martes, 30 de agosto de 2022

Repaso al 2021: Equipo TTL, una nueva normalidad, profesiones cruzadas y la vuelta a Shelter Mountain

 

Ahora sí. ¡Llegamos al fin! Bueno, sí y no. Llegamos al fin de los resúmenes del ya más que pasado año 2021, pero eso no significa que los hayamos terminado ya del todo, definitivamente, vamos. En realidad, las listas de películas, videojuegos, libros, cómics y series sí que terminaron, aunque eso sólo significa que nos queda el epílogo, el siempre extenso epílogo, mi resumen anual del año en clave personal, un resumen que los habituales sabéis que va más allá de hacer un par de listas y ya está. En este tipo de publicaciones (encabezas habitualmente por imágenes festivas de "Padre de familia", una de mis series favoritas de todos los tiempos, fuera y dentro de la animación) suelo repasar como me ha ido al año desde el punto de vista familiar y profesional, sobre todo, aunque también suelo comentar temas que vayan conectados, como por ejemplo, las distintas mudanzas, los viajes, el día a día, amistades e incluso alguna que otra polémica, a pesar de que, afortunadamente, cada vez sean menos habituales, incluso las literarias. ¡Cómo está cambiando la cosa! Bueno, bueno, que siga así. Tampoco queremos entradas eternas en las que se hable durante párrafos infinitos acerca de los haters y trolls de la literatura. Tranquilos, que esos parece que se han ido a Twitter. ¡Que también es un tema que da para bastante!

Lo cierto es que 2021 ha sido uno de los años de los que menos tengo que contar en este blog, al llegar esta entrada. No es que no haya pasado absolutamente nada, pero comparado con otros como el 2020, el 2019 e incluso ese maravilloso 2017, del que ya sólo me acuerdo de lo bueno que me dio, he tenido un 2021 bastante tranquilo, calmado, que no aburrido, por supuesto. ¡Ay, qué tiempos en los que de vez en cuando salía la palabra "aburrimiento"! ¿Cuándo fue la última vez? Creo que antes de llegar a la adolescencia, y teniendo en cuenta que ya peino alguna que otra cana, parece que ese concepto apenas tenga ningún significado para mí. Así que, temiendo repetirme, ya os comento que el 2021 no ha sido un año aburrido, no, ni tampoco uno en el que no haya ocurrido nada. Sin embargo, al haber vivido, disfrutado y sufrido (a ratos) de años muchos más movidos, parece que el 2021 se haya dormido. ¡Y ni mucho menos! ¡Que he publicado dos libros! ¡Que el amor de mi vida ha encontrado un trabajo mucho mejor que el anterior! ¡Que Lisey está cada vez más grande! En definitiva, un año estable, idea que muchos confunden con otras, equivocándose de pleno al respecto. Y estoy a punto de dar una nueva muestra de ello.

No me alejo demasiado de lo comentado en el anterior párrafo, más que nada para ponernos en situación. En 2016, por ejemplo, uno de los grandes protagonistas de la entrada que evaluaba el año fue el viaje que hice con unos amigos (examigos en la actualidad; no los echo de menos, la verdad) a Portugal, entre algunas zonas del norte de España que visitamos de regreso. Lo del 2017 fue una maravillosa locura, quedando de lado cierta ruptura y siendo lo principal mi encuentro, al fin, con mi verdadera y única alma gemela, mi bonita del "to" que consigue hinchar de felicidad cada segundo de mi vida desde entonces. 2018 fue bastante estable también, una especie de 2021 que nos sirvió un poco como de preludio a la tormenta que se avecinaba, ¿o tormentas? 2019 fue el año de la horrible mudanza que nos vimos obligados a afrontar, yéndonos a un piso tan pequeño que todavía nos acordamos de cómo nos tropezábamos entre todos (gatos incluidos) solamente para llegar a la cocina a beber un vaso de agua, aunque es cierto que como con 2017, lo malo se ha ido dejando atrás, centrándonos en lo bueno, porque la verdadera protagonista del 2019 fue nuestra garbancita, es decir, el embarazo de Lisey, nuestra otra alma gemela. 2020 trajo de todo, y a pesar de que la infernal crisis sanitaria que sufrimos todos (y que todavía aguantamos) trató de ser la gran protagonista de nuestras vidas, la boda entre mi tornillo y yo, el encuentro de una nueva casa (un hogar ya de verdad) y el nacimiento de la fantabulosa y genial Lisey, sepultó cualquier mala noticia que pudiera aparecer, incluso si implicaba el fin del planeta. ¡Menudos años!

