miércoles, 24 de septiembre de 2014

Reseñas jugonas: Dragon Ball: Revenge of King Piccolo


Ficha Técnica

Desarrolladora: Namco Bandai Games
Distribuidora: Namco Bandai Partners Ibérica
Género: Acción, aventuras, plataformas, lucha
Plataforma: Wii
Año: 2009


Sinopsis:
Son Goku es un joven luchador un tanto extraño: viaja en un nube mágica, su mejor arma es un bastón que se alarga a voluntad y tiene cola. Tras participar en el Gran Torneo de las Artes Marciales, Goku inicia la segunda búsqueda de las Bolas de Dragón, siete esferas muy especiales que, al juntarse, despiertan al dragón Shenron, quien concede un deseo a aquel que haya reunido las bolas mágicas. Sin embargo, y aunque Goku cuenta con algunos buenos amigos, deberá superar el mayor reto de su vida cuando descubra que el mortal Ejército de la Cinta Roja también busca las Bolas de Dragón para dominar el mundo. A pesar de la gran amenaza que supone este grupo de criminales y villanos, no son nada comparados con el Rey Piccolo, un demonio que, muchos años atrás, llenó el mundo de tinieblas y muerte, y que, gracias a las esferas, pretende recuperar su juventud para gobernar el mundo si nadie lo detiene. ¿Será Son Goku la persona que detendrá a Piccolo y sus diabólicos sirvientes?


Reseña:
Supongo que a estas alturas no habrá nadie que no sepa qué es "Dragon Ball", que nos llegó a España como "Bola de Dragón", primero en un exitoso manga y, poco después, en un no menos exitoso anime. Sin embargo, como siempre puede haber algún despistado por ahí o, simplemente, alguien nuevo en este mundillo friki de videojuegos, manga y anime, hagamos un poco de memoria y recordemos cómo empezó todo o, lo que es lo mismo, el inicio de la búsqueda de las bolas mágicas por parte de un inocente niño llamado Son Goku acompañado por una niña rica algo descarada llamada Bulma, junto a la que vivirá mil aventuras hasta el punto de convertirse prácticamente en un dios.

"Bola de Dragón", "Dragon Ball" a partir de ahora, nació de la imaginación de Akira Toriyama (Dr. Slump), quien ya traía en su curriculum algún que otro éxito, sobre todo referido al sentido del humor que impregnaba en sus obras, alocado, repleto de animales antropomórficos, aventuras, acción y muy gamberro, con personajes tan estrafalarios y caricaturescos como entrañables. Para crear "Dragon Ball", Akira Toriyama se basó en la leyenda china de Sun Wukong, o lo que es lo mismo, el Rey Mono, un personaje con múltiples poderes y un bastón mágico del que Toriyama cogió muchas de sus características para crear a Son Goku, el principal protagonista de "Dragon Ball", un niño sin padres, criado en las montañas por su abuelo, muerto años antes de que comience la historia, y que no sólo posee una gran fuerza y dominio de las artes marciales, sino también una tremenda inocencia y una cola de mono.

¡El regreso de las aventuras más clásicas de Son Goku!


La historia comienza cuando Son Goku, que venera a una extraña bola mágica con cuatro estrellas naranja en su interior, es encontrado por Bulma, hija de un famoso inventor, una joven algo repelente, un poco arisca y que pretende reunir las siete bolas mágicas las cuales, según una antigua leyenda, conceden un deseo, por medio del dragón Shenron, a quien las encuentre. De este modo, Bulma, que ya cuenta con alguna bola de dragón, se une a Goku, quien no conoce nada del mundo exterior, sólo los bosques, las montañas y la humilde vida que le dio su abuelo Son Gohan, un maestro de las artes marciales entrenado nada más y nada menos que por el Maestro Tortuga, también conocido como Tortuga Duende o Mutenroshi. Bulma, en principio, sólo quiere la bola de dragón de Goku y aprovecharse de sus habilidades para que éste la defienda, pero poco a poco, conforme avancen en su aventura, se harán grandes amigos.

