uniforme escarlata) que le acompañará desde entonces y su rencorosa misión para matar villanos al por mayor al mismo tiempo que trata de regresar con Vanessa hasta que ésta es secuestrada por Ajax para atraerle y matarle de una vez por todas, o al menos intentarlo, porque Deadpool no le va a poner las cosas fáciles al respecto, y no sólo por sus impresionantes capacidades regenerativas, sino porque cuenta con la ayuda de un par de hombres-x que no le aguantan, aunque intentarán que siga el buen camino, el sendero del héroe, a pesar de que Wade esté lejos de serlo, o de verse como uno, incluso siéndolo en el fondo. ¿Y cómo olvidar a Comadreja y a la Ciega Al, curiosos aliados de Deadpool en lo personal y lo profesional? Con tal cantidad de apoyo es imposible que nuestro querido Mercenario Bocazas falle en la misión de recuperar a su chica y demostrarle que no todos los héroes tienen la cara de Hugh Jackman.
Es cierto que en mis reseñas suelo dejar los aspectos negativos (o los que a mí me han parecido más flojos; al fin y al cabo, no escribo más que opiniones muy personales, así que lo que a mí me puede parecer un defecto igual otros espectadores lo consideran una gran virtud) para el final, pero en este caso voy a comentarlos antes de sumergirnos al completo en lo que nos ofrece "Deadpool", que sufre lo que no encuentro palabras más que para llamar efecto "Mad Max: Furia en la carretera", una de las cintas de más éxito de crítica y público del 2015, toda una sorpresa cinematográfica que, sin embargo, escondía defectos bastante gordos que muchos espectadores disculpan en otro tipo de filmes, y en este caso me refiero a su simpleza argumental. Vale, quizá sus valores positivos son capaces de enterrar los negativos, pero tampoco me parece coherente o lógico ignorarlos como si no existieran, porque admitamos que "Mad Max: Furia en la carretera" no es más que una persecución muy larga... argumentalmente hablando, claro. ¿Y qué es entonces "Deadpool"? Pues la típica película de acción-superhéroes, pero escondiendo todos los clichés que contiene, entre ellos, un guión que va de A a C pasando por B sin ninguna sorpresa de por medio. Ojo, que no las necesita, y precisamente "Deadpool" es buena por su pureza, por su aparente simpleza. Muchas veces he afirmado que hoy en día todo está ya inventado, que poco queda que sea absolutamente original, así que lo más original hoy día, por ejemplo en el mundo del cine, es que cada director aporte su propia visión a temas ya manidos. El argumento principal de "Deadpool" no es su fuerte, aunque sí la forma en la que está narrado, con ese Mercenario Bocazas contando su propia historia al llegar a cierto punto de la acción, en concreto, a la popular escena de la carretera, precisamente la que se nos vendió en el corto animado que ayudó a que la película saliera adelante.
Si no pasamos por alto las simplezas argumentales de ciertos blockbusters como "Transformers", "Drácula: La leyenda jamás contada" o "Furia de titanes", ¿por qué sí con "Deadpool"? Insisto, sí, porque tiene otros muchos méritos, aunque los filmes mencionados también. ¿Son tan grandes dichos aspectos positivos que pueden esconder esas carencias en la historia, ese continuo cliché argumental, o es que el espectador se vuelve poco objetivo según el título que tenga delante? Me viene a la cabeza ahora mismo otro gran ejemplo como es el de "Origen" de Christopher Nolan (Batman Begins, Interstellar), no una mala película, ni de lejos, aunque sí a años de ser original, y ese fue el halago hacia ella que más veces se pronunció durante su estreno, a pesar de no ser más que "Matrix" con el estilo Nolan. Lo mismo podría decirse del respeto hacia los personajes secundarios y villanos de "Deadpool". Las protestas hacia el Masacre aparecido en "X-Men Orígenes: Lobezno" fueron tantas que incluso en "Deadpool" hay un par de chistes al respecto (bastante buenos, por cierto), y como os comentaba más arriba, eran quejas lógicas, basadas la mayor parte de ellas en que poco se parecía ese Masacre al Deadpool que todos conocemos y amamos. Entonces, ¿dónde están esas mismas protestas hacia Ajax, Ángel Dust y los demás personajes secundarios sacados directamente de las series regulares de Wade Wilson? Admito que Ed Skrein (Juego de Tronos, La espada de la venganza) y Gina Carano (Indomable, Fast & Furious 6) molan bastante como villanos de la cinta, sin olvidar que sus papeles de malos malosos típicos de los filmes de acción de cualquier época, aunque esta vez con poderes, casan a la perfección con la trama de "Deadpool", pero creo que eso no debería evitar quejas hacia el aspecto que lucen, bastante lejano al de los cómics. Por otro lado, la Ciega Al y Comadreja sí que han obtenido una buena adaptación a pesar de no contar con el aspecto habitual que presentan en las viñetas.
Pasando a todas las buenas características que posee "Deadpool", y dejando de lado la gran caracterización que supone el Deadpool de Ryan Reynolds (insisto, no es que haga de Wade Wilson, sino que ES Wade Wilson; puro cómic), me parece esencial detenernos en la campaña publicitaria montada alrededor de la producción, con docenas de divertidas fotografías de Reynolds posando con el traje del Mercenario Bocazas, entrevistas falsas, presentaciones cachondas de los espectaculares trailers e incluso apariciones especiales en diferentes medios y avances de otras películas. Se ha puesto toda la carne en el asador desde el primer momento para que "Deadpool" sea lo que se merece ser, y se ha conseguido sin ninguna duda, siendo una sorpresa para propios y extraños. Yo mismo pensaba que se salvaría del fracaso comercial gracias a su ajustado presupuesto, y los mismos realizadores de la cinta no esperaban tan buenos resultados en la taquilla. ¿Los motivos? Bueno, la popularidad de Deadpool no es precisamente la de Spiderman o Batman, por no hablar que para respetar al cien por cien las características de las aventuras del personaje se ha tenido que optar por una película bastante subidida en cuanto a violencia, sexo y palabras malsonantes, algo que no termina de funcionar del todo bien en los cines de Estados Unidos, y que limita mucho a los espectadores que puedan ir a verla; los ejemplos se cuentan por docenas, por cierto. Sin embargo, y contra todo pronóstico, "Deadpool" no sólo se ha convertido en una de las producciones más taquilleras de alta clasificación, sino en una de las cintas con mayores ganancias de este 2016. Y, repito, hablamos de un filme que salió bastante barato en comparación a otros títulos comiqueros como "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", "Capitán América: Civil War" y "X-Men: Apocalipsis". Se podría decir que "Deadpool" es la "Blade" de nuestro siglo.
Si algo es "Deadpool" es entretenida de principio a fin. La duración del metraje está más que ajustada, y aunque no lo estuviera yo creo que con lo divertida que resulta podría durar tres horas y nadie lo notaría. Además, no se deja nada, contando todo lo que tiene que contarnos en el tiempo que tiene, ni más ni menos. No esperéis ediciones extendidas en formato doméstico con al menos media hora de película que se ha quedado en la sala de montaje, porque como mucho lo que tendremos serán un par de escenas extendidas y alguna eliminada. Se nota que "Deadpool" nació así y ha llegado a la pantalla grande así, sin cortes innecesarios que la estropeen, o montajes extraños que le provoquen la pérdida de calidad. Y os hablaba de acción antes, porque eso es lo que es, una cinta de acción, de tiros, de explosiones, de buenos que usan métodos bastante cuestionables mientras tratan de averiguar si son realmente héroes o villanos tan malos como a los que combaten, de chicas a las que rescatar (aunque sepan librar sus propias batallas), de amiguetes graciosos, de pistolas, de espadas, de muchos malosos muertos y de venganzas. En ese sentido, Deadpool da lo que promete, sin embargo, volvemos a lo que os decía antes sobre el argumento, porque si tenemos en cuenta que Deadpool podría ser fácilmente sustituido en la trama por Lobezno, entonces la perfección de la cinta se hace menos perfecta. Aunque, ¿funcionaría tan bien "Deadpool" protagonizada por nuestro querido mutante canadiense? Quizás entonces saldría algo como "X-Men Orígenes: Lobezno", que a fin de cuentas tenía una historia bastante parecida, salvo por el hecho de que Logan ya era mutante antes de incorporarse a Arma-X, y fue a ellos para buscar venganza, no para curarse.
