jueves, 12 de febrero de 2015

Reseñas cinematográficas: Drácula: La leyenda jamás contada


Ficha Técnica

Título original: Dracula untold
Director: Gary Shore
Intérpretes: Luke Evans, Sarah Gadon, Dominic Cooper, Charles Dance, Art Parkinson, Paul Kaye, Samantha Barks, William Houston, Diarmaid Murtagh, Ronan Vibert, Zach McGowan, Ferdinand Kingsley, Thor Kristjansson.
Guión: Matt Sazama, Burk Sharpless
Música: Ramin Djawadi
Género: Terror, acción
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 92 minutos
Año: 2014


Sinopsis:
El conde Drácula es una leyenda, el vampiro definitivo que sumirá al mundo en una eterna oscuridad si los paladines de la luz no lo impiden. Desde hace siglos, Drácula, como el monstruo que es, se ha movido entre las tinieblas en busca de víctimas y un destino incierto gracias a sus increíbles poderes y la inmortalidad que recorre sus venas. Sin embargo, no siempre fue así. Antes de ser una aberración sobrenatural, antes de ser el rey de los vampiros, Drácula era Vlad, principe de Rumanía, un poderoso guerrero que intentaba dejar atrás su vida de matanzas y cadáveres, un guerrero que tuvo que hacer el sacrificio definitivo para proteger a su familia porque a veces, sólo a veces, el mundo no necesita héroes sino monstruos.


Reseña:
Vampiros. Menudos creaciones, ¿eh? Podríamos hablar largo y tendido sobre los vampiros, acerca de sus origenes, los primeros vampiros en la historia de la humanidad, el nacimiento de la leyenda... pero todo eso nos daría para un blog entero y, nos guste o no, tenemos que centrarnos en la película que tenemos hoy entre manos, así que, sí, hablaremos de vampiros, aunque de un modo mucho más tangencial que para lo que da todo el tema. Pero sí, hablemos de vampiros, hablemos de vampiros en el cine, porque tenemos entre manos a los monstruos más famosos del cine de terror, con permiso de los zombis, claro; no, no incluyo a los fantasmas porque he mencionado a monstruos, no a criaturas sobrenaturales, ya que en este caso, la pelea estaría bastante igualada entre los espectros de toda la vida y los muertos vivientes sedientos de sangre que conocemos como vampiros. Y es normal que los vampiros sea hayan hecho tan sumamente populares en el cine, ya que las decenas de formas de acercarse al mito dan para miles de aproximaciones diferentes, a pesar de que muchas de ellas se suelan repetir.

Pensadlo bien. Tenemos, por ejemplo, a los vampiros terribles y a la vez ochenteros de "Noche de miedo" con cierto aroma a clásicos, tenemos los violentos y sanguinarios vampiros de "30 días de oscuridad" y también podemos encontrar a los vampiros light de "Crepúsculo" que poseen pocas características clásicas de este tipo de criaturas, hasta el punto de que hay mucha gente que no los considera vampiros. Imaginaos la gran cantidad de acercamientos al mito que tenemos en el cine de terror hacia esta figura de dientes alargados y habilidades sobrenaturales que en apenas unas líneas os he mencionado tres clases muy diferentes de vampiros. Y podríamos continuar, ¿eh? Ahí tenemos a los vampiros adolescentes y gamberros de "Jóvenes ocultos", los viciosos y mutantes de "Abierto hasta el amanecer" y los que rompen todas las convenciones pero sigue siendo vampiros en la serie televisiva "Sobrenatural". ¡Otros tres tipos! Y poco parecidos a los anteriores. En serio, podríamos hacer varias entradas acerca de las diferentes clases de vampiros en el cine y, quizá, ni siquiera arañaríamos la superficie de la cuestión. Pero, como decía más arriba, es normal que el vampiro sea el monstruo más famoso del cine, el más usado y, sobre todo, el más sobreexplotado hasta que se he llegado a un punto en el que el público se ha cansado de ellos.

¿Preparados para volver al castillo de Drácula?


