Ficha Técnica
Título original: Tranformers: Age of extinction
Director: Michael Bay
Intérpretes: Mark Wahlberg, Nicola Peltz, Jack Reynor, Stanley Tucci, Kelsey Grammer, Sophia Myles, Titus Welliver, T. J. Miller, Li Bingbing, James Bachman, Erika Fong, Thomas Lennon, Victoria Summer, Cleo King, Han Geng, Richard Gallion, Charles Parnell, Teresa Daley, Patrick Bristow, Peter Cullen, Frank Welker, John Goodman, Ken Watanabe, Mark Ryan.
Guión: Ehren Kruger
Música: Steve Jablonsky
Género: Acción, ciencia-ficción
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 165 minutos
Año: 2014
Sinopsis:
Han pasado cuatro años desde la salvaje y destructiva batalla en Chicago donde los autobots se alzaron, triunfantes, sobre los decepticons y su última oportunidad de invadir la Tierra. Durante todo ese tiempo, la humanidad, especialmente los Estados Unidos, ha estado formando su propio ejército para no tener que hacer uso de los autobots, que ahora no son bien vistos por la opinión pública, hasta el punto de que deben esconderse de los humanos. Mientras el Gobierno de los Estados Unidos, gracias a los restos de la batallad de Chicago, está creando a sus propios transformers, Cade Yeager, un inventor frustrado que vive en un pueblecito monótono y tranquilo, encuentra lo que queda de un camión que, poco después, descubre que es un transformer, aunque no uno cualquiera, sino nada más y nada menos que el mítico Optimus Prime. Lo que no sabe Cade es lo que conlleva tal descubrimiento, ya que el Gobierno busca a los transformers que quedan, pero también va tras ellos un cazador de recompensas que esconde secretos que alterarán todo el futuro de los transformers.
Reseña:
¡Y van cuatro! Parece mentira, ¿verdad? Cómo pasa el tiempo. Da la sensación de que fue ayer cuando nos llegaba "Transformers" de Michael Bay (Dos policías rebeldes, Dolor y dinero), uno de los blockbusters del año que muy, muy dificil lo tenía para no romper la taquilla, en un año donde los blockbusters abundaron (por ejemplo, tuvimos nada más y nada menos que "Spider-Man 3", la más taquillera de toda la saga), pero estaban bastante bien situados, por lo que pocos se molestaron y, al final, el año terminó bastante bien para la mayoría. En pocas palabras, hubo tarta para todos los invitados a la fiesta. Y uno de los trozos más grandes se lo llevó "Transformers", la primera entrega de una saga que no parece tener fin, primera entrega que sigue siendo la mejor considerada globalmente de todas (al menos, por el momento) y que fue el inició de una saga tan querida como odiada pero que, curiosamente, no cojea en la taquilla.
Antes de profundizar en "Transformers: La era de la extinción" haré un pequeño repaso a la saga hasta ahora, a la saga en cines, claro, porque como nos pongamos a hablar de los cómics y las series de animación, podríamos tener material suficiente para un blog dedicado a los autobots y los decepticons. Pero incluso antes de eso me gustaría haceros una advertencia, además de la ya típica de que no encontraréis spoilers en esta reseña a pesar de que ya haya meses que se estrenase el filme, pero no, no se trata de una advertencia sobre spoilers, sino sobre la calidad de la película o, al menos, de la calidad que tiene para mí. Y es que, "Transformers: La era de la extinción" me ha gustado bastante, ya lo voy avisando. Aunque también es cierto que soy muy fan de la saga cinematográfica de los robots alienígenas que ha llevado para delante Bay durante estos años. En realidad, soy muy fan de todo lo que huela a los Transformers, así que, muy mal tenía que hacerlo el grandilocuente de Michael Bay para decepcionarme y, si no cuento ciertas partes de "Transformers: La venganza de los caídos", debo admitir que me tiene bastante contento.
Sin embargo, sé que no es así con todos los espectadores, a pesar de que los detractores de la saga sean de los que hacen mucho, mucho ruido. En serio, si tanta gente fuera contraria a las películas de Bay, ¿creéis de verdad que cada entrega haría la taquilla que hacen todas y cada una de ellas? Hablamos de auténticas millonadas. Además, ayuda a que incluso sus detractores... ¡Vayan a verlas! Y es que la saga "Transformers" es de esas que me hace recordar ese artículo que escribí en este mismo blog sobre masoquismo cinematográfico. Y, ojo, que llevamos ya cuatro entregas contando esta que estoy reseñando, todas realizadas por el mismo equipo, con el mismo director, el mismo estilo, el mismo tono, prácticamente los mismos actores (al menos en tres de ellas), el mismo tipo de acción y efectos especiales, etc, etc. No es que tengamos "Spider-Man" y al lado "The Amazing Spider-Man" o, quedándonos en una misma saga, "Batman" y al lado "Batman Forever", sino que tenemos "Spider-Man", "Spider-Man 2" y "Spider-Man 3", todas dirigidas por el mismo realizador y con el mismo equipo a su lado, de principio a fin salvo alguna excepción.
Lo que quiero decir con esto es que ver alguno de los trailers de "Transformers: La era de la extinción" y refunfuñar "Es lo mismo" tiene bastante poco sentido a estas alturas. Porque, ¿qué espera ya uno de la saga "Transformers" de Michael Bay? ¿Algo diferente? ¿Que innove? Pero, a ver, si esto es lo que le está funcionando, si esto es lo que le da dinero al estudio, si esto es lo que le mola y, todavía mejor, si esto es lo que nos encanta a los que nos lo pasamos pipa con sus películas sobre autobots y decepticons, ¿para qué cambiar? ¿Para contentar a cuatro trolls de Internet? ¿Para que vayan al cine personas que, de todos modos, van a ir para dejar su dinero y su tiempo sólo para quejarse gratuitamente al salir del cine? Venga, que ya somos mayorcitos, que ya sabemos qué podemos esperar de esta saga tras tres entregas y que, sinceramente, soy el primero que habría dejado de verlas si la primera no me hubiera gustado nada. Así que, ahí va mi consejo: si sois de los que vomitáis cada vez que escucháis "Transformers" de Michael Bay desde ese ya lejano 2007, ahorraos esta reseña. Y ahorraos ir al cine mientras Bay siga con la saga, porque os vais a encontrar siempre lo mismo: explosiones, efectos especiales a mansalva, más explosiones, destrucción, exageraciones, espectacularidad y blockbuster de verano al cien por cien.
"Transformers: La era de la extinción" no es, por supuesto, una excepción. Sí, los protagonistas humanos han cambiado y para mejor. Sí, tenemos nuevos robots alienígenas, aunque eso es algo que hemos encontrado en todas las entregas de la saga. Y sí, la historia, a pesar de que parezca lo mismo, es bastante diferente (mucho mal ha hecho el subtitulo que le han dado en esta ocasión a la película). Pero, con todas esas diferencias, estamos ante una película más de la saga "Transformers" de Michael Bay que, además, sigue la continuidad de las anteriores, situándose mucho después de la tercera parte. Es decir, no tenemos un remake, ni un reboot, ni un borrón y cuenta nueva, ni nada que tenga que ver con los insistentes rumores que han ido circulando durante la realización del filme. Estamos ante una secuela como Dios manda, una cuarta parte que termina, como no podía ser de otro modo, con una gran puerta abierta para una quinta. Aunque hay que ser justos y confesar que, aunque esta cuarta entrega acabase de manera cerrada, eso daría igual, dados todos los millones que ha ido cosechando en la taquilla, siendo, en muy poco tiempo, uno de los grandes taquillazos del 2014.
