martes, 10 de julio de 2018

Novedades jugonas: Dragon Ball Fighter Z


Hay que reconocer el gran partido que se le ha sacado al universo de Son Goku y compañía en el mundo gamer. No es de extrañar si tenemos en cuenta la temática de "Dragon Ball" (o "Bola de Dragón", como nos llegó a España, aunque siempre se ha conocido al manga-anime más con su título en inglés, incluso en territorio nacional), los conceptos que maneja, la espectacularidad de sus combates, la gran multitud de personajes que desfilan por su historia y los géneros que más se adecuan a lo que nos ofrece tanto el manga como el anime, sin olvidar los OVAs, o en otras palabras, las películas más o menos canónicas que fueron saliendo a raíz del éxito de la historia principal. ¿Qué nos presentaba ésta? Nada más y nada menos que el encuentro entre el pequeño Son Goku y Bulma, el primero, un chico tan inocente como poderoso, curtido en las artes marciales por su difunto abuelo, capaz de enfrentarse a cualquier peligro y poseedor de una cola de mono que le diferenciaba del resto de la humanidad, a la que no tuvo el gusto de conocer hasta hacerse amigo de la mencionada Bulma, hija de un famoso, popular, querido y millonario inventor creador de, entre otras cosas, las útiles capsulas Hoi-Poi, que pueden contener desde vehículos hasta pequeñas casas en su interior. Bulma, arisca, arrogante y egocéntrica, en un principio, da con Goku debido a que busca las siete mágicas bolas de dragón, las cuales, cuenta la leyenda sirven para convocar a un dragón que concede al poseedor de las esferas cualquier deseo, aunque sólo uno. Son Goku tiene una de las bolas, Bulma la quiere, así que consigue que la acompañe, lo que será el comienzo de una larga y fantástica aventura que hoy todavía continúa en la nueva serie "Dragon Ball Super", que lleva siendo todo un éxito los últimos años, tras un inicio titubeante que tuvo como prólogo incluso décadas sin apenas novedades alrededor de nuevos proyectos de manga-anime alrededor de Son Goku, Vegeta, Piccolo, Son Gohan y compañía.

La primera etapa de "Dragon Ball", la que va desde el primer capítulo hasta el encuentro de Son Goku con su primer Guerrero del Espacio (los llamados saiyajins, o saiyans) con la identidad de su hermano Raditz, suele ser señalada como la mejor de todas por su imaginación, humor y desenfado, entre otras características, algo bastante cierto si tenemos en cuenta que su creador, Akira Toriyama (Dr. Slump) aún no estaba mortalmente agotado por el éxito que viviría la serie conforme avanzaba, llegando a verse obligado a continuarla incluso cuando no quería, hasta el punto de que en los 90 nacería "Dragon Ball GT", continuación directa de "Dragon Ball Z", que sólo contaba con Toriyama como consultor y diseñador muy, muy alejado del proyecto, es decir, más allá de su sello, en poco más intervendría en una historia que no es ni mucho menos tan mala como se dice, consiguiendo toda una legión de fans con el paso de los años. Pese a lo grandiosa y perfecta que es "Dragon Ball", toda la etapa de la infancia y juventud de Son Goku apenas si ha sido aprovechada en los videojuegos como su etapa como adulto y padre de familia, es decir, la conocida como "Dragon Ball Z", donde la aventura se transformaba en luchas, luchas y más luchas entre personajes cada vez más poderosos, desapareciendo el humor casi por completo, siendo sustituido por tramas cada vez más serias y dramáticas, algo que se ha querido equilibrar en "Dragon Ball Super", lograndolo en muchos momentos, y quedando bastante desdibujado en otros, ocasionando así escenas bastante ridículas, pero que nos recordaban a las de aquella maravillosa primera etapa de la serie donde el pequeño Goku se atrevía a tocarle la entrepierna a todo bicho viviente para comprobar si era hombre o mujer. Por el contrario, "Dragon Ball Z" ha sido tan aprovechada en las consolas y ordenadores del mundo que resulta raro cuando una generación no recibe unos cuatro o cinco títulos donde el género de lucha es el poderoso protagonista. Y nunca mejor dicho.

Es normal. Si nos fijamos, todos los videojuegos de lucha de "Dragon Ball" se centran, precisamente, en la historia a partir de la llegada de Raditz, cuando comenzaron las muertes cada pocos capítulos, los combates cada vez más duros y largos, las transformaciones y esas peleas que destrozaban planetas enteros, antes de pasar a ser luchas por toda la galaxia, como hemos visto en muchos de los últimos episodios de "Dragon Ball Super". Eso no quiere decir que la primera etapa del manga-anime no haya sido material perfecto para los gamers, pero también es cierto que se ha usado más bien para videojuegos de cartas, de rol, aventuras y plataformas. Uno de los últimos, y más entretenidos, fue "Dragon Ball: Revenge of King Piccolo", exclusivo de Nintendo Wii, donde sólo manejábamos al pequeño Son Goku durante, la mayoría del tiempo, la saga del Ejército de la Cinta Roja, siendo el gran colofón de la obra la saga con Piccolo senior de villano, justo la penúltima antes de llegar a "Dragon Ball Z". Más tarde, tanto en la serie animada como en las viñetas, descubríamos a un Son Goku adolescente, ya crecido, más alto que la mayoría de sus compañeros y de vuelta al Gran Torneo Mundial de Artes Marciales, donde se enfrentaba con Piccolo Jr., sí, el que luego se convirtió en uno de sus mejores amigos. Ese torneo no sólo fue épico a nivel de combates, espectacularidad y acción, sino porque significaba el cruce de lo que sería "Dragon Ball Z" y lo que era "Dragon Ball", además de suponer el "final" de ésta y, al fin, la confirmación de que Goku ganaba el torneo, convirtiéndose en la persona más fuerte de la Tierra. A partir de ahí, entrabamos en la etapa Z de la historia, donde el protagonista descubría su origen extraterrestre, derrotaba al aniquilador de su raza, luchaba contra sombras de su pasado en forma del regreso del Ejército de la Cinta Roja (la saga de los androides) y, finalmente, llegaba el monstruo Bu, el villano definitivo, capaz de destruir la Tierra sin mucho esfuerzo, terror de todo el universo y el enemigo que consiguió que, después de todo, Goku y Vegeta se volvieran no sólo aliados, sino también amigos, transformando al segundo en un gran personaje (y eso que ya lo era) capaz de comerse a Son Goku con patatas en carisma y protagonizar él mismo su propia serie.

Vale. Ahí no terminó todo. Tenemos las películas de "Dragon Ball", las cuales, precisamente, van desde la primera etapa hasta la Z, considerándose algunos incluso canónicas, no sólo por la importancia de lo que cuentan, sino por personajes, aliados y villanos, que calaron tanto en los fans que es raro que falten en algún videojuego basado en "Dragon Ball". Curiosamente, los primeros filmes eran variaciones bastante curiosas de las historias de la serie principal, como por ejemplo, de los primeros capítulos donde Goku y Bulma se unen para encontrar las bolas de dragón, del primer Torneo de Artes Marciales con Krilín ya de por medio y de la saga del Ejército de la Cinta Roja. Poco a poco, y conforme avanzaba la historia original, las películas fueron cambiando, y aunque presentaban eventos alternativos a los que ya conocíamos (por ejemplo, Goku no se transformaba en super saiyajin al contemplar el asesinato de Krilín a manos de Freezer en el planeta Namek), poco a poco, lo que se nos contaba podía ser encajado de maneras sencillas en la trama original. Aun así, eso tampoco fue un impedimento a la hora de que, como decía anteriormente, algunos aliados y villanos de estas películas fueran usados de mil y una diversas formas, en especial, en los videojuegos; desde el popular Broly hasta el curioso Turles, con un gran parecido físico a Goku, pasando por Garlick Jr., quien se asemejaba también bastante a Piccolo, Cooler, el hermano de Freezer, e incluso los androides previos a los que conocimos en la saga que finalizaba con el espectacular enfrentamiento final contra Célula. Precisamente, en uno de estos filmes descubríamos, por ejemplo, la fusión entre Goku y Vegeta, Gogeta, por medio de la técnica que el primero les enseña en la serie principal a Trunks y a Goten, así como el pasado del padre de Goku, la destrucción del planeta Vegeta por parte de Freezer y el futuro de que venía Trunks para avisarles de la llegada de los androides, historias éstas que sí son consideradas canónicas. Sin ir más lejos, el regreso por todo lo alto de la historia principal tuvo lugar en dos películas: "La batalla de los dioses" y "La resurrección de F". Ambas fueron adaptadas a la serie de "Dragon Ball Super", siendo mejor desarrolladas durante intensos capítulos que fueron el prólogo perfecto para los episodios inéditos, todos enclavados tras la victoria sobre el monstruo Bu, pero no justo después del final de "Dragon Ball Z", rumoreándose que tarde o temprano todo conectará con "Dragon Ball GT", serie que también se ha usado bastante en videojuegos, tanto sus secundarios, como las brutales transformaciones aparecidas en ella y, por supuesto, los villanos que tan difíciles les pusieron las cosas a los nuevos guerreros Z. Y eso sin olvidar la gran cantidad de historias paralelas, personajes alternativos y líneas temporales diferentes a las originales que pululan por la ingente cantidad de títulos gamer que pueblan las consolas y los ordenadores de todo el planeta.

Tengamos en cuenta que "Dragon Ball" es un manga-anime que nació a principios de los 80, concretamente, y si no me fallan las cuentas, en 1984, apareciendo en 1986, solamente dos años después, el primer videojuego oficial de las aventuras de Son Goku y compañía. Imaginaos el bombazo que tuvo que suponer para el mundo, en especial para tierras niponas, la aparición de las Bolas de Dragón, para tener, dos años más tarde, su propio videojuego, justo el mismo año en el que apareció el anime. Como ocurrió tanto con el manga como con el anime, Goku y sus amigos tardaron en ver la luz en formato gamer, siendo los 90 la década en la que, junto al boom del manga-anime, explotó por casi todo el planeta la fiebre de "Dragon Ball". Por entonces, la fama de los videojuegos estaba más que contrastada en Japón, hasta el punto de que no había año en el que no saliera un título para la consola del momento, sin olvidar otros sistemas electrónicos similares, logrando que "Dragon Ball" posea a día de hoy un extenso catálogo de videojuegos del que no nos han llegado muchos, en especial, de los primeros títulos aparecidos. Prácticamente, ninguna consola se ha quedado sin su título de "Dragon Ball", e incluso los ordenadores han ido recibiendo algunas obras, sobre todo, en los últimos años, cuando las nuevas generaciones de procesadores han dado como resultado videojuegos de la obra de Toriyama tan parecidos al anime que cuesta diferencia los unos del otro, lo cual es genial en todos los sentidos, razón por la que ya apenas se usan términos como juego de lucha para "Dragon Ball", sino más bien el de simulación de "Dragon Ball". Con esto ya podemos hacernos una idea de cómo ha evolucionado el lado gamer de la supuestamente interminable saga de Son Goku, Krilín, Piccolo, Vegeta y demás. Por supuesto, no siempre ha sido así, y podríamos dividir este avance con los títulos surgidos antes y después de la aparición de PlayStation, la máquina que lo cambió todo en el terreno de las consolas, o al menos, la que dio el siguiente paso hacia delante.

"Dragon Ball Z: Hyper Dimension" y "Dragon Ball Z: Ultimate Battle 22" fueron los dos últimos y grandes videojuegos de "Dragon Ball" que vieron la luz con una estética como la de "Street Fighter" antes de que los gráficos en tres dimensiones se hicieran con la saga. El primero salió para Super Nintendo, quien vio bastantes títulos de la saga, mientras que el segundo fue directo para PlayStation, y ambos fueron lanzados cuando todavía la serie original continuaba emitiendose, finalizando no mucho después, y apareciendo entonces "Dragon Ball GT", que al no ser canónica, sólo se ha incluido de vez en cuando en algunos videojuegos, siendo distinto el caso de las historias previas, lo que ha ocasionado, con el tiempo, que muchos fans se quejen de la repetición del modo historia en los diversos títulos que han ido surgiendo. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en el más que correcto "Dragon Ball Z: Burst Limit", la primera obra gamer de la saga para PlayStation 3, que sólo comprendía las sagas de los saiyains, la de Freezer y la de Célula, más un par de historias extra, algo que se quedaba corto si tenemos en cuenta que "Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3" no sólo contenía a prácticamente todos, y cuando digo todos es todos, los personajes de "Dragon Ball", incluso desde su primera etapa (también la Arale de "Dr. Slump"), sino también todo "Dragon Ball", "Dragon Ball Z", "Dragon Ball GT" al completo y casi todos los OVAs, además de un buen puñado de historias alternativas creadas expresamente para la ocasión, siendo, hasta el momento, el mejor título gamer de "Dragon Ball", y sí, también en jugabilidad. Aunque hay que reconocer que "Dragon Ball Fighter Z" ha venido a disputarle el puesto con muy buenos argumentos, con un cambio de rumbo bastante interesante y con una dinámica que te hace sumergirte en la serie como nunca antes, y se dice pronto si tenemos en cuenta que títulos como muchos de los nombrados, y no digamos ya los lanzados en la generación de la alta definición, nos metían de lleno en el anime. Y en la mejor de las resoluciones.

El correcto "Dragon Ball GT: Final Bout", aparecido en PlayStation y el único título protagonizado casi en su totalidad por la tan criticada saga de los 90, nos enseñó que los gráficos 3D le sentaban de lujo a Son Goku y compañía, y no sólo para las dinámicas de los combates, sino para darnos unos gráficos que parecían estar coloreados, como salidos del mismo anime. Recordemos las peleas típicas de "Dragon Ball", sobre todo, las relacionadas con "Dragon Ball Z", y comprobaremos que un buen videojuego basado en la obra de Toriyama poco tendría que ver con títulos de lucha tan famosos como "Street Fighter" y "Mortal Kombat", por más que el género fuera el mismo. Los personajes de "Dragon Ball" recargan y aumentan su energía durante el combate, vuelan, disparan puñetazos y patadas a velocidad supersónica, se teletransportan, se transforman para conseguir más poder, lanzan proyecciones de energía capaces de convertir en desiertos cualquier escenario cuando no destruyen directamente el planeta entero, contraatacan los ataques de sus enemigos con una brutalidad salvaje y, entre muchas otras actuaciones, habría que reseñar la espectacularidad de la que siempre han hecho gala los combates de "Dragon Ball". Y aunque el "Final Bout" era un buen comienzo, hasta que no surgieron las consolas de nueva generación, con PlayStation 2 a la cabeza, ni se pudo copiar casi al dedillo esa dinámica, ni tampoco los gráficos "cartoon" del anime. "Dragon Ball GT: Final Bout" fue el ejemplo perfecto de que el camino estaba iniciado pero que había todavía mucho que pulir, aunque, con el tiempo, se han ido echando de menos los gráficos de los primeros "Dragon Ball" de lucha, intentándose unir ambos conceptos, como demostró el más que aceptable "Super Dragon Ball Z", también para PlayStation 2, un rara avis que unía las dinámicas de "Street Fighter" con las de "Dragon Ball", dando resultados bastante curiosos, en el mejor de los sentidos. En pocas palabras, ahí tuvimos el prólogo de "Dragon Ball Fighter Z", uno de los que bien podrían ser considerados como videojuegos definitivos de la saga.

Salido a principios del presente año, este nuevo "Dragon Ball" para gamers y equipos de nueva generación, prometía mucho con los primeros vídeos y, meses después, con la ventaja de estar escribiendo esta entrada cuando el videojuego ha sido más que degustado por profesionales, críticos y usuarios, hay que reconocer no sólo lo espectacular que es, sino que no acaba de ser el título definitivo de "Dragon Ball" porque ya existe "Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3", pero me da que una segunda parte, con más personajes, escenarios, historias y opciones, acabaría por sustituirle sin ningún problema. Lo que tenemos en este videojuego es, en pocas palabras, la fusión (nunca mejor dicho, dado el material que tenemos entre manos) perfecta entre los "Dragon Ball" desde PlayStation 2 y todos los que vinieron antes, tanto en estilo, tono, dinámica, modos de lucha, espectacularidad y gráficos, por supuesto, situados esto en un nivel bastante alto. Sin ser este título el primero que aparece en PlayStation 4, hay que reconocer que es el que mejor aprovecha todas las posibilidades de la consola, ofreciéndonos escenas, peleas, momentos y enfrentamientos que logran que el concepto de "emulador de Dragon Ball" no sólo tenga sentido, sino que sea una realidad palpable que va más allá de lo que un fan de la saga podría haberse imaginado nunca. Y ojo, que no estamos ante una repetición de la saga "Budokai" o "Tenkaichi", sino que toma otro camino, con enfrentamientos muy a ras del suelo, más típicos de "Street Fighter" o de un supervitaminado "Marvel vs Capcom" (lo de contar con tres personajes durante la batalla, y poder sacarlos o esconderlos según convenga, nos recordará de inmediato a esta famosa saga de juegos de lucha), que de todas las obras gamer que hemos visto con anterioridad basadas en "Dragon Ball". Es curioso como "Dragon Ball Fighter Z" es lo que en realidad debió ser "Marvel vs. Capcom: Infinite", salido el pasado 2017, y que a pesar de no ser un mal juego, fue algo decepcionante teniendo en cuenta sus grandiosos antecedentes.

Por supuesto, otro de los grandes valores de "Dragon Ball Fighter Z" es su modernidad con respecto a la historia de "Dragon Ball". A estas alturas, el videojuego no sólo nos vuelve a sumergir en las consabidas sagas de los saiyans, Freezer, androides, Célula y el monstruo Bu, sino que va más allá, adentrándose en los conceptos concebidos por "Dragon Ball Super", sin olvidar algunas historias alternativas, echándose de menos en este genial estilo de juego un regreso al pasado, a la primera etapa, al "Dragon Ball" clásico, y por supuesto, a "Dragon Ball GT". Sin embargo, uno no puede más que sospechar que se han dejado lo mejor para una segunda entrega, y ¿quizás una tercera? Cuando uno termina "Dragon Ball Fighter Z" le queda la sensación de que esto es tan sólo el principio, como al finalizar "Dragon Ball Z: Budokai 3" o el primer "Tenkaichi", sintiendo que de muchas teclas que se han ido tocando a la hora de adaptar la obra de Toriyama al universo gamer, al fin, se ha dado con la adecuada, siendo la primera de toda una sintonía que continuará con varias entregas más. Todo indica que éste es el caso, y no sólo por el gran éxito de crítica y público que se ha llevado un título que esperábamos muchos desde hace diez años, que se dice pronto (pese a las grandes entregas de "Dragon Ball" que nos ha dado PlayStation 3), sino por el hecho de que ha tocado toda consola grande, incluso ordenadores, lo cual no suele ser demasiado habitual. Jugar a "Dragon Ball Fighter Z" es ser protagonista de la mismísima serie de "Dragon Ball", participando en espectaculares combates que más que parecer diseñados dan la sensación de haber sido dibujados. Una de las mejores experiencias gamer que puede vivir un aficionado hoy día. Tanto en el género de lucha como en cualquier otro. Oro puro. Una joya. Una "pequeña" obra maestra. Y, ante todo, una carta de amor tanto a "Dragon Ball" como a los que somos fans de su leyenda desde hace décadas. Imprescindible.


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