Es lógico porque tenemos una clase de monstruo que sirve para todo, como el zombi. ¿Queremos hacer un filme con bajo presupuesto? Se pueden meter vampiros en él. ¿Queremos hacer un gran blockbuster? Los vampiros caben en él. ¿Queremos hacer una serie de televisión? No hay problema, metamos vampiros. ¿Queremos hacer una película profunda que hable de la supervivencia del ser humano? Se pueden usar vampiros. ¿Queremos hacer una producción cafre con sangre por todos lados y miembros cercenados? Pues vamos a por los vampiros. Y, ojo, que todas estas preguntas ya han encontrado contestación en filmes ya realizados con nombres que se pueden dar con mucha facilidad. No cabe duda entonces de que el vampiro es una criatura que queda muy bien en pantalla de la forma que sea, tanto en su aspecto más clásico como en otros más diferentes al mismo. Además, la figura del vampiro, como sabemos los fans del terror, es muy atractiva.

Tenemos a un monstruo que puede transformarse, que posee multitud de habilidades naturales, muy difícil de matar y, lo mejor de todo, es eterno. El vampiro se alimenta de sangre, y aunque debería ser siempre sangre humana para mantenerse en plena forma, también hemos visto casos de vampiros que han optado por alimentarse de animales o, en otros casos más interesantes, de humanos malvados; de este modo, al mismo tiempo que comen, están prestando un servicio a la humanidad. Claro que no es obligatorio que la sangre humana venga de su recipiente original, como nos mostraron los vampiros de "Buffy cazavampiros", "Ángel" y "True Blood", en este último caso, con sangre sintetica. También sabemos que los vampiros poseen diferentes habilidades sobrenaturales según lo fuertes que sean y del tipo de vampiros del que estemos hablando; por ejemplo, pueden transformarse en niebla, en diferentes animales e incluso en otras personas como vimos en la floja "Blade: Trinity". Eso sin dejar de lado la fuerza, la agilidad y la rapidez sobrehumanas. ¡Ah! Y la resistencia al daño y esa capacidad de no envejecer o, al menos, hacerlo más lentamente, aunque, claro, siempre pueden beber una buena cantidad de sangre y estar como nuevos, como se demostró en "Underworld".

Conozcamos a Vlad, un príncipe querido por sus súbditos


A los hombres lobo podemos matarlos mediante balas de plata. Acabamos con zombis cortandoles la cabeza o reventandosela. Nada mejor que el fuego para terminar con las brujas. Pero, ¿y los vampiros? ¿Cómo podemos eliminar a seres tan poderosos? El fuego funciona también con ellos, es cierto, y a veces también la plata y, en algunos casos, incluso el agua corriente, pero lo que siempre los mata en el 99,9% de los casos es una estaca clavada directamente en el corazón. El ajo, los crucifijos y el agua bendita también les daña, pero todo depende del tipo de vampiro del que estemos hablando. La luz del sol los abrasa, de ahí que sean conocidos muchas veces como los hijos de la noche, aunque hay clases de vampiros que pueden aguantar perfectamente la luz del sol, como los de "Sobrenatural", cuando no usan con inteligencia ciertos recursos para caminar momentáneamente bajo el astro rey, como ocurría en "Blade". Pocos aspectos negativos tiene el ser un vampiro ante toda la larga lista de premios que podemos conseguir, ¿verdad? Bueno, ¿qué es un poco de pérdida de humanidad si tenemos la habilidad de ser reyes entre los hombres y vivir para siempre? Pinta bien la cosa. Se va comprendiendo por qué son monstruos tan famosos y queridos, ¿no?

¿Quién querría ser un zombi? ¿Y un fantasma? ¿Y el monstruo de Frankenstein? Ser un vampiro es como ser una especie de superhéroe (o supervillano) al mismo tiempo que seguimos conservando eso que nos hace ser nosotros mismos. Vale, hay veces como en "Buffy cazavampiros" y "Ángel" donde se da a entender que los vampiros en realidad son demonios que corrompen cuerpos humanos haciéndolos malvados, pero incluso en esos casos, el vampirismo lo único que hacía era exagerar comportamientos negativos en los humanos "infectados" que ya tenían cuando eran sólo personas normales y corrientes. Y eso que todavía no hemos hablado de los componentes sexuales que contiene el vampirismo y ese aire de sensualidad y seducción que cruza el mito, sobre todo en los aspectos más clásicos del mismo (poco sexo puede haber en las bestialidades de los vampiros de "30 días de oscuridad"). El misterio, la oscuridad, lo sexual, la noche y los secretos de las tinieblas van bien enganchados al mito del vampiro, de ahí que no hayan faltado historias de amor alrededor de estas criaturas de la noche. Sí, "Crepúsculo" es una de ellas, pero también tenemos ahí la serie de "Crónicas vampíricas" y, de nuevo, "Buffy cazavampiros". Lo de cambiar al chico malo o jugar con lo desconocido y monstruoso alcanza con los vampiros otro nivel. Ni mejor ni peor, que conste, simplemente es otro modo de representar el mito.