Pero me estoy adelantando. Hablemos un poco sobre los transformers, nacidos como juguetes allá por la década de los 80 y que alcanzaron rápidamente un éxito sin precedentes, sobre todo al convertirse en protagonistas de diversas series de animación (con especiales en forma de largometrajes) y, por supuesto, su salto a los cómics, que fueron publicados en sus primeros pasos nada más y nada menos que por Marvel. Hoy, muchos de los que crecimos en nuestros amados ochenta somos hijos de la generación "Transformers", que se sitúan, junto a las Tortugas Ninja, He-Man, G.I. Joe y los Cazafantasmas, entre muchos otros, como grandes iconos de esa época que dieron de comer a la imaginación de muchos de los adultos de hoy día. Como todos los mencionados, los transformers también han vivido épocas mejores que otras, y en los 90 hay que reconocer que no les fue demasiado bien. Si somos totalmente sinceros, nuestros robots extraterrestres favoritos están disfrutando de una segunda vida gracias, precisamente, a la saga cinematográfica de Michael Bay iniciada en 2007, cuando se inició una nueva oleada de fiebre transformer que, sobre todo, están disfrutando las nuevas generaciones a las que les quedan ya lejos las emocionantes batallas entre autobots y decepticons que muchos gozamos en la década de los 80.
Pocas sorpresas nos trajo "Transformers" de Michael Bay en el sentido de que contiene todo lo bueno y lo malo que tiene la dirección del nunca indiferente realizador. Entre sus tics malos se encuentra un metraje demasiado alargado para la historia que se cuenta, un guión poco trabajado, clichés demasiado vistosos y unos personajes humanos que quedan evidentemente eclipsados por los robots; entre los tics buenos, el mayor de ellos es el de ser tremendamente espectacular, entre muchos otros. Hay que reconocer que pocos directores habrían sabido crear una película tan a lo grande como Michael Bay, y cuando me refiero a lo grande es a lo GRANDE. El mejor ejemplo de ello se encuentra en la batalla final de "Transformers"; os confieso que, al disfrutarla, no pude dejar de pensar que así debía ser una auténtica batalla de superhéroes contra supervillanos en la pantalla grande, no una batalla más, sino la que todos los fans de los cómics nos merecíamos. Joss Whedon (Buffy cazavampiros, Ángel) tomó buena cuenta de ello, y nos dio la magistral media hora final de "Los Vengadores". Ahí es nada.
"Transformers" nos contaba la sencilla historia de los autobots contra los decepticons y la búsqueda de la llamada Chispa Vital que se encuentra en la Tierra, dentro de una especie de cubo alienígena. La clave para encontrar el objeto es un joven interpretado por Shia LaBeouf (Disturbia, La conspiración del pánico), enamorado de la chica más atractiva del instituto, interpretada por Megan Fox (Jennifer´s Body, Ninja Turtles). Ambos se verán perseguidos por los decepticons y por el Gobierno de los Estados Unidos, pero también salvados por los autobots, quienes encontrarán en ellos un gran ejemplo de que la humanidad puede ser más de lo que los ojos ven. La verdad es que el argumento no era nada del otro mundo, pero funcionaba a las mil maravillas para la clase de producto que era "Transformers", la típica batalla entre buenos y malos donde los buenos ganan y el protagonista se lleva a la chica, una Megan Fox que se dio a conocer mundialmente con este filme, mucho antes de las broncas con Michael Bay y sus horribles retoques de cara. Más o menos lo mismo podríamos decir de Shia LaBeouf, que con esta película dejaba claro que no le hacía ascos a los blockbusters, pero eso era otro tiempo, mucho antes del comportamiento raro de narices que exhibe últimamente, y que puede dejarle fuera de Hollywood más temprano que tarde.
El filme fue un gran éxito y, dos años después, se estrenó la segunda parte, "Transformers: La venganza de los caídos", hasta la fecha la más criticada de toda la saga y no sin razón. Aunque el argumento nos contaba otra historia donde comprobábamos que todos los personajes habían avanzado desde la primera entrega, la formula era la misma aunque, eso sí, llevada hasta límites que, a veces, rozaban la clara parodia. Lo que más puntos le hizo perder a la película fue su sentido del humor, que Bay entendió que debía ser muy, muy infantil hasta rozando lo esperpentico, por no hablar del dilatado metraje para ser una película de acción con robots partiéndose la cara. Ojo, el filme tenía sus aciertos, como un nuevo villano, que la relación entre los protagonistas se tambalease, los detalles sacados directamente de la mitología transformer (por ejemplo, ese Optimus Prime fusionándose con las piezas de otro transformer) y escenas realmente espectaculares como el enfrentamiento contra Devastator, un decepticons formado por varios decepticons. A pesar de las malas crítica que se llevó, "Transformers: La venganza de los caídos" fue un nuevo éxito y dejó el camino bien empedrado para una tercera entrega.
"Transformers: El lado oscuro de la luna" tardó tres años en llegar en vez de los dos de rigor. Lo cierto es que esto se notó para bien, ya que Bay logró una película mucho más redonda que la anterior, más cercana a la primera y, para muchos, la mejor de la saga, algo que no es de extrañar que se opine si tenemos en cuenta la cruenta batalla final, el tono más oscuro del filme y la apocalíptica historia que se nos cuenta en ella, por no hablar de las numerosas muertes en los bandos de los autobots y los decepticons, y muertes bastante importantes en ambos casos. Además, fue la entrega en la que perdimos de vista al personaje de Megan Fox con pulla incluida, a raíz de las broncas que tuvo con Michael Bay (tranquilos, que mientras escribo esta reseña ya han hecho las paces, ¿o no recordáis que "Ninja Turtles" está producida por el mismo Bay?), broncas que también tuvo más tarde con el propio Shia LaBeouf. Fox fue sustituida por la modelo Rosie Huntington-Whiteley, quien hizo que echasemos de menos a la Fox, lo cual dice mucho de la calidad de su interpretación. Vale que no estamos ante una saga en la que haga falta que cada actor gane un Oscar, ni mucho menos, pero lo de la modelo era de traca, sobre todo a la hora de demostrar su poco feeling con el personaje de LaBeouf.
Dejando a un lado el caso de Megan Fox, el resto de actores de las anteriores repitieron; desde el mencionado LaBeouf, que se tomaba más en serio a su personaje, hasta el cachondo de John Turturro (Rounders, Ejecutivo agresivo), pasando por Kevin Dunn (Godzilla, El último escalón), Josh Duhamel (Como la vida misma, Movie 43) y Tyrese Gibson (Baby Boy, A todo gas 2), entre otros, incluyendo la aparición de nuevos personajes protagonizados por John Malkovich (Con-Air, Quemar después de leer), Frances McDormand (Fargo, Darkman) y Patrick Dempsey (Anatomía de Grey, Scream 3), quien hacía de villano humano. La historia, más ambiciosa incluso que las anteriores, nos presentaba el descubrimiento por parte de Optimus Prime del anterior líder de los autobots, Sentinel Prime, quien acaba por traicionar a los suyos para unirse a los decepticons y así conseguir crear Cybertron en la Tierra. Sus planes no salen como espera, como es bastante evidente, y no sólo acaba asesinado por Optimus Prime, sino que éste también termina, de una vez por todas, con la vida de su más enconado enemigo, Megatrón, dando lugar a un final bastante redondo que presagiaba el final de la saga, trilogía por aquel entonces.
Sin embargo, "Transformers: El lado oscuro de la luna", se convirtió en la entrega más taquillera de todas y una de las películas más taquilleras de la historia, ¡casi nada! Por si eso no fuera suficiente, recibió bastantes buenas críticas y se convirtió en la entrega más anclada en la mitología transformer de todas. Ante un panorama así, ¿cómo decir que no a una cuarta parte de "Transformers"? Las cosas no comenzaron siendo tan fáciles como las anteriores, y eso que "Transformers: El lado oscuro de la luna" no lo tuvo nada fácil para seguir adelante. Michael Bay no quería seguir con la saga, negándose en redondo a ser el director de una cuarta parte, y los actores, bueno, los protagonistas no estaban demasiado interesados en seguir, pero tampoco es que el estudio los quisiera con muchas ansias, ya que veían que debían darles nuevos aires a la franquicia. Fue entonces cuando comenzó a sobrevolar el fantasma del remake, que no tardó en desaparecer, para ocupar su puesto el monstruo del reboot, o reinicio, que parece estar bastante de moda después de una trilogía de éxito.