Teniendo esto cuenta, ¿a que ahora veis normal que considere el 2021 como un año bastante estable? Pongamos, por ejemplo, el tema de la casa. ¡No hemos tenido sustos al respecto! Seguimos viviendo en nuestra modesta vivienda (afortunadamente, más barata y mucho más grande que el zulo anterior), ahora hogar gracias a estar juntos, gracias a la familia que formamos los cinco (gatos incluidos; imposible dejar fuera a Kraken y a Casper). Sin embargo, sí es cierto que tenemos planes para mudarnos, concretamente, a algún pueblo más o menos grande en la periferia de Málaga, nuestra ciudad, tanto por el espacio como por la tranquilidad, en especial ahora que el teletrabajo está al alcance de las manos de ambos, tanto de mi tornillo como de mí. Antequera es nuestro objetivo más próximo, si os soy sincero, un lugar tranquilo, pero, al mismo tiempo, con movimiento, y en el que hay casas bastante grandes con hipotecas más o menos accesibles para nosotros. Y, de todos modos, a las malas, siempre podemos alquilar algo mientras conseguimos una. ¡No hay que perder la esperanza! Estamos un poco hartos de la ciudad, la verdad, y también de estar siempre pendientes del espacio, y más si pensamos tener otro/a peque en el futuro. Habitaciones para los chiquitines, despachos, algún patio, cuartos para hacernos alguna que otra biblioteca... Una casa así no nos la podemos permitir en Málaga ciudad, así que toca alejarnos un poco. Todo se puede arreglar con el transporte público y, quizás, un más que posible vehículo propio.

Pero para eso aún queda. Lo que buscábamos con la actual casa era estabilidad, y vamos a disfrutar de ella durante no pocos años, al menos hasta que tengamos todo lo que necesitamos, sin prisa pero sin pausa, para poder irnos, así que hasta entonces Lisey que no espere un hermanito. ¡Antes irá al cole! Aventura que comenzará en el todavía lejano 2023, así que mejor no adelantarse, y mucho menos tanto. ¿Y el trabajo? Bueno, por mi parte hablaré en el siguiente párrafo, aunque ya aviso que el 2021 ha sido muchísimo mejor que el 2020, lo cual no es extraño si recordamos el varapalo que supuso la terrible crisis sanitaria para un sector editorial que todavía cojea, herido, sí, pero no de muerte. A mi alma gemela le ha pasado algo parecido al respecto, pero ¿y los otros trabajos? ¿Esos poco próximos a la literatura? Es ahí donde entra lo peor de 2021, porque mi querida y admirada bonita fue despedida a principios del año, de manera improcedente y sin ni siquiera su merecido finiquito tras dos años y medio en la empresa. Por supuesto, nos metimos en un juicio que ya adelanto que ganamos (con las correspondientes ganancias económicas, claro), así que un mensaje desde aquí a los que votan y apoyan a partidos políticos que quieren hacer gratuito el despedido y ven estas medidas como algo a normalizar e implantar: que os den por culo. Mucho. Y de la peor de las formas, claro. A joderse, gilipollas. Hay que ser realmente imbécil para votar a gentuza que quiere que trabajes como un esclavo, amargarte la vida y luego despedirte porque sí, aun dando números, sin pagarte lo que te mereces. Gilipollas. Así de claro. Que no lo podéis ser más.