Así empieza la mejor etapa de la serie de "Dragon Ball", repleta de aventuras, comedia, acción, imaginación, grandes valores y estupendos personajes. De este modo, Goku y Bulma unen a su búsqueda a amigos que primero son enemigos como Ulong, un cerdo antropomórfico que es capaz de convertirse en cualquier cosa durante un tiempo limitado, y otros más ordinarios como Yamsha, un gran luchador al que conocen siendo un bandido. También se enfrentarán a enemigos como Pilaf y sus esbirros, e incluso conocerán a Mutenroshi, y Goku se topará con su futura mujer, Chichi. Tras reunir las bolas mágicas, que acabó con un giro imprevisto en el deseo solicitado, Son Goku acudió a entrenarse con el Maestro Tortuga en su isla, donde conoció a Krilín, su mejor amigo desde entonces. Juntos participaron en el Gran Torneo de las Artes Marciales, en el cual conocerían a grandes rivales cada vez que volvían entre búsqueda y búsqueda de las bolas de dragón.

Durante la segunda búsqueda de las esferas, Goku y sus amigos se enfrentaron al poderoso Ejército de la Cinta Roja y sus generales y asesinos, a los que terminaron derrotando. Poco después llegó el segundo Gran Torneo de las Artes Marciales en el que participa Son Goku, tras el cual todo cambió, ya que Krilín fue asesinado por uno de los esbirros del Rey Piccolo, un demonio con siglos de antigüedad que fue encerrado por el maestro de Mutenroshi cuando sumió a la Tierra en una época de horror y muerte. Son Goku a duras penas logra vencerlo, pero consigue hacerlo tras despertar su poder oculto; poco después, va a entrenar nada más y nada menos que con Dios, en realidad, la parte buena de Piccolo, que informa a Goku que el hijo de su gran enemigo desea venganza por la muerte de su padre. Dicho combate se libra en el siguiente Gran Torneo de las Artes Marciales, donde el último enfrentamiento es contra Piccolo Jr. y Son Goku, combate que acaba ganando éste último, salvando al planeta de la venganza de su enemigo.

El Rey Piccolo, gran villano de la historia


A partir de entonces, entramos en "Dragon Ball Z" donde la historia cambiaba bastante. Se dejó de lado la búsqueda de las bolas de dragón, que acabaron convirtiendo en algo secundario, sobre todo a partir de la aparición de los androides y Célula, porque en la saga de los saiyajins, donde conocíamos el origen extraterrestres de Goku, los enemigos de los protectores de la Tierra se desvivían por conseguirlas; desde Vegeta, príncipe de los saiyajins y uno de los mayores rivales de Son Goku (curiosamente más tarde, uno de sus mejores amigos y aliados), hasta Freezer, emperador del universo, y el ser que destruyó el planeta natal de Son Goku, el planeta Vegeta, matando al padre de Goku, quien murió con la visión de su hijo acabando con Freezer. Esta etapa de la historia, donde Goku y sus aliados se enfrentaban a otros rivales de gran poder como los androides del Dr. Guero del Ejército de la Cinta Roja, Célula y el poderoso monstruo Bu, se caracteriza por los combates, por la acción y porque los personajes eran cada vez más fuertes, sobre todo los saiyajins, que se iban transformando conforme iban aumentando en poder. Ahí nació el llamado Super Saijayin, con su característico pelo amarillo de punta y sus diferentes niveles de poder, una cualidad que primero alcanzó Son Goku cuando Freezer mató a Krilín en el planeta Namek, de donde era originario Piccolo.