Tuvo que llegar Bay y dar un buen puñetazo sobre la mesa para que eso de reboot se dejase de lado y se considerase una cuarta entrega de forma seria. ¿Qué hizo que el director se decidiera finalmente para realizar esta nueva parte de la saga? Supongo que nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero fue todo un acierto, al menos, para los que no consideramos que esta saga pueda existir sin él (quizá me arrepienta de estas palabras cuando exista una entrega sin Bay que supere a las suyas, así que, cruzo los dedos para que así sea). Así que, lo que os decía, cuarta entrega al canto, teniendo lugar tras los acontecimientos de la anterior, con Optimus Prime como líder de los autobots y nuevos protagonistas humanos, tanto buenos como malos, otro de los grandes aciertos del filme, y eso que tampoco es que sean para tirar cohetes, pero al menos hemos dejado atrás cierta sosería que despertaban Fox y LaBeouf en muchas de las escenas que protagonizaban, por no hablar de su relación, que parecía sacada de "American Pie", donde, igual, hasta hubiera sido mejor aprovechada. Con estos ingredientes, Michael Bay logra, a mi parecer, una película bastante completita, muy por encima de "Transformers: La venganza de los caídos", a la altura de "Transformers: El lado oscuro de la luna" (tendríamos que echarlas a pelear para ver cuál es mejor), pero por debajo de "Transformers", la original, la que lo empezó todo.
La historia se sitúa después de los hechos de la anterior entrega (muy buenos los detalles como el cartel donde se recuerda a Chicago), y comprobamos que tras la terrible batalla que tuvo lugar entre autobots y decepticons, los transformers en general no tienen muy buena fama, algo de lo que se encarga el Gobierno de los Estados Unidos. Pero el acoso a los transformers no acaba ahí; parece que hay un poderoso ser similar a ellos que está cazando a los que quedan, eso sí, con ayuda de una agencia secreta de los Estados Unidos, ¿qué los une exactamente? Ahí ya entraría en el terreno de los spoilers, así que mejor no lo cuento, aunque es fácil de adivinar. Por otro lado, como si eso no fuera suficiente (y, recordemos, apenas quedan decepticons, por no decir que no quedan tras la batalla de Chicago), los restos de la terrible guerra que tuvo lugar se están usando para crear nuevos transformers gracias a los esfuerzos de una empresa que piensa que los autobots y decepticons son el pasado, y que sus nuevos transformers son el futuro. Para ello no dudan en usar todos los métodos disponibles y a su alcance, por terribles que estos sean.
Ante tal situación, es normal que los autobots permanezcan escondidos en sus diferentes formas automovilísticas. De esta guisa se encuentra el inventor Cade Yeager a Optimus Prime, con quien entabla una amistad en el mismo momento en el que decide ayudarle, al igual que éste hace con él, dado que agentes del Gobierno quieren atrapar al líder de los autobots, aunque para ello deban sacrificar a civiles americanos por el camino. En esta ecuación de muerte y destrucción entra la hija de Cade, que también tendrá que huir con su padre cuando los agentes del Gobierno se presenten en casa, en busca de Optimus Prime. De este modo, Cade se unirá a los pocos autobots que quedan no sólo para acabar con Lockdown, el cazarrecompensas que los persigue, sino también para averiguar los planes exactos para las piezas de transformers del la batalla de Chicago y así intentar evitar que una nueva raza de transformers resurja, sobre todo si está controlada por personas que sólo entienden de guerra. Sin embargo, entre tantos frentes abiertos, ¿es posible que Optimus Prime tenga tiempo tanto para encontrar nuevos aliados como para ver regresar a antiguos enemigos?
Lo primero que llama la atención de "Transformers: La era de la extinción" es la situación en la que se nos presenta a los transformers, situación que Michael Bay aprovecha bastante bien durante las casi tres horas que dura la película. Tenemos a los autobots siendo perseguidos tanto por el Gobierno como por un cazador de recompensas espacial enviado por alguien que no voy a desvelar. Por si eso no fuera suficiente, se añaden más enemigos a mitad de película, enemigos que, quizás, habrían quedado mejor en la siguiente entrega, pero de cuya presencia no voy a quejarme yo, porque me ha encantado ver esos regresos y más de la forma que Bay se saca de la manga. Poco más puedo contar sobre todas estas amenazas a las que se enfrentan los autobots sin reventaros las sorpresas que guarda la película, que no son pocas, aunque algunas las hayan desvelado en la campaña publicitaria (los dinobots, ejem), aunque en este caso concreto es bastante lógico, porque ir a disfrutar de los dinobots en pantalla grande es uno de los mejores reclamos que tiene el filme, y uno que funciona muy, muy bien, porque los dinobots, a pesar de su escasa presencia, son de lo mejor de la película, y cuando me refiero a mejor hablo también de espectacularidad.
A todo esto hay que añadirle el hecho de que los transformers en general no son nada bien vistos por la sociedad, por lo que cualquiera señal de su presencia será detectada al instante, sobre todo si hay recompensas de por medio. De este modo, Bay coloca a nuestros protagonistas como los "malos" de la película, fugitivos que se pasan casi tres horas huyendo y combatiendo sin que tengan tiempo de respirar, una situación que le encanta al director para darnos toda la acción posible y, os puedo asegurar, que "Transformers: La era de la extinción" es una de las entregas de la saga que más acción tiene. Quizá no sea la entrega que más escenas para recordar tenga, eso sí, aunque las que posee se graban a fuego en nuestra mente, por ejemplo, cada aparición de Lockdown, el primer enfrentamiento contra el anti-Optimus (identidad reservada para quienes vean la película), la aparición de los dinobots y toda la media hora final. Además, el hecho de que tengamos villanos humanos con bastante presencia hace que la acción no sólo se dé por parte de los robots gigantes, sino también por parte de los actores protagonistas, nuevos todos hasta el punto de que los de la trilogía original ni tienen un simple cameo. Si no recuerdo mal, ¡ni siquiera son mencionados!
En este aspecto debo confesar que igual me pierde un poco mis gustos, porque ya sabéis que me encanta Mark Wahlberg (Los otros dos, Max Payne), y verlo correr de un lado a otro mientras machaca seres extraterrestres gigantes con una espada-arma láser es una gozada. El cambio con respecto a Shia LeBouf es a mejor, mucho mejor, y no sólo por el carisma que siempre desprende Wahlberg, sino porque él no nos va a dar una historia de amor propia de otro tipo de películas. Aunque es evidente que el filme debe tener su cuota adolescente, y para eso nos han colocado a la hija del protagonista, la guapa Nicola Peltz (Bates Motel) y al bastante soso Jack Reynor (Cold( y aquí, aunque la Peltz me encante, sí voy a ser más objetivo y afirmar que la pareja es de lo peorcito del filme; no sólo lastran algunas de las mejores escenas de la película, sino que todo lo que significan y su historia de amor no pegan ni con cola con el tono del filme. Además, los dos están bastante sosetes, se repiten bastante (¿cuántas veces insulta Wahlberg al novio de su hija en la pantalla con el mismo insulto?) y, al final, sólo consiguen que la película dure más de forma innecesaria. Es curioso, porque si Wahlberg resulta mejor protagonista que LeBouf, la historia del personaje de éste con el del personaje de Megan Fox, con todo lo malo que tenía, me resultaba más atractiva que la nueva historia de amor adolescente en una producción que, si no la tuviera, no sólo no se notaría, sino que además saldría ganando.