No sólo de acción vive "Deadpool". Que parte importante del marketing se haya dedicado a vendernos una especie de filme romántico no es casualidad si tenemos en cuenta que sí que estamos ante un filme con muchas dosis de chico conoce a chica. Por supuesto, a la particular manera de Wade Wilson, pero es verdad que "Deadpool" recupera esa vieja tradición del interés romántico del superhéroe que poco a poco se ha ido perdiendo en el cine. ¿Para bien o para mal? Bueno, todo depende de lo que pida la historia, y en este caso es cierto que el catalizador para que Wade pase a ser Deadpool se encuentra en Vanessa, ya que la primera intención del protagonista cuando le descubren el cáncer es rendirse para no hacerle pasar a su chica el peor de los infiernos. "Deadpool" devuelve al cine de superhéroes un cliché que en este caso no molesta, pero que, al menos a título personal, veo estupendo que continúe estando tan poco de moda en el resto de producciones comiqueras. No es sólo que nos libremos de la arquetípica historia del héroe y la damisela en apuros que, por ejemplo, tanto explotó Sam Raimi en su trilogía sobre Spiderman (hasta el punto de casi repetir estructuras narrativas en las tres), sino que además nos está dando personajes femeninos tan o más fuertes que los masculinos, algo que hacía bastante falta a la hora de trasladar a la pantalla grande las aventuras de nuestros superhéroes favoritos del papel. La misma Vanessa lo deja claro a sus raptores en el filme, que ella ha sido muchas cosas, pero nunca una pobre mujer en apuros, y aunque "Deadpool" caiga en el error de convertirla en eso, también tenemos ahí a Ángel Dust y a Cabeza Nuclear Negasónica Adolescente para demostrar que las mujeres fuertes no sólo existen en este mundillo, sino que hay que tener mucho cuidado con ellas. Y si no, que se lo pregunten a Coloso.
Antes de pasar a hablar del resto del reparto, parémonos en otro de los géneros que explota "Deadpool", precisamente el que, al menos en mi opinión, logra que el filme haya tenido el éxito que se merecía. Sí, hablo de la comedia, la descacharrante, salvaje, gamberra, provocativa, negra y potente comedia que envuelve la entretenida y espectacular acción de la película. Porque "Deadpool" es la perfecta fusión entre comedia y acción, como así certifican escenas impresionantes como la de la carretera, con la que se abre además el título con unos créditos geniales, la escalada de venganza de Deadpool mientras trata de encontrar el traje perfecto o toda la batalla final. Sí, hay ocasiones en las que la acción invade la pantalla sin un ápice de comicidad, y viceversa, y uno de los mejores ejemplos de esto último es toda la parte de Wade y la Ciega Al en el piso que comparten, o las conversaciones con el simpático Dopinder, el taxista que lleva de un lado a otro a Deadpool mientras éste le enseña cómo conseguir al amor de su vida de formas un tanto... inquietantes. El humor de "Deadpool" no sería lo mismo sin unos diálogos trabajados al milímetro (llega un momento en el que cada conversación es capaz de sacar una carcajada) que denotan un cariño extremo hacia el personaje y su entorno. Por supuesto, también hay que apuntar a que las bromas y los chistes no sólo van dirigidas a los demás, sino hacia la propia película y sus implicados. ¿Ejemplos? Atentos a los créditos iniciales, que son oro puro, y no sólo por esa muestra a cámara lenta de uno de los "accidentes" de la escena de la carretera, sino a los comentarios acerca del Masacre de "X-Men Orígenes: Lobezno", el filme sobre el superhéroe Green Lantern, el propio Hugh Jackman, los X-Men e incluso los dirigidos a la Fox, gran criticada por ser capaz de producciones como "Deadpool" tras pegarse batacazos enormes con otras como "Cuatro Fantásticos". En pocas palabras, "Deadpool" no deja títere con cabeza, lo cual demuestra la gran inteligencia del filme, otro de sus grandes valores.
Ahora sí vamos a hablar de los secundarios que vagan por el alocado mundo del Mercenario Bocazas. Ya hemos hablado del protagonista y de sus villanos (genial el pique entre Wade y Ajax por el verdadero nombre de éste último), así que tocar centrarnos en personajes tan geniales como Comadreja, uno de los mejores amigos de Wade Wilson en los cómics, que aquí encarna a la perfección el siempre divertido T, J. Miller (Quemando ruedas, Todo sobre mi desmadre), llegando a dar ganas de comprobar si también podrían hacer equipo en escenas de acción, al más puro estilo buddy movie, teniendo en cuenta la gran química que sobrevuela todos los minutos que Reynolds y él comparten en la pantalla. Pero si hablamos de feeling cinematográfico, sin duda hay que mencionar al que hallamos entre el actor protagonista y la guapa Morena Baccarin (Homeland, Gotham), quien interpreta en la cinta a Vanessa, también un personaje "especial" en los cómics, aunque aquí no posee habilidades sobrenaturales de ninguna clase, por lo que habrá que esperar a la secuela para comprobar si le añadirán en esa algún que otro superpoder, cosa que deberíamos coger muy en serio teniendo en cuenta algunos momentos del presente filme. ¿Y qué decir de la aparición de dos de los X-Men que acuden a ayudar a Deadpool? Al principio no acuden a él precisamente a eso, y después en realidad es Wilson quien les solicita que le echen una manita (casi literal si tenemos en cuenta cómo acaba el primer encuentro en la película entre los tres), pero los X-Men son los X-Men, e intentan no sólo que Deadpool se convierta en un héroe, sino que se una a ellos, algo curioso, ya que en los cómics suele ser al revés. De invitados (sin contar el brutal cameo de Stan Lee, y eso que no tuvo que ver nada con la creación de Deadpool) tenemos a Coloso, uno de los hombres-x más clásicos, y a Cabeza Nuclear Negasónica Adolescente, personaje creado por el genial Grant Morrison (Batman, Superman) durante su sobresaliente etapa en los cómics de los mutantes, donde dispuso que los mutantes se contaban por millones en el planeta, incluso después de ser atacados por el monstruo Centinela de Cassandra Nova, precisamente el ser que asesinó en las viñetas a Cabeza Nuclear Negasónica Adolescente, quien eligió su propio nombre en clave, lo cual es bastante evidente. De los dos, Coloso es el más parecido a su contrapartida comiquera, hasta el punto de que es clavado a algunas de las visiones que se han dado de él, lo que costó la actuación, según dicen, de tres intérpretes, ninguno de ellos el mismo que nos asombró en "X-Men 2" y "X-Men 3: La decisión final". Físicamente ha quedado de lujo, aunque en cuanto a su personalidad, se le ha dado una demasiado mojigata, incluso lejana a sus primeros tiempos en los X-Men, que parece más construida para que Deadpool se ría de él, al más puro estilo Garth Ennis (Hitman, Predicador), que para presentarnos al Coloso que tendremos en el nuevo universo mutante de la Fox, y sí, nuevo, porque recordemos lo que ocurrió al final de "X-Men: Días del futuro pasado". Por otro lado, Cabeza Nuclear Negasónica Adolescente, interpretada por la joven Brianna Hildebrand (Prism), apenas tiene nada que ver con el personaje de los cómics, y casi que mejor, porque lo han redefinido por completo y de manera magnífica, dándonos a una secundaria de lujo que ya quisiéramos para que también actuase de compañera en "Deadpool 2". Atentos a cada escena que comparten ambos personajes, porque es oro puro, y sí, también las de acción, en especial la parte final.