Tras un par de trabajos sueltos en los que tampoco estaba demasiado a gusto, mi alma gemela encontró uno en el que estaba a las mil maravillas, tanto en sueldo como en trato por parte de compañeros y jefes, lo cual a veces, por no decir casi siempre, es tan esencial como tener un buen sueldo. ¿Qué sería de los trabajadores sin sus condiciones de trabajo? Vale, no es que sea el trabajo de sus sueños, pero sí es cierto que es uno en el que está a gusto en todos los sentidos, ¡y que se le da fenomenal! Una buena muestra de que todo lo malo pasa por algo. Y es que ya estaba bastante harta de su antiguo trabajo, donde la explotaban continuamente, no la valoraban y el sueldo no estaba acorde a lo que se la pedía, aparte de las malas maneras del coordinador de turno (que hoy está apartado de sus funciones por buena persona, guiño, guiño) y del despido improcedente, ocurrido justo un año después de que naciera Lisey. ¡Qué casualidad! Para que luego digan que los empresarios (al menos algunos) no piensan en sus trabajadores, ni se acuerdan de ciertos detalles (más guiño, guiño). En cuanto a su trabajo literario, mi todo perfecto ha seguido corrigiendo y actuando como agente publicitaria de autores con la máxima profesionalidad, dejando a no pocos escritores y escritoras con una gran sonrisa en la cara y con no pocas ganas de seguir trabajando con ella. La web Chica Sombra sigue su sendero de éxito, como uno de los más imprescindibles rincones culturales de internet, con sus colaboraciones con cientos de autores y editoriales. Precisamente, 2021 ha sido el año en el que ha visto la luz el primer volumen de "Cuéntame un cuento", una antología de relatos surgida a partir de una convocatoria en la web, donde cualquiera podía mandar una historia corta que sería seleccionada para publicarse en Chica Sombra, para luego elegir entre todas unas cuantas elegidas para esta antología de carácter anual que ha sido todo un éxito. ¡Un nuevo paso hacia delante en lo que respecta al proyecto de Chica Sombra! Por cierto, que como web quedó finalista de los Premios Ignotus de 2021, por tercer año consecutivo. ¡Que se dice pronto! Y es que pocas webs hay que se merezcan tanto un Ignotus como Chica Sombra, por todo el esfuerzo, la constancia, el trabajo diario y el talento que mi perfecta alma gemela pone en ella cada día.

Sin embargo, el trabajo literario de mi bonita y talentosa Tamara "Wonder" López (Chica Sombra para los versados en sus terroríficas letras y su faceta más cultural) no termina ahí. ¿Qué os pensabais? ¿Que mi tornillo especial se iba a quedar ahí? ¡Si no para! Y es que 2021 ha sido también el año en el que ha visto la luz "A través de mis sombras", su tercer libro en solitario y segunda antología de relatos, por supuesto, de terror, un volumen publicado con Suseya Ediciones, editorial de la que hemos hablado mucho por aquí, aunque nunca lo bastante, ojo. Tras pasar por Matraca Ediciones con "Crónica de sucesos" y "Vomitando mariposas muertas", una antología y un poemario, respectivamente, la luz de mi ser vuelve al relato breve para ofrecernos otro título tan desasosegante como aterrador e inquietante, repleto al cien por cien de su marca personal, la que ya vimos en sus dos anteriores trabajos, tremendamente fácil de reconocer desde las primeras líneas de texto. ¡Qué envidia! Quienes ven las recopilaciones de cuentos como unos simples sacacuartos deberían replanteárselo, porque en no pocas ocasiones resultan ser obras que muestran la evolución del autor en cuestión, y este es uno de esos casos. Eso sí, ya va tocando que Chica Sombra nos ofrezca una historia un poco más extensa. ¿Quizás una novela corta? ¡Cómo molaría estar aquí mismo hablando de ella el año que viene! ¡Crucemos los dedos!

