Ficha Técnica
Título original: Las 8 caras del miedo
Autores: Santiago Repetto, Rain Cross, Moi Gascón, David Guirado, Tony Jiménez, Marco Gómez, Francisco Solla, Tarquino Félix Flores
Portada: Marco Gómez
Género: Terror
Nacionalidad: España
Formato: Digital
Nº de páginas: 49
Editorial:
Publicación: 2014
Sinopsis:
¿Cuántas caras tiene el miedo? Muchas, eso es indudable. Pero, ¿y si nos centramos en ocho de ellas? Hablemos de escritores obsesionados, hablemos de sangrientas visitas al Infierno, hablemos de niños asesinos, hablemos de monstruos seres que buscan el mal en el corazón de los hombres, hablemos de aterradores trucos en Halloween, hablemos de la Chica de la Curva, hablemos de vampiros, hablemos de errores del pasado que no son tales. Hablemos de miedo. Hablemos de sus caras.
Reseña:
Antologías. Hacía tiempo que no reseñaba ninguna, ¿verdad? Bueno, pues allá vamos con otra y, además, bastante interesante. Como bien sabéis los habituales de este blog, soy bastante adicto a leer antologías, no sólo a participar en ellas, sino a adquirir libros de relatos aunque yo no esté en ellos. Ya sabéis lo que pienso, que son volúmenes perfectos para conocer a nuevos autores, tener pequeñas píldoras de los más conocidos mientras sacan su siguiente novela y poder disfrutar de lecturas rápidas, concisas y directas al estómago. Las antologías de relatos de terror, las más populares, suelen ser perfectas para alcanzar este tipo de objetivos; nada mejor para pasar un buen-mal rato que leerse cada día un relato de terror de una antología. Tendremos lectura diaria, una pequeña dosis y no nos cansaremos de un libro de relatos donde, en la mayor parte de los casos, no están conectados.
No me gustaría dejar de lado las antologías de un solo autor, aunque no son lo mismo, al menos, normalmente. Cuando un escritor hace una antología con varios de sus relatos, lo habitual es que elija algún tema que los enlace a todos como, no sé, casas encantadas o fantasmas, pero no es demasiado anormal ver que los autores cogen algunas historias sueltas que tienen por ahí (premiadas o no en convocatorias) y hagan un recopilatorio entre novela y novela. Se podría decir que, al final, las antologías entre varios autores son más elaboradas en este punto, algo normal, porque, como he dicho muchas veces, pueden ser cartas de presentación para escritores que acaban de entrar en el mundillo o nuevos trabajos de quienes están empezando. Ya sabéis, hacer curriculum, estar en todas partes, llegar al mayor número posible de lectores, socializar en el mundo literario, colaborar con los compañeros... Hay docenas de motivos para llevar a cabo antologías entre diversos escritores, tantos que podríamos hacer un blog entero de entradas diarias para abordarlos todos.
Las antologías de varios autores son mucho más numerosas que las de uno solo. Eso es bastante evidente, y hablo de la literatura en general, porque si hablamos del mercado nacional, la cosa incluso se distancia más. Al fin y al cabo, para un autor en solitario, una novela sale mucho más rentable en todos los sentidos, no sólo en el monetario (las mismas editoriales prestan más atención a un libro que a una antología, aunque el escritor en cuestión tenga cierta fama), a pesar de que, en principio, una antología de varios autores debería tener unas ventas mínimas; ya sabéis, varios autores, más amigos y familiares que comprarán el libro, por no hablar de lo lejos que puede llegar. Pese a que las antologías entre varios escritores siguen abundando en nuestro país (repito, especialmente las de terror), últimamente hay menos de las que había hace, por ejemplo, cinco años. ¿El motivo? Las editoriales convencionales han rebajado drasticamente su apuesta por ellas.