De las simpáticas y divertidas aventuras de "Dragon Ball" a las peleas interminables donde los personajes eran capaces de destruir planetas de "Dragon Ball Z". Es cierto que ésta es muy, muy buena, pero Toriyama perdió la frescura por el camino y, para muchos, ya no era lo mismo, a pesar de ser una etapa bastante buena, una evolución natural de lo que se nos había ido contando, con Son Goku y los demás protagonistas creciendo en todos los aspectos, e incluso teniendo hijos y nietos por el camino, es decir, una vida real. "Dragon Ball Z" encontró su fin oficial cuando Goku se iba con la reencarnación de uno de sus peores enemigos para convertirlo en el siguiente protector de la Tierra. Ahí terminó el manga, y ahí terminó el anime, bastante fiel al material original, aunque incluyendo algunos capítulos de relleno bastante majos. Sin embargo, las aventuras de Goku no terminaron ahí, porque justo después llegó "Dragon Ball GT".

Un buen Kame Hame Ha no puede faltar


Esta nueva etapa no venía precedida de manga alguno, sino que era material nuevo en forma de anime, supervisado por Toriyama pero no creado por este en prácticamente ningún sentido. "Dragon Ball GT", bastante criticada por cierto, estuvo siempre pensada para volver a los orígenes de la serie, donde la aventura alrededor de la búsqueda de las bolas de dragón era una de las grandes protagonistas. De este modo, por medio de un mal deseo de Pilaf mediante unas extrañas bolas de dragón, Goku vuelve a ser un niño que debe, junto a su nieta y el hijo de Vegeta y Bulma, recuperarlas por todo el espacio, un búsqueda muy parecida a las primeras de "Dragon Ball". Curiosamente, esta nueva etapa de la serie, que no duró tanto como las demás, acabó convirtiéndose en algo más parecido a "Dragon Ball Z", cuando Son Goku comenzó a alcanzar grandes niveles de poder cuando sus enemigos comenzaron a ser cada vez más fuertes, incluyendo entre ellos a los dragones malvados surgidos de las bolas de dragón originales. En pocas palabras, "Dragon Ball GT" fue una fusión de las dos etapas anteriores que trataba de mantener con vida la leyenda de Son Goku y su eterna lucha por mantener a salvo la Tierra.

Por supuesto, surgieron multitud de OVAs, o películas basadas en la historia original. A veces, simplemente la reinterpretaban, sobre todo los filmes basados en "Dragon Ball", mientras que aquellos basados en "Dragon Ball Z", muchos más numerosos, incluso llegaron a contar en la continuidad oficial, al menos, unos cuantos de ellos, con villanos tan épicos y poderosos como Garlick Jr. y Broly, el auténtico Super Saiyajin legendario. Precisamente, ha sido una película en animación de "Dragon Ball" la que no sólo ha resucitado el fenómeno que explotó en los 80 y, sobre todo, los 90, sino la que ha devuelto a Akira Toriyama a su obra más conocida. Estoy hablando de "La batalla de los dioses", película que hasta se ha estrenado en cines españoles. Y es que, pese a que "Dragon Ball" vivió hace años un boom enorme, en los últimos años esta explosión ha descendido, pero no apagándose, ni mucho menos.

No sólo por los remakes de "Dragon Ball Z" que se han ido publicando en anime, ni tampoco sólo por las docenas de reediciones del manga original, sino por la cantidad de merchandising que la obra de Toriyama ha creado durante todos estos años. Desde cromos, hasta juegos de mesa, pasando por ropa, disfraces, figuras, miniaturas, objetos para cocinar, adornos de todo tipo, novelas, fan-fictions, parodias en formato de cómic, homenajes de todo tipo y, sí, videojuegos. Porque si hay un tipo de ocio que ha sabido aprovechar el auge de las bolas de dragón ese ha sido el referido al mundo de los videojuegos, donde han salido tantos como películas de animación... e incluso más, muchos más. Y no sólo de lucha uno contra uno, sino de todo tipo, y uno de los mejores ejemplos es "Dragon Ball: Revenge of King Piccolo", un juego repleto de aventuras, de plataformas, de villanos finales y, sí, por supuesto de lucha. Un videojuego que coge "Dragon Ball", en concreto, las sagas del Ejército de la Cinta Roja, el segundo Gran Torneo de las Artes Marciales donde participan Goku y sus amigos y, finalmente, la llegada del Rey Piccolo.