¿Y yo? ¿Qué tal me ha ido a mí este año? Decir que nada mal sería quedarse corto, aunque es cierto que con cualquier publicación me habría dado por satisfecho tras el horrible 2020 en el que no publiqué absolutamente nada, algo que nunca me había pasado desde 2012, año de mi primera publicación en solitario, ese primer "Actos de Venganza". Todos los relacionados con la literatura sufrimos las consecuencias de la ya más que mencionada crisis sanitaria que estuvo en su peor momento durante ese año, lo que provocó retrasos, cierres y parones en miles de proyectos, y me quedo corto. Yo no iba a ser una excepción, claro, y varias obras que tenía ya aseguradas para 2020 se vieron detenidas por todo lo alto. Pero, claro, el tiempo pasa, y llegó 2021. Además de varios relatos publicados en antologías compartidas (algunas de ellas también con mi bonita y talentosa metida, lo cual me sigue haciendo aún más ilusión que la primera vez que coincidimos en un libro), 2021 ha sido el año en el que he visto publicado mi primer bolsilibro ("Casa de Sombras" no cuenta, pues es más libro de bolsillo que bolsilibro, propiamente dicho) y mi primera secuela, un título que llevaba esperando publicar desde 2014, y eso que no estaba ni siquiera previsto para ese año, aunque hubiera tocado, claro. Hablo tanto de "Toc, toc" como de "Tumbas Vacías", la continuación de "Cinco tumbas sin lápida", la que es mi primera novela publicada, mi segunda publicación en solitario después de "Actos de Venganza".

Ha sido Matraca Ediciones quien ha publicado "Toc, toc", editorial anteriormente mencionada y que se dedica no sólo a recuperar bolsilibros de algunos de los maestros del formato de nuestro país, sino también a lanzar títulos de autores contemporáneos. Enamorado tanto de sus ediciones como de mucho de su catálogo, y con mi bonita y talentosa bastante unida a la editorial, me animé a mandarles algo en 2019, una novela corta a caballo entre los Tommyknockers del tito Steve King y la película de terror psicológico "Babadook", aunque no ambientada en Estados Unidos, sino en España, siendo mi primer trabajo con escenario nacional fuera de los cuentos y relatos. Al editor le gustó "Toc, toc", la cual entró enseguida en la maquinaria de Matraca Edicions, lista para lanzarla en 2020, pero... pasó lo que pasó. ¿Resultado? A principios de 2021 aparecía "Toc, toc" como uno de los libros de Matraca, con un diseño brutal, repleto de extras (incluyendo una entrevista el menda) y la esperanza de que llegase a mis lectores fieles (el de Maine tiene sus lectores constantes, así que yo le copio y los tengo fieles, ea). A pesar de la breve extensión y la ligereza del texto, me ha sorprendido la acogida que ha tenido "Toc, toc", con una primera edición prácticamente agotada y muy buenas críticas. Ojo, que además aprovechamos para publicarla en  digital en Amazon, a un precio bastante competitivo (ya la edición física está a seis euros, así que imaginaos) siendo una de mis pocas obras que se pueden encontrar en ese formato. No le ha ido nada mal en Amazon, no. ¡Ni le va! De verdad, toda una sorpresa para alguien que ha escrito tochos de setecientas y ochocientas páginas que también se ha sorprendido de vender bien. Anonadado me hallo. Y eternamente agradecido, eso por encima.

Lo de "Tumbas Vacías" tiene aún más miga. No voy a entrar en muchos detalles, pues creo que necesita su propia publicación, pero hay que recordar que todo comenzó con "Cinco tumbas sin lápida", el relato corto que se convirtió en relato largo hasta transformarse en una novela, mi primera novela, publicada por primera vez con la fallecida Tyrannosaurus Books (qué pena la de errores que cometieron) en 2013. ¡Casi diez años ya! Mientras escribía este homenaje a la literatura de Stephen King (Cujo, Revival) y a la trilogía cinematográfica de terror "Evil Dead" de Sam Raimi (Spider-Man, Doctor Strange en el multiverso de la locura), ya pensaba en un par de secuelas, por lo que tampoco fue una idea fortuita tras comprobar el buen recibimiento que tuvo el libro. Sin embargo, salirme de la editorial frustró esos planes, y que la editorial tuviera que cerrar de forma estrepitosa tampoco ayudó demasiado, lo cual me indica que fue bueno que me fuera en su momento. ¡Imaginaos si hubiera sacado la trilogía Shelter Mountain con ellos y tuviera que reeditarla desde el principio! Afortunadamente, durante ese tiempo conocí a Fabián Vázquez, editor de Khabox, y pronto nos dimos cuenta de que queríamos trabajar juntos, en especial cuando comprobé que a veces solicitaba manuscritos para su línea de terror. Dicho y hecho, en cuanto pude recuperar los derechos (sí, me pusieron pegas hasta con eso) le mandé el libro a Fabián y tuvimos una nueva edición de "Cinco tumbas sin lápida", la cual, para mi sorpresa, no se vendió nada mal, llegando a los lectores fieles que se habían unido a mis historias desde 2013. Si no hubieran existido planes para las secuelas, no habría sacado tal reedición. ¿Para qué? Pero teniendo en cuenta que hablamos de una novela que estaba descatalogada, hubiera sido complicado para los nuevos lectores, que se acercaran por las continuaciones, encontrarla para así tener la trilogía. La respuesta fue sencilla: la trilogía se haría en Khabox Editorial desde cero.

En 2018 se publicó la nueva edición de "Cinco tumbas sin lápida". Nueva corrección, nueva portada, nueva maquetación, nueva editorial... ¡Todo nuevo! Y como comentaba antes, fue muy bien recibida, incluso por aquellos que ya tenían la anterior, quienes también aprovecharon para hacerse con la nueva y así tener la trilogía Shelter Mountain (renombrada así para la ocasión) con la firma de la misma editorial y un mismo estilo. Con el objetivo principal ya cumplido, tocaba que llegaran las continuaciones, y aunque la intención principal era que "Tumbas Vacías" saliera en 2019, centrarme en publicaciones que llevaban más tiempo apalabradas hizo que me retrasara en su realización, para luego encontrarme con el nuevo parón provocado por el covid-19. Al final, "Tumbas Vacías" llegó en octubre de 2021, en Halloween, una fecha perfecta para proseguir con la venganza de George Campbell, ¿o de Shelter Mountain hacia él? Poco puedo contar, porque no es el momento ni el lugar, pero no os preocupéis, porque siendo el blog que es, seguro que me topo con un hueco para daros un largo discurso sobre esta secuela, además de descubriros algunos de sus secretos. Sin spoilers, claro. Y quizás os hable un poco de la tercera parte, que está en proceso mientras escribo estas líneas, así que la podréis leer entre el actual 2022 y el próximo 2023. ¡No tardará más, os lo garantizo! Y con ella acabará el viaje por Shelter Mountain. ¡Un viaje de diez años! Miedo me da cuando me ponga con las secuelas de otras obras que vayan surgiendo.

Se nota que "Tumbas Vacías" se ha publicado tres años después de la reedición de "Cinco tumbas sin lápida", porque se ha pillado "fresca" la historia. Una cosa es ser Stephen King y publicar "Doctor Sueño" décadas después de "El resplandor", y otra es ser... yo. Dudo que "Tumbas Vacías" hubiera funcionado como lo ha hecho de bien si me hubiera quedado en 2013, con la primera edición del regreso de George Campbell a Shelter Mountain, así que objetivo conseguido, porque no podíamos arriesgar más con este proyecto. Y es que la apuesta de Khabox Editorial por la trilogía Shelter Mountain ha sido tan absoluta como arriesgada, insisto. Si ya es complicado publicar en este país, imaginaos reeditar algo ya publicado, ya publicado hace años y que no fue un best seller conocido en toda España. Por si eso fuera poco, la reedición de ese libro se realiza con el objetivo de que no sólo se haga una secuela, sino dos, convirtiéndose la novela en una trilogía publicada casi de golpe. ¿Estamos locos? Pues parece que Fabián Vázquez lo estaba y lo está, porque ahí que se lanzó a la aventura, confiando al mil por cien en el proyecto, ayer, hoy y mañana. ¿Cómo no darle las gracias? Además, realizando preventas de lo más jugosas, con pósters y marcapáginas incluidos. ¡E incluso un pack con las dos entregas hasta el momento, a un precio ajustadísimo! ¡El renombrado Tumbaspack! Ya hablaremos de quién lo bautizó, porque también me va a llevar a uno de los mejores momentos del 2021, relacionado también con la literatura, ojo.