En resumen, si "Kick-Ass" ya puso alto el listón con respecto a las películas distintas de superhéroes, "Deadpool" lo pulveriza, haciendo que las expectativas hacia el resto de proyectos similares sean bastante altas a partir de ahora, aunque me parece que no se cumplirán todas hasta que no se estrene "Deadpool 2", que es tan una realidad que incluso en la escena tras los créditos (sí, este filme también tiene, y está repleta de bromas) ya se anuncia oficialmente. Tranquilos, no os he destripado ningún spoiler, porque eso es lo mínimo que encontraréis en dicha escena. "Deadpool" es, ante todo, una producción realizada con sumo cariño por grandes aficionados al personaje, gente que se ha involucrado en el proyecto hasta levantarlo cuando nadie daba una sola moneda por él, y eso siendo amable, claro. Y no sólo les ha funcionado la jugada, sino que les ha funcionado muy, muy bien con todas las consecuencias, convirtiendo a un personaje desconocido para el gran público en el protagonista de una de las cintas más taquilleras no sólo de este año 2016, sino del género de superhéroes en general. Todo funciona en "Deadpool", desde sus secundarios hasta sus villanos, pasando por los efectos especiales, la molona banda sonora, la campaña publicitaria, las bromas, los cameos, las escenas de acción, la dirección, los chistes, el tono del filme, los diálogos, y en especial el Deadpool interpretado por Ryan Reynolds, quien no ha querido decepcionar a los fans en ningún momento, intentando llevar a cabo un Mercenario Bocazas que es el de los cómics y, ¡chimichangas!, lo ha conseguido con creces. ¡Ah! Y qué bonitos son los unicornios, ¿verdad?
Nota: 9/10
Por entonces, ya fue toda una sorpresa la aparición de "Blade". ¿Quién nos iba a decir que la actual y sobresaliente época comiquera en la pantalla grande se iniciaría con un personaje tan secundario? Y estoy siendo amable con lo de secundario, por cierto. Sí, muchos estaréis pensando en "X-Men", pero sin "Blade" nunca hubiera existido "X-Men". Además, muchos de los actuales responsables de grandes éxitos como "Iron Man", "Los Vengadores" y "Capitán América: El Soldado de Invierno", por mencionar sólo algunos, ya estaban involucrados en la sanguinaria odisea del famoso cazador de vampiros interpretado por el carismático Wesley Snipes (Los blancos no la saben meter, Los Mercenarios 3). Pero incluso cuando se estrenó "Iron Man", no fue precisamente una apuesta segura en su momento (tal y como ocurrió con la mismísima "Blade"), también nos hubiera parecido extraño un filme sobre nuestro querido Wade Wilson y, ojo, hablo del año 2008, es decir, un año antes de que una especie de Masacre primerizo apareciera en la gran pantalla en la entretenida "X-Men Orígenes: Lobezno", eso sí, con el rostro de Ryan Reynolds (Sólo amigos, Green Lantern), actor que siempre ha estado tras la sombra de cualquiera proyecto dirigido a llevar al cine a Masacre, cosa que al final ha conseguido, a pesar de que hablemos de una de las cintas comiqueras que más trabajo ha costado levantar. Si seguimos retrocediendo, pensar en una película protagonizada por Masacre, mientras disfrutábamos del Batman de Michael Keaton (Los otros dos, RoboCop) o el Superman de Christopher Reeve (La ventana de enfrente, Smallville), era una locura todavía mayor, y no sólo por el "nimio" detalle de que por entonces un personaje como Masacre ni siquiera tenía cabida en los cómics, sino porque realizar una producción como la protagonista de la entrada de hoy no era impensable, sino una utopía digna de una historia de ciencia-ficción. Y no me refiero a los efectos especiales o las impresionantes escenas de acción, sino que me centro en el tono de la película, mucho más cercano a las dos entregas de "Kick-Ass" que a cualquier filme Marvel convencional, en especial si hablamos de Marvel Studios.
"¿Que he conseguido mi propia película? ¿Pero qué me cuentas?" |
Pero sí, ha ocurrido. Después de numerosos problemas, años de planes que iba y venían, y muchas malas noticias frente a cualquiera buena, Masacre ha conseguido su producción en su solitario, su spin-off de la saga X-Men. ¿O deberíamos llamarlo Deadpool? Sí, siempre ha habido cierta controversia en cuanto a la traducción del nombre de batalla de Wade Wilson en lo referente a los cómics, sobre todo cuando surgió el personaje arácnido de Matanza, mucho mejor traducido, por cierto. Siguiendo los pasos de la reciente "Ant-Man", que ignoró el consabido Hombre Hormiga salvo para un par de bromas, "Deadpool" es el título de las aventuras y desventuras de nuestro Mercenario Bocazas favorito, aunque para ser justos hay que reconocer que esto de mantener ciertos nombres en el idioma original en cuanto a las adaptaciones cinematográficas ya lo habíamos tenido antes de "Ant-Man", por ejemplo, en la secuela de "Los Cuatro Fantásticos", cuando hizo su aparición Silver Surfer y no Estela Plateada, por no hablar de que en la propia "Iron Man", en la famoso escena tras los créditos, Nick Furia no era Nick Furia, era Nick Fury, algo que se cambió en "Iron Man 2"; a modo de curiosidad, precisamente en "Iron Man", sí se tradujo SHIELD como ESCUDO, ¡casi nada! Todo este tema de las traducciones y no-traducciones podría dar no sólo para varias entradas, sino para un libro entero que nos descubriría detalles tan rocambolescos como los ya comentados. Y sí, Masacre era Masacre en "X-Men Orígenes: Lobezno", aunque sólo se le mencione así una vez. Ahora, sin embargo, es Deadpool por diversas razones (supongo que uno de ellas es atraer gente al cine, gente que no vería con buenos ojos que un superhéroe-antihéroe se llame Masacre, que no suena demasiado... optimista), así que toca acostumbrarnos a ello, al menos en el cine, porque en los cómics Marvel que nos llegan a España sigue siendo el Masacre de toda la vida.
Cuando reseño alguna de las películas de Marvel Studios, normalmente suelo hacer un repaso más o menos rápido (vale, suelen ser muy extensos) de los filmes que lo preceden, una especie de recordatorio de las diferentes fases de la productora. También lo hago con producciones comiqueras que no tienen nada que ver con Marvel Studios, ni siquiera con DC, haciendo memoria para que tengamos una visión bastante amplia del estreno en sí. Sin embargo, con "Deadpool" lo voy a hacer y no lo voy a hacer. Por un lado, la respuesta es afirmativa porque la cinta se merece que hable de los problemas por los que ha pasado hasta ser real, incluyendo los planes previos que se tenían a su alrededor y cómo surgió la idea del spin-off; por otra parte, "Deadpool" pertenece y no pertenece al universo de los X-Men de la Fox porque, vale, es un spin-off como lo son las películas de Lobezno, pero al mismo tiempo poco tiene que ver con la saga de Charles Xavier, sus pupilos y el carismático Magneto, lo interprete quien lo interprete. Vale, admito que salen un par de X-Men en el filme del Mercenario Bocazas, y aunque su papel va más allá del de simple cameo, los acontecimientos de "Deadpool" poco se conectan con lo que hemos disfrutado en las seis entregas cinematográficas de los X-Men, sin incluir las dos centradas en Logan. ¿O quizá sí que tiene que ver? Mientras escribo esto, a Hugh Jackman (Acero puro, Australia) aún le queda un título más que protagonizar como Lobezno, así que igual allí se nos da cierta sorpresa sobre el suero y técnicas aplicadas a Wade que le hacen conseguir sus superhabilidades regenerativas. Pero me estoy adelantando. Viajemos al pasado.