Y hablemos de secundarios, que hay mucha tela que cortar. ¿Os he dicho ya cuánto me gusta Stanley Tucci (The lovely bones, Los Juegos del Hambre)? Anda que no se nota que se lo ha pasado pipa con su personaje, totalmente pasado de vueltas y uno de los puntos más positivos del filme. A medias me quedo con T. J. Miller (Monstruoso, Cómo entrenar a tu dragón), la guapa Sophia Myles (Underworld, Outlander) y Li Bingbing (Resident Evil: Venganza), destacando de los tres a ésta última y su relación con el personaje de Tucci. En el lado de villanos humanos tenemos a dos actores que me gustan bastante; por un lado, a Kelsey Grammer (X-Men 3: La decisión final, Los Mercenarios 3) como el jefe del grupo de operaciones especiales que se encargan de capturar a los transformers que quedan; y, por otro lado, Titus Welliver (Perdidos, Sobrenatural), actor secundario de esos que se te quedan en la retina, capaz de trabajar en cientos de series y hacerse nota, que aquí interpreta al mejor y más cruel agente del personaje de Grammer. Este reparto, y hay nombres que no he incluido, es una nueva y buena muestra más de que Michael Bay sabe rodearse bien de lo mejorcito en cuanto a actores y actrices, tanto en términos de calidad interpretativa como de cara a la taquilla. Vale, no es que hagan en este filme unas interpretaciones de Oscar, pero ni falta que hace y, como decía en el caso de Tucci, me da que son plenamente conscientes de ello y que se limitan a cumplir con unos mínimos y, sobre todo, divertirse.
Llegados a este punto, es evidente que estamos ante los mejores efectos especiales de toda la saga. Bay consigue que veamos más claramente las peleas entre los robots, al mismo tiempo que se esfuerza por ofrecernos más y más escenas espectaculares y nunca vistas antes, al menos, en las anteriores entregas. Bay va por el más difícil todavía, buscando incluso la exageración (atentos a la escena de los cables) en más de una parte del metraje, lo cual algunos pueden tomar como algo malo pero a mí me encanta; pasada de rosca tras pasada de rosca, eso es la saga "Transformers" del señor Bay, y él lo sabe, y le encanta, que es lo importante. Es cierto que en algún que otro momento eso le lleva a pasarse demasiado, pero tampoco tanto como para estropear el resultado final de la cinta. Además, tuve la oportunidad de disfrutar de "Transformers: La era de la extinción" en 3D y, aunque no es de las películas que más aprovecha el formato, es todo un espectáculo visual digno de verse en la pantalla grande. Ya me perdí "Transformers: El lado oscuro de la luna" en 3D, y no tenía en mi agenda que eso fuera a repetirse con esta cuarta entrega, ni mucho menos.
También es bastante agradable que Bay haya dejado, al menos un poco, todo el tema de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Sí, tenemos esa unidad especial que va tras los transformers, pero os recuerdo que esta vez son los malos de la película, mientras que los únicos humanos buenos (sin entrar en spoilers) de la historia son tipos normales y corrientes, una familia, por decirlo así, que lo único que quiere es sobrevivir a la persecución a la que se ve sometida. En este aspecto, y aunque también es verdad que los robots gigantes siguen siendo los auténticos protagonistas, al menos Mark Wahlberg sí es más creíble como héroe humano, sobre todo cuando llega el momento de darle caña a los mismos transformers; lo dicho, es agradable que en cuanto a humanos no hace falta ser militar para saber luchar en las películas de Michael Bay. Tampoco hagáis mucho caso al subtítulo del filme que ha levantado tantas críticas por eso de que ya en las anteriores se hablaba de la extinción de la raza humana, porque la cosa va y no va por ahí. Si esperáis la enésima batalla contra los decepticons donde estos intentan destruir la Tierra, me temo que os podéis llevar un buen chasco, o una grata sorpresa.
Y vamos ahora con lo malo del filme, que no es poco, pero en mi opinión mucho menos de lo que indican algunas críticas. Ya he mencionado antes a la pareja adolescente protagonista que es, sin duda, al menos para quien esto escribe, lo peor de "Transformers: La era de la extinción", y con diferencia. Si pasamos lista, también encontramos con que algunos de los autobots siguen teniendo diálogos bastante... estúpidos, y estoy siendo amable, como si estuviéramos frente a un filme de animación para menores de diez años; esto no tendría nada de malo si luego la producción no tuviera ese tono más adulto en ciertas escenas. Para finalizar, comentar que estamos, si no me equivoco, ante la entrega más larga de la saga y, repito, para ser una película de verano repleta de explosiones, disparos, acción y robots gigantes, que no busca ninguna profundidad, me temo que casi tres horas son demasiado y, en algún que otro momento, se terminan por hacer pesadas. Como veis, no es que "Transformers: La era de la extinción" tenga muchos aspectos negativos, pero los que posee son lo bastante graves como para hacer cuesta arriba su visionado en algún que otro momento, sobre todo si tenemos en cuenta que hay escenas donde estos tres detalles aparecen a la vez. Me gustaría terminar este apartado con un detalle que no termina de ser malo del todo, pero que se vuelve algo irritante en partes del metraje: sí, la canción de Imagine Dragons mola bastante, pero usarla tanto, tanto, tanto y en momentos en los que pega bastante poco, acaba resultando algo cansino.
Sin embargo, a pesar de que haya que tener en cuenta que son fallos que pueden sacar bastante del filme (aspectos negativos muy subsanables), los puntos positivos con los que cuenta la película son bastante más numerosos y, al menos para mí, ganan por goleada. Además, la producción está repleta de grandes escenas y momentos para aplaudir en el cine como la aparición de los dinobots, el recorrido por la nave de Lockdown, el descubrimiento de los nuevos transformers creados por el gobierno, el ataque final de la nave de Lockdown, el regreso de un antiguo villano, el enfrentamiento contra los nuevos transformers y esa enorme escena donde Optimus Prime se une a Grimlock, usándolo como montura en su aspecto de Tyrannosaurus Rex tras una breve lucha que tendría que haberse aprovechado más; por ejemplo, podrían haber recortado de la relación entre los dos adolescentes y dedicado más tiempo a los dinobots y la pelea mencionada. Esto es uno de los tics de Bay que más odio y que, curiosamente, ya ha mostrado varias veces en películas que, de no tener ese en concreto, habrían mejorado mucho, como por ejemplo, "Transformers: La venganza de los caídos" y "Dos policías rebeldes 2". No, no cuento "Transformers" porque ahí, precisamente, la relación entre el personaje de Megan Fox y el de Shia LaBeouf era primordial para la historia.
En definitiva, y repito, "Transformers: La era de la extinción" sigue el buen camino marcado por "Transformers: El lado oscuro de la luna", dejando de lado la floja "Transformers: La venganza de los caídos". Tenemos entre manos un espectáculo visual de primer nivel, una película de entretenimiento para pasar un gran rato en el cine, sobre todo si somos fans de la saga "Transformers" de Michael Bay. A estas alturas es evidente que no es perfecta y, aunque se echa de menos un acercamiento más hacia la primera entrega, aprovechando que hay renovación de actores, que tenga la suficiente calidad como para pensar en la próxima no es un detalle al que despreciar, y menos con ese enorme cliffhanger final que promete más de un bombazo en la quinta parte. Lástima que los tics de Bay no la permitan ser más perfecta, pero también es cierto que sus tics, en este caso los positivos, hacen que sea tan divertida, con sus dinobots, sus personajes gamberretes, sus explosiones, sus oleadas de disparos, sus batallas finales y sus escenas exageradamente asombrosas. Un blockbuster palomitero, eso y nada más es lo que tenemos en "Transformers: La era de la extinción" y, señoras y señores, no es poco. Ni mucho menos.