Esto es un error, pero un error bastante comprensible. Me explico. Normalmente, quienes más apuestan en nuestro país por las antologías de terror son las editoriales pequeñas y medianas. Sin embargo, las ventas de este tipo de libros no suelen ser muy grandes, por lo que el dilema de estas editoriales es bastante claro, ¿verdad? No pueden arriesgar mucho ni demasiadas veces, y si publican al año varias recopilaciones de relatos, y no les salen las cuentas con la mitad, el negocio no voy a ninguna parte; y menos si hablamos de antologías de relatos con numerosos autores, con lo que eso conlleva también a la hora de formarlas (un consejo; poquitos y bien elegidos). Por otro lado, ante este panorama, las editoriales grandes, las que suelen apostar poco por los autores nuevos y recién llegados al mundillo, no suelen ver con buenos ojos este tipo de libros, y no sólo por el tema económico; sale más rentable un par de antologías al año repletas de escritores conocidos que varias con autores novatos a los que dar a conocer, sobre todo si tenemos en cuenta la distribución y los lugares de venta de los que disponen las grandes. En pocas palabras, es un error, pero es un error comprensible, una falta de riesgo que los lectores no apoyan con las ventas, algo lógico; yo mismo tengo en mi biblioteca personal más novelas que antologías. España tampoco es que sea un país muy dado a este tipo de libros, por cierto.
Sin embargo, las antologías siguen ahí, sobreviviendo, y en los últimos dos años, mediante varias formas de publicación que se han sumado a la tradicional. Por un lado, tenemos a Amazon, que ha implantado un curioso método por el cual los libros digitales que autopubliquemos con la plataforma podemos sacarlos también en papel, e incluso que sólo sean en este formato, por lo que se está viviendo una pequeña avalancha de títulos autoeditados en papel que no tienen cabida en las editoriales convencionales, entre otras razones, por algunas de las ya mencionadas; de esta manera, salen a la venta antologías y proyectos colectivos que las editoriales convencionales no acaban de ver claro a la hora de sacar a la venta. El mejor ejemplo de este método de publicación es la Pastilla Roja Ediciones con su línea la Pastilla Azul, dedicada en exclusiva a antologías buenas, bonitas y baratas que se publican a través de Amazon. Los resultados son espectaculares, como ya sabéis los que tengáis alguna de las ya editadas, y poco tienen que envidiar en calidad y profesionalidad a otras antologías sacadas por editoriales convencionales.
Pero hay otra vía de publicar antologías que, últimamente, ha vivido una subida bastante importante en cuanto a número de publicaciones, y esa es la de las antologías digitales gratuitas. Sí, habéis leído bien: gratuitas. ¿Es esto malo? En absoluto. ¿Quiere decir este dato que nos vamos a encontrar con libros con malos relatos, terriblemente corregidos y con historias nada cuidadas? Para nada. En este blog ya hemos tenido ejemplos de todo lo contrario como las antologías "Iberia Sumergida" y "Vampiralia". antologías digitales gratuitas muy trabajadas en todos los aspectos y de las que hemos hablado bastante en este blog. El objetivo de hacer antologías así no es, por supuesto, ganar dinero, sino proporcionarle a los lecturas buenas obras a precios inexistentes y dar a conocer a esos autores pequeñitos a los que parece que las editoriales apenas hacen caso, al menos, cuando están comenzando. Este tipo de antologías demuestran, además, que en esto de escribir no se necesitan grandes grupos editoriales detrás para hacer buenos proyectos, ni tener la intención de ganar dinero, premios o repercusión al por mayor. A veces sólo hace falta recordar que estamos en este mundillo porque nos gusta escribir, colaborar con los compañeros y trabajar para que los lectores disfruten de nuestras obras. Y con ese objetivo nació "Las 8 caras del miedo".