Son Goku también se deberá a enfrentar a peligrosas trampas


Videojuegos sobre "Dragon Ball" siempre ha habido, la verdad. Quizás el más famoso sea ese de lucha que salió para Mega Drive y donde, con unos gráficos muy cercanos a los "Street Fighter" teníamos que enfrentarnos a la saga de los saiyajins y la de Célula, eligiendo a un buen montón de personajes característicos de la serie, cada uno con sus técnicas personalizadas (una gozada realizar el Disco Infernal de Krilín, por ejemplo), capaces todos de volar, lo cual le daba una espectacularidad al producto que nadie esperaba. Famosas son ya esas pantallas partidas donde nos enfrentábamos al enemigo desde la distancia lanzandole bolas de energía o, en el mejor de los casos, un destructivo Kame Hame Ha. Hoy día, este videojuego sigue siendo uno de los más valorados por los fans, y uno de esos que no deben faltar en la colección del buen jugón consolero. Llegaron otros después a modo de secuelas que nos presentaban más sagas de "Dragon Ball Z", con los personajes de la historia del Monstruo Bu por ahí metidos, con gráficos muy parecidos, pero no sería hasta "Dragon Ball: Final Bout" que tendríamos lo más cercano a los videojuegos de lucha de la historia de Toriyama a los que nos hemos acostumbrados en los últimos años.

"Dragon Final: Final Bout", hoy bastante criticado de forma muy injusta, daba un paso adelante en cuanto al argumento y nos presentaba partes de "Dragon Ball GT", con protagonistas y villanos sacados directamente de esa etapa. Era un juego exclusivo para PlayStation, la primera, y además, venía con unos animados gráficos en tres dimensiones acompañados por uno de los mejores openings de un videojuego basado en las aventuras de Son Goku. Aunque el producto no alcanzó la fama de los anteriores, supuso la primera piedra para que PlayStation 2 nos trajera la saga de lucha más famosa basada en "Dragon Ball", es decir, "Dragon Ball: Budodaki", donde veríamos resucitar a la saga en forma de juegos de lucha de muy alta calidad. Los dos primeros "Budaki" no sólo nos invitaban a conocer la nueva forma de jugar a las aventuras de las bolas de dragón, sino que además incorporaron gráficos cel-shading para que se parecieran más al anime, algo que conseguían casi a la perfección. Pero, sin duda, fue "Dragon Ball: Budaki 3" quien rompió todos los esquemas, siendo considerado uno de los mejores juegos basados en el anime/manga y uno de los mejores juegos de lucha que podemos encontrar en la actualidad, una auténtica bestia parda para PlayStation 2 que incluía un enorme argumento que añadía incluso historias de OVAs de "Dragon Ball", retazos de "Dragon Ball GT" y hasta universos alternativas, sin dejar de lado "Dragon Ball", aunque lo tocaba poquito porque, después de todo, al final se centraba, como en la mayoría de juegos de lucha de la saga, en "Dragon Ball Z".