Nota: 7,5/10
Antes de profundizar en "Transformers: La era de la extinción" haré un pequeño repaso a la saga hasta ahora, a la saga en cines, claro, porque como nos pongamos a hablar de los cómics y las series de animación, podríamos tener material suficiente para un blog dedicado a los autobots y los decepticons. Pero incluso antes de eso me gustaría haceros una advertencia, además de la ya típica de que no encontraréis spoilers en esta reseña a pesar de que ya haya meses que se estrenase el filme, pero no, no se trata de una advertencia sobre spoilers, sino sobre la calidad de la película o, al menos, de la calidad que tiene para mí. Y es que, "Transformers: La era de la extinción" me ha gustado bastante, ya lo voy avisando. Aunque también es cierto que soy muy fan de la saga cinematográfica de los robots alienígenas que ha llevado para delante Bay durante estos años. En realidad, soy muy fan de todo lo que huela a los Transformers, así que, muy mal tenía que hacerlo el grandilocuente de Michael Bay para decepcionarme y, si no cuento ciertas partes de "Transformers: La venganza de los caídos", debo admitir que me tiene bastante contento.
Los autobots vuelven a reunirse para hacer frente a una nueva amenaza |
Sin embargo, sé que no es así con todos los espectadores, a pesar de que los detractores de la saga sean de los que hacen mucho, mucho ruido. En serio, si tanta gente fuera contraria a las películas de Bay, ¿creéis de verdad que cada entrega haría la taquilla que hacen todas y cada una de ellas? Hablamos de auténticas millonadas. Además, ayuda a que incluso sus detractores... ¡Vayan a verlas! Y es que la saga "Transformers" es de esas que me hace recordar ese artículo que escribí en este mismo blog sobre masoquismo cinematográfico. Y, ojo, que llevamos ya cuatro entregas contando esta que estoy reseñando, todas realizadas por el mismo equipo, con el mismo director, el mismo estilo, el mismo tono, prácticamente los mismos actores (al menos en tres de ellas), el mismo tipo de acción y efectos especiales, etc, etc. No es que tengamos "Spider-Man" y al lado "The Amazing Spider-Man" o, quedándonos en una misma saga, "Batman" y al lado "Batman Forever", sino que tenemos "Spider-Man", "Spider-Man 2" y "Spider-Man 3", todas dirigidas por el mismo realizador y con el mismo equipo a su lado, de principio a fin salvo alguna excepción.
Lo que quiero decir con esto es que ver alguno de los trailers de "Transformers: La era de la extinción" y refunfuñar "Es lo mismo" tiene bastante poco sentido a estas alturas. Porque, ¿qué espera ya uno de la saga "Transformers" de Michael Bay? ¿Algo diferente? ¿Que innove? Pero, a ver, si esto es lo que le está funcionando, si esto es lo que le da dinero al estudio, si esto es lo que le mola y, todavía mejor, si esto es lo que nos encanta a los que nos lo pasamos pipa con sus películas sobre autobots y decepticons, ¿para qué cambiar? ¿Para contentar a cuatro trolls de Internet? ¿Para que vayan al cine personas que, de todos modos, van a ir para dejar su dinero y su tiempo sólo para quejarse gratuitamente al salir del cine? Venga, que ya somos mayorcitos, que ya sabemos qué podemos esperar de esta saga tras tres entregas y que, sinceramente, soy el primero que habría dejado de verlas si la primera no me hubiera gustado nada. Así que, ahí va mi consejo: si sois de los que vomitáis cada vez que escucháis "Transformers" de Michael Bay desde ese ya lejano 2007, ahorraos esta reseña. Y ahorraos ir al cine mientras Bay siga con la saga, porque os vais a encontrar siempre lo mismo: explosiones, efectos especiales a mansalva, más explosiones, destrucción, exageraciones, espectacularidad y blockbuster de verano al cien por cien.
Recordad Chicago |
"Transformers: La era de la extinción" no es, por supuesto, una excepción. Sí, los protagonistas humanos han cambiado y para mejor. Sí, tenemos nuevos robots alienígenas, aunque eso es algo que hemos encontrado en todas las entregas de la saga. Y sí, la historia, a pesar de que parezca lo mismo, es bastante diferente (mucho mal ha hecho el subtitulo que le han dado en esta ocasión a la película). Pero, con todas esas diferencias, estamos ante una película más de la saga "Transformers" de Michael Bay que, además, sigue la continuidad de las anteriores, situándose mucho después de la tercera parte. Es decir, no tenemos un remake, ni un reboot, ni un borrón y cuenta nueva, ni nada que tenga que ver con los insistentes rumores que han ido circulando durante la realización del filme. Estamos ante una secuela como Dios manda, una cuarta parte que termina, como no podía ser de otro modo, con una gran puerta abierta para una quinta. Aunque hay que ser justos y confesar que, aunque esta cuarta entrega acabase de manera cerrada, eso daría igual, dados todos los millones que ha ido cosechando en la taquilla, siendo, en muy poco tiempo, uno de los grandes taquillazos del 2014.
Pero me estoy adelantando. Hablemos un poco sobre los transformers, nacidos como juguetes allá por la década de los 80 y que alcanzaron rápidamente un éxito sin precedentes, sobre todo al convertirse en protagonistas de diversas series de animación (con especiales en forma de largometrajes) y, por supuesto, su salto a los cómics, que fueron publicados en sus primeros pasos nada más y nada menos que por Marvel. Hoy, muchos de los que crecimos en nuestros amados ochenta somos hijos de la generación "Transformers", que se sitúan, junto a las Tortugas Ninja, He-Man, G.I. Joe y los Cazafantasmas, entre muchos otros, como grandes iconos de esa época que dieron de comer a la imaginación de muchos de los adultos de hoy día. Como todos los mencionados, los transformers también han vivido épocas mejores que otras, y en los 90 hay que reconocer que no les fue demasiado bien. Si somos totalmente sinceros, nuestros robots extraterrestres favoritos están disfrutando de una segunda vida gracias, precisamente, a la saga cinematográfica de Michael Bay iniciada en 2007, cuando se inició una nueva oleada de fiebre transformer que, sobre todo, están disfrutando las nuevas generaciones a las que les quedan ya lejos las emocionantes batallas entre autobots y decepticons que muchos gozamos en la década de los 80.
El descubrimiento de un transformer al que conocemos muy bien |
Pocas sorpresas nos trajo "Transformers" de Michael Bay en el sentido de que contiene todo lo bueno y lo malo que tiene la dirección del nunca indiferente realizador. Entre sus tics malos se encuentra un metraje demasiado alargado para la historia que se cuenta, un guión poco trabajado, clichés demasiado vistosos y unos personajes humanos que quedan evidentemente eclipsados por los robots; entre los tics buenos, el mayor de ellos es el de ser tremendamente espectacular, entre muchos otros. Hay que reconocer que pocos directores habrían sabido crear una película tan a lo grande como Michael Bay, y cuando me refiero a lo grande es a lo GRANDE. El mejor ejemplo de ello se encuentra en la batalla final de "Transformers"; os confieso que, al disfrutarla, no pude dejar de pensar que así debía ser una auténtica batalla de superhéroes contra supervillanos en la pantalla grande, no una batalla más, sino la que todos los fans de los cómics nos merecíamos. Joss Whedon (Buffy cazavampiros, Ángel) tomó buena cuenta de ello, y nos dio la magistral media hora final de "Los Vengadores". Ahí es nada.