Sólo existe un verdadero Deadpool |
Mentiría si dijera que tras el gran éxito de "X-Men" de Bryan Singer (Sospechosos habituales, Superman Returns), a la Fox se le ocurrió un spin-off sobre Deadpool. Es más, ni siquiera por entonces surgió la idea de realizar películas en solitario de otros mutantes de la cinta, aunque algo se rumoreaba, pero no dejaban de ser eso, simples rumores que no llegaron a ninguna parte. Os hablo del año 2000, es decir, "Blade" había logrado que existiera "X-Men", y sin embargo todavía hacía falta un gran empujón para que el cine de superhéroes alcanzara la fama que hoy posee. No se produciría con la genial "Blade II" en 2002, sino con la sobresaliente "Spider-Man" de Sam Raimi (Darkman, Arrastrame al Infierno), que no sólo era cómic en estado puro (las anteriores bien podrían considerarse adaptaciones, buenas adaptaciones, pero adaptaciones del material original), sino que recuperaba el tono de "Superman". Echadle un buen vistazo a la película y podréis ver con facilidad numerosos retazos de lo que hoy es el cine de Marvel Studios, lo cual no es de extrañar si tenemos en cuenta, insisto, en que los responsables de todas aquellas producciones son, al menos en gran parte, los que nos están dando la época de oro de los cómics en el cine. El mismísimo Stan Lee (Los Cuatro Fantásticos, Los Vengadores) admite que "Spider-Man" es su película Marvel favorita, entre otras razones porque fue la que verdaderamente fue un taquillazo en todos los sentidos. Y no, "Spider-Man" no provocó que naciera "Deadpool", pero sí que "X-Men 2" fuera más ambiciosa.
Estrenada en 2003, la secuela directa de "X-Men", dirigida también por Singer, se convirtió con rapidez en una de las mejores cintas comiqueras de la historia. Efectos especiales, guión, actuaciones, acción... Todo funcionaba a las mil maravillas, y hoy día es todo un ejemplo de cómo realizar un filme comiquero sobre los mutantes, resultando, al menos para quien esto escribe, la mejor de toda la saga, incluso por encima de las sobresalientes "X-Men: Primera generación" y "X-Men: Días del futuro pasado", a falta de hablaros de "X-Men: Apocalipsis", de la que no os voy a adelantar nada, por supuesto. Hay que recordar que "X-Men 2" bien podría haberse llamado "X-Men: Lobezno" o "X-Men 2: Arma-X", porque todo el argumento principal giraba alrededor de la organización que creó a Lobezno, garras de adamantium incluidas. Fue por entonces, ahora sí, cuando los rumores sobre algún que otro spin-off empezaron a ser tan serios que los planes de la Fox se convirtieron en reales, lo cual no deja de ser curioso, ya que muchos críticos no dudaron en señalar que "X-Men 2" era de por sí un spin-off, un filme de Lobezno, que venía robando escenas desde la primera parte gracias al brutal trabajo de Jackman. Nacieron entonces tres proyectos, uno de ellos bastante lógico, y los otros sorpresas que cogieron con las defensas bajas a propios y extraños. Hablo de las películas en solitario centradas en Lobezno, Magneto y Tormenta. Era evidente que al menos una de las tres no se llevaría a cabo, y Tormenta tenía todas las papeletas, como así ha sido con el transcurrir del tiempo, supongo que porque de esos tres personajes es el que menos peso ha tenido en la saga cinematográfica de los mutantes, y con la que se puede jugar menos en general, a pesar del gran personaje que Ororo Munroe es en los cómics, siendo una de las mejores heroínas de Marvel.
Capaz de tener un spin-off con una cara así |
La divertida (siempre la defenderé) "X-Men 3: La decisión final" puso fin, o casi casi, a la mayoría de planes sobre los filmes en solitario de los mutantes. Sí, la cinta fue todo un éxito de taquilla, uno de los mayores de por entonces, pero la crítica se dividió bastante con respecto a su resultado, todo por culpa de las prisas de la Fox y los cambios en el equipo creativo a mitad de producción, en especial la sustitución de Bryan Singer por el notable currante Brett Ratner (Hora Punta, Un golpe de altura). Las urgencias nunca son buenas, y le pasaron factura al título, que dejaba muchas tramas cerradas de tal forma que se hacía complicado realizar una "X-Men 4", a pesar de que estuviera en los planes de la Fox. Mientras se tomaban decisiones al respecto, Marvel Studios estrenaba "Iron Man", cambiándolo todo, evolucionando el cine de superhéroes, así que la Fox decidió no quedarse quieta, y fue entonces cuando vieron el momento perfecto para explotar a Lobezno en solitario con "X-Men Orígenes: Lobezno", el primer spin-off al que le seguiría un "X-Men Orígenes: Magneto", de ahí lo del título de "X-Men Orígenes", donde quedarían enclavados los diferentes spin-off de los mutantes marvelianos para la gran pantalla. Y sí, se comenzó a hablar del futuro de Deadpool en el cine, y la razón era muy sencilla: Ryan Reynolds. Es bastante conocida la anécdota de que en "Blade: Trinity", una de las primeras películas de acción del actor donde ya demostraba su vena más friki, un miembro de la producción se le acercó para comentarle que su Hannibal King era, básicamente, una especie de Deadpool. El tipo en cuestión le pasó algunos cómics del personaje, al mismo tiempo que le invitaba a interpretarlo en un futuro, alegando que su Hannibal King, tan sardónico como chulesco, bien podría ser el prólogo de una carrera bastante exitosa como el Mercenario Bocazas de la gran pantalla. Dicho y hecho, Reynolds se enamoró del personaje, e inició su particular campaña privada para que no sólo se le hiciera una película que mereciera, sino para que fuese él quien estuviera bajo la máscara roja.
Teniendo en cuenta tales antecedentes, no es de extrañar que Reynolds fuera quien se pusiera en la piel de Wade Wilson en la versión de Deadpool que se presentaba en "X-Men Orígenes: Lobezno". Antes de ahondar en la película, dejad que hago otro inciso, prometo que pequeño, muy pequeño, porque aunque las auténticas intenciones de realizar "Deadpool" se iniciaron poco antes de que el personaje apareciera en la producción de Logan, mucho antes se había estado pensando en la posibilidad de que pudiera protagonizar su propia cinta. Sólo fueron unas conversaciones muy tenues, sí, pero es cierto que en 2004 y 2005 se lanzaron varios planes para llevar a cabo el filme, una época en la que los derechos de los diferentes personajes de Marvel estaban dispersos por varias productoras, tiempos en los que lo mismo veíamos una secuela de "Blade" que una nueva entrega de Punisher para la pantalla grande, al mismo tiempo que se preparaba "Ghost Rider: El Motorista Fantasma" o estaba a punto de estrenarse "Elektra", que era un spin-off de "Daredevil", protagonizada por un Ben Affleck (Dogma, Paycheck) muchas décadas antes de enfundarse la capa negra del Caballero Oscuro. Eran tiempos donde, tras el gran éxito de "Blade" y "X-Men", las productoras intentaban sacarle partido a los derechos comprados años antes, y aunque es cierto que salieron títulos bastante majos, hay que reconocer que también tuvimos algunos chascos bastante gordos, y lo admito hasta yo, capaz de disfrutar de cintas como la mencionada "Elektra" o "Man-Thing", serie B de terror que nos llegó a los cines, cuando en Estados Unidos no pasó de la pequeña pantalla. Veneno, Caballero Luna, el Hombre Lobo, Luke Cage, Puño de Hierro, Shang-Chi y, por supuesto, Masacre, fueron algunos de los personajes que optaron a la posibilidad de contar con su propio filme en solitario. Ninguno de estos proyectos llegó a ver la luz y, muchos años después, sus derechos han ido volviendo a Marvel o, en el peor de los casos, quedándose bien ordenados en como mucho dos productoras con planes muy concretos a su alrededor.
Ryan Reynolds siempre ha sido y siempre será Deadpool |
New Line Cinema fue la primera interesada en producir "Deadpool". Sin embargo, como ya he mencionado, muchos de esos filmes que estaban más que dispuestos a inundar nuestros cines se quedaron a medio camino por diversos motivos, y nuestro querido Wade acabó en manos de la Fox, una decisión bastante acertada si tenemos en cuenta que es la Fox quien mantiene los derechos sobre el cosmos mutante de Marvel, y no parece que los vayan a devolver a Marvel en mucho, mucho tiempo, y menos tras un exitazo como el de "Deadpool". De este modo, la compañía se dispuso a presentar al personaje en "X-Men Orígenes: Lobezno", no sólo para comprobar qué tal funcionaba en la gran pantalla, sino con el objetivo de prepararlo para que tuviera su propio spin-off. Hay que admitir que Reynolds estaba soberbio como Wade Wilson, que es cómo aparecía Masacre al comienzo de la película, dentro del grupo de Arma-X, conexión ya no sólo de los cómics, sino que incluso llegábamos a descubrir en el pequeño cameo de Masacre en la serie de animación de los 90 de los X-Men, cuando Morfo se transforma brevemente en él para torturar a Lobezno con las imágenes de sus antiguos compañeros de equipo. Por supuesto, al igual que ocurría en los cómics, se dejaba claro que Wade era un villano, y más claro todavía nos quedó cuando, en la parte final de la cinta, se convertía en el malo maloso final al que Lobezno y Dientes de Sable debían combatir, una especie de engendro con los poderes de varios mutantes y ciertas características físicas del propio Masacre, para más inri, con la boca cosida, a modo de cruel guiño al apelativo de Mercenario Bocazas.