¿Qué hará Vlad para salvar a su familia?


Sin embargo, y a pesar de que el vampiro ha sido sobreexplotado de manera brutal en el mundo audiovisual, su fama nunca ha decaído. Es cierto que, a veces, el cine se ha olvidado un poco de ellos colocando a otro tipo de monstruos por delante, pero ha sido siempre momentaneamente, pues el vampiro ha resistido con todas sus fuerzas cualquier envite que ha intentado debilitarlo. Ya sea en los 80, en los 90 o en este nuevo siglo, poco importan los cambios que ha ido sufriendo su figura, el vampiro se ha mantenido en pie ante las modas y los distintos vaivenes en el cine de terror. Da igual que los asesinos en serie, los fantasmas y los muertos vivientes ocupen los primeros puestos en las taquillas de los cines, o que consigan audiencias millonarias en televisión. El vampiro siempre estará de "moda", por decirlo de algún modo. En televisión tenemos "Sobrenatural", "Crónicas vampiricas" y su exitoso spin-off, la serie de "Abierto hasta el amanecer", etc, etc. ¿Y en los cines? Bueno, "Drácula: La leyenda jamás contada" es el ejemplo vivo de que los vampiros siguen teniendo tirón en la gran pantalla y, además, uno en concreto: el conde Drácula.

Supongo que a estas alturas, seáis o no grandes conocedores de los vampiros, si nombro a Drácula ya sabréis de quién estoy hablando, ¿verdad? Sí, señoras y señores, del vampiro más famoso de todos y no sin razón, uno de los personajes literarios que más veces ha sido trasladado al cine, y de cien maneras diferentes. Desde las producciones de la Universal y la Hammer, donde el conde Drácula más clásico y reconocible fue creado (elegante, con multitud de poderes, ojos rojos, bien peinado, dos prominentes colmillos, capa negra y roja), hasta versiones más extrañas como la de "Drácula 3000", donde el conde viajaba al espacio o la versión supervillanesca de "Blade: Trinity", donde se intentaba trasladar parte del famoso cómic Marvel de "La tumba de Drácula", una joyita comiquera donde el famoso vampiro era todo un supervillano cuando no un antihéroe, eso sí, mezclando el Drácula cinematográfico más clásico con otro más monstruoso por obra y gracia de Gene Colan (Daredevil), llegando incluso a enfrentarse a Estela Plateada e incluso al mismísimo Spiderman. Y es que, hablar de la fama del conde Drácula podría llevarnos ya no un blog entero, sino varios; no, hablar de las diferentes versiones cinematográficas de Vlad el Empalador no daría para menos, os lo aseguro, así que intentaré pasar más o menos de puntillas en estas líneas.

Algo oscuro y malvado se esconde en esta montaña


El conde Drácula nació en la literatura, como gran parte del mito vampírico, concretamente en las páginas de "Drácula" de Bram Stoker, donde se nos presentaba al mortal vampiro como todo un monstruo, no demasiado cercano a las distintas versiones que nos ha ido dando el cine. Ni siquiera la famosa "Drácula de Bram Stoker" era demasiado fiel al concepto de esta criatura que se nos presentaba en la novela, aunque sí en el resto de la historia. Precisamente, hay mucho de ese filme de Francis Ford Coppola (El padrino, Apocalipsis Now) en esta "Drácula: La leyenda jamás contada", algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que aquel filme nos presentaba al monstruo más como un ser atormentado presa de sus decisiones y que sólo buscaba el amor, antes que como una criatura terrible que sólo se preocupa por sobrevivir y matar, nada más. Si no fuera por ciertas escenas realmente aterradoras, podríamos considerar un antihéroe al Drácula interpretado por Gary Oldman (Hannibal, El Caballero Oscuro) en aquel filme ya clásico. Curiosamente, "Drácula: La leyenda jamás contada", comenzó siendo una especie de mezcla de precuela y spin-off de aquella, un extraño hibrido que comprenderéis en cuanto os dé más información sobre ella.

"Drácula: La leyenda jamás contada" empezó siendo "Drácula: Año cero", una historia que nos contaría la travesía del barco Demeter donde viaja Drácula desde Rumanía hasta Inglaterra en el libro de Stoker. El filme iba a ser una película muy oscura, de terror, al más puro estilo "Alien, el octavo pasajero", dirigida por el siempre genial Alex Proyas (El Cuervo, Señales del futuro) y protagonizada por Sam Worthington (Furia de titanes, Terminator Salvation) antes de que Luke Evans (Nadie vive, El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos) entrase en el proyecto. Este proyecto iba a ser levantado hace cinco años, y es que estamos ante una de esas películas que, por muy poco, iba a ser tildada de proyecto eterno al más puro estilo de otras como el remake de "Los Inmortales", la nueva adaptación de "Hellraiser", la nueva secuela de "Hallowen: El origen" o la película sobre Wonder Woman. Al final, y aunque con cambios bastante drásticos, "Drácula: Año cero" ha pasado a ser "Drácula: La leyenda jamás contada", un filme que sí que nos he llegado como otros proyectos largamente anunciados que, finalmente, hemos podido disfrutar en los cines con mejor o peor fortuna. Sin embargo, no deja de resultar curioso que pasásemos de "Drácula: Año cero", el viaje en el Demeter, a "Drácula: Año cero", un origen serio e histórico para Drácula mezclado con el viaje del Demeter, a la última "Drácula: La leyenda jamás contada", que apenas tiene nada que ver con todo lo dicho anteriormente. Es más, sólo tenemos a Luke Evans de los componentes iniciales del proyecto, y hasta tal punto llega el cambio de rumbo del filme que por la Red todavía circula una fotografía de "Drácula: Año cero" que, o mucho me equivoco, o no se corresponde con ningún fotograma de la producción que ha acabado siendo.

Dominic Cooper es Mehmed, antiguo amigo, nuevo enemigo


Pero hablemos al fin de la película. ¿Qué nos cuenta "Drácula: La leyenda jamás contada"? Pues algo que no se puede decir que nunca antes haya sido contado, la verdad, porque estamos ante el origen de Drácula como vampiro, es decir, la historia se centra en cómo se convierte Vlad Tepes, o Vlad el Empalador príncipe de Rumanía, en el monstruoso conde vampiro, rey de todos los demás seres de la noche. Como decía más arriba, tiene algo del "Drácula de Bram Stoker", así que no podríamos hablar de que no es una historia que no se nos haya contado antes, aunque aquí se hace con todo lujo de detalles, mostrándonos incluso la vida que lleva Vlad antes de verse acosado por las circunstancias que le llevan a transformarse en el monstruo que será conocido como Drácula. No hay mucho más misterio alrededor de la historia, una historia que se nos cuenta bastante bien en los trailers promocionales, avances que, quizá, nos descubren demasiados momentos espectaculares que tendrían que haber sido una sorpresa. Pero, ya sabéis, el dinero manda, y las productoras prefieren asegurar la taquilla a que el exceso de misterio alrededor de un filme les haga ganar menos pasta.

De este modo, descubrimos la historia de Vlad, príncipe de Rumanía que, siendo niño, fue dado a los turcos. Años después, y siendo ya un líder con una familia que le quiere y un pueblo que le adora, descubre con temor que los turcos se acercan a sus tierras, lo cual le hace prever que el sultán, un antiguo amigo de la infancia, le pida un tributo para dejar en paz su reino. Sin embargo, para proteger a su familia de un ejército al que no puede combatir, Vlad se adentra en las profundidades de una montaña que contiene un antiguo mal que le dará poder suficiente para enfrentarse a sus enemigos, aunque debe hacerlo antes de caer en la maldición de la sangre. Poco a poco, Vlad se dará cuenta de que ha pagado un alto precio para defender a su familia, un precio que le convierte, lentamente, en una criatura de las sombras, en una abominación en un monstruo. Vlad descubre que para combatir el mal debe ser peor que el mal. Nada de héroes, sólo monstruos. Vlad descubre que debe transformarse en... Drácula.

¡El nacimiento de Drácula!