Sigo con mis publicaciones del año, aunque tampoco quedan muchas por comentar. Por supuesto, si no publico en alguna que otra antología de varios autores no me quedo a gusto; no deja de ser ya un vicio, una especie de tradición que me viene de lujo para no oxidarme a la hora de escribir narración breve, por no hablar de que así uno puede expandir su zona de lectores, sin olvidar que es una buena forma de tener material para futuras antologías en solitario y, claro, también está lo mejor de estos proyectos: los compañeros. ¡Anda que no mola sacar adelante ciertas obras entre compañeros de letras bien avenidos! En este 2021, por ejemplo, es algo que me ha pasado mucho con Matraca Ediciones, y sus distintas publicaciones de este estilo, aunque otro buen ejemplo es el ya mencionado de "Cuéntame un cuento", a primera antología de Chica Sombra, proyecto en el que pienso repetir, porque, como comentaba anteriormente, es anual. Estáis invitados, por cierto, pues podéis participar todos. ¡Animaos! Y para acabar con temas profesionales (o más o menos, porque algo queda para más adelante), me voy a por los Premios Ignotus 2021, porque después de haber publicado casi nada durante el 2020, pensaba que iban a ser los primeros Ignotus desde hace tiempo en los que no iba a estar, pero cuál fue mi sorpresa cuando me vi con dos nominaciones, y ambas relacionadas con este blog, con la Cueva del Extraño. Una de ellas fue por el blog en sí y otra por el artículo que publiqué en 2020 dedicado a R. L. Stine, sobre sus mejores libros de la colección "Pesadillas", una especie de entrada especial para Halloween. No esperaba ganar, y no gané, por supuesto, pero las nominaciones me supieron a gloria, la verdad, y menos tras un año tan malo como el de 2020. Desde aquí os doy las gracias a todos por votar por mi trabajo, por mi obra. Gracias por apoyarme siempre. Gracias por estar ahí. ¡Ah! Y ojo, porque sobre los Ignotus vamos a hablar mucho en la entrada de este tipo del 2022, porque menuda la que se ha liado. ¡No cuento más! Así os dejo con ganas.

Sin alejarme demasiado de la literatura, me gustaría hacer un parón para hablaros del Tumbaspack, más concretamente de la persona que le puso el nombre. Y es que a nivel de amistades con lectores, el 2021 ha sido de los mejores gracias a las amigas (y amigo) de Diógenes Literarias, un grupo de Facebook (y fuera de él) en el que nos hemos reunido algunos amantes de la literatura de terror que nos llevamos de lujo, formando así una pequeña familia bien maja, y me quedo corto. Aunque con alguna de sus miembros ya tenía una amistad previa que empezó con una relación entre lectoras y autor, las de las demás ha ido creciendo durante el 2021, sin dejar de hacerlo durante el presente 2022, hasta el punto de que ya las considero familia a todas... y a ti también, Armando, hombre, que no te me escapas. Quede aquí mi particular homenaje a Asunción, Carmen "Maika", Maribel, Armando, Patricia, Beatriz y Daria. Muchas gracias, de verdad. Sois de lo mejorcito que me ha dado el 2021, y entráis de lleno en el top de lo mejorcito que me ha dado la literatura, como lectoras fieles y como amigas. Gracias por vuestro apoyo, por vuestro cariño, por vuestras recomendaciones, por comprarme, por leerme, por disfrutarme y por hacerme uno de vuestros autores de cabecera. Gracias por estar ahí. Si digo que tengo las mejores lectoras (y lectores) del mundo es por personas como vosotras. Sois la verdadera razón por la que merece la pena juntar letras. ¡Viva el poder de las Diógenes! 