Viviremos el regreso de viejos conocidos


Pese a que con "Dragon Ball: Budokai 3" daba la impresión de que se había tocado techo con respecto a los juegos de lucha de Son Goku y compañía, nos equivocábamos. No hablo de los excelentes "Super Dragon Ball Z" y "Dragon Ball Z: Infinite World", sino de esa joyita que es la trilogía "Dragon Ball: Budokai Tenkaichi", sobre todo, la obra maestra que es su tercera parte, que también salió para Nintendo Wii, pero que salieron principalmente para PlayStation 2, exprimiéndola al completo. Los gráficos no sólo eran mejores que la saga "Budokai", sino que seguían siendo tan parecidos al anime que parecía que estábamos jugando mientras veíamos sus episodios, porque las opciones de lucha y escenarios aumentaron hasta niveles inconcebibles en ese momento, haciendonos llegar la auténtica emoción que podíamos vivir con la serie. Además, la tercera entrega, una obra maestra y el mejor juego sobre las bolas de dragón que podamos encontrar, al menos si hablamos de juegos de lucha, nos traía argumentos que iban desde "Dragon Ball" hasta "Dragon Ball GT", con docenas de historias alternativas, OVAs, pruebas que alargaban su rejugabilidad, el mayor plantel de personajes que podamos encontrar  (¡podíamos jugar hasta con Arale!), curiosidades, etc, etc. Es decir, un juego dificil de superar, algo que se ha intentado en las consolas de nueva generación con el "Dragon Ball Z: Ultimate Tenkaichi", los dos "Dragon Ball: Raging Blast" y el más nuevo "Dragon Ball Z: Battle of Z", éste último con personajes sacados directamente de la última película de animación. Aun así, todos esos juegos sólo han logrado quedar por debajo de "Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3", salvo en los gráficos donde la alta definición ha logrado resultados realmente espectaculares.

Si os habéis fijado, os he estado hablando de videojuegos de lucha de "Dragon Ball" basados, además, en sus etapas más combativas, que daban, y bastante por lo que hemos podido comprobar, para cientos de videojuegos de lucha. ¿Eso quiere decir que no hemos tenido otra clase de videojuegos? Todo lo contrario, pero no han sido tan numerosos, lo que ha hecho que, la mayor parte de ellos, hayan sido más cuidados y atesoren una calidad bastante alta. Muchos de ellos son juegos de rol o de acción en tercera persona y, entre ellos, podríamos destacar los dos "Dragon Ball: Origins" para Nintendo DS, y los dos anteriores "Dragon Ball Z: The legacy of Goku" para Game Boy Advance. Como veis con estos pequeños ejemplos, suelen ser videojuegos para consolas portátiles y basados en la etapa clásica de "Dragon Ball". El que hoy reseño cumple esto último, pero se atreve a ir a por una de las de sobremesa, saltándose la norma no escrita de que este tipo de consolas sólo pueden tener videojuegos de lucha de "Dragon Ball". Después de todo este repaso vamos a hablar, al fin, del notable "Dragon Ball: Revenge of King Piccolo".

Contaremos con algunos aliados en nuestra aventura


Supongo que el título del juego ya lo dice todo, ¿verdad? De todos modos, os cuento un poco qué etapas adapta este más que buen producto. No, no empezamos con el momento en el que Goku y Bulma se encuentran, sino tras terminar el primer Gran Torneo de las Artes Marciales para Son Goku, es decir, ese que pierde contra un tal Jackie Chun de aspecto bastante conocido. Si recordamos bien, después de recuperarse, nuestro pequeño héroe, muy lejos del adulto con capacidad de convertirse en Super Saiyajin, se lanza a una nueva búsqueda de las bolas de dragón para conocer mundo y volverse más fuerte, por eso va solo, sin compañeros ni amigos, eso sí, también va en busca de la bola de su abuelo, a la que adora como si fuera éste en persona. Sin embargo, lo que parece una simple aventura, se convierte en algo más peligroso cuando Son Goku se topa con el Ejército de la Cinta Roja, unos poderosos criminales que desean las bolas mágicas para dominar el mundo (luego descubrimos que su líder sólo las quiere para ser más alto), a los que Goku deberá enfrentarse, encontrándose con poderosos enemigos entre sus hombres, como el asesino a sueldo Tao Pai Pai.

Sin embargo, la historia no se queda ahí. Poco después de su odisea para vencer al Ejército de la Cinta Roja, Goku deberá luchar con los monstruos de Baba la Adivina para averiguar el paradero de la última bola de dragón, tendrá que enfrentarse una vez más a Pilaf y sus esbirros y combatir en su segundo Gran Torneo de las Artes Marciales, donde hará nuevos amigos y enemigos. Poco después, es cuando tiene lugar el asesinato de Krilín. ¿El causante? Un demonio secuaz de Piccolo, un antiguo ser maligno que ocasionó un gran daño a la Tierra en el pasado y que ha vuelto para ser de nuevo el rey del planeta, pero para ello deberá encontrar las bolas de dragón para recuperar su juventud, con la que será tan poderoso como antes. ¿Y quién es el único que puede detenerlo? Son Goku, aunque tendrá que poner su fuerza a niveles que no conocía para enfrentarse al monstruo asesino que no deja de matar a sus amigos.