Siempre defenderé "X-Men Orígenes: Lobezno" como una buena película del personaje. Al fin y al cabo, ¿qué son los cómics del mutante canadiense si no una colección de explosiones, disparos, violencia, garras, supervillanos y escenas de acción? Vale, quizá no todos, claro, pero sí una gran mayoría de sus historias. "X-Men Orígenes: Lobezno" siempre me ha resultado bastante entretenida, y a pesar de sus fallos poseedora de una gran cantidad de aciertos, aunque uno de ellos no es Masacre; sí Wade Wilson, pero no Masacre. Hay que advertir que lo que Fox intentaba con este Masacre tan lejano al que se ha hecho popular, es decir al de "Deadpool", era preparar el terreno para que se pareciera más al que todos conocemos en su propio spin-off, que nos llegaría después de su enfrentamiento con Lobezno, una posibilidad que para la Fox estaba tan asegurada que en uno de los finales más comentados de "X-Men Orígenes: Lobezno", la cabeza decapitada de Masacre llegaba a susurrar pidiendo silencio, ya con los labios liberados, dispuestos a soltar sus infinitas peroratas con el protagonismo que merecía. La otra razón por la que la Fox nos presentó a este proto-Masacre fue la de acercarlo al de sus primeras apariciones comiqueras, cuando sólo era un villano interesante, mucho antes de convertirse en un antihéroe todavía más interesante, pasos previos a transformarse en una especie de superhéroe diferente al resto. Las continuas quejas alrededor de este Masacre, a pesar de encontrarse justificadas, no tuvieron en cuenta ninguno de estos detalles. No es que los espectadores que ignoraran los cómics estuvieran obligados a saberlos, pero los que conocían a Wilson de los cómics sí deberían haber sido más amables al conocerlos previamente.
Sólo hay un único y auténtico Deadpool |
A pesar del éxito de "X-Men Orígenes: Lobezno", sobre todo en lo monetario aunque menos en lo crítico, el proyecto "Deadpool" comenzó un viaje cuyo destino era incierto. La Fox empezó a dudar acerca de la posibilidad de darle al personaje su propia película, no sólo por las críticas recibidas con su aparición, sino porque les costaba dar con el tono adecuado para Wilson, y el tono adecuado no parecía ser demasiado comercial, más cercano a "Kick-Ass" que a cualquiera de las aventuras cinematográficas de los X-Men. En pocas palabras, Deadpool debía ser irreverente, gamberro, sádico, violento, repleto de humor negro y chistes provocadores, además de contener el detalle imprescindible de la rotura de la cuarta pared, o lo que es lo mismo, la divertida circunstancia de que el personaje se dirija al espectador como en los cómics lo hace hacia el lector, ya que Wade Wilson es consciente de que es un personaje ficticio, concretamente, uno creado para las viñetas de un cómic. Resumiendo, aunque por una parte, Deadpool era un personaje muy cinematográfico, por otra, era bastante complicado trasladarlo al celuloide respetando por completo su esencia. Hacerlo con Spiderman, el Capitán América, Thor, Lobezno, Batman y Superman, entre muchos otros, era una cosa, pero el Mercenario Bocazas estaba hecho de un material distinto, y no precisamente del que atrae a oleadas de gente a la taquilla. O eso creía la Fox por entonces, ya que el estreno de "Deadpool" le ha quitado la razón a sus continuas reticencias de manera mayúscula.
Experto en animación, sobre todo en animación digital, Tim Miller (Rockfish) fue contratado por la Fox en 2011 para dirigir "Deadpool". A pesar de que todo marchaba por buen camino, hasta el punto de que la productora logró levantar la franquicia mutante con el estreno de "X-Men: Primera generación" (el inicio de una nueva trilogía de los X-Men cinematográficos), las idas y venidas del proyecto presagiaban lo peor, lo cual llegó poco después, anunciándose que "Deadpool" se cancelaba... sólo para confirmarse que se terminaría haciendo, para a continuación asegurar de nuevo su cancelación. Y así fue todo a pesar de los intentos de Ryan Reynolds para que saliera adelante la producción, un Ryan Reynolds que veía como la única oportunidad de interpretar a un superhéroe con éxito en el cine se iba desvaneciendo, en especial tras el descalabro de "Green Lantern", mucho mejor de lo que la pusieron los críticos, pero demasiado poco ambiciosa para su enorme presupuesto. Fue precisamente Reynolds quien ayudó a montar una especie de corto de animación digital, prestándose él mismo como modelo del Deadpool protagonista, que les mostró a los de la Fox, una prueba de lo bien que se vería el personaje en la pantalla grande, traje rojo incluido. Aunque el vídeo era una gozada, Fox todavía no estaba del todo segura de realizar la película, y la cosa no cambió en los siguientes meses, sino lo contrario, ya que la productora empezó a tener cada vez mayor certeza sobre lo arriesgado del proyecto, más maldito a cada día que pasaba. Y entonces ocurrió. El vídeo de prueba salió a la luz.
Adiós a la cuarta pared |
Internet se partió en dos. Lo que nos mostraba esa especie de corto molaba demasiado como para que la Fox lo ignorase. Ryan Reynolds ya no estaba solo en su cruzada para que Deadpool rompiese las taquillas de todo el planeta, sino que se veía acompañado por propios y extraños al personaje, todo aquel que había comprobado por sus propios ojos que lo que pretendía el actor era respetar al cien por cien todo lo que Wade Wilson significaba en los cómics. Pocos intérpretes han dado tanto de sí mismos a la hora de que una película salga adelante, y mucho menos en el mundo de los cómics a la gran pantalla, y quizá la mayor similitud residía en todo el trabajo que realizó el buenazo de Thomas Jane (Deep Blue Sea, El cazador de sueños) para prepararse el papel para una hipotética "The Punisher 2" que acabó siendo "Punisher 2: Zona de guerra", protagonizada por Ray Stevenson (Dexter, Los otros dos). Lo curioso de este caso en concreto es que Jane, como Reynolds, era tan fan del personaje que llevaría su amor hacia él no sólo a participar activamente en ciertas adaptaciones como el videojuego "The Punisher", sino también en cortos tan sobresalientes como "Dirty Laundry", una especie de secuela no oficial de la potable "The Punisher: El Castigador". Lástima que a Jane no le salieran bien los planes con respecto a Frank Castle, muy al contrario de lo que sí ocurrió con el Deadpool de Reynolds. En 2014 pudimos ver esa especie de corto, y poco después, debido a su tremendo éxito, se anunció oficialmente que "Deadpool" sería una realidad cuyo estreno tendría lugar a principios de 2016. El buen camino estaba trazado al fin, y esta vez era de verdad.