Tras este atrayente título se esconde una de las últimas antologías en las que he participado. Fui invitado por Moi Gascón (Mis terrores nocturnos), uno de estos autores "pequeñitos" y a la vez grandes que sólo están esperando su oportunidad para destacar más de lo que ya lo hacen. No tuve ninguna duda cuando me ofreció participar en esta antología, ya que es uno de esos amiguetes y compañeros literarios en los que descansa toda mi confianza. Fue un placer recibir tal invitación, así que, poco a poco, Moi, junto a los demás autores, sacó adelante la antología y la publicó en el Halloween del pasado 2014, una fecha perfecta para una lectura de esta clase. A pesar de que los comentarios sobre la antología fueron bastante buenos, siendo sincero, no tuvimos demasiados, y echamos en falta algunas reseñas. Ojo, eso no significa que esté haciendo la reseña de "Las 8 caras del miedo" porque apenas hemos tenido, sino, simplemente, porque, cómo sabéis muchos, tarde o temprano pero siempre hago la reseña correspondiente de las antologías en las que participo.
Debo confesar que la experiencia con "Las 8 caras del miedo" ha sido muy, muy gratificante en todos los sentidos. Tenemos entre manos una de esas obras creadas por el simple hecho de compartir nuestros trabajos escritos con vosotros los lectores, nada más. No hay ningún objetivo oculto más allá del de trabajar entre nosotros (con un buen rollo enorme, por cierto) y sacar adelante una antología de terror con la que podáis pasar unas cuantas malas/buenas noches de lecturas. Escribir y colaborar con compañeros y amigos han sido los dos únicos objetivos para formar "Las 8 caras del miedo". Ni es mejor ni peor que hacer una antología con una editorial, simplemente, un modo diferente de dar a conocer nuestro trabajo, una forma gracias a la cual he podido colaborar con compañeros escritores con los que no había tenido todavía la fortuna de coincidir en una antología (Rain Cross, Moi Gascón), conocer a nuevos escritores (Francisco Solla, Tarquino Félix Flores, Santiago Repetto), publicar junto a uno de mis mejores amigos (David Guirado) y hacer otro (Marco Gómez). Además, en éste último caso, hablamos del realizador de la genial portada de la antología, una cubierta que me encandiló desde el primer momento en el que la vi, mucho antes de entablar una fuerte amistad con el autor, un tipo genial que va a dar bastante de qué hablar, os lo aseguro. Y si no me creéis, echadle un nuevo vistazo a la portada de "Las 8 caras del miedo".
En general, "Las 8 caras del miedo" me ha gustado bastante. Le habría venido bastante bien un par de revisiones más, sobre todo en el tema de las correcciones, especialmente a algunos relatos, y hay una historia que no sé yo si es de terror, pero en general, me ha gustado mucho, repito. Lo mejor de la antología es que su título no es gratuito, porque nos presenta ocho caras del miedo muy diferentes; ninguna de ellas se repite, a pesar de que un par de relatos (el de Moi y el mío) se aproximen con el tema de los niños, pero al leerlos ya comprobamos que son totalmente diferentes. De este modo, cuando en otras antologías de una temática las historias (sobre todo si hay muchos relatos en el libro) se acaban pareciendo demasiado, no ocurre así en "Las 8 caras del miedo", que se ve beneficiada en varios aspectos de su corta extensión. Por supuesto, al ser una antología en la que he participado yo, como podréis ver al final de la reseña, no la he puntuado y tampoco, como es evidente, reseñaré mi relato; de eso ya os encargáis vosotros, los lectores. Eso sí, los demás relatos están debidamente reseñados tras su lectura.
Sin embargo, las antologías siguen ahí, sobreviviendo, y en los últimos dos años, mediante varias formas de publicación que se han sumado a la tradicional. Por un lado, tenemos a Amazon, que ha implantado un curioso método por el cual los libros digitales que autopubliquemos con la plataforma podemos sacarlos también en papel, e incluso que sólo sean en este formato, por lo que se está viviendo una pequeña avalancha de títulos autoeditados en papel que no tienen cabida en las editoriales convencionales, entre otras razones, por algunas de las ya mencionadas; de esta manera, salen a la venta antologías y proyectos colectivos que las editoriales convencionales no acaban de ver claro a la hora de sacar a la venta. El mejor ejemplo de este método de publicación es la Pastilla Roja Ediciones con su línea la Pastilla Azul, dedicada en exclusiva a antologías buenas, bonitas y baratas que se publican a través de Amazon. Los resultados son espectaculares, como ya sabéis los que tengáis alguna de las ya editadas, y poco tienen que envidiar en calidad y profesionalidad a otras antologías sacadas por editoriales convencionales.