Antes de profundizar en la película me gustaría recordaros que "Drácula: La leyenda jamás contada" forma parte de algo mucho más grande. Mucho antes de su estreno se anunció que la Universal prepara un futuro repleto de sus monstruos más clásicos o, lo que es lo mismo, la Universal va a resucitar a la Momia, el Hombre Lobo, al monstruo de Frankenstein y a la criatura de la Laguna Negra, entre otros, en un enorme proyecto que, al estilo de Marvel Studios y sus personajes comiqueros, hará que estos monstruos clásicos no sólo compartan universo, sino que, además, se enfrenten entre ellos e incluso se unan para combatir a amenazas mucho peores que las que representan por sí mismos. En principio, esta película sobre Drácula no iba a entrar en este universo pero, a última hora, y contando con las mejores previsiones, la Universal se atrevió a añadir algunas escenas para encajar "Drácula: La leyenda jamás contada" en el mencionado proyecto. Y así es, mediante la última escena del filme, que no revelaré, la película prepara el camino hacia las otras que tienen que llegar y que, como ha confirmado la productora, tendrán un tono parecido, más cercano a la acción y las aventuras que al terror, aunque contengan ciertas gotas de este género.

Doy esta explicación no sólo para comentar que el aquí irreconocible Charles Dance (El último gran héroe, Juego de Tronos) será el particular Nick Furia de este grupo de monstruos, sino también para recordar las razones por las que "Drácula: La leyenda jamás contada" tiene ese tono entre cómic y videojuego que la aleja bastante del filme de terror que muchos esperaban y que, en sus comienzos, era. Esto es algo que ya se adivina en los avances, y que parece que ha decepcionado a muchos espectadores, creando opiniones bastante extremas en cuanto a la película. A mí, sin embargo, me ha encantado, y no sólo porque ya lo esperaba, sino porque, como gran fan de los videojuegos y los cómics, ver a un Drácula a medio camino entre un superhéroe y un personaje más de la saga de videojuegos de "Castlevania", me ha encantado. Por no hablar de que el filme tiene escenas que parecen sacadas de la colección regular de "Spawn", sobre todo cuando el personaje de ésta se encontraba muy cercano a Drácula (seguro que los que sois fans de Spawn recordáis las veces que los villanos le llamaban Drácula, sobre todo cuando hacía gala de poderes muy parecidos a los que muestra Luke Evans en la película). En pocas palabras, "Drácula: La leyenda jamás contada" es una película que conviene conocer antes de ir a ver porque si no podemos salir decepcionados.

Un irreconocible Charles Dance es el origen de Drácula


Dicho esto, debo reconocer que me esperaba algo mejor, y eso que me ha gustado bastante. Estamos ante un entretenimiento de serie B bastante efectivo, una de esas películas de palomitas y refresco para pasar un buen rato en el cine sin pensar en nada más que en la sucesión de escenas de acción repletas de efectos especiales. Nada más. Muy al estilo de "La Momia", "El regreso de la momia" y "La Momia: La tumba del emperador dragón", que no entran en el nuevo universo monstruoso de la Universal pero que dieron el do de pecho en cuanto a hacer remakes sobre los monstruos clásicos. Otro ejemplo previo sería "El Hombre Lobo" de Joe Johnston (Jurassic Park III, Capitán América: El primer vengador), sin embargo, esa sí que era mucho más de terror, incluso con bastante sangre de por medio. La nueva aventura cinematográfica de Drácula se parece mucho en ambición a esas dos, es decir, filmes palomiteros de entretenimiento, pero no en tono; mientras "La Momia" era de aventuras y "El Hombre Lobo" de terror, "Drácula: La leyenda jamás contada" es de acción fantástica hasta el punto de que no cuesta imaginarse al personaje acompañando a Iron Man y Thor en una extraña secuela de "Los Vengadores". Punto positivo para el filme en cuanto a dejar claro el tono que va a tener el universo compartido de los monstruos clásicos de la Universal. ¿Cómo no me va a gustar siendo fan de Marvel Studios?