Paremos un momento antes de ahondar en la película, porque ¿quién es realmente Wade Wilson? Al fin y al cabo, a estas alturas no creo que haga falta explicar los orígenes de Spiderman, Batman, Superman e incluso de Iron Man y el Capitán América, teniendo en cuenta la fama que han recogido estos dos últimos gracias a las producciones de Marvel Studios. La historia de Wade Wilson, a estas alturas, todavía está repleta de incógnitas, pero lo que sí sabemos es que era un mercenario afectado por un terrible cáncer que se somete a los experimentos de Arma-X, sí, la organización que le dio el adamantium a los huesos de Lobezno, convirtiéndolo en el superhéroe que conocemos hoy día, aunque sus primeras intenciones eran crear un arma, como con los demás mutantes con los que experimentaban. Precisamente, Wade fue inoculado con una formula derivada del factor curativo de Logan, lo que detendría su cáncer, a pesar de que la mantendría completamente desfigurado, además de dotarle de unas habilidades regenerativas que rivalizarían con las del mutante canadiense. ¡Ah! También se volvió loco, ¿o ya lo estaba? Es complicado de responder, la verdad. A partir de entonces, Wade adquirió el sobrenombre de Masacre, se enfundó una máscara para ocultar sus cicatrices y se dedicó a actuar como mercenario, siendo un villano primero, un antihéroe después y, más tarde, llegando incluso a militar en los Vengadores, como vemos en los cómics actuales a fecha de 2016, por no hablar de sus colaboraciones puntuales con los X-Men (estuvo en X-Force, la división secreta y sanguinaria liderada por Lobezno), y los equipos que suele hacer con el propio Logan y hasta personajes como Punisher. Mucho ha cambiado Wade desde que le metieron parte de Lobezno en el cuerpo (vale, la broma picante venía dada debido al carácter gamberro del personaje), eso sí, siempre para mejor, siendo su serie regular a finales de los 90 la que mejor lo definió, dandole la personalidad definitiva con la que se hizo popular.
El factor curativo de Wade lo puede curar todo... salvo su cara |
Editorialmente, Masacre fue parido por el guionista Fabian Nicieza (Cable, Capitán Marvel) y el dibujante Rob Liefeld (Capitán América, Youngblood), quien no sólo se convirtió en toda una celebridad por conseguir el éxito en Marvel y luego largarse a levantar Image junto a otros autores como Todd McFarlane (Spider-Man, Spawn), sino también por sus figuras de exagerados músculos, mandíbulas extremadamente cuadradas y enormes pistolones. El primer Masacre, surgido en "Los Nuevos Mutantes" en 1991, tenía ese estilo Liefeld tan querido y a la vez odiado en el mundillo comiquero, y tras el éxito de sus primeras apariciones se le dieron varias miniseries que derivaron en la serie regular que le hizo famoso, donde se creó, como os decía anteriormente, el Mercenario Bocazas que podemos disfrutar en "Deadpool". El guionista Joe Kelly (Action Comics, Daredevil) y el dibujante Ed McGuinness (Superman/Batman, Hulk) redifinieron el personaje, haciéndolo suyo casi por completo. ¿Las consecuencias? Un tono muy gamberro en las aventuras del Mercenario Bocazas, una verborrea tan eterna como insufrible, una lista interminable de estrambóticos enemigos y secundarios, historias que parecían sacadas de dibujos animados donde los correcaminos y coyotes eran capaz de intentar matarse, y por supuesto, la capacidad de Wade de romper la cuarta pared y hablarnos directamente a nosotros, los lectores, teniendo el conocimiento de que era un personaje de cómic. ¿Y cómo olvidar las continuas referencias y bromas a la cultura contemporánea? Series, películas, música, literatura, otros cómics... Todo podía ser convertido en sátira, sarcasmo o el más negro de los chistes en manos, o mejor dicho en boca de Masacre. Ese era el Masacre que muchos llegamos a adorar. Ese era el Masacre que siempre hemos querido ver en la pantalla grande. Ese era el Masacre que ahora nos llega en "Deadpool" siendo... Deadpool.
Menuda carrera para un personaje que llegó a nacer a partir de Deathstroke de DC. Puede que no sepáis de quién os estoy hablando si no sois muy comiqueros, pero echadle un buen vistazo a la segunda temporada de la serie televisiva "Arrow" para conocer a Slade Wilson (¿pilláis la referencia en el nombre?), un mercenario que lleva una máscara bastante curiosa y cuya carrera va de villano a héroe pasando por antihéroe en más ocasiones incluso que las otras dos. Y gran parte del éxito de "Deadpool" se debe, precisamente, a mantener intactas sus mejores características, y no sólo en cuanto a su personalidad, sino también físicas. Ryan Reynolds se enfunda en la película un traje perfecto hasta en los ojos blancos, los cuales, por cierto, se mueven como si fueran los de un dibujo animado, un efecto fantástico que le da un extra de lo más jugoso al filme y al personaje. Por supuesto, como decía, lo que hace tan genial a Deadpool sí que está en esta producción, es decir, su carácter gamberro, los chistes continuos, la mezcla de acción y comedia de la trama (Wade lo mismo pasa a tomarse en broma una pelea a cabrearse tanto como para cortar cabezas antes de continuar riéndose de sus enemigos), las repetidas referencias a la cultura pop, los estrambóticos personajes secundarios, los malvados villanos y, por supuesto, la rotura de la cuarta pared, algo que lleva a cabo varias veces durante toda la película de forma genial. En pocas palabras, Ryan Reynolds, que siempre ha interpretado a una especie de Wade Wilson en muchos de sus papeles, se mete tanto en la piel de Deadpool que se convierte en él. Si Hugh Jackman es Lobezno, Robert Downey Jr. (Zodiac, Sherlock Holmes) es Iron Man, Scarlett Johansson (Lucy, Don Jon) es la Viuda Negra, Michael Keaton es Batman y Wesley Snipes es Blade, Reynolds es Deadpool. No es que lo interprete, sino que se mete tanto en el personaje que acaban siendo uno solo. Lógico si tenemos en cuenta todo el tiempo y el esfuerzo gastados por el actor en que "Deadpool" pasara de unas simples conversaciones entre productores a la cinta que hoy por hoy podemos disfrutar.
Deadpool en estado puro |
¿Qué nos cuenta "Deadpool"? La gracia de todo es que el argumento principal no es precisamente enrevesado. Tampoco lo necesita, y mucho menos cuando los mismos cómics del personaje no es que sean una oda al ensayo, sino que van directos al grano, dispuestos a ofrecer diversión y entretenimiento comiquero de calidad sin muchas complicaciones. La película nos cuenta el origen de Deadpool, es decir, cómo Wade Wilson consigue las asombrosas habilidades que no sólo le salvarán del cáncer que padece, sino que le ayudarán en su búsqueda de venganza hacia Ajax, el principal responsable tanto de sus poderes como de su nuevo rostro deformado, el cual le impide volver con Vanessa, el amor de su vida, su chica, la principal razón por la que se sometió a los experimentos de una extraña agencia que bien podría ser parte de Arma-X. Por supuesto, asistimos a la creación del traje rojo de Deadpool (estupendas las razones), descubrimos cómo eligió el nombre (tan genial como los motivos para la confección del uniforme escarlata) que le acompañará desde entonces y su rencorosa misión para matar villanos al por mayor al mismo tiempo que trata de regresar con Vanessa hasta que ésta es secuestrada por Ajax para atraerle y matarle de una vez por todas, o al menos intentarlo, porque Deadpool no le va a poner las cosas fáciles al respecto, y no sólo por sus impresionantes capacidades regenerativas, sino porque cuenta con la ayuda de un par de hombres-x que no le aguantan, aunque intentarán que siga el buen camino, el sendero del héroe, a pesar de que Wade esté lejos de serlo, o de verse como uno, incluso siéndolo en el fondo. ¿Y cómo olvidar a Comadreja y a la Ciega Al, curiosos aliados de Deadpool en lo personal y lo profesional? Con tal cantidad de apoyo es imposible que nuestro querido Mercenario Bocazas falle en la misión de recuperar a su chica y demostrarle que no todos los héroes tienen la cara de Hugh Jackman.