Pero hay otra vía de publicar antologías que, últimamente, ha vivido una subida bastante importante en cuanto a número de publicaciones, y esa es la de las antologías digitales gratuitas. Sí, habéis leído bien: gratuitas. ¿Es esto malo? En absoluto. ¿Quiere decir este dato que nos vamos a encontrar con libros con malos relatos, terriblemente corregidos y con historias nada cuidadas? Para nada. En este blog ya hemos tenido ejemplos de todo lo contrario como las antologías "Iberia Sumergida" y "Vampiralia". antologías digitales gratuitas muy trabajadas en todos los aspectos y de las que hemos hablado bastante en este blog. El objetivo de hacer antologías así no es, por supuesto, ganar dinero, sino proporcionarle a los lecturas buenas obras a precios inexistentes y dar a conocer a esos autores pequeñitos a los que parece que las editoriales apenas hacen caso, al menos, cuando están comenzando. Este tipo de antologías demuestran, además, que en esto de escribir no se necesitan grandes grupos editoriales detrás para hacer buenos proyectos, ni tener la intención de ganar dinero, premios o repercusión al por mayor. A veces sólo hace falta recordar que estamos en este mundillo porque nos gusta escribir, colaborar con los compañeros y trabajar para que los lectores disfruten de nuestras obras. Y con ese objetivo nació "Las 8 caras del miedo".
Tras este atrayente título se esconde una de las últimas antologías en las que he participado. Fui invitado por Moi Gascón (Mis terrores nocturnos), uno de estos autores "pequeñitos" y a la vez grandes que sólo están esperando su oportunidad para destacar más de lo que ya lo hacen. No tuve ninguna duda cuando me ofreció participar en esta antología, ya que es uno de esos amiguetes y compañeros literarios en los que descansa toda mi confianza. Fue un placer recibir tal invitación, así que, poco a poco, Moi, junto a los demás autores, sacó adelante la antología y la publicó en el Halloween del pasado 2014, una fecha perfecta para una lectura de esta clase. A pesar de que los comentarios sobre la antología fueron bastante buenos, siendo sincero, no tuvimos demasiados, y echamos en falta algunas reseñas. Ojo, eso no significa que esté haciendo la reseña de "Las 8 caras del miedo" porque apenas hemos tenido, sino, simplemente, porque, cómo sabéis muchos, tarde o temprano pero siempre hago la reseña correspondiente de las antologías en las que participo.
Debo confesar que la experiencia con "Las 8 caras del miedo" ha sido muy, muy gratificante en todos los sentidos. Tenemos entre manos una de esas obras creadas por el simple hecho de compartir nuestros trabajos escritos con vosotros los lectores, nada más. No hay ningún objetivo oculto más allá del de trabajar entre nosotros (con un buen rollo enorme, por cierto) y sacar adelante una antología de terror con la que podáis pasar unas cuantas malas/buenas noches de lecturas. Escribir y colaborar con compañeros y amigos han sido los dos únicos objetivos para formar "Las 8 caras del miedo". Ni es mejor ni peor que hacer una antología con una editorial, simplemente, un modo diferente de dar a conocer nuestro trabajo, una forma gracias a la cual he podido colaborar con compañeros escritores con los que no había tenido todavía la fortuna de coincidir en una antología (Rain Cross, Moi Gascón), conocer a nuevos escritores (Francisco Solla, Tarquino Félix Flores, Santiago Repetto), publicar junto a uno de mis mejores amigos (David Guirado) y hacer otro (Marco Gómez). Además, en éste último caso, hablamos del realizador de la genial portada de la antología, una cubierta que me encandiló desde el primer momento en el que la vi, mucho antes de entablar una fuerte amistad con el autor, un tipo genial que va a dar bastante de qué hablar, os lo aseguro. Y si no me creéis, echadle un nuevo vistazo a la portada de "Las 8 caras del miedo".
