El cine, como cualquiera otra área artística, no está exento de polémica. Hay obras que desde su mismo origen se encuentran envueltas por protestas, muchas veces sin argumento posible ya que al no estar terminadas nadie puede dar una opinión exacta de lo que son. Música, libros, cómics, videojuegos, obras de teatro... y películas, por supuesto. Vivimos tiempos curiosos en los que extender nuestras quejas y halagos en cuanto al cine resulta tan rápido como escribir unas pocas líneas en nuestro ordenador y enviarlas para que cualquiera pueda leerlas. Que no os engañen los blogs que analizan con minuciosidad espartana los filmes que sus responsables visionan, y que tampoco os confundan los largos análisis que realizan páginas especializadas. Si algo está de moda, si es que alguna vez ha sido una moda y no una costumbre que ahora sí llega a todo el mundo, es soltar un "Esto es una mierda" cuando el espectador sale insatisfecho de la sala de cine, obviando los valores positivos que pudiera tener el largometraje en cuestión. Ojo, al contrario también sucede, habiendo muchos que enseguida ponen de obra maestra para arriba ciertas películas que no pasan de ser simplemente entretenidas. A decir verdad, aunque ambas vías terminan siendo caras de la misma moneda, hay que reconocer que la amable acaba ganando la partida, siendo incluso la más educada. Al fin y al cabo, se puede decir que no te ha gustado una película con un poco de respeto; no cuesta nada, a pesar de que más de uno desconocerá el significado de ésta palabra, e incluso podría romperse una pierna al tratar de comprenderla.
El caso es que cada vez resulta más raro dar con un año cinematográfico en el que no se estrene un filme que no venga acompañado por la polémica desde su nacimiento. Insisto, a veces protestas y palabras demasiado airadas sin demasiados motivos. Los remakes, reboots y secuelas se han llevado su buena dosis de escarnio público, siendo realmente divertido ver como luego los mencionados proyectos se transforman en títulos bastante jugosos y los haters terminan escondiéndose, guardándose sus opiniones en el oscuro lugar del que nunca debieron salir. Recuerdo en 2013 la que se lió con al remake de "Posesión Infernal", que sorprendió a propios y extraños, pero claro, es mucho más sencillo ir quemando las oficinas de la productora antes de que el rodaje haya finalizado que tener un poco de paciencia e ir al cine... o no. Después de todo, ahí reside parte de la gracia del asunto. Si lo que estás viendo no te convence, e incluso te empuja a protestar como un criajo malcriado desde la idea inicial, ¿por qué no te quedas en tu casa? Si me dieran un euro por cada "Sabía que era una mierda, y verla me lo ha confirmado" que leído y escuchado, podría montarme mi propia trilogía cinematográfica sobre los Vengadores... y me sobraría dinero. A ver, almas de cántaro, si ya sabéis que tal o cual película era una mierda antes de verla, ¿para qué perdéis tiempo y dinero en visionarla? "Para confirmarlo". Pues como para fiarse de tal juicio, ¿eh? Suelto que es una mierda, sabiendo que me puedo equivocar, y luego voy al cine para salir en plan villanesco y gritar a los cuatro vientos que he acertado. La verdad es que las risas que se pueden echar a costa de alguien así los espectadores que han disfrutado del filme pueden ser entre épicas y gloriosas.
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Tarde o temprano debían cruzar más que palabras |
Pero os hablaba de títulos polémicos que llegan a la pantalla grande, y ya os había puesto algún ejemplo. ¿Queréis otro? ¿No recordáis la que se formó cuando se anunció la realización de "El origen del planeta de los simios"? Sí, uno de los filmes más sorprendentes de los últimos años, y también recibió críticas para todos los gustos, y eso sólo con el anuncio de su creación. Sería fácil continuar con secuelas, remakes y reboots, pero en los últimos años los espectadores más impacientes y sueltos a la hora de bombardear con odio han visto el cielo abierto con las películas comiqueras, en especial, con las dedicadas a los superhéroes, que aunque no son una moda (y de serlo, vamos a por los veinte años de moda, y me quedo corto), sí es cierto que desde 1998 no han parado de hacer su agosto en las pantallas de cine. Su proliferación, unida al hecho de que se centran en personajes de décadas de existencia con los que han crecido millones y millones de personas, ha llevado a que las productoras se pongan las pilas para llevar a cabo cintas cada vez más respetuosas con el material original, al mismo tiempo que se ha conseguido que auténticos haters cinematográficos estén atentos al próximo proyecto comiquero para tirarlo por la borda desde el minuto uno, y eso cuando son amables. Muchos han sido los filmes polémicos en los últimos años en este sentido, aunque hay que reconocer que es cada espectador quien hace polémico a un título concreto. No sé vosotros, pero cuando voy al cine a disfrutar de la nueva producción comiquera, sea de Marvel o DC, no me paro a pensar demasiado sobre cómo amanecerá Internet al día siguiente. "Spider-Man 3", "X-Men 3: La decisión final", "The Amazing Spider-Man", "Los Vengadores: La era de Ultrón" y "El Caballero Oscuro: La leyenda renace", entre otras, son títulos de superhéroes que han divido a la comunidad cinematográfica en dos. A ellos se les suma otro este año: "Batman v Superman: El amanecer de la justicia".
Como si no fuera bastante la que se ha liado con "Cazafantasmas", el reboot de las dos cintas clásicas, el enfrentamiento entre el Caballero Oscuro y el Hombre de Acero ha ocasionado una oleada de críticas, replicas y contrarreplicas que no se veía desde hacía bastante tiempo, ¡ni provocadas por "Star Wars: El despertar de la Fuerza"! Y es que hay que admitir que los equipos alrededor de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" están bastante claros. Están los que la adoran, y luego tenemos a los que la odian como si les hubiera violado a un familiar. Puede que esta descripción sea tan gráfica como dura, pero si sois de los que os paséis por Internet leyendo críticas, reseñas y análisis, seguro que os sonará alguno que otro sobre el filme, y no precisamente amable. Personalmente, considero que las críticas negativas al respecto han sido no sólo exageradas, sino sorprendentes en su inquina, como si los espectadores haters hubieran sido poseídos por alguna clase de presencia demoníaca que los convirtiera en mega-haters, llegando a proferir insultos de todo tipo tanto al filme como al equipo encargado de realizarlo, especialmente a Zack Snyder (Sucker Punch, El Hombre de Acero), su director, incluyendo en esta serie de majaderías amenazas de muerte y deseos de que sea despedido de inmediato de las oficinas de Warner-DC. ¡Con lo fácil que es dejar de ir al cine cuando se estrene cualquiera de sus trabajos! En serio, no le encuentro ningún sentido. Aunque, bueno, vivimos en un mundo donde los detractores de "El Hombre de Acero" han ido en masa a contemplar "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", cuando el tono, el equipo, el realizador, los productores y el reparto eran los mismos que la anterior. Es más, la cinta empezó su recorrido siendo originalmente "El Hombre de Acero 2". Que alguien me lo explique. Y luego lo incomprensible es el cine de Snyder. No me preguntéis a mí, amigos, no a mí.