Es cierto que en mis reseñas suelo dejar los aspectos negativos (o los que a mí me han parecido más flojos; al fin y al cabo, no escribo más que opiniones muy personales, así que lo que a mí me puede parecer un defecto igual otros espectadores lo consideran una gran virtud) para el final, pero en este caso voy a comentarlos antes de sumergirnos al completo en lo que nos ofrece "Deadpool", que sufre lo que no encuentro palabras más que para llamar efecto "Mad Max: Furia en la carretera", una de las cintas de más éxito de crítica y público del 2015, toda una sorpresa cinematográfica que, sin embargo, escondía defectos bastante gordos que muchos espectadores disculpan en otro tipo de filmes, y en este caso me refiero a su simpleza argumental. Vale, quizá sus valores positivos son capaces de enterrar los negativos, pero tampoco me parece coherente o lógico ignorarlos como si no existieran, porque admitamos que "Mad Max: Furia en la carretera" no es más que una persecución muy larga... argumentalmente hablando, claro. ¿Y qué es entonces "Deadpool"? Pues la típica película de acción-superhéroes, pero escondiendo todos los clichés que contiene, entre ellos, un guión que va de A a C pasando por B sin ninguna sorpresa de por medio. Ojo, que no las necesita, y precisamente "Deadpool" es buena por su pureza, por su aparente simpleza. Muchas veces he afirmado que hoy en día todo está ya inventado, que poco queda que sea absolutamente original, así que lo más original hoy día, por ejemplo en el mundo del cine, es que cada director aporte su propia visión a temas ya manidos. El argumento principal de "Deadpool" no es su fuerte, aunque sí la forma en la que está narrado, con ese Mercenario Bocazas contando su propia historia al llegar a cierto punto de la acción, en concreto, a la popular escena de la carretera, precisamente la que se nos vendió en el corto animado que ayudó a que la película saliera adelante.
¿Quién necesita argumento cuando se tiene a un gigantesco mutante de metal? |
Si no pasamos por alto las simplezas argumentales de ciertos blockbusters como "Transformers", "Drácula: La leyenda jamás contada" o "Furia de titanes", ¿por qué sí con "Deadpool"? Insisto, sí, porque tiene otros muchos méritos, aunque los filmes mencionados también. ¿Son tan grandes dichos aspectos positivos que pueden esconder esas carencias en la historia, ese continuo cliché argumental, o es que el espectador se vuelve poco objetivo según el título que tenga delante? Me viene a la cabeza ahora mismo otro gran ejemplo como es el de "Origen" de Christopher Nolan (Batman Begins, Interstellar), no una mala película, ni de lejos, aunque sí a años de ser original, y ese fue el halago hacia ella que más veces se pronunció durante su estreno, a pesar de no ser más que "Matrix" con el estilo Nolan. Lo mismo podría decirse del respeto hacia los personajes secundarios y villanos de "Deadpool". Las protestas hacia el Masacre aparecido en "X-Men Orígenes: Lobezno" fueron tantas que incluso en "Deadpool" hay un par de chistes al respecto (bastante buenos, por cierto), y como os comentaba más arriba, eran quejas lógicas, basadas la mayor parte de ellas en que poco se parecía ese Masacre al Deadpool que todos conocemos y amamos. Entonces, ¿dónde están esas mismas protestas hacia Ajax, Ángel Dust y los demás personajes secundarios sacados directamente de las series regulares de Wade Wilson? Admito que Ed Skrein (Juego de Tronos, La espada de la venganza) y Gina Carano (Indomable, Fast & Furious 6) molan bastante como villanos de la cinta, sin olvidar que sus papeles de malos malosos típicos de los filmes de acción de cualquier época, aunque esta vez con poderes, casan a la perfección con la trama de "Deadpool", pero creo que eso no debería evitar quejas hacia el aspecto que lucen, bastante lejano al de los cómics. Por otro lado, la Ciega Al y Comadreja sí que han obtenido una buena adaptación a pesar de no contar con el aspecto habitual que presentan en las viñetas.
Pasando a todas las buenas características que posee "Deadpool", y dejando de lado la gran caracterización que supone el Deadpool de Ryan Reynolds (insisto, no es que haga de Wade Wilson, sino que ES Wade Wilson; puro cómic), me parece esencial detenernos en la campaña publicitaria montada alrededor de la producción, con docenas de divertidas fotografías de Reynolds posando con el traje del Mercenario Bocazas, entrevistas falsas, presentaciones cachondas de los espectaculares trailers e incluso apariciones especiales en diferentes medios y avances de otras películas. Se ha puesto toda la carne en el asador desde el primer momento para que "Deadpool" sea lo que se merece ser, y se ha conseguido sin ninguna duda, siendo una sorpresa para propios y extraños. Yo mismo pensaba que se salvaría del fracaso comercial gracias a su ajustado presupuesto, y los mismos realizadores de la cinta no esperaban tan buenos resultados en la taquilla. ¿Los motivos? Bueno, la popularidad de Deadpool no es precisamente la de Spiderman o Batman, por no hablar que para respetar al cien por cien las características de las aventuras del personaje se ha tenido que optar por una película bastante subidida en cuanto a violencia, sexo y palabras malsonantes, algo que no termina de funcionar del todo bien en los cines de Estados Unidos, y que limita mucho a los espectadores que puedan ir a verla; los ejemplos se cuentan por docenas, por cierto. Sin embargo, y contra todo pronóstico, "Deadpool" no sólo se ha convertido en una de las producciones más taquilleras de alta clasificación, sino en una de las cintas con mayores ganancias de este 2016. Y, repito, hablamos de un filme que salió bastante barato en comparación a otros títulos comiqueros como "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", "Capitán América: Civil War" y "X-Men: Apocalipsis". Se podría decir que "Deadpool" es la "Blade" de nuestro siglo.
Ajax cometiendo el peor error de su vida |
Si algo es "Deadpool" es entretenida de principio a fin. La duración del metraje está más que ajustada, y aunque no lo estuviera yo creo que con lo divertida que resulta podría durar tres horas y nadie lo notaría. Además, no se deja nada, contando todo lo que tiene que contarnos en el tiempo que tiene, ni más ni menos. No esperéis ediciones extendidas en formato doméstico con al menos media hora de película que se ha quedado en la sala de montaje, porque como mucho lo que tendremos serán un par de escenas extendidas y alguna eliminada. Se nota que "Deadpool" nació así y ha llegado a la pantalla grande así, sin cortes innecesarios que la estropeen, o montajes extraños que le provoquen la pérdida de calidad. Y os hablaba de acción antes, porque eso es lo que es, una cinta de acción, de tiros, de explosiones, de buenos que usan métodos bastante cuestionables mientras tratan de averiguar si son realmente héroes o villanos tan malos como a los que combaten, de chicas a las que rescatar (aunque sepan librar sus propias batallas), de amiguetes graciosos, de pistolas, de espadas, de muchos malosos muertos y de venganzas. En ese sentido, Deadpool da lo que promete, sin embargo, volvemos a lo que os decía antes sobre el argumento, porque si tenemos en cuenta que Deadpool podría ser fácilmente sustituido en la trama por Lobezno, entonces la perfección de la cinta se hace menos perfecta. Aunque, ¿funcionaría tan bien "Deadpool" protagonizada por nuestro querido mutante canadiense? Quizás entonces saldría algo como "X-Men Orígenes: Lobezno", que a fin de cuentas tenía una historia bastante parecida, salvo por el hecho de que Logan ya era mutante antes de incorporarse a Arma-X, y fue a ellos para buscar venganza, no para curarse.
No sólo de acción vive "Deadpool". Que parte importante del marketing se haya dedicado a vendernos una especie de filme romántico no es casualidad si tenemos en cuenta que sí que estamos ante un filme con muchas dosis de chico conoce a chica. Por supuesto, a la particular manera de Wade Wilson, pero es verdad que "Deadpool" recupera esa vieja tradición del interés romántico del superhéroe que poco a poco se ha ido perdiendo en el cine. ¿Para bien o para mal? Bueno, todo depende de lo que pida la historia, y en este caso es cierto que el catalizador para que Wade pase a ser Deadpool se encuentra en Vanessa, ya que la primera intención del protagonista cuando le descubren el cáncer es rendirse para no hacerle pasar a su chica el peor de los infiernos. "Deadpool" devuelve al cine de superhéroes un cliché que en este caso no molesta, pero que, al menos a título personal, veo estupendo que continúe estando tan poco de moda en el resto de producciones comiqueras. No es sólo que nos libremos de la arquetípica historia del héroe y la damisela en apuros que, por ejemplo, tanto explotó Sam Raimi en su trilogía sobre Spiderman (hasta el punto de casi repetir estructuras narrativas en las tres), sino que además nos está dando personajes femeninos tan o más fuertes que los masculinos, algo que hacía bastante falta a la hora de trasladar a la pantalla grande las aventuras de nuestros superhéroes favoritos del papel. La misma Vanessa lo deja claro a sus raptores en el filme, que ella ha sido muchas cosas, pero nunca una pobre mujer en apuros, y aunque "Deadpool" caiga en el error de convertirla en eso, también tenemos ahí a Ángel Dust y a Cabeza Nuclear Negasónica Adolescente para demostrar que las mujeres fuertes no sólo existen en este mundillo, sino que hay que tener mucho cuidado con ellas. Y si no, que se lo pregunten a Coloso.
Las explosiones y los disparos esconden una profunda historia de amor |
Antes de pasar a hablar del resto del reparto, parémonos en otro de los géneros que explota "Deadpool", precisamente el que, al menos en mi opinión, logra que el filme haya tenido el éxito que se merecía. Sí, hablo de la comedia, la descacharrante, salvaje, gamberra, provocativa, negra y potente comedia que envuelve la entretenida y espectacular acción de la película. Porque "Deadpool" es la perfecta fusión entre comedia y acción, como así certifican escenas impresionantes como la de la carretera, con la que se abre además el título con unos créditos geniales, la escalada de venganza de Deadpool mientras trata de encontrar el traje perfecto o toda la batalla final. Sí, hay ocasiones en las que la acción invade la pantalla sin un ápice de comicidad, y viceversa, y uno de los mejores ejemplos de esto último es toda la parte de Wade y la Ciega Al en el piso que comparten, o las conversaciones con el simpático Dopinder, el taxista que lleva de un lado a otro a Deadpool mientras éste le enseña cómo conseguir al amor de su vida de formas un tanto... inquietantes. El humor de "Deadpool" no sería lo mismo sin unos diálogos trabajados al milímetro (llega un momento en el que cada conversación es capaz de sacar una carcajada) que denotan un cariño extremo hacia el personaje y su entorno. Por supuesto, también hay que apuntar a que las bromas y los chistes no sólo van dirigidas a los demás, sino hacia la propia película y sus implicados. ¿Ejemplos? Atentos a los créditos iniciales, que son oro puro, y no sólo por esa muestra a cámara lenta de uno de los "accidentes" de la escena de la carretera, sino a los comentarios acerca del Masacre de "X-Men Orígenes: Lobezno", el filme sobre el superhéroe Green Lantern, el propio Hugh Jackman, los X-Men e incluso los dirigidos a la Fox, gran criticada por ser capaz de producciones como "Deadpool" tras pegarse batacazos enormes con otras como "Cuatro Fantásticos". En pocas palabras, "Deadpool" no deja títere con cabeza, lo cual demuestra la gran inteligencia del filme, otro de sus grandes valores.
Ahora sí vamos a hablar de los secundarios que vagan por el alocado mundo del Mercenario Bocazas. Ya hemos hablado del protagonista y de sus villanos (genial el pique entre Wade y Ajax por el verdadero nombre de éste último), así que tocar centrarnos en personajes tan geniales como Comadreja, uno de los mejores amigos de Wade Wilson en los cómics, que aquí encarna a la perfección el siempre divertido T, J. Miller (Quemando ruedas, Todo sobre mi desmadre), llegando a dar ganas de comprobar si también podrían hacer equipo en escenas de acción, al más puro estilo buddy movie, teniendo en cuenta la gran química que sobrevuela todos los minutos que Reynolds y él comparten en la pantalla. Pero si hablamos de feeling cinematográfico, sin duda hay que mencionar al que hallamos entre el actor protagonista y la guapa Morena Baccarin (Homeland, Gotham), quien interpreta en la cinta a Vanessa, también un personaje "especial" en los cómics, aunque aquí no posee habilidades sobrenaturales de ninguna clase, por lo que habrá que esperar a la secuela para comprobar si le añadirán en esa algún que otro superpoder, cosa que deberíamos coger muy en serio teniendo en cuenta algunos momentos del presente filme. ¿Y qué decir de la aparición de dos de los X-Men que acuden a ayudar a Deadpool? Al principio no acuden a él precisamente a eso, y después en realidad es Wilson quien les solicita que le echen una manita (casi literal si tenemos en cuenta cómo acaba el primer encuentro en la película entre los tres), pero los X-Men son los X-Men, e intentan no sólo que Deadpool se convierta en un héroe, sino que se una a ellos, algo curioso, ya que en los cómics suele ser al revés. De invitados (sin contar el brutal cameo de Stan Lee, y eso que no tuvo que ver nada con la creación de Deadpool) tenemos a Coloso, uno de los hombres-x más clásicos, y a Cabeza Nuclear Negasónica Adolescente, personaje creado por el genial Grant Morrison (Batman, Superman) durante su sobresaliente etapa en los cómics de los mutantes, donde dispuso que los mutantes se contaban por millones en el planeta, incluso después de ser atacados por el monstruo Centinela de Cassandra Nova, precisamente el ser que asesinó en las viñetas a Cabeza Nuclear Negasónica Adolescente, quien eligió su propio nombre en clave, lo cual es bastante evidente. De los dos, Coloso es el más parecido a su contrapartida comiquera, hasta el punto de que es clavado a algunas de las visiones que se han dado de él, lo que costó la actuación, según dicen, de tres intérpretes, ninguno de ellos el mismo que nos asombró en "X-Men 2" y "X-Men 3: La decisión final". Físicamente ha quedado de lujo, aunque en cuanto a su personalidad, se le ha dado una demasiado mojigata, incluso lejana a sus primeros tiempos en los X-Men, que parece más construida para que Deadpool se ría de él, al más puro estilo Garth Ennis (Hitman, Predicador), que para presentarnos al Coloso que tendremos en el nuevo universo mutante de la Fox, y sí, nuevo, porque recordemos lo que ocurrió al final de "X-Men: Días del futuro pasado". Por otro lado, Cabeza Nuclear Negasónica Adolescente, interpretada por la joven Brianna Hildebrand (Prism), apenas tiene nada que ver con el personaje de los cómics, y casi que mejor, porque lo han redefinido por completo y de manera magnífica, dándonos a una secundaria de lujo que ya quisiéramos para que también actuase de compañera en "Deadpool 2". Atentos a cada escena que comparten ambos personajes, porque es oro puro, y sí, también las de acción, en especial la parte final.
El dúo definitivo |
En resumen, si "Kick-Ass" ya puso alto el listón con respecto a las películas distintas de superhéroes, "Deadpool" lo pulveriza, haciendo que las expectativas hacia el resto de proyectos similares sean bastante altas a partir de ahora, aunque me parece que no se cumplirán todas hasta que no se estrene "Deadpool 2", que es tan una realidad que incluso en la escena tras los créditos (sí, este filme también tiene, y está repleta de bromas) ya se anuncia oficialmente. Tranquilos, no os he destripado ningún spoiler, porque eso es lo mínimo que encontraréis en dicha escena. "Deadpool" es, ante todo, una producción realizada con sumo cariño por grandes aficionados al personaje, gente que se ha involucrado en el proyecto hasta levantarlo cuando nadie daba una sola moneda por él, y eso siendo amable, claro. Y no sólo les ha funcionado la jugada, sino que les ha funcionado muy, muy bien con todas las consecuencias, convirtiendo a un personaje desconocido para el gran público en el protagonista de una de las cintas más taquilleras no sólo de este año 2016, sino del género de superhéroes en general. Todo funciona en "Deadpool", desde sus secundarios hasta sus villanos, pasando por los efectos especiales, la molona banda sonora, la campaña publicitaria, las bromas, los cameos, las escenas de acción, la dirección, los chistes, el tono del filme, los diálogos, y en especial el Deadpool interpretado por Ryan Reynolds, quien no ha querido decepcionar a los fans en ningún momento, intentando llevar a cabo un Mercenario Bocazas que es el de los cómics y, ¡chimichangas!, lo ha conseguido con creces. ¡Ah! Y qué bonitos son los unicornios, ¿verdad?
Nota: 9/10