En general, "Las 8 caras del miedo" me ha gustado bastante. Le habría venido bastante bien un par de revisiones más, sobre todo en el tema de las correcciones, especialmente a algunos relatos, y hay una historia que no sé yo si es de terror, pero en general, me ha gustado mucho, repito. Lo mejor de la antología es que su título no es gratuito, porque nos presenta ocho caras del miedo muy diferentes; ninguna de ellas se repite, a pesar de que un par de relatos (el de Moi y el mío) se aproximen con el tema de los niños, pero al leerlos ya comprobamos que son totalmente diferentes. De este modo, cuando en otras antologías de una temática las historias (sobre todo si hay muchos relatos en el libro) se acaban pareciendo demasiado, no ocurre así en "Las 8 caras del miedo", que se ve beneficiada en varios aspectos de su corta extensión. Por supuesto, al ser una antología en la que he participado yo, como podréis ver al final de la reseña, no la he puntuado y tampoco, como es evidente, reseñaré mi relato; de eso ya os encargáis vosotros, los lectores. Eso sí, los demás relatos están debidamente reseñados tras su lectura.
Sólo me queda desear que esta reseña os anime a leeros "Las 8 caras del miedo", una de esas antologías llevadas a cabo con un cariño inmenso y las simples ganas de trabajar y regalaros una buena lectura. Puede que no llegue tan lejos como otras, pero está realizada con las mismas ganas y profesionalidad, os lo garantizo. Sin más, paso a comentar los relatos de la antología en su orden de aparición:
-Derrumbe (Santiago Repetto)- Uno de los relatos más literarios que he leído últimamente. ¿A qué me refiero exactamente? Ah, ya sabéis que en este blog evitamos bastante los spoilers, así que tendréis que leerlo para averiguar de qué estoy hablando. Eso sí, os adelanto que este relato es una pequeña oda a los escritores, una oda con bastante mala leche y repleta de una sutil crítica bastante acertada. Además, estamos ante un relato que va de menos a más, lo cual me encanta, porque llegar al final es una gozada. Eso sí, estamos ante la historia menos cuidada, a nivel de correcciones y faltas ortográficas, de todo el libro, lo que le quita parte del encanto que posee.
-Inframundo (Rain Cross)- A Rain Cross sí la conocía mucho antes de participar en "Las 8 caras del miedo", y algo había leído ya de ella, demostrándome con sus relatos que estamos ante una autora que, a pesar de todos los trabajos que ya ha realizado, todavía le queda para desatar todo su potencial, así que, imaginaos cómo escribe ahora mismo. Estamos ante uno de los relatos más sangrientos de toda la antología, uno que no tiene nada que ver con el del compañero Santiago en cuanto a tono, una clara demostración de que todas las historias de "Las 8 caras del miedo" son bastante diferentes entre sí. Rain nos habla de un miedo muy real, el miedo físico, pero adentrándonos en un infierno horrible, decadente, aterrador y muy gore. ¿Queréis sangre? Aquí la tenéis.
-Juego de niños (Moi Gascón)- Como en el relato anterior, tenemos aquí un buen montón de detalles siniestros y bastante sangre por doquier. Y si metemos a niños en la ecuación, pues ya podréis adivinar el mal rollo que da la historia que ha escrito Moi, ¿verdad? Lo cierto es que es una historia que empieza bastante bien y acaba mejor, con un final con el que te quedas con la boca abierta, un final bastante macabro, acorde con lo que se nos ha ido contando. Sin embargo, en medio, hay pasajes que me han parecido algo redundantes en cuanto a la descripción de la matanza entre los niños. Por fortuna, no es algo que desluzca el resultado final del relato.
-Lo oculto (David Guirado)- Conocí a David Guirado en un foro de cómics (ay, los tