¿Pensabais que nuestra más nueva y flamante sección se iba a quedar tan sólo con una entrada? Pues de eso nada, y aunque la novedad que presentamos hoy no es que acabe de salir (es más bien de septiembre), os puedo asegurar que no sólo no os dejará indiferente, sino que querréis haceros con ella en cuanto acabéis de leeros estas líneas, si es que no la tenéis ya. Señoras y señores, amiguetes gamers, si novedad jugona que inauguraba esta sección era un videojuego basado en un cómic, "Batman: Arkham Knight", esta vez miramos al mundo del cine para traeros a vuestras consolas y ordenadores a un personaje que lleva pidiendo su propia aventura virtual desde hace mucho, mucho tiempo, aunque la espera ha merecido la pena, ya que esta nueva generación sí que tiene los elementos necesarios para mostrar el mundo en el que se mueve en todo su esplendor. Amantes del cine y los videojuegos, os presento al loco Max Rockatansky, y viene dispuesto a que lo manejéis para adentraros en el Páramo, donde nos esperan mil peligros, ya sea en forma de mortales tormentas de arena, la falta de agua o como las docenas de enemigos armados que hallaremos a nuestro paso.
El mundo del videojuego siempre se ha nutrido del cine, y viceversa. Lo habitual es que ocurra lo primero dado que este universo virtual, en comparación con el cinematográfico, más que joven acaba de nacer, así que es lógico que haya cogido mucho de las reglas que se manejan en el celuloide, de ahí que haya videojuegos que prácticamente parecen películas. Hasta tal punto ha llegado esta "tendencia" que hoy en día es de lo más normal tener entre nuestras manos videojuegos que son mucho más cinematográficos que la mayoría de blockbusters de Hollywood. Tenemos "Max Payne", "God of War", "The last of us", "Silent Hill", "Resident Evil", "Doom 3", "Bioshock", "FEAR", "Half-Life", "Assassin´s Creed", "Dead Space", "Batman: Arkham Asylum", "ZombiU", "Darksiders", "Devil May Cry", "The Evil Within", "Dead Island"... La lista es tan larga que podría dar para un libro entero, y ni siquiera serían todos videojuegos que parecen películas, ya que otros géneros como el de la estrategia también nos han ofrecido experiencias muy cinematográficas a su estilo, por no hablar de los juegos de conducción o esas encantadoras aventuras gráficas. Negar que los videojuegos se han fijado en el cine para darnos vivencias inolvidables (fuera y dentro de las cinematicas que nos ofrecen los títulos mencionados) es convertirse en una pared con la que no se puede debatir.
Sin embargo, al revés también ha ocurrido. Al igual que los videojuegos ha mirado al cine, el cine también ha mirado a los videojuegos, sobre todo a la hora de adaptarlos en películas que han sido aceptadas de manera bastante irregular, con sus altos y sus bajos. Las películas sobre videojuegos no son tan populares ni comunes como las que se basan en cómics o libros, pero ahí están, y abundan cada vez más, especialmente cuando una de ellas tiene éxito; apostaría toda mi nutrida colección de juegos de PC a que si "Warcraft: El origen" se convierte en un taquillazo, vamos a tener una pequeña oleada de adaptaciones muy, muy al estilo blockbuster. Pero, si el cine también se ha fijado en los videojuegos, ¿cuál sería el siguiente paso? Muy sencillo, que los videojuegos se fijen todavía más en el mundo del celuloide, y si el cine es capaz de adaptar videojuegos, el mundillo gamer también puede trasladar al suyo propio algunos filmes dignos de hacernos pasar muy buenos ratos pegados al mando o al teclado y el ratón. ¿Los motivos? Tanto comerciales como artísticos, los mismos que han llevado siempre a los videojuegos a fijarse en el cine o a éste a adaptar los que consideraba oportunos en cada momento. De este modo, los títulos basados en películas (de éxito o no, aunque es más habitual lo primero) han ocupado buena parte de las estanterías de nuestras tiendas durante tantos años que es complicado recordar cuándo empezó todo. También se ha convertido en costumbre que muchas películas tengan su correspondiente videojuego licenciado para acompañar su estreno, aunque la mayoría de las veces no es que sean productos demasiado cuidados.
Podemos contar por cientos (¿quizá miles?) los ejemplos. Ahí tenemos los videojuegos basados en películas comiqueras; desde "Spider-Man" hasta "Green Lantern" pasando por "X-Men 2", "Batman Begins", "El increíble Hulk", "Iron Man 2", "Kick-Ass" y un largo e interminable etcétera. La gracia es que a veces teníamos videojuegos que sí que llegaban al sobresaliente, como ese "Spider-Man 2" para PlayStation 2 o el "The Amazing Spider-Man" más reciente. En ocasiones, más que adaptaciones de las películas nos encontrábamos con secuelas no oficiales que mezclaban elementos de los cómics, lo cual hacía que jugarlos fuera muy, muy divertido, sobre todo si eran productos realizados con esfuerzo y profesionalidad, no simples sacacuartos para acompañar al estreno de turno. Pero no sólo de películas comiqueras viven estas adaptaciones, porque Disney y Dreamworks saben muy bien lo que es sacar videojuegos de sus películas de animación; especialmente buenos eran los basados en las producciones Disney de los 90 como "El rey león" y "Aladdin", magníficos juegos de plataformas. Si no nos centramos en productoras y géneros podemos ampliar la lista con títulos como "Abierto hasta el amanecer", "La jungla de cristal", "Acorralado", "Alien, el octavo pasajero", "Depredador", "Terminator", "Robocop", "La LEGO película", "Viernes 13", "Saw", la saga "Indiana Jones", la trilogía "El Señor de los Anillos", la saga "Harry Potter", "La Cosa", "Pesadilla en Elm Street" y, de nuevo un interminable etcetera repleto de películas que ni siquiera hubierais pensado que se habían trasladado al mundo gamer de mil formas diferentes, ampliando incluso el universo de sus historias con secuelas no oficiales, spin-offs e incluso precuelas. En pocas palabras, el negocio no se ha quedado sólo en simples adaptaciones, lo cual indica un carácter artístico en estos videojuegos que es digno de alabar.
Ahora le toca el turno a "Mad Max" hacernos disfrutar con un mando entre las manos o un teclado con su correspondiente ratón. Lo cierto es que es una película cuyos elementos son perfectos para un buen videojuego, pero no ha sido hasta este 2015, coincidiendo con el estreno de "Mad Max: Furia en la carretera", cuando un estudio se ha decidido a ponernos en la piel de Max el Loco. Aunque también es verdad que ya hubo un videojuego basado en la saga, concretamente en su segunda parte, un producto bastante majo y entretenido que salió para la épica NES, una historia en la que nos podíamos mover por el eterno Páramo mediante nuestro particular coche al mismo tiempo que peleábamos contra las tribus que sólo buscan nuestra gasolina... o la poca vida que nos queda. Era un producto noventero que nunca pasó a la historia, hasta tal punto ignorado que muchos ni lo recuerdan, teniendo este nuevo "Mad Max" como el único videojuego de la saga. Tranquilos, porque a pesar de que parezca un producto licenciado más que aprovecha la salida de la magnífica cuarta entrega de las locas aventuras de Max (aunque muchos hablan de reboot o remake encubierto), "Mad Max" es mucho más, hasta el punto de que algunos ya lo sitúan como una precuela de "Mad Max: Furia en la carretera", con eventos que enlazan con ésta. No, "Mad Max" no es el típico sacacuartos, sino un videojuego que aprovecha al máximo el postapocalíptico universo en el que se mueve Rockatansky.