¿Qué me queda? Ya poquito, ya poquito. Kraken y Casper, nuestros hijos peludetes, siguen estupendos, siendo unos gamberros cariñosos capaces de liarla parda momentos antes de acurrucarse, lamernos y achucharnos como si fuéramos nosotros sus peluches. ¡Que no dejen de cumplir años nunca! Aunque teniendo en cuenta la de chuches que les regalamos con cada aniversario, no me extrañaría que se volvieran eternos para seguir comiéndolas. Imagino que por las palabras que le he ido dedicando a mi clon femenino queda bastante claro que cada día (segundo, minuto, hora, semana, mes, año... instante, parpadeo) la quiero, nos queremos, más, aunque son conceptos que se quedan cortos. Amor, todo, infinito... Es lo más próximo que vamos a tener con palabras a lo que significamos el uno para el otro. Incluso con gestos y detalles, y no tenemos pocos entre ambos, sentimos que no llegamos a expresar lo que realmente sentimos. Y lo bueno es que siempre va a más, nunca a menos. Todavía mejor es la sensación de seguridad de que siempre seguiremos así. Infinito por infinito. Esa es la idea. Esa es la seguridad. Algo que también nos pasa con nuestra alma gemela extra, esa nueva dosis de amor que es Lisey, y que en 2021 cumplió su primer añito de vida. ¡Nuestra fantabulosa y genial Lisey! ¿O deberíamos decir Flash? ¡Qué manera de moverse! ¡Qué manera de no parar! Qué manera de sonreírnos, de abrazarnos, de besarnos, de crecer, de querernos, de quererla, de no poder vivir sin ella. ¿Cómo hemos vivido plenamente hasta que nació? Juntos, claro, pero ahora, con ella, todo tiene todavía más sentido. Qué lista, qué guapa, qué simpática, que curiosa, que divertida, qué graciosa, que... ELLA es. Única. Nuestra Lisey. 2021 ha sido otro capítulo en su historia. Y menuda historia. ¡Equipo TT de infinito por infinito! ¡Equipo TTL por igual! He tenido que hacer algo grandioso, buenísimo y milagroso durante mil vidas para haberlas encontrado a ambas, para que me hayan elegido, para que me amen tanto. Espero ser siempre digno de ellas. Me esfuerzo para ello cada segundo de mi vida. Y seguiré haciéndolo siempre por infinito por infinito.

Ahora sí llego al final. En otros aspectos, 2021 ha sido un año de vuelta a la normalidad, como he ido indicando en líneas precedentes e incluso en las listas anuales de series, cómics, videojuegos, películas y libros. Como es evidente, no es una normalidad al cien por cien, y se han ido produciendo otros actos mundiales que están complicándonos todavía más nuestro día a día, cuando aún no hemos salido de una terrible crisis sanitaria que lo ha cambiado todo; no entraré en detalles en una publicación así, pero imagino que muchos estaréis pensando en cierta guerra, en la inflación, las subidas de la luz, la sequía, el cambio climático... Vivimos en una locura de mundo en el que parece que los seres humanos cada vez tengamos más ganas de destruirnos a nosotros mismos. Entrad a Twitter y veréis las burradas que comenta la gente gracias a esconderse tras un pseudónimo, y eso es sólo un ejemplo frívolo de lo que digo, de la verdad inalterable que lleva haciéndose evidente desde que la humanidad pisó por primera vez el planeta. Sin embargo, pienso en la gente que lucha, las personas que tratan de hacer mejor nuestro mundo, de todos aquellos que se han esforzado para que la normalidad vaya regresando a nuestras vidas, cada vez más, cada vez mejor, a pesar de los intentos crueles y sádicos de quienes desean ver arder a los demás. Pienso en mis compañeros. Pienso en mis amigos. Pienso en quienes me proporcionan ganas de seguir escribiendo. Pienso en cuánto me llena escribir. Pienso en quienes me hacen más feliz y fácil la vida. Pienso en mi familia. Pienso en mi hogar. Pienso mis peludetes. Pienso en mi mujer. Pienso en Lisey. Y todo cobra sentido. Que cobre también sentido para vosotros.

Nos vemos dentro de un año. Y que todo siga cobrando sentido para entonces.

Luchad para que la normalidad sea todavía más normal. Cuidaos mucho, entre vosotros y a los que tenéis al lado. Demostremos a quienes no quieren una normalidad mejor que están equivocados y que son ellos los que no tienen sitio en este mundo.