De este modo, tenemos a Luke Evans descubriendo sus poderes poco a poco, interpretando a un Drácula repleto de habilidades sobrenaturales, todas de ellas muy conocidas para los fans de los vampiros y, algunas de ellas, algo nuevas, como la habilidad de controlar a auténticos ejércitos de murciélagos hasta el punto de poder formar puños gigantes para derrotar a los enemigos que acosan a nuestro protagonista. Comenzamos el filme con un Vlad muy humano y acabamos la historia con un monstruo que debe vivir con lo que ha hecho, con lo que se ha convertido, habiéndolo perdido absolutamente todo cuando sólo trataba de protegerlo. En resumen, lo que os comentaba más arriba, vivimos la evolución de Vlad al Drácula que conocemos, aunque, eso sí, teniendo en cuenta que tenemos a un antihéroe más que a un monstruo desalmado capaz de masacrar a inocentes sin pensárselo dos veces. Al fin y al cabo, Vlad se convierte en vampiro para poder salvar a su familia y a su pueblo, no por venganza ni por razones egoístas, así que eso está bastante bien llevado, pues no habría tenido mucho sentido mostrar a un Drácula totalmente villanesco cuando en la película apenas pasan unos pocos días desde que Vlad entra en la cueva hasta que acaba su transformación en el vampiro definitivo.

El conde Drácula, príncipe de la oscuridad


"Drácula: La leyenda jamás" contada es la perfecta película para criticar por aquellos que parece que no saben lo que van a ver al cine. Seamos sinceros, ¿qué nos podemos esperar a partir de los trailers que se mostraron? No mucho más de lo que al final es la película, ¿verdad? ¿Entonces? Pueden existir críticas hacia los diferentes fallos que tiene el filme, pero de ahí a cargar contra él como si nos hubieran vendido algo diferente... No sé, estoy empezando a creer que la gente va a los cines totalmente ignorante de todas las noticias que salen alrededor de las distintas películas que se estrenan y, en estos tiempos de Internet, me es difícil de creer. Mucho. Pero eso no quiere decir que el primer largometraje de Gary Shore esté exento de fallos, porque los tiene, y algunos bastante graves, pero de ahí a destrozarlo como si fuera lo peor del 2014, pues tampoco, la verdad. "Drácula: La leyenda jamás contada" posee, por desgracia, unos bajones de ritmo bastante graves, muy molestos, acompañados por personajes que necesitan un mejor trato en el guión (especialmente el villano, la esposa y los amigos cercanos a Vlad) y al filme no le habría venido mal ser un poco más personal en vez de ser una película que da la sensación de poder ser igual dirigida por cualquier otro director.

Eso sí, no le vamos a negar sus aciertos, que son bastantes. Es muy entretenida, no deja un momento para el aburrimiento, es un filme palomitero bastante divertido y con algunas escenas tremendas, como aquellas en las que Drácula desata sus poderes, la batalla final (atentos a la pelea entre monedas de plata) y, sobre todo, los encuentros de Vlad con el vampiro que le convierte, un estupendo e irreconocible Charles Dance que nos entrega al mejor personaje de la historia junto al Drácula de Luke Evans. Además, "Drácula: La leyenda jamás contada" no pretende ser lo que no es y tiene un metraje muy ajustado, nada de dos horas que se hagan largas, sino poco más de hora y media que no se hace para nada pesada. A eso le podemos añadir el hecho de su protagonista se come la pantalla cada vez que aparece y que, si pensamos en este filme como el primero de un proyecto más grande, la cosa promete mucho, porque sirve bastante bien de presentación a ese universo monstruosamente compartido de la Universal que nos espera en un futuro; al menos, es un notable prólogo para lo que está por llegar. Tampoco se puede decir que tenga unos malos efectos especiales, porque en algunas ocasiones son realmente espectaculares, pero es cierto que en algunas escenas, afortunadamente sólo unas pocas, parece que la película se haya quedado sin presupuesto, o sin ganas los encargados de dichos efectos.