Curiosamente, aunque el mundo de nuestro particular antihéroe sólo fue trasladado una vez a un videojuego, son muchos los que han tomado "prestadas" varias de sus características. "Borderlands", "Rage", "Fallout" y "Metro 2033" entre muchos otros son algunos de los herederos jugones de la saga "Mad Max", aunque no cabe duda de que "Rage" y la saga "Fallout" beben tanto de ella que prácticamente parecen homenajes o spin-offs; "Fallout", por ejemplo, está repleto de guiños a la trilogía principal de Max el Loco, mientras que "Rage" da la sensación de que se enclava en el mismo Páramo, con batallas entre vehículos y armas construidas mediante herramientas y piezas sueltas, eso sin olvidar a los mutantes y las diferentes tribus con las que nos vamos topando. En conclusión, el legado de "Mad Max" se ha mantenido en bastante buena forma, aunque ya era hora de que se aprovechase su mundo con las nuevas tecnologías. Y vaya que si se ha hecho, porque jugar a "Mad Max" es como meterse de lleno en cualquiera de las cuatro películas, sobre todo en la última estrenada, a pesar de que el diseño de los personajes, si recuerdan a algunos, lo hagan con los de trilogía original (pensad más en Mel Gibson que en Tom Hardy). "Mad Max", el videojuego, es pólvora, gasolina, polvo y sangre, con batallas entre vehículos y brutales peleas cuerpo a cuerpo al más puro estilo a la saga "Arkham" de Batman o "The last of us".
Por supuesto, tenemos todo el Páramo a nuestra disposición, lo que significa que nos iremos moviendo por zonas áridas y desérticas con nuestro característico Interceptor V8, yendo de sección en sección mientras le robamos terreno a Lord Scrotus, el gran villano del videojuego. Por supuesto, no sólo contaremos con nuestros puños para masacrar a los aliados de Scrotus, sino también con las armas y balas que nos iremos encontrando, tan escasas éstas últimas como la comida, el agua y la gasolina, todos elementos necesarios para proseguir en una aventura que no destaca precisamente por su argumento, aunque las películas tampoco lo hacen, ¿verdad? Eso sí, acción tenemos para dar y regalar, así como misiones secundarias que alargan la vida del juego ostensiblemente. Podemos ir directos a las misiones principales, por supuesto, pero además de que eso acabará de forma más rápida con el tiempo de vida del juego, será menos satisfactorio, como siempre suele pasar en estos casos. ¿Mi consejo? Exprimid "Mad Max" al máximo, haced todas las misiones secundarias y creced, creced y creced como los amos del Páramo.
En conclusión, y mientras el videojuego cae en mis manos y puedo traeros la consabida reseña, no dejéis de haceros con uno de esos productos perfectos para gamers, quizá no uno de los mejores títulos de este año, pero por poco. "Mad Max" es de esos videojuegos que a la hora de hacer una lista de los diez mejores del año no entraría... por los pelos. Tiene de todo, sobre todo acción y una ambientación magnífica que nos mete tan de lleno en el mundo de Max que sentiremos que estamos colaborando codo con codo con el protagonista para hacernos con todas las bases de Lord Scrotus. Olvidaos de los puntos flojos como su argumento (aunque hacia el final sube bastantes puntos) o el hecho de que tenga muchas misiones repetidas, y disfrutad de una experiencia cien por cien Max Rockatansky. "Mad Max" es sus películas, con todos sus mismos aciertos y defectos, lo cual quiere decir que en él encontraremos más virtudes que problemas. Es un videojuego que hacía falta tener y que llega en el mejor momento, cuando Max el Loco vuelve a estar cinematográficamente vivo. Así que ya sabéis, coged vuestra escopeta, algo de agua, un par de ratas asadas, montad en vuestro Interceptor V8 y lanzaos al Páramo para convertiros en el definitivo Guerrero de la Carretera. Sólo os costará unas buenas dosis de sudor y sangre. Nadie dijo que fuera fácil.
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