"Transformers" nos contaba la sencilla historia de los autobots contra los decepticons y la búsqueda de la llamada Chispa Vital que se encuentra en la Tierra, dentro de una especie de cubo alienígena. La clave para encontrar el objeto es un joven interpretado por Shia LaBeouf (Disturbia, La conspiración del pánico), enamorado de la chica más atractiva del instituto, interpretada por Megan Fox (Jennifer´s Body, Ninja Turtles). Ambos se verán perseguidos por los decepticons y por el Gobierno de los Estados Unidos, pero también salvados por los autobots, quienes encontrarán en ellos un gran ejemplo de que la humanidad puede ser más de lo que los ojos ven. La verdad es que el argumento no era nada del otro mundo, pero funcionaba a las mil maravillas para la clase de producto que era "Transformers", la típica batalla entre buenos y malos donde los buenos ganan y el protagonista se lleva a la chica, una Megan Fox que se dio a conocer mundialmente con este filme, mucho antes de las broncas con Michael Bay y sus horribles retoques de cara. Más o menos lo mismo podríamos decir de Shia LaBeouf, que con esta película dejaba claro que no le hacía ascos a los blockbusters, pero eso era otro tiempo, mucho antes del comportamiento raro de narices que exhibe últimamente, y que puede dejarle fuera de Hollywood más temprano que tarde.
El filme fue un gran éxito y, dos años después, se estrenó la segunda parte, "Transformers: La venganza de los caídos", hasta la fecha la más criticada de toda la saga y no sin razón. Aunque el argumento nos contaba otra historia donde comprobábamos que todos los personajes habían avanzado desde la primera entrega, la formula era la misma aunque, eso sí, llevada hasta límites que, a veces, rozaban la clara parodia. Lo que más puntos le hizo perder a la película fue su sentido del humor, que Bay entendió que debía ser muy, muy infantil hasta rozando lo esperpentico, por no hablar del dilatado metraje para ser una película de acción con robots partiéndose la cara. Ojo, el filme tenía sus aciertos, como un nuevo villano, que la relación entre los protagonistas se tambalease, los detalles sacados directamente de la mitología transformer (por ejemplo, ese Optimus Prime fusionándose con las piezas de otro transformer) y escenas realmente espectaculares como el enfrentamiento contra Devastator, un decepticons formado por varios decepticons. A pesar de las malas crítica que se llevó, "Transformers: La venganza de los caídos" fue un nuevo éxito y dejó el camino bien empedrado para una tercera entrega.
Lockdown, el cazador de recompensas que persigue a los transformers |
"Transformers: El lado oscuro de la luna" tardó tres años en llegar en vez de los dos de rigor. Lo cierto es que esto se notó para bien, ya que Bay logró una película mucho más redonda que la anterior, más cercana a la primera y, para muchos, la mejor de la saga, algo que no es de extrañar que se opine si tenemos en cuenta la cruenta batalla final, el tono más oscuro del filme y la apocalíptica historia que se nos cuenta en ella, por no hablar de las numerosas muertes en los bandos de los autobots y los decepticons, y muertes bastante importantes en ambos casos. Además, fue la entrega en la que perdimos de vista al personaje de Megan Fox con pulla incluida, a raíz de las broncas que tuvo con Michael Bay (tranquilos, que mientras escribo esta reseña ya han hecho las paces, ¿o no recordáis que "Ninja Turtles" está producida por el mismo Bay?), broncas que también tuvo más tarde con el propio Shia LaBeouf. Fox fue sustituida por la modelo Rosie Huntington-Whiteley, quien hizo que echasemos de menos a la Fox, lo cual dice mucho de la calidad de su interpretación. Vale que no estamos ante una saga en la que haga falta que cada actor gane un Oscar, ni mucho menos, pero lo de la modelo era de traca, sobre todo a la hora de demostrar su poco feeling con el personaje de LaBeouf.
Dejando a un lado el caso de Megan Fox, el resto de actores de las anteriores repitieron; desde el mencionado LaBeouf, que se tomaba más en serio a su personaje, hasta el cachondo de John Turturro (Rounders, Ejecutivo agresivo), pasando por Kevin Dunn (Godzilla, El último escalón), Josh Duhamel (Como la vida misma, Movie 43) y Tyrese Gibson (Baby Boy, A todo gas 2), entre otros, incluyendo la aparición de nuevos personajes protagonizados por John Malkovich (Con-Air, Quemar después de leer), Frances McDormand (Fargo, Darkman) y Patrick Dempsey (Anatomía de Grey, Scream 3), quien hacía de villano humano. La historia, más ambiciosa incluso que las anteriores, nos presentaba el descubrimiento por parte de Optimus Prime del anterior líder de los autobots, Sentinel Prime, quien acaba por traicionar a los suyos para unirse a los decepticons y así conseguir crear Cybertron en la Tierra. Sus planes no salen como espera, como es bastante evidente, y no sólo acaba asesinado por Optimus Prime, sino que éste también termina, de una vez por todas, con la vida de su más enconado enemigo, Megatrón, dando lugar a un final bastante redondo que presagiaba el final de la saga, trilogía por aquel entonces.
Los nuevos aliados humanos de los autobots |
Sin embargo, "Transformers: El lado oscuro de la luna", se convirtió en la entrega más taquillera de todas y una de las películas más taquilleras de la historia, ¡casi nada! Por si eso no fuera suficiente, recibió bastantes buenas críticas y se convirtió en la entrega más anclada en la mitología transformer de todas. Ante un panorama así, ¿cómo decir que no a una cuarta parte de "Transformers"? Las cosas no comenzaron siendo tan fáciles como las anteriores, y eso que "Transformers: El lado oscuro de la luna" no lo tuvo nada fácil para seguir adelante. Michael Bay no quería seguir con la saga, negándose en redondo a ser el director de una cuarta parte, y los actores, bueno, los protagonistas no estaban demasiado interesados en seguir, pero tampoco es que el estudio los quisiera con muchas ansias, ya que veían que debían darles nuevos aires a la franquicia. Fue entonces cuando comenzó a sobrevolar el fantasma del remake, que no tardó en desaparecer, para ocupar su puesto el monstruo del reboot, o reinicio, que parece estar bastante de moda después de una trilogía de éxito.
Tuvo que llegar Bay y dar un buen puñetazo sobre la mesa para que eso de reboot se dejase de lado y se considerase una cuarta entrega de forma seria. ¿Qué hizo que el director se decidiera finalmente para realizar esta nueva parte de la saga? Supongo que nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero fue todo un acierto, al menos, para los que no consideramos que esta saga pueda existir sin él (quizá me arrepienta de estas palabras cuando exista una entrega sin Bay que supere a las suyas, así que, cruzo los dedos para que así sea). Así que, lo que os decía, cuarta entrega al canto, teniendo lugar tras los acontecimientos de la anterior, con Optimus Prime como líder de los autobots y nuevos protagonistas humanos, tanto buenos como malos, otro de los grandes aciertos del filme, y eso que tampoco es que sean para tirar cohetes, pero al menos hemos dejado atrás cierta sosería que despertaban Fox y LaBeouf en muchas de las escenas que protagonizaban, por no hablar de su relación, que parecía sacada de "American Pie", donde, igual, hasta hubiera sido mejor aprovechada. Con estos ingredientes, Michael Bay logra, a mi parecer, una película bastante completita, muy por encima de "Transformers: La venganza de los caídos", a la altura de "Transformers: El lado oscuro de la luna" (tendríamos que echarlas a pelear para ver cuál es mejor), pero por debajo de "Transformers", la original, la que lo empezó todo.
¡El regreso de Optimus Prime! |
La historia se sitúa después de los hechos de la anterior entrega (muy buenos los detalles como el cartel donde se recuerda a Chicago), y comprobamos que tras la terrible batalla que tuvo lugar entre autobots y decepticons, los transformers en general no tienen muy buena fama, algo de lo que se encarga el Gobierno de los Estados Unidos. Pero el acoso a los transformers no acaba ahí; parece que hay un poderoso ser similar a ellos que está cazando a los que quedan, eso sí, con ayuda de una agencia secreta de los Estados Unidos, ¿qué los une exactamente? Ahí ya entraría en el terreno de los spoilers, así que mejor no lo cuento, aunque es fácil de adivinar. Por otro lado, como si eso no fuera suficiente (y, recordemos, apenas quedan decepticons, por no decir que no quedan tras la batalla de Chicago), los restos de la terrible guerra que tuvo lugar se están usando para crear nuevos transformers gracias a los esfuerzos de una empresa que piensa que los autobots y decepticons son el pasado, y que sus nuevos transformers son el futuro. Para ello no dudan en usar todos los métodos disponibles y a su alcance, por terribles que estos sean.