Una de las poderosas habilidades de Drácula


Como decía antes, en cuanto al reparto y los personajes que se encargan de interpretar, tenemos aciertos y fallos a partes iguales. Es una lástima que el villano de ese actorazo que es Dominic Cooper (Capitán América: El primer vengador, Agentes de SHIELD) sea tan básico y apenas se aproveche, al igual que la esposa de Vlad, una Sarah Gadon (Enemy, The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro) igualmente desaprovechada que podría ser sustituida perfectamente por cualquier otra actriz guapa y rubia sin que apenas nos demos cuenta. Eso sí, para equilibrar la balanza tenemos al hijo de Vlad, que funciona bastante bien y, sobre todo, al grandioso Charles Dance y su siniestro a la par que aterrador y misterioso vampiro, y al siempre genial Luke Evans. Tenemos en Evans a uno de esos actores que nunca han hecho mucho ruido, pero que siempre se hacen notar cuando aparecen en una película, a pesar de ser secundarios muy escondidos. De este modo, y sabiendo fusionar la gran elección de papeles que hace y el carisma que desprende (¿se nota mucho que me gusta cómo trabaja?), ha realizado un meteórico ascenso cinematográfico hasta el punto de haber sido parte importante de grandes películas como "Fast & Furious 6", "El Hobbit: La desolación de Smaug" y "El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos". Como Vlad y Drácula (volvemos a la dualidad que también poseen los superhéroes) cumple con creces, comiéndose la pantalla cada vez que aparece, salvo en los casos donde tiene que compartir escena con Dance, claro.

"Drácula: La leyenda jamás contada" aporta una nueva visión al mito, una visión diría que necesaria y que muchos llevábamos tiempo esperando, es decir, una especie de blockbuster centrada en Drácula, personaje que se echaba de menos en el cine de gran presupuesto, porque ni los vampiros, y mucho menos el Empalador, han desaparecido del cine de terror de los últimos años, sólo que han ido apareciendo más en títulos de bajo presupuesto y derivados. No se puede decir que la dirección sea nada del otro mundo, y los contrastes son algo raros cuando uno compara la genial ambientación de algunas escenas y el escaso trabajo que hay en otras que quedan un poco raras, sobre todo a la hora de presentar algunos acontecimientos relevantes para la historia (atentos a cierta muerte importante, que tiene miga la cosa). Tenemos entre manos una película con tantas sombras y luces como su propia historia, un filme que, al menos a mí no me cabe ninguna duda, no funcionaría si no fuera por el personaje protagonista y el actor que lo interpreta. Si tuviéramos a otro actor menos llamativo, haciendo de otro personaje menos interesante, esto iría en caída libre desde sus comienzos.

Sarah Gadon, tremendamente desaprovechada


En resumen, "Drácula: La leyenda jamás contada" es lo que es, sus trailers no engañan a pesar de que haya gente que salga del cine como si la hubieran atracado (con esos avances no te puedes esperar un filme de terror; lo siento, no cuela) y las intenciones que lleva la película son bastante claras. Es lo que es, una aproximación diferente al mito, un blockbuster de serie B hecho para disfrutar de unas palomitas y un refresco en el cine, e incluso dura la consabida hora y media para constatar este hecho. ¿Tiene sus fallos? Sí, algunos lo bastante graves como para explicar la división de opiniones que hay con respecto al filme. Sin embargo, y sigo hablando por mí, yo salí muy satisfecho de la sala tras haberlo pasado como un enano viendo a Luke "Drácula" Evans luciendo sus poderes vampiricos como si estuviera en alguna entrega de la saga "Castlevania" o se estuviera entrenando para formar parte de los Vengadores, ¡o para enfrentarse a ellos! La película es lo que es, y echarle la culpa de que no sea lo que algunos quieren, no lleva a ninguna parte. Entretenimiento cinematográfico que cumple con su objetivo. Y sí, algunas veces no hacen falta héroes, sino monstruos. Recordadlo.


Nota: 7,5/10


7 comentarios:

  1. Pues a mí no me gustó absolutamente nada, pero tampoco salí engañada. Sabía que lo que iba a ver no iba a gustarme, de hecho a mitad de película me planteé dejarla de ver pero seguí por inercia. La verdad, que como historiadora, me parece una pena que no hagan una película en condiciones del personaje de Vlad Tepes que (por lo que me cuenta mi pareja que es rumana) es verdaderamente fascinante.

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    1. ¿Entiendo que no la viste en el cine?
      Yo es que, sinceramente, si sé que no me va a gustar una peli, ni me planteo verla, la verdad, que tengo una montaña de pendientes...

      Alguna hay sobre Vlad que intenta mostrar quién era en realidad, pero tengo entendido que son muy flojas. No sé, quizá siempre que se intenta hacer algo así las productoras acaban optando por lo del vampiro para sacar rentabilidad al asunto. Pero sí, molaría tener una película realmente histórica sobre el personaje.

      El de Vlad, claro.