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¿Se puede juzgar a un dios? |
Ojo, aquí no vais a dar con una reseña que defienda a capa y espada todo lo que significa "Batman v Superman: El amanecer de la justicia". No sólo no me parece la obra maestra que podría haber sido (joder, ¡hablamos de Batman contra Superman en pantalla grande!), sino que enumeraré los fallos que le he encontrado, o todo lo que no me ha gustado (al fin y al cabo, hablamos de gustos personales, ¿verdad?, nada de verdades absolutas), de forma detallada. Aun así, aviso que la película me ha gustado bastante, aunque admito que esperaba mucho más de ella, y que no me ha dado todo lo que quería. Sin embargo, sé distinguir bien lo que pido yo y lo que son capaces de darme los productos, lo que querían ofrecer y cómo dividir lo mío de la objetividad cinematográfico-empresarial, o lo que es lo mismo, yo no voy al cine a exigir que esos sean mis Batman y Superman, sino que entiendo que son los de Zack Snyder, los de los guionistas de la películas, los de los productores, los que el público en general (sí, ese que llena las salas de cine por encima de nosotros los lectores de cómics) exige e incluso los que piden los tiempos que vivimos. Leer "Ese no es Batman" me parece de lo más enternecedor, y no sólo porque la frase acertada debería ser "Ese no es MI Batman", sino porque ¿qué Batman es el auténtico? Hablamos de un personaje con más de setenta y cinco años de vida, que ha pasado por las manos de innumerables guionistas y por dos reboots argumentales, además de cambios editoriales continuos y numerosas versiones alternativas. Hay que tener valor para afirmar "Ese no es Batman". Y, ojo, que hablo de Batman, pero también se puede aplicar a Superman, Lex Luthor e incluso Wonder Woman. Si no es MI versión del personaje, no es la auténtica, ergo es una mierda. ¿Os parece que exagero? Pues una cantidad ingente de las críticas hacia el filme han ido en ese sentido, os lo aseguro. Tampoco me voy a extender en dichos conceptos de "lo mío es lo correcto" en este punto, sobre todo porque ya habrá tiempo más adelante, pero os adelanto que no soy muy fan de ellos, y menos con personajes con tantos años sobre sus espaldas. Es más, mis Batman favoritos son el de la serie de animación de los 90, el de la trilogía de Christopher Nolan (Memento, Origen), el de la saga de videojuegos de "Arkham", el actual de Scott Snyder (La Cosa del Pantano), entre muchos otros. En pocas palabras, ni siquiera yo soy capaz de decidirme por uno. ¡Como para andar sentenciando que el de esta película no es el auténtico!
El proyecto de enfrentar a Batman y a Superman no es ni mucho menos nuevo. En los cómics es más antiguo que la muerte del tío Ben de Spiderman, así que imaginaos. Lo curioso es que son dos de los personajes de cómics DC que mejor se relacionan a nivel de amistad, llegando a afirmarse en más de una ocasión que son ambos el mejor amigo del otro, por lo que el morbo durante sus enfrentamientos está más que servido. En sus inicios, el choque entre ambos era prácticamente inevitable, como bien ha venido contando la serie regular "Batman/Superman" en la nueva continuidad de DC, que nos muestra el primer encuentro entre los dos héroes, enfrentados por sus métodos. Tiempos en los que Superman no era la celebridad en la que se fue convirtiendo, y Batman era, siendo amable, una aterradora leyenda urbana que se comportaba como un vigilante cualquiera, pasándose las leyes por el forro y actuando en solitario, como una sombra viviente en Gotham, como si la ciudad fuera suya, una definición que no se aleja demasiado de la realidad. Ni Batman veía con buenos ojos la aparición de un alienígena que en cuestión de días era considerado el salvador de la humanidad, ni Superman y su moralidad consideraban que la existencia de un tipo disfrazado de murciélago fuera la mejor forma de transformar Gotham en una ciudad donde vivir plácidamente. Con el paso del tiempo, las sospechas se han ido convirtiendo en confianza, hasta el punto de que ambos personajes conocen la identidad secreta del otro, e incluso están en sus vidas, como amigos, a lo que me refería antes. Por supuesto, los guionistas se las han ingeniado para que luchen en ocasiones, por ejemplo, a causa del control mental o por ideales no compartidos, pero una vez resueltos los primeros roces, Batman y Superman se han convertido en compañeros, aliados y grandes amigos.
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La noche se arma para combatir al día |
Recuerdo que la serie regular "Superman/Batman" iba de eso. Aparecida a raíz de cómics como "Batman: Silencio", no sólo contó con una infinidad de héroes y villanos invitados, sino con un dibujante en cada arco argumental, y el primero era toda una superproducción digna de llevar al cine, con Superman y Batman unidos contra un montón de criminales con poderes deseosos de cobrar la sorpresa que sobre sus cabezas pendía. De fondo, un meteorito de kryptonita que se dirigía a la Tierra y Lex Luthor de presidente de los Estados Unidos, maquinando, maquinando y maquinando. Sin duda eran otros tiempos, porque parece que lo que más interesa ahora es que Superman y Batman resuelvan sus problemas a puñetazo limpio, lo cual tampoco es nuevo, pero nunca ha sido tan habitual. Aunque lo que comento podría parecer una crítica, no lo es, porque una de las primeras noticias que tuvimos sobre "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" fue la de que estaría basada en "El regreso del Señor de la Noche" o "El regreso del Caballero Oscuro", según la edición que tengamos. Por supuesto, se nos aclaró que no sería al dedillo, pero sí que veríamos una lucha entre Batman y Superman bastante parecida, con un Bruce Wayne taciturno, maduro y más violento que de costumbre. Y es que la magnífica obra de Frank Miller (Daredevil, 300) se hizo tan popular, entre otras razones, por la más brutal pelea entre el Caballero Oscuro y el Hombre de Acero jamás vista nunca, no sólo en un cómic, y eso que son muchos los guionistas y dibujantes que han intentado imitarla y superarla, pues nada, hasta el momento, nadie lo ha conseguido. Menudo clímax para esa obra maestra del cómic. Afirmar que vas a llevarla al cine era bastante arriesgado, así que es normal que las expectativas hacia la cinta de Snyder estuvieran en la estratosfera. Ante el lado más amable de Marvel Studios, con esa unión de héroes que tuvimos en "Los Vengadores", lo cierto es que provocar una lucha de gladiadores entre Batman y Superman se antojaba un movimiento tan intrepido como extraño, aunque, insisto, para las actuales adaptaciones de DC hay que mirar más los cómics del presente que los del pasado, y eso pesa, en especial en el fan más talludito. Por ejemplo, en "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" encontramos muchos elementos de los cómics "Injustice", basados a su vez en un videojuego de lucha donde los héroes y villanos de DC se partían la cara tras un terrible suceso que transformaba a Superman en un temible dictador. Batman era el primero en alzarse para combatir a su antaño amigo, acompañado por varios héroes que opinaban, como él, que el poder absoluto corrompe absolutamente, y el antiguo Clark Kent se encontraba más que corrompido.