Ante tal situación, es normal que los autobots permanezcan escondidos en sus diferentes formas automovilísticas. De esta guisa se encuentra el inventor Cade Yeager a Optimus Prime, con quien entabla una amistad en el mismo momento en el que decide ayudarle, al igual que éste hace con él, dado que agentes del Gobierno quieren atrapar al líder de los autobots, aunque para ello deban sacrificar a civiles americanos por el camino. En esta ecuación de muerte y destrucción entra la hija de Cade, que también tendrá que huir con su padre cuando los agentes del Gobierno se presenten en casa, en busca de Optimus Prime. De este modo, Cade se unirá a los pocos autobots que quedan no sólo para acabar con Lockdown, el cazarrecompensas que los persigue, sino también para averiguar los planes exactos para las piezas de transformers del la batalla de Chicago y así intentar evitar que una nueva raza de transformers resurja, sobre todo si está controlada por personas que sólo entienden de guerra. Sin embargo, entre tantos frentes abiertos, ¿es posible que Optimus Prime tenga tiempo tanto para encontrar nuevos aliados como para ver regresar a antiguos enemigos?
¿Quién es realmente esta copia de Optimus Prime? |
Lo primero que llama la atención de "Transformers: La era de la extinción" es la situación en la que se nos presenta a los transformers, situación que Michael Bay aprovecha bastante bien durante las casi tres horas que dura la película. Tenemos a los autobots siendo perseguidos tanto por el Gobierno como por un cazador de recompensas espacial enviado por alguien que no voy a desvelar. Por si eso no fuera suficiente, se añaden más enemigos a mitad de película, enemigos que, quizás, habrían quedado mejor en la siguiente entrega, pero de cuya presencia no voy a quejarme yo, porque me ha encantado ver esos regresos y más de la forma que Bay se saca de la manga. Poco más puedo contar sobre todas estas amenazas a las que se enfrentan los autobots sin reventaros las sorpresas que guarda la película, que no son pocas, aunque algunas las hayan desvelado en la campaña publicitaria (los dinobots, ejem), aunque en este caso concreto es bastante lógico, porque ir a disfrutar de los dinobots en pantalla grande es uno de los mejores reclamos que tiene el filme, y uno que funciona muy, muy bien, porque los dinobots, a pesar de su escasa presencia, son de lo mejor de la película, y cuando me refiero a mejor hablo también de espectacularidad.
A todo esto hay que añadirle el hecho de que los transformers en general no son nada bien vistos por la sociedad, por lo que cualquiera señal de su presencia será detectada al instante, sobre todo si hay recompensas de por medio. De este modo, Bay coloca a nuestros protagonistas como los "malos" de la película, fugitivos que se pasan casi tres horas huyendo y combatiendo sin que tengan tiempo de respirar, una situación que le encanta al director para darnos toda la acción posible y, os puedo asegurar, que "Transformers: La era de la extinción" es una de las entregas de la saga que más acción tiene. Quizá no sea la entrega que más escenas para recordar tenga, eso sí, aunque las que posee se graban a fuego en nuestra mente, por ejemplo, cada aparición de Lockdown, el primer enfrentamiento contra el anti-Optimus (identidad reservada para quienes vean la película), la aparición de los dinobots y toda la media hora final. Además, el hecho de que tengamos villanos humanos con bastante presencia hace que la acción no sólo se dé por parte de los robots gigantes, sino también por parte de los actores protagonistas, nuevos todos hasta el punto de que los de la trilogía original ni tienen un simple cameo. Si no recuerdo mal, ¡ni siquiera son mencionados!
Grimlock, líder de los dinobots, de lo mejor de la película |
En este aspecto debo confesar que igual me pierde un poco mis gustos, porque ya sabéis que me encanta Mark Wahlberg (Los otros dos, Max Payne), y verlo correr de un lado a otro mientras machaca seres extraterrestres gigantes con una espada-arma láser es una gozada. El cambio con respecto a Shia LeBouf es a mejor, mucho mejor, y no sólo por el carisma que siempre desprende Wahlberg, sino porque él no nos va a dar una historia de amor propia de otro tipo de películas. Aunque es evidente que el filme debe tener su cuota adolescente, y para eso nos han colocado a la hija del protagonista, la guapa Nicola Peltz (Bates Motel) y al bastante soso Jack Reynor (Cold( y aquí, aunque la Peltz me encante, sí voy a ser más objetivo y afirmar que la pareja es de lo peorcito del filme; no sólo lastran algunas de las mejores escenas de la película, sino que todo lo que significan y su historia de amor no pegan ni con cola con el tono del filme. Además, los dos están bastante sosetes, se repiten bastante (¿cuántas veces insulta Wahlberg al novio de su hija en la pantalla con el mismo insulto?) y, al final, sólo consiguen que la película dure más de forma innecesaria. Es curioso, porque si Wahlberg resulta mejor protagonista que LeBouf, la historia del personaje de éste con el del personaje de Megan Fox, con todo lo malo que tenía, me resultaba más atractiva que la nueva historia de amor adolescente en una producción que, si no la tuviera, no sólo no se notaría, sino que además saldría ganando.
Y hablemos de secundarios, que hay mucha tela que cortar. ¿Os he dicho ya cuánto me gusta Stanley Tucci (The lovely bones, Los Juegos del Hambre)? Anda que no se nota que se lo ha pasado pipa con su personaje, totalmente pasado de vueltas y uno de los puntos más positivos del filme. A medias me quedo con T. J. Miller (Monstruoso, Cómo entrenar a tu dragón), la guapa Sophia Myles (Underworld, Outlander) y Li Bingbing (Resident Evil: Venganza), destacando de los tres a ésta última y su relación con el personaje de Tucci. En el lado de villanos humanos tenemos a dos actores que me gustan bastante; por un lado, a Kelsey Grammer (X-Men 3: La decisión final, Los Mercenarios 3) como el jefe del grupo de operaciones especiales que se encargan de capturar a los transformers que quedan; y, por otro lado, Titus Welliver (Perdidos, Sobrenatural), actor secundario de esos que se te quedan en la retina, capaz de trabajar en cientos de series y hacerse nota, que aquí interpreta al mejor y más cruel agente del personaje de Grammer. Este reparto, y hay nombres que no he incluido, es una nueva y buena muestra más de que Michael Bay sabe rodearse bien de lo mejorcito en cuanto a actores y actrices, tanto en términos de calidad interpretativa como de cara a la taquilla. Vale, no es que hagan en este filme unas interpretaciones de Oscar, pero ni falta que hace y, como decía en el caso de Tucci, me da que son plenamente conscientes de ello y que se limitan a cumplir con unos mínimos y, sobre todo, divertirse.
Los villanos humanos |
Llegados a este punto, es evidente que estamos ante los mejores efectos especiales de toda la saga. Bay consigue que veamos más claramente las peleas entre los robots, al mismo tiempo que se esfuerza por ofrecernos más y más escenas espectaculares y nunca vistas antes, al menos, en las anteriores entregas. Bay va por el más difícil todavía, buscando incluso la exageración (atentos a la escena de los cables) en más de una parte del metraje, lo cual algunos pueden tomar como algo malo pero a mí me encanta; pasada de rosca tras pasada de rosca, eso es la saga "Transformers" del señor Bay, y él lo sabe, y le encanta, que es lo importante. Es cierto que en algún que otro momento eso le lleva a pasarse demasiado, pero tampoco tanto como para estropear el resultado final de la cinta. Además, tuve la oportunidad de disfrutar de "Transformers: La era de la extinción" en 3D y, aunque no es de las películas que más aprovecha el formato, es todo un espectáculo visual digno de verse en la pantalla grande. Ya me perdí "Transformers: El lado oscuro de la luna" en 3D, y no tenía en mi agenda que eso fuera a repetirse con esta cuarta entrega, ni mucho menos.