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    2. No, no la ví en el cine. Y la vi por hacer algo, para qué mentir. Cuando vi el tráiler estaba muy entusiasmada pero ya leí varias de las críticas que hicieron (Especialmente la de Blog de Cine) y se me quitaron las ganas. De todas formas la vi porque quería crearme mi propia opinión y he de decir que la primera mitad me gustó más que el final que me pareció un despropósito.

      Y yo creo que sí, que una película histórica sobre Vlad podría ser muy, muy interesante porque el personaje histórico lo es de por sí. Pero como tú dices, los vampiros venden más y el cine hace tiempo que dejó de ser arte.

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    3. Bueno, lo del arte y el cine puede dar para un interesante debate porque puedo estar de acuerdo... a medias.

      En el cine todavía hay sitio para "Birdman" y para "Drácula: La leyenda jamás contada". Si el cine fuera sólo arte, sinceramente, dejaría de ir tanto. Creo que hay que mantener un equilibrio pero sin pasarse.
      Además de que el cine siempre ha tenido mayor peso en el área de entretenimiento (ahí tenemos a Hitchcock).

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  2. Sobre el Dracula historico, hay una interesante historieta, que no he leído, del guionista Robin Wood, que ha hecho interesantes personajes con fondo historico. Y ha hecho personajes como Gilgamesh el inmortal, Pepe Sanchez (parodia de agente secreto), Mark (personaje de un futuro apocaliptico).

    Con respecto a los vampiros, son personajes más interesantes que los zombies, cuyo recurso de "los seres vivos son más peligrosos que los muertos", ha sido usada demasiadas veces.

    Pero los vampiros permiten tantas variantes como la de Buffy-Angel, como los villanos convirtiendose en heroes más valientes y más abnegados que los que nunca fueron villanos.

    He desarrollado una antipatía a Van Helsing y sus colegas. Y una cierta fascinación por los vampiros, tanto que ser convertido por Salma Hayek no me parece una mala alternativa.
    Dracula en la versión de Coppola casi es un heroe, tal vez sean peligrosos los vampiros que crea, pero quien no comete un error. Y además el buen gusto que demuestra con sus tres novias, de las cuales una es Mónica Bellucci. El villano, sin dudas, es Van Helsing.
    Recuerdo que hubo mujeres que se enamoraron de es Dracula/ Gary Oldman. Algo que despertó el fastidio de un conductor de un programa de radio, Heavy Rock & Pop.

    Esta película se parece bastante a una precuela. Y creo que me gustó más que a vos. El personaje es presentado como un heroe, un heroe que ha tenido paciencia, pero que los enemigos cometen el error de no respetar, de buscar insultarlo. Y tiene que recurrir a otro vampiro, que ha sido engañado en un pacto. Vlad no siente miedo. Y termina convirtiendose en alguien parecido, con poderes parecidos a la versión de Dracula 2000.
    La esposa no me parece un personaje menor, está bien que sea una rubia. Es entendible el deseo del protagonista de protegerla, quien no lo desearía. El hijo tal vez no es lo mismo, pero podría ser algo buscado el hecho de que no sea tan heroico como su padre, tal vez no habrá otro como Dracula. Como tampoco son iguales los vampiros que el crea. Y sin spoilers, es heroico lo que Vlad sacrifica.

    El final es compatible con una continuación. Cuando se reclamada su promesa.

    Y reconozco tener una fascinación con las tres novia de Dracula.

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    1. Sí, quizá los zombis dan más para historias algo repetitivas mientras que los vampiros se pueden hacer más cosas. Tienes mucha razón con lo de "los seres vivos son más peligrosos que los muertos" que es algo que se da en muchos productos zombis. Yo creo que a los zombis les falta volver a dar miedo, algo que los vampiros de cuando en cuando recuperan con crecers.

      Hombre, no digo que la esposa sea un personaje menor por ser rubia xD Me parece un personaje menor porque más allá de ser esposa de Vlad... no tiene nada más, o yo no lo veo. Podría haber sido cualquier otra actriz, y no nos hubiéramos dado cuenta.

      Molaría mucho ver una película en esta nueva continuidad de la Universal con Van Helsing de por medio.

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  3. Es cierto que el tema del amor resulta algo...ñoño. Aunque creo que eso se viene dando desde el "Drácula" de Coppola en los 90.

    Eso sí, la historia mola bastante y no digamos ya los efectos especiales.

    ¡Gracias por pasarte, Aide!

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