A estas alturas de la reseña, si no os habéis cansado ya del rollo que os estoy soltando, ya he abierto varios huevos. He mencionado a Marvel Studios, pero tranquilos, esto no va a ser una comparativa continua para terminar afirmando que Marvel Studios lo está haciendo de fabula y Warner-DC la está cagando, y no sólo porque no piense eso, sino porque por mi parte la guerra entre Marvel y DC es un invento de unos pocos trolles que buscan bronca donde en realidad no la hay. Y ese ha sido otro de los puntos de enfrentamiento a raíz del estreno de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", la lucha entre fans de Marvel y fans de DC que todavía no saben que pueden disfrutar perfectamente de los títulos de ambas editoriales. Es más, no sólo es lo más recomendable, sino lo más sano; los niveles de goce son muy altos, os lo aseguro. Mis dos personajes comiqueros favoritos, si no menciono a Punisher, Spawn y Lobezno, son Spiderman y Batman, así que imaginaos las ganas que tengo de denigrar el trabajo de Zack Snyder para poner por las nubes el de Marvel Studios. Cada película debe conseguir los halagos por sí sola, sin que medien las críticas hacia la "competencia". Y sí, igual que da la impresión de que "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" ha violado al familiar de más de uno, también parece que ha logrado sacar al crío insufrible que muchos espectadores tienen dentro, en especial los más comiqueros. Que si Marvel mola más, que si DC tiene personajes más serios, que si Marvel Studios hace más taquilla, que si DC es más filosófica y no tan llena de chistes malos... En fin. Eso no lo vais a encontrar aquí, me temo. Habrá ciertos comentarios dirigidos a Marvel Studios, pero sólo porque Warner-DC quieren hacer lo mismo que la productora, aunque de una forma tan distinta que es posible que no les salga bien a medio-largo plazo. Por ahora, parece que suman más errores que aciertos, eso es verdad.
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Lois Lane también regresa |
Otro de los huevos abiertos es el de los anteriores proyectos cinematográficos que han reunido, o al menos lo han intentado, a Superman y a Batman. No voy a descubriros nada al respecto porque, en realidad, no hemos tenido otros largometrajes anteriores que los reuniera, lo que le añade todavía más morbo al trabajo de Zack Snyder, una especie de "al fin se ha hecho" que resulta bastante agradable si tenemos en cuenta todos los pasos en falso que se han dado desde los primeros rumores de un Superman contra Batman para la gran pantalla. Sin embargo, en otros ámbitos sí hemos tenido este encontronazo entre los personajes, y ya no me refiero a los cómics o los videojuegos, sino a la pequeña pantalla, al cine de animación directo para televisión o el mercado doméstico. Los dos ejemplos más directos de lo que hablo son las cintas "Superman/Batman: Enemigos públicos" y "Superman/Batman: Apocalipsis", ambas basadas, como gran parte de las cintas de animación de DC, en cómics, novelas gráficas o directamente arcos argumentales de series mensuales. En estos dos casos, la historia de cada uno de ellos pertenecía a diferentes números de "Superman/Batman" de la que ya hemos hablado con anterioridad. Precisamente, "Superman/Batman: Enemigos públicos", trasladaba a la pequeña pantalla el primer arco argumental de la serie de cómics, el cual os he comentado más arriba, con resultados bastante satisfactorios. No es que ninguna de las dos historias fuera, en cuanto a argumento, una obra maestra, pero resultaban ser una especie de blockbusters comiqueros de calidad, mucho mejor "Enemigos públicos" y "Apocalipsis", a pesar de que ésta tenía detalles tan interesantes como la presencia de la nueva Supergirl y a Darkseid como enemigo, con pelea entre éste y Batman incluida. Además, como "extra" de lo más interesante, teníamos una animación en ambas películas muy similar a la de los dos arcos argumentales que tomaban como referencia, como si estuviéramos disfrutando de cómics en movimiento.
Sin embargo, el auténtico filme animado de Batman y Superman, que no sólo los enfrentaba sino que nos mostraba cómo luego formaban equipo, no era en realidad una película, sino un episodio doble de la serie animada del Hombre de Acero de los 90, la cual seguía la estela de la de Batman, y aunque nunca llegó a la calidad y popularidad de ésta, sino que mantuvo bastante alto el nivel. Vendiéndose después en el mercado doméstico como un filme aparte, la historia conseguía reunir todos los elementos más característicos de ambos personajes, logrando que el Joker y Lex Luthor compartieran protagonismo villanesco, con kryptonita de por medio, unos secundarios de lujo y unos héroes que pasaban de encararse entre ellos a unir fuerzas para eliminar los maquiavelicos planes de los dos criminales, cada uno tan diferente del otro como los propios héroes. Eso sí, la alianza entre el Joker y Luthor terminaba pronto, por si había alguna duda. Como veis, la cinta poseía elementos suficientemente interesantes como para terminar siendo la película que Superman y Batman necesitaban, y a pesar de que hubiera sido muy sencillo coger elementos de ella para "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", Snyder, Warner y DC se han ido por el lado oscuro de estos héroes, han continuado el tono de "El Hombre de Acero", sin olvidar títulos ya mencionados como el videojuego "Injustice", del que se ha tomado bastante para dar a luz al filme, hasta el punto de que hay unas cuantas escenas (sin olvidar el traje de Flash) y varios conceptos que están directamente sacados de la historia de esta producto de lucha. Reconozco que me lo he pasado bastante bien con "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", pero que también he echado de menos esa luminosidad, ese equipo que a veces forman Batman y Superman. Y, qué demonios, ese cruce en la serie del Hombre de Acero fue fantástico, ¡lo tenía todo! Y con todo incluyo también una unión de dos villanos tan distintos como el Joker y Lex Luthor. Vamos, ¿no hubiera sido genial ver al Joker de Jared Leto (El Club de la Lucha, La habitación del pánico) haciendo su aparición estelar como el veterano de un dúo con el joven Lex Luthor de Jesse Eisenberg (Bienvenidos a Zombieland, Ahora me ves)? Y, ya presentado, para "Escuadrón Suicida" de cabeza antes de enfrentarse en solitario a Batman en la próxima "The Batman" dirigida y protagonizada por Ben Affleck (Daredevil, Perdida). Sí, sé que son simples sueños de un friki, pero me molesta que se haya perdido la oportunidad de que Batman y Superman colaboren (tranquilos, de alguna manera lo hacen en el filme), de que se hagan amigos por completo y que tengamos a dos villanos de superhéroes diferentes unidos para hacerles la vida imposible. Hemos contemplado en el cine a enemigos haciendo equipo contra el héroe de turno ("Spider-Man 3", "X-Men 3: La decisión final", "The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro", "Iron Man 2", "El Caballero Oscuro: La leyenda renace"), pero nunca a enemigos de superhéroes distintos, y admitamos que eso habría molado bastante.
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Tan psicótico como inteligente. Su nombre es Lex Luthor |
Dejando de lado los choques entre Clark y Bruce en el ámbito animado, sí que han existido intenciones de enfrentarlos en la pantalla grande mucho antes de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia". Dejando de lado continuos rumores y proyectos que cayeron por horribles precipicios, la mayoría de ellos nacidos durante los 90, fueron dos los que estuvieron a punto de hacerse realidad, dos iniciados a principios del presente siglo, y que precedieron a la sobresaliente trilogía de Christopher Nolan y a la sosa "Superman Returns", que no fue el batacazo de taquilla que muchos dicen, e incluso se acercó a tener una secuela en 2008, aunque al final los estudios decidieron que había que partir de cero, acabando todas las ideas en la notable "El Hombre de Acero", que también se aproximó a ser una de las grandes polémicas del 2013, librándose por muy poco, no así un par de momentos que no desvelaré, por la falta de spoilers que contienen todas mis reseñas, incluso si son de títulos ya pasados; en este caso, además, la cinta no es ni siquiera antigua, así que no voy a contar nada más, no. En cambio, sí me voy a centrar en el anterior intento de llevar al cine a dos de los superhéroes más populares del mundo, portadores de símbolos reconocibles en casi cualquier esquina del planeta. "Superman vs. Batman" era el título provisional que recibió el proyecto, que empezó a gestarse en serio durante el 2000 y el 2001, con directores como Wolfgang Petersen (La historia interminable, Troya) y McG (Los ángeles de Charlie, Terminator Salvation) como los dos mejores posicionados para realizarla. Con varios intérpretes en el punto de mira de los estudios, el argumento del filme no había por donde cogerlo, con un escenario futuro donde un Bruce Wayne casado vuelve a tomar el manto del murciélago cuando el Joker asesina a su esposa, lo que ocasiona que Superman, divorciado de Lois Lane, decida detenerlo antes de que se pierda en su ira, mientras Lex Luthor conspira contra ambos. Es cierto, el concepto básico de los dos capítulos de la serie animada de Superman estaba ahí, pero más allá de eso, nada encajaba, y menos si ahondábamos en los detalles de la superproducción, que acabó divida en los dos nuevos intentos de saga para ambos personajes. El de Batman funcionó a las mil maravillas gracias a Nolan, siendo una trilogía de renombre. Por el contrario, "Superman Returns", pese a sus buenas intenciones, se quedó a medio gas; que si llegaba después de "Superman II", que si parecía un remake de "Superman", que si era demasiado nostálgica... La nota curiosa la puso la nueva versión de "Soy leyenda", la famosa novela de vampiros, esta vez protagonizada por Will Smith (Men In Black, Escuadrón Suicida), y en la que se podía ver durante unos segundos la publicidad de "Superman vs. Batman", un letrero que nos mostraba incluso el logo de la película, logo que prácticamente se ha mantenido intacto para "Batman v Superman: El amanecer de la justicia".
Tuvimos que esperar al estreno de "El Hombre de Acero", y el inicio del universo compartido de DC en los cines, para el resurgir del encontronazo entre Batman y Superman en la pantalla grande. Y aunque estaba en los planes de la productora este título, en realidad debía haberse dado mucho más tarde, porque lo que empezó siendo "El Hombre de Acero 2" se convirtió pronto en "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", secuela de la renovación cinematográfica de Superman, aunque pronto se revelaría que no sería finalmente una segunda parte, sino que tendríamos un filme aparte, quedando la posibilidad de "El Hombre de Acero 2" para más adelante. Un movimiento extraño, pero que se comprende mejor si tenemos en cuenta que Warner-DC lleva queriendo lo mismo que Marvel Studios desde la trilogía del Batman de Nolan, algo que no pudo suceder, tanto por los tropezones de "Green Lantern" y "Superman Returns" como por el tono "realista" que Nolan dejó impreso en el Batman interpretado por Christian Bale (American Psycho, El Maquinista). En pocas palabras, lo que Marvel Studios ha conseguido a base de esfuerzo, dedicación, cuidado y paciencia, mucha paciencia ("Iron Man" es de 2008, cuatro años antes de la llegada de "Los Vengadores"), Warner-DC lo quieren lograr con prisas y en la mitad de tiempo, lo que está provocando, como era de esperar, que sus películas no tengan el éxito que esperan. Ojo, no hablamos de fracasos ni en el caso de "El Hombre de Acero" ni en el de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", pero encontrarnos ésta última como la segunda del proyecto de continuidad de Warner-DC, cuando antes de "Los Vengadores" tuvimos cinco títulos más que nos iban preparando el camino, no parece la mejor de las decisiones para hacer bien las cosas, y sí la preferida de los malos pasos a seguir, como se está demostrando.
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Un caballero oscuro en una guerra eterna |
Entrando ya en la trama de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", a pesar de que no es realmente una secuela de "El Hombre de Acero", sí que continúa a partir de los sucesos de ésta, es decir, todo lo ocurrido desde la aparición pública de Superman y el general Zod es lo que da a pie a que exista la historia que lleva a enfrentarse al hijo de Krypton con el murciélago de Gotham. Bruce Wayne, tras asistir en primera fila a la destrucción de Metrópolis debido a la batalla entre Superman y las fuerzas de Zod, decide que el Hombre de Acero es un peligro para el planeta por más que afirme que sólo quiere ayudar a la raza humana. Al fin y al cabo, dados sus poderes, si se volviera contra la gente, nadie podría detenerlo, así que Batman inicia los planes para ello. Mientras Clark Kent descubre que puede que su álter ego no sea bien recibido por todo el mundo, convirtiéndose en una figura controvertida, Bruce Wayne realiza una investigación que le llevará a toparse con las maquinaciones del brillante y perturbado Lex Luthor, un filántropo millonario que parece tener planes de futuro para cualquier alienígena capaz de doblar el acero con sus manos desnudas. La opinión pública presiona a Superman, las responsabilidades se agolpan a su alrededor, una extraña mujer se entromete en los planes de Bruce Wayne, Clark Kent cada día está más confundido con su papel en el mundo y Lex Luthor empieza a hurgar en el cadáver del general Zod. Y si Batman no tarda en ver una futura amenaza en Superman, éste pronto cree que el Caballero Oscuro es un violento vigilante tan loco como los criminales a los que atrapa, un ser de las sombras que debe ser detenido. El combate está servido.
Lo primero que llama la atención de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" es que a ratos parece más una película del Caballero Oscuro que del Hombre de Acero. Como gran fan de Batman, muy por encima de Superman, no es que me queje, pero es cierto que hubiera ido mejor cierto equilibrio, ya que el filme debería haberlos tenido a ambos de protagonistas, no a uno por encima del otro. Sin embargo, también debemos buscar los motivos en el hecho de que al Batman de Affleck había que presentarlo en este universo compartido de Warner-DC, algo que no se había llevado a cabo con anterioridad. ¿Veis por dónde voy? Exacto. Antes de "Los Vengadores", el Capitán América fue presentado en "Capitán América: El primer vengador", es decir, tuvo una película entera para él solo, para que le conociéramos y nos sumergiéramos por completo en el personaje. Incluso vengadores secundarios de la obra de Joss Whedon (Ángel, Firefly), como la Viuda Negra y Ojo de Halcón, ya fueron presentados en sociedad en anteriores filmes de Marvel Studios. ¿Por qué entonces esas prisas para ofrecernos a un Batman que se come por completo a Superman en una cinta que debería tener a los dos de protagonistas en igualdad de condiciones? Prisas, prisas y más prisas. "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" debería haber sido "El Hombre de Acero 2" por un lado, y "The Batman" por otro. ¿Que después toca juntarlos? De acuerdo, pero si lo quieres hacer antes, toca presentar en sociedad al nuevo Batman cinematográfico, o de lo contrario se va a convertir en un robaescenas por completo, cosa que el personaje hace en el filme. Otro ejemplo de Warner-DC al respecto, la edición extendida de la película, que podemos ver en algunas ediciones en formato doméstico, nos muestra que casi todo el material desechado está centrado en Superman y la trama para culparle de ciertos asesinatos, además de todo el asunto de la bala. No ocurre lo mismo con Wonder Woman, secundaria de lujo, que no aparece en el título de la producción y que está ahí como un gran aperitivo para lo que será "La Liga de la Justicia", que nos llegará justo después de "Wonder Woman", donde se explorarán los orígenes del personaje. Pero, insisto, "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" debería ser un filme equilibrado, donde ambos protagonistas tengan el mismo tiempo en pantalla, igual interés y cuyas historias confluyan al final de manera natural, sin forzarse. Como afirmaba mucho antes, las prisas conllevan riesgos, y Warner-DC ha arriesgado demasiado, metiendo la pata en muchos aspectos como este.
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La Trinidad al completo, y por primera vez en la pantalla grande |
Hablemos pues del argumento principal que en realidad está partido en dos. La película comienza con el asesinato de los padres de Bruce Wayne en modo flashback durante el entierro de estos, una escena que se ha llevado las protestas de muchos fans comiqueros debido al cansancio provocado tras las "numerosas" veces que ha sido mostrada en el cine, algo que no es del todo cierto. Teniendo en cuenta lo bien que está rodada (bien por Snyder al mostrarla a cámara lenta con todo lujo de detalle), y que es tan icónica del personaje que merece ser revisada continuamente (son sólo unos breves minutos, ¿es que ya no existe la más mínima paciencia en el mundo?), a mí me ha encantado que incluyan la muerte de los Wayne, sobre todo con Jeffrey Dean Morgan (Watchmen, Sobrenatural) como Thomas Wayne, y Lauren Cohan (The Walking Dead, The Boy) como Martha Wayne. A partir de ahí seguimos con Bruce (os lo dije; Batman a cascoporro), siendo testigo en primera fila de la batalla entre Zod y sus tropas contra Superman, lo que provoca la destrucción de Metrópolis. Es en ese momento cuando descubrimos que el señor Wayne está muy, muy preocupado por la aparición del Hombre de Acero, y no parece que vaya a quedarse quieto ante lo que podría hacer con la Tierra en un futuro. Al fin y al cabo, es Batman, y debe estar preparado contra toda eventualidad. Justo después entramos de lleno en la trama de Superman, y aunque es verdad que al guión le falta pulir un par de detalles incluso en la versión extendida, hay que admitir que la "caída" del Hombre de Acero está muy bien llevada, además de todo lo que la rodea; los asesinatos que le caen encima al héroe (mucho mejor narrado esto en la edición de media hora más), las víctimas colaterales de su lucha contra Zod, los debates que surgen acerca de su figura... No es extraño que Clark acuda a Martha Kent, de nuevo interpretada por la talentosa y guapa Diane Lane (Juez Dredd, Infiel), para pedirle consejo, dándole ésta un pequeño discurso tan realista como desolador y repleto de esperanza al mismo tiempo. Clark ve como es considerado un dios, no sólo por quienes lo adoran, sino también por quienes le odian. ¿Hacia quién tiene una responsabilidad Superman? ¿Debería usar sus poderes para hacer del mundo un lugar mejor? ¿O sólo para mantenerlo igual? ¿Cómo ha cambiado su presencia la balanza de poder de los distintos países? Superman trae esperanza, pero también un intenso miedo, al mismo tiempo que gran desconfianza en ciertas personas.
Lois Lane, Lex Luthor y la senadora Finch, interpretada notablemente por la veterana Holly Hunter (El compromiso, Un golpe de suerte) personifican a la perfección estos tres sentimientos hacia Superman. La periodista, en cuyo papel repite la simpática Amy Adams (En la carretera, Big Eyes), es quien confía completamente en Clark. Ya apenas ve a Superman en él, sino al hombre que se crió en Kansas, y sabe que elegirá sabiamente qué camino elegir, el correcto, porque si algo es Superman es el boy scout que escoge el sendero luminoso, nunca el oscuro, nunca la decisión equivocada, y mucho menos tras lo que hizo con Zod. Tal es así que es Lois Lane quien inicia una investigación para averiguar qué hay de cierto en todas las acusaciones que recibe el Hombre de Acero tras una entrevista al otro lado del mundo que sale muy mal, en especial para los implicados que no son ella. Lex Luthor es el otro extremo de la ecuación sobre lo que provoca Superman en la comunidad mundial, porque el millonario no es que crea que el Hombre de Acero es un alienígena que ha venido a sustituir a Dios para poner de rodillas a la humanidad, sino que sabe a ciencia cierta que eso ocurrirá, o eso dice él. De ahí que en cuanto encuentra la kryptonita (concepto que faltaba en "El Hombre de Acero", aunque tampoco hacía demasiada falta) su primer pensamiento sea crear un arma con la excusa de que hay que protegerse de los extraterrestres peligrosos, excusa que le sirve a las mil maravillas después de lo organizado por el general Zod y sus tropas. Sin embargo, es entonces cuando aparece la figura de la senadora Finch, que no sólo choca con Luthor desde el primer momento, anticipándose a sus verdaderas intenciones, sino porque su opinión podría ser la de cualquier persona normal y corriente que no se deje llevar por el odio desmedido o el entusiasmo exacerbado. La senadora duda entre lo que es Superman y lo que podría ser, entre verlo como un personaje con poderes que quiere hacer algo bueno por el mundo que lo acogió y una posible bomba atómica que debe rendir cuentas ante los gobiernos del mundo, comenzando por el de Estados Unidos debido al desastre de Metrópolis. Tres perspectivas muy diferentes, persiguiendo las tres al último hijo de Krypton desde la escena del rescate de Lois Lane. ¿Y Batman? ¿Cuál es la opinión del hombre murciélago sobre su presunto futuro compañero de batallas?
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La senadora Finch, dando voz a la gente corriente |
Igual os sorprende saber que la actitud de Bruce Wayne hacia la aparición del Hombre de Acero está más cerca de la de Lex Luthor que la de la senadora Finch. Al fin y al cabo, Batman nunca ha sido un personaje que confíe demasiado en los demás salvo que se hayan ganado su confianza, y si tenemos en cuenta que la primera vez que ve a Superman está destrozando edificios con Zod, edificios que caen encima de gente de verdad, es normal que no lo vea con buenos ojos durante buena parte del filme, y mucho menos siendo un Batman más taciturno de lo normal, ya maduro y que ha vivido unas cuantas desgracias como la muerte de Jason Todd, es decir, el segundo Robin, como evidencia la escena en la que se para frente al traje de su antiguo compañero, asesinado por el Joker (¿o por Harley Quinn en esta continuidad cinematográfica?). No, es evidente que Batman no ve en Superman la figura de un salvador, aunque tampoco como la de un alienígena al que haya que matar de inmediato, sino más bien como un futuro peligro ante el que hay que estar preparado. Al contrario que Luthor, Batman no desea buscar a Superman para enfrentarse contra él, a pesar de que más tarde se vea "obligado" a ello, pero tampoco descarta aparecer ante el Hombre de Acero con las armas suficientes para ponerlo de rodillas y dejarle claro que la humanidad no se va a doblegar ante sus ilimitados poderes. Batman ni siquiera lo ve como un falso dios como sí hace Luthor, obsesionado con los demonios que vienen del cielo, sino como un enemigo al que vencer, una terrible amenaza si se levanta con un mal día. El tema del poder absoluto ya lo trató Zack Snyder en "Watchmen", con poco mérito, ya que eran detalles que tocaba con mucho acierto Alan Moore (Violator, From Hell) en la obra original. Por entonces, era el Doctor Manhattan, y ahora es Superman. Pensadlo bien. ¿Cómo reaccionaría el mundo ante un ser como Superman? ¿Con suspicacia? ¿Como si Jesucristo se hubiera reencarnado? ¿Y las potencias mundiales ante alguien que puede desarmarlas en cuestión de horas? Pues imaginad un mundo donde existen héroes como Batman, héroes tan desconfiados que sólo ven un nuevo peligro en el presunto salvador.
Que a nadie la sorprenda este presunto acercamiento a la realidad, con trazas de verosimilitud, que se da en el filme, teniendo en cuenta que Christopher Nolan sigue produciendo aquí y allá, además de que tenemos a David S. Goyer (El Cuervo: Ciudad de ángeles, Blade II) en el guión, es decir, el escritor que realizó por completo la trilogía sobre Batman dirigida por Nolan. Por supuesto, hablo de que es real la situación y los temas planteados, porque ya sabéis que tenemos alienígenas, guerreras mitológicas, metahumanos y mutaciones como Juicio Final de por medio. Pero continuemos con Batman, la figura más cerca a "El regreso del Caballero Oscuro" que encontramos en toda la película, y que acaba siendo de lo mejor del filme, gracias también que está escrito por Goyer, gran conocedor del personaje, e interpretado por un Ben Affleck que, por sorprendente que parezca, nos regala un gran Batman que necesita su propia cinta en solitario a la orden de ya. Entre manos tenemos otro de los conceptos más polémicos de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", tanto por los detractores de Affleck como por las geniales opciones que teníamos sobre la mesa para interpretar a Bruce Wayne. Y para muchos el recuerdo de su Matt Murdock en el filme "Daredevil" todavía seguía fresco, así que hemos tenido protestas para todos los gustos, incluso sobre el nivel de interpretación del amigo Ben. ¡Como si para hacer de Batman hiciera falta tener varios Óscars en la mesita de noche! A veces las protestas no van en ninguna dirección, y parecen escupidas más para tratar de decir algo que con una verdadera intención, y más si comprobamos que no tienen base alguna. Vale, Affleck no es de esos actores de método, pero para enfundarse el traje de Batman ni falta que hace, todo lo contrario, en especial cuando es Batman y no Bruce Wayne. No sólo resulta ser un gran Batman, comiéndose a Superman continuamente (y no es al único personaje al que relega a un segundo plano), sino que tanto el personaje como sus escenas en solitario son de las mejores Curioso que sea quien tenga más escenas de acción que el resto, y las mejores. No sólo es genial la persecución con el Batmóvil (sacado directamente del videojuego "Batman: Arkham Knight"), sino la del secuestro del final, donde se nos muestra a un Batman directamente sacado de los cómics, que se mueve como en las viñetas, pelea como en las viñetas y al que hieren como en las viñetas, demostrando que pese a todos sus trucos y chismes sigue siendo un hombre normal como cualquier otro. No me olvido de la escena en la que vemos por primera vez a Batman, no, porque es aterradora, presentándonos al personaje como la criatura de la noche que nunca debería dejar de ser.
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Batman, ¿la verdadera estrella de la película? |
Ayuda bastante al Batman de Affleck la elección del traje, más superheroico y comiquero que el que llevaba Christian Bale, más próximo a la evolución que hubiera seguido el de Michael Keaton (Los otros dos, RoboCop) si no tenemos en cuenta las luminosas y llamativas transformaciones que sufrió a partir de "Batman Forever". El nuevo traje también añade más movilidad, además de que parece salido directamente de "El regreso del Caballero Oscuro", lo que confirma todavía más el material que se ha adaptado en "Batman v Superman: El amanecer de la justicia". Por si eso no fuera suficiente, es sencillo imaginar a este Bruce Wayne como el punto intermedio entre el que conocemos (o en general conocemos) y el del mencionado cómic. Huraño, arisco, sarcástico, iracundo, violento y poco dado a las tonterías, o lo que es lo mismo, el Bruce Wayne descrito por Frank Miller, aunque sin el tono crepuscular de aquella historia. Por muy poco, ojo, por muy poco. Insisto, el Batman de Ben Affleck bien podría ser dentro de diez años el que plasmó Frank Miller, y es él al completo el mejor ejemplo de que "El regreso del Caballero Oscuro" ha sido plasmado en el cine con esta cinta. Incluso lo que le rodea da esa sensación, con una Gotham en la que parece seguir siendo una leyenda urbana, una mansión Wayne en ruinas, un cuerpo que ya no es el de su juventud y un Alfred más paramilitar que mayordomo, aunque todavía con su gusto intacto para darle un par de buenas contestaciones. Gran elección la de Jeremy Irons (El cuarto ángel, El reino de los cielos) como este nuevo Alfred, que conserva todas las características del original además de darle un aire a "tío duro" de lo más interesante, y que también lleva encima el Alfred de la serie televisiva "Gotham", interpretado a su vez magníficamente por Sean Pertwee (Horizonte Final, Dog Soldiers). Con su actuación como Batman, Ben Affleck cerró muchas bocas que se abrían para criticarle antes de que rodara una sola escena, y eso que incluso en físico casa con el Batman de "El regreso del Caballero Oscuro", más inflado, más... anchote. Es evidente que las críticas hacia el trabajo de Affleck no han desaparecido tras el estreno del filme, pero sí se han atenuado hasta extremos bastante agradables, coincidiendo muchas en que resulta lo mejor de la producción, siendo lo peor que no tengamos entre manos una cinta sólo para su lucimiento, algo que va a tardar bastante si hacemos caso a lo afirmado por Warner-DC.