No faltan los impresionantes enemigos finales


Aquí es donde termina el videojuego, así que es fácil adivinar que el enemigo final es el Rey Piccolo, o Piccolo Sr. poco después, cuando descubrimos a su hijo, que empezó su carrera siendo uno de los más poderosos enemigos de Son Goku para convertirse en uno de sus mejores amigos, y mentor de Son Gohan, el primer hijo de Son Goku y Chichi. Comenzamos contra el Ejército de la Cinta Roja, y el juego no deja de lado ni los monstruos de Baba la Adivina, hermana de Mutenroshi, e incluso nos toparemos con el regreso de Pilaf y sus secuaces en aquellos robots estrafalarios que se unían, robots a los que también nos enfrentaremos como jefes finales. Y hablando de jefes finales, y esta vez sí me voy a adelantar un poco en la reseña, son una gozada, porque el juego no se deja a ninguno; desde el General White en su Muscle Tower, uno de los mejores niveles del juego, hasta el famoso General Blue, pasando por Tao Pai Pai, el monstruo chicle de la torre de White, el Sargento Metallic y, por supuesto, Piccolo Sr. sin dejar de lado a los ya mencionados monstruos de Baba la Adivina.

Los enemigos finales del juego son sólo un pequeño ejemplo de lo respetuoso que es ante el material original. Como decía antes, comenzaremos con la aventura del Ejército de la Cinta Roja y terminaremos con la saga del Rey Piccolo, pasando por Baba la Adivina, el regreso de Pilaf y el segundo Gran Torneo de las Artes Marciales (aunque éste tiene poca importancia dado que el videojuego no está centrado en los combates uno contra uno). El videojuego contiene algunas de las mejores etapas de "Dragon Ball", precisamente, justo las que vienen antes de que la historia se convierta en lo que hemos visto en multitud de videojuegos de lucha basados en ella. Además, es una de las más largas, porque la saga del Ejército de la Cinta Roja duró bastante en el manga, muchísimo en el anime y en el juego nos da para unos cuantas horas de diversión. Lo malo es que tenemos entre manos un producto muy poco rejugable, que más allá de conseguir objetos especiales sacados directamente de la serie (bastante cachondos y reconocibles por los que somos fans), obtener todos los personajes que nos dan para luchar en el ring del Gran Torneo de las Artes Marciales y unos pocos extras más como fichas y archivos sonoros, poco más hay que nos invite a jugar por segunda vez "Dragon Ball: Revenge of King Piccolo".

Saltar de un lado a otro y colgarse de ingenios mecánicos, imprescindible


Dejando eso de lado, tenemos entre manos un producto bastante divertido, donde parece que estemos directamente dentro del anime, con unos gráficos muy animados, con momentos realmente espectaculares, animaciones muy vistosas y un Son Goku al que da gusto manejar. Además, como os decía antes, el respeto hacia el anime/manga es absoluto, con cientos de detalles que confirman que sus creadores son grandes amantes del material original; desde los jefes finales, hasta los movimientos de Son Goku (Kame Hame Ha incluido), pasando por los secundarios, los vídeos entre fase y fase, las animaciones, los objetos que podemos ir encontrando, los escenarios, los combates uno a uno como extra (que no pueden faltar, claro), las etapas elegidas, los archivos sonoros, las fichas de los personajes... Todo en este videojuego grita amor por "Dragon Ball" al completo, y eso acaba convirtiéndolo en un producto imprescindible para los amantes de la obra de Toriyama. Es cierto que es exclusivo de Nintendo Wii, y eso es malo para quien no la tenga, aunque excelente para los que, como yo, disfrutamos de las buenas consolas de Nintendo.