También es bastante agradable que Bay haya dejado, al menos un poco, todo el tema de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Sí, tenemos esa unidad especial que va tras los transformers, pero os recuerdo que esta vez son los malos de la película, mientras que los únicos humanos buenos (sin entrar en spoilers) de la historia son tipos normales y corrientes, una familia, por decirlo así, que lo único que quiere es sobrevivir a la persecución a la que se ve sometida. En este aspecto, y aunque también es verdad que los robots gigantes siguen siendo los auténticos protagonistas, al menos Mark Wahlberg sí es más creíble como héroe humano, sobre todo cuando llega el momento de darle caña a los mismos transformers; lo dicho, es agradable que en cuanto a humanos no hace falta ser militar para saber luchar en las películas de Michael Bay. Tampoco hagáis mucho caso al subtítulo del filme que ha levantado tantas críticas por eso de que ya en las anteriores se hablaba de la extinción de la raza humana, porque la cosa va y no va por ahí. Si esperáis la enésima batalla contra los decepticons donde estos intentan destruir la Tierra, me temo que os podéis llevar un buen chasco, o una grata sorpresa.
Cade Yeager, preparado para dar leña |
Y vamos ahora con lo malo del filme, que no es poco, pero en mi opinión mucho menos de lo que indican algunas críticas. Ya he mencionado antes a la pareja adolescente protagonista que es, sin duda, al menos para quien esto escribe, lo peor de "Transformers: La era de la extinción", y con diferencia. Si pasamos lista, también encontramos con que algunos de los autobots siguen teniendo diálogos bastante... estúpidos, y estoy siendo amable, como si estuviéramos frente a un filme de animación para menores de diez años; esto no tendría nada de malo si luego la producción no tuviera ese tono más adulto en ciertas escenas. Para finalizar, comentar que estamos, si no me equivoco, ante la entrega más larga de la saga y, repito, para ser una película de verano repleta de explosiones, disparos, acción y robots gigantes, que no busca ninguna profundidad, me temo que casi tres horas son demasiado y, en algún que otro momento, se terminan por hacer pesadas. Como veis, no es que "Transformers: La era de la extinción" tenga muchos aspectos negativos, pero los que posee son lo bastante graves como para hacer cuesta arriba su visionado en algún que otro momento, sobre todo si tenemos en cuenta que hay escenas donde estos tres detalles aparecen a la vez. Me gustaría terminar este apartado con un detalle que no termina de ser malo del todo, pero que se vuelve algo irritante en partes del metraje: sí, la canción de Imagine Dragons mola bastante, pero usarla tanto, tanto, tanto y en momentos en los que pega bastante poco, acaba resultando algo cansino.
Sin embargo, a pesar de que haya que tener en cuenta que son fallos que pueden sacar bastante del filme (aspectos negativos muy subsanables), los puntos positivos con los que cuenta la película son bastante más numerosos y, al menos para mí, ganan por goleada. Además, la producción está repleta de grandes escenas y momentos para aplaudir en el cine como la aparición de los dinobots, el recorrido por la nave de Lockdown, el descubrimiento de los nuevos transformers creados por el gobierno, el ataque final de la nave de Lockdown, el regreso de un antiguo villano, el enfrentamiento contra los nuevos transformers y esa enorme escena donde Optimus Prime se une a Grimlock, usándolo como montura en su aspecto de Tyrannosaurus Rex tras una breve lucha que tendría que haberse aprovechado más; por ejemplo, podrían haber recortado de la relación entre los dos adolescentes y dedicado más tiempo a los dinobots y la pelea mencionada. Esto es uno de los tics de Bay que más odio y que, curiosamente, ya ha mostrado varias veces en películas que, de no tener ese en concreto, habrían mejorado mucho, como por ejemplo, "Transformers: La venganza de los caídos" y "Dos policías rebeldes 2". No, no cuento "Transformers" porque ahí, precisamente, la relación entre el personaje de Megan Fox y el de Shia LaBeouf era primordial para la historia.
Una de las escenas cumbre de la película |
En definitiva, y repito, "Transformers: La era de la extinción" sigue el buen camino marcado por "Transformers: El lado oscuro de la luna", dejando de lado la floja "Transformers: La venganza de los caídos". Tenemos entre manos un espectáculo visual de primer nivel, una película de entretenimiento para pasar un gran rato en el cine, sobre todo si somos fans de la saga "Transformers" de Michael Bay. A estas alturas es evidente que no es perfecta y, aunque se echa de menos un acercamiento más hacia la primera entrega, aprovechando que hay renovación de actores, que tenga la suficiente calidad como para pensar en la próxima no es un detalle al que despreciar, y menos con ese enorme cliffhanger final que promete más de un bombazo en la quinta parte. Lástima que los tics de Bay no la permitan ser más perfecta, pero también es cierto que sus tics, en este caso los positivos, hacen que sea tan divertida, con sus dinobots, sus personajes gamberretes, sus explosiones, sus oleadas de disparos, sus batallas finales y sus escenas exageradamente asombrosas. Un blockbuster palomitero, eso y nada más es lo que tenemos en "Transformers: La era de la extinción" y, señoras y señores, no es poco. Ni mucho menos.
Nota: 7,5/10
He visto las dos primeras películas. Y creo que no deberían ensañarse con Mega Fox, porque es atractiva, es buena actrix y es lo mejor de las dos primeras películas, diciendo sensualmente "Arbol de levas". Creo que deberían haber aprovechado su condición de entendida en la mecanica, para reparar a los Transformers. El problema que tenían esas dos películas eran los personajes humanos. El recurso para que el protagonista humano, no entrenado, se convierta en algo comparable al heroico Optimus Prime no convence demasiado. Tampoco las escenas con el protagonista tratando de llegar al objetivo, entre el peligro. Otro fallo, no desarrollar los personajes de los Autobots, con sus personalidades, como la de Optimus Prime, tan preocupado por sus Autobots, capaz de sacrificarse.
ResponderEliminarEsta cuarta película, es mejor. Cade es el personaje adecuado para ser el protagonista junto a los Autobots. Inventor estrafalario y a la vez un tanto conservador, tratando de limitar la vida social de su hija. Capaz de desobedecer las ordenes de entregar a los Autobots, es vital para que Optimus regrese. Personaje a la vez, que está decepcionado de los humanos, que no agradecen su ayuda.
El romance de la hija con el piloto no está mal, creo que favorece a la historia, cuando los ayuda a escapar, convirtiendose en uno más en la aventura.
Muy bien el personaje del cazarecompensas. Y el Galvatron, no otra cosa que una versión nueva de Megatron. Es tal vez un poco confusa la aparición de diversos bandos de villanos.
Pero son interesantes los villanos humanos, como del que pretende lucrar creando Transformers .
Sería interesante ver a los creadores de los Autbots y Decepticons, que llegaron a aparecer en la serie animada. Recuerdo el capítulo en que un personaje humano se convierte temporamente en Autobot, cuando transfieren su mente al Autobot X.
Pues creo que, prácticamente, estamos muy de acuerdo en todo, jeje.
EliminarLa verdad es que Optimus Prime es quien sale siempre mejor parado en cuanto a desarrollo de los autobots. Pero es normal, el personaje rezuma carisma por todas sus tuercas.
Molaría mucho ver eso de un humano en el cuerpo de un autobot en el cine. ¡A ver si se animan y hacen algo así! O cercano, claro.