Confieso que siempre he sentido predilección hacia Ben Affleck. No sé, es un actor que me gusta, que hace películas que disfruto y que me cae bastante bien. Por eso cuando lo eligieron como el nuevo Batman cinematográfico no puede más que alegrarme, aunque me pareció una elección extraña teniendo a bestias pardas como Josh Brolin (Oldboy, Guardianes de la Galaxia) bien posicionados para entrar en el rodaje. Brolin es otro actor que me encanta, aunque quizás el hecho de que estuviera inmerso como Thanos en los filmes de Marvel Studios le restó puntos. Sea como sea, yo no fui de los críticos al Batman de Affleck, pero sí de los que se quejaron cuando se anunció que Gal Gadot (Fast & Furious 6, Noche y Día) iba a interpretar a Wonder Woman, y aunque su presencia es todo un acierto, está muy bien llevada y la actriz da el pego, sigo prefiriendo a una intérprete con mayor masa muscular. Las escenas en las que Gadot aparece ataviada como la Mujer Maravilla quedan bien, pero me sigue recordando a una modelo haciendo cosplay, un buen cosplay, eso sí. Aun así, la pequeña trama que tiene Wonder Woman está perfectamente insertada en el argumento principal, y sus apariciones son de lo mejor de la película, en especial cuando se pone guerrera en el enfrentamiento final contra Juicio Final, cuando la Trinidad al completo se reúne para derrotar a la creación alienígena. También cabe mencionar la gran química que destilan Gadot y Affleck en sus respectivos papeles, una relación la de Wonder Woman y Batman que se ha explotado en los cómics, aunque no tanto como esa tensión sexual "no resuelta" entre Superman y la Mujer Maravilla. Tranquilos, no me olvido de los cameos de Flash, Aquaman y Cyborg. El primero tiene dos, siendo el primero de ellos uno muy relacionado con el videojuego "Injustice", y que empuja todavía más a Batman a pensar que Superman va a destruirnos tras tener una espectacular pesadilla con parademonios y símbolos de Darkseid incluidos (y no es lo único que tenemos del poderoso villano, como bien nos muestra la edición extendida de la película). El resto de cameos la verdad es que son bastante sosos, ya que se nos muestran a los demás héroes como si estuviéramos viendo una especie de trailer dentro del filme, muy alejado del método habitual de Marvel Studios. ¿Recordáis la molona aparición de Ojo de Halcón en "Thor", o la de Nick Furia al final de "Iron Man"? Pues olvidaos de apariciones de tal calidad, y pensad más en algo menos asombroso. Eso sí, el camino hacia "La Liga de la Justicia" está más que preparado, eso seguro.
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Aquaman también se apunta para hacer justicia |
Si nos vamos ahora a por las escenas de acción, que no sólo Batman protagoniza, hay dos grandiosas que son prácticamente protagonistas de la cinta. La primera de ellas es, por supuesto, la que de alguna manera da título a la película, es decir, el enfrentamiento entre Batman y Superman, bastante espectacular aunque carente de todo peligro para ambos personajes, por supuesto. Son los héroes, eso es innegable, y teniendo en cuenta que los protagonistas de futuras películas de Warner-DC es complicado que mueran, y más matándose entre sí, pero no habría estado de más incluir una mayor sensación de que ambos personajes están en peligro al luchar entre ellos. Sin embargo, tengamos en cuenta que ni Batman ni Superman son de los que matan a sangre fría, es decir, a pesar de que el Hombre de Acero acabó en la anterior película con Zod, y que Batman es más violento que de costumbre, ninguno de ellos es Punisher... todavía. ¿Eso qué significa? Que ni Superman va a desatar sus poderes para aniquilar a Batman en un parpadeo, ni éste va a llegar hasta el final a la hora de terminar con la supuesta amenaza alienígena del último hijo de Krypton. Dejando detallitos de lado, hay que admitir que la pelea entre ambos es el punto álgido de la producción, tan esperada como espectacular, con los dos héroes comportándose como lo harían en los cómics; ese Superman contenido hasta que no puede más, ese Batman con la armadura de "El regreso del Caballero Oscuro" y capaz de parar a un dios mediante su inteligencia acompañada por sus trampas, sorpresas de última hora en el combate... ¿Y la resolución? Tan polémica y generadora de chistes como la misma película. ¿Con motivo o sin motivo? En mi opinión, personal, sin motivo. No es que los espectadores sean tontos, es que creo que muchos se quedaron en lo superficial del tema "Martha"... y poco más puedo contar al respecto sin soltar spoilers que os estropearían el momento. Porque una cosa es que el asunto se cuente, y quizás así queda bastante ridículo. Sin embargo, cuando se ve, teniendo en cuenta la psicología de ambos personajes, en especial la de Batman, se comprende a la perfección. Y sí, contemplar al Caballero Oscuro golpeando con su armadura a un sorprendido Hombre de Acero es una gozada, tanto como disfrutar de un nervioso Batman al comprobar que Superman se eleva ante él, con sus poderes recuperándose a tiempo de partirlo en dos.
La segunda gran escena de acción, o batalla campal en este caso, es la lucha final con Juicio Final, y ojo, que de spoiler nada, que ya el segundo trailer largo nos mostraba al monstruo que en los cómics mató a Superman, una terrible criatura kryptoniana prácticamente invencible, sobre todo porque tras cada herida mortal evolucionaba, adquiriendo la capacidad de regenerarse y sobreponerse a lo que lo había matado, así que imaginaos. En general, el Juicio Final de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" es el mismo que el de los cómics casi al cien por cien, dando bastante juego para ser la amenaza física de la cinta, una contra la que deberán unirse Superman, Batman y Wonder Woman, e incluso así les costará sudor y lágrimas tener una sola oportunidad de pararle, cada uno a su estilo. Como batalla comiquera en la pantalla grande es una gozada; Batman tratando de sobrevivir a un combate que le supera, Wonder Woman desatada disfrutando del enemigo a su altura que es Juicio Final y Superman usando todos sus poderes sin control, con alguna que otra inesperada escena sacada directamente de "El regreso del Caballero Oscuro". ¿Defectos? Un uso exagerado del CGI, y vale, complicado es no utilizarlo en dichas escenas, pero se hace demasiado excesivo en especial cuando Juicio Final entra en escena, un ser que no tiene nada de maquillaje ni prótesis, es todo CGI, y aunque su puesta en escena queda bastante bien, siendo tan brutal como en los cómics, a la larga el efecto videojuego se hace demasiado visible, lo cual tampoco me parece mal del todo, a pesar de que en algunas escenas la cosa cante que da gusto. Eso sí, ha habido mucho cachondeo a raíz del aspecto de Juicio Final, bastante respetuoso con el original, sobre todo cuando va evolucionando, porque de tanto CGI a veces recuerda a un cruce entre tortuga ninja, la Abominación de "El increíble Hulk" y un orco de "El Señor de los Anillos" de Peter Jackson (Mal gusto, The Lovely Bones). Lo cierto es que las bromas no tienen mucho sentido porque la criatura es así en los cómics, pero también es verdad que con un diseño más refinado (más huesos rotos y astillados en la cara) se hubiera diferenciado más de los personajes mencionados.
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Se acerca el juicio final para Superman |
Y hablando de villanos, ¿nos vamos a por Lex Luthor? ¿No hubiese molado ver a Lex montarse en su armadura verde y morada, como indicaban algunos rumores, y ser también tanto el villano mental como el físico? Al fin y al cabo, para tener a un Juicio Final que sólo es una montaña de músculos a la que golpear, sin personalidad ni nada que se le parezca, Luthor podría haberse enfundado su característico traje comiquero para demostrar que el hombre puede vencer a dios en igualdad de condiciones. Bien pensado, sin entrar en muchos spoilers, si Luthor odia tanto a los alienígenas, o eso parece ¿por qué usa a Juicio Final para lanzarlo contra Superman? ¿Tan extraño hubiera sido verle en su armadura? ¿Estaba en un primer borrador desechado del guión? Sea como sea, para mi gusto habría casado mejor con la historia que nos cuenta el filme. Pero hablemos del Luthor de Jesse Eisenberg, otra elección de casting bastante polémica para la película, y una que les ha salido bien... y mal al mismo tiempo, me temo. Es más, si lo que querían era un buen Lex Luthor joven, ¿por qué no devolverle el papel al grandioso Michael Rosenbaum (Héroe a rayas, Leyenda urbana) que lo hizo suyo en la serie televisiva "Smallville" con infinidad de matices? Serie donde también acababa apareciendo Juicio Final, por cierto, aunque esa es otra historia. A lo que iba. ¿Ha cumplido el actor de "La red social"? Pues a pesar de que a mí me ha gustado su papel, hay que reconocer que no, que es de lo más flojito del filme. ¿Cómo se come eso? Muy sencillo. Su Lex Luthor está lejos de la seriedad y la majestuosidad del de los cómics, en especial del clásico, ese que Gene Hackman (Una jaula de grillos, Sin perdón) y Kevin Spacey (American Beauty, Seven) supieron trasladar al cine, ese Lex que es capaz de ataques de rabia y psicosis realmente terroríficos debido a que suele mantener la calma en todo momento. El Lex Luthor de Eisenberg está más cerca de acabar en Arkham junto a los lunáticos a los que atrapa Batman, hasta el punto de que muchos han querido ver en él a una especie de Joker, y aunque no es del todo así, se acerca bastante. Y sí, me ha gustado ese Luthor diferente que parece salir de Gotham, repleto de tics, sonrisas con mal rollo incluido y una voz que nadie ve y le susurra las locuras que planea. Ojo, esto lo digo sin que el actor que lo interpreta me guste lo más mínimo desde hace años, considerando que se ha quedado encasillado en un papel de perdedor-rarito-marginado del que no ha sabido salir ni siquiera en esta película. Aun así, e incluso sabiendo que esta personalidad maníaca queda rara en un personaje como Lex Luthor, yo he quedado contento con él. Extraño, ¿verdad? Si hilamos fino, lo cierto es que para ver a un Luthor con la cordura como disfraz ya podrían haber metido al Joker en la historia, regresando a lo que os comentaba más arriba, que el argumento principal del encuentro animado-televisivo de Batman y Superman hubiera quedado de lujo en la producción. Otra vez será. O no, visto lo visto.
Porque "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" no necesita críticas gratuitas al estilo "Este no es mi Batman", "Batman necesita bajo la capucha a un actor de Óscar", "Ben Affleck no me cae bien", "Nolan no me gusta" o "Esto ya lo vi en la anterior película, y sigo en mi butaca de cine". Por ahora he hablado muy bien del filme, y también he señalado algunos de sus defectos, pero no cabe ninguna duda de que el mayor y más objetivo de ellos ha resultado ser su montaje, un montaje caótico, confuso en ocasiones, con malos cortes en casi toda su duración, partes que parecen no encajar y bajadas de ritmo bastante peligrosas para que la somnolencia del espectador. El mejor ejemplo del nefasto montaje es la edición extendida del filme, treinta minutos que no hacen una nueva cinta, pero sí explican mucho mejor detalles de la trama que quedaban bastante en el aire en la edición que llegó a los cines, terriblemente mutilada. No estamos ante un caso como le de "Daredevil", cuyo montaje del director nos daba un filme casi distinto en algunas partes, aunque sí que las escenas añadidas, casi todas referentes a la trama de Superman, ayudan a comprender ciertas escenas que en el cine quedaban muy descolgadas. El otro gran defecto objetivo de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", que también va más allá de filias y fobias, es que es una cinta realizada con prisas desde el minuto uno. Los cameos de los miembros de la Liga de la Justicia, el hecho de que Batman se coma a Superman en presencia fílmica, las extrañas decisiones de casting, los personajes desarrollados a trompicones, un guión que necesita un buen pulido... Warner-DC quiere para ayer lo que Marvel Studios ha tardado ocho años (que se dice pronto) en construir, sobre todo con muchísima paciencia, algún que otro pequeño tropiezo y decisiones tomadas de manera reflexiva, sin prisas de por medio, cuidando cada película como si fuera la última... o la primera. Y Warner-DC no ha hecho eso. "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" tendría que haber sido "El Hombre de Acero 2" y "The Batman", si querían, estrenadas el mismo año, pero no un filme que debería estrenarse el año que viene en lugar de "La Liga de la Justicia", para la que tendrían que haber echado, sí, más paciencia. Tampoco es que mostrar tanto en los trailers haya ayudado mucho. ¡Si en el segundo largo ya teníamos la clara presencia de Juicio Final! Sorpresas me he llevado pocas, ¿eh? Gracias, exagerados avances. Gracias.
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Hasta un dios puede tener miedo |
A nivel técnico es imposible ponerle ninguna pega a este blockbuster palomitero que es puro espectáculo, desde la banda sonora hasta los efectos especiales. Sin embargo, insisto, esperaba mucho más de "Batman v Superman: El amanecer de la justicia", quizás un antes y un después en el terreno de las películas comiqueras, en especial de las de superhéroes, o un filme mucho más ambicioso de lo que en realidad es. Las prisas, el montaje y las caídas de ritmo le hacen mucho daño a una cinta que está bastante lejos de ser tan mala como muchos la ponen, y ni siquiera voy a entrar en comparaciones con producciones realmente horribles, ni voy a soltar eso de que en los gustos de cada uno no hay que meterse. ¿Que es menos de lo que ansiábamos muchos? Es cierto, es cierto, soy el primero en admitirlo, pero su lista de aciertos es bastante larga. El Batman de Ben Affleck, Wonder Woman, las escenas de acción del primero en solitario, Alfred, las referencias a "El regreso del Caballero Oscuro", la batalla final contra Juicio Final, la locura de Lex Luthor, el futuro que nos aguarda una vez terminada la película, el mundo dividido ante Superman, la caída del mito, los flashbacks y sueños de Bruce Wayne, la escena de la pesadilla y, por supuesto, el enfrentamiento entre Batman y Superman, el Caballero Oscuro y el Hombre de Acero, la noche y el día, el hombre y el dios. Y quizás eso es lo que a muchos les ha dado rabia, que podría haber sido una cosa y, por el contrario, es otra de menor calidad, no mala, sino un peldaño por debajo debido a las prisas de unos estudios empeñados en competir en vez de llevar a cabo sus planes sin pensar en lo que hagan los demás. "Batman v Superman: El amanecer de la justicia" tendría que haber sido una de las películas definitivas de superhéroes, y resulta un entretenimiento palomitero la mar de digno, lo cual no es poco. Eso sí, también hay que aprender a ir al cine, y si "El Hombre de Acero" no os gustó, esta os la podéis ahorrar, porque el tono e incluso el equipo de realización se mantienen. Yo la he disfrutado un montón a pesar de sus fallos, que no son pocos ni pequeños, pero sí insuficientes para que se le dé de palos a una producción que cumple con numerosos requisitos, y el principal es despertar a nuestro niño friki y divertirlo. ¡Es Batman contra Superman! ¡En el cine! ¿Quién nos iba a decir que al final sucedería? Sólo queda disfrutar del combate.
Nota: 8,5/10