"Dragon Ball: Revenge of King Piccolo" se enclava en el grupo de videojuegos de "Dragon Ball" que no son de lucha o, al menos, no se centra en ella. Tenemos un juego de aventuras, de plataformas, donde Son Goku irá avanzando por los diferentes niveles del videojuego mientras combate contra los lacayos que nos irán apareciendo, descubre áreas escondidas, consigue superar retos y, finalmente, se topa con el enemigo final. Como veis, nada del otro mundo, pero al jugarlo extraña que no tengamos más productos así sobre "Dragon Ball", sobre todo, alguno que se centre en "Dragon Ball Z". Sin embargo, uno de los defectos del juego es cuando vamos llegando al final, y los combates uno a uno, o contra los jefes finales, ocupan todo el protagonismo, dejando de lado los saltos por plataformas y las fases anteriores donde avanzamos pegando al más puro estilo de uno contra todos. Es un cambio demasiado brusco, también en dificultad, con enemigos que nos costará vencer a pesar de aprender sus repetitivas pautas. Pequeños puntos negros que no logran deslucir un producto bastante cuidado en general, incluso en el idioma, con subtitulos en español para las voces en inglés, aunque, ¿no habría estado pero que muy bien un doblaje en castellano? Por pedir, que no quede.

Las animadas escenas de vídeo nos cuentan más sobre la historia


Cambios bruscos de dificultad, escasas opciones para rejugarlo y demasiados uno contra uno en la última etapa de su historia son los defectos de "Dragon Ball: Revenge of King Piccolo". El resto está repleto de virtudes, una de las mayores es la sensación de que estamos inmersos en el anime; la ambientación al respecto es fantástica, la banda sonora nos llevará de regreso a cuando veíamos la serie por primera vez y tenemos un opening genial, no uno que supere al de "Dragon Ball: Final Bout", claro, algo casi imposible, pero sí uno bastante majo. Y es que, ante esa buena manía de que todos los videojuegos de "Dragon Ball" sean de lucha, este que tenemos entre manos es un soplo de aire fresco. No es perfecto, claro, y su exclusividad para Wii es un gran handicap para que todos los fans de Son Goku puedan disfrutarlo, es cierto, pero es uno de esos videojuegos que mantienen viva la leyenda de las bolas mágicas de la mejor manera. Divertido, entretenido y tremendamente respetuoso con el material original. Una elección perfecta entre pelea y pelea de los múltiples productos que se fijan en "Dragon Ball Z" y dejan de lado la mejor etapa de la serie: "Dragon Ball" a secas.


Nota: 7,5/10


2 comentarios:

  1. LO que conocí fue el anime, lo daban en algún canal de aire. Salió después del gran éxito de Caballeros de Zodiaco (Saint Seya).
    Opino que el dejar de lado la busqueda de las esferas del dragón era para evitar la repetición. Era interesante el origen de Son Goku, la invasión inminente, y la preparación para enfrentar a los saiyajins, la muerte de Goku, antes de volver a la vida, luego de 12 meses. Interesante la sobrevivencia de Son Gohan en el desierto, el duro entrenamiento con Vegeta. Por momentos, Son Gohan parece ser el heroe.
    LLegué a ver algo con C18, androide que parece tener sus fans. Pero no más.
    Interesante tu informe.

    Me divirtió cuando Bulma le ordenó a Vegeta, bañarse y cambiarse de ropa. A un reciente villano, destructor de mundos, que le hizo caso.

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    1. Jaja, las escenas entre Vegeta y Bulma la verdad es que eran tremendamente divertidas, sí.

      A mí la etapa Z de la serie me gusta bastante y, al fin y al cabo, era la evolución lógica de los personajes y las situaciones que vivían. Sin embargo, "Dragon Ball", toda la primera etapa, tiene un regusto a aventura clásica y a comedia que es MUY difícil de superar, e incluso de igualar.

      Una joyita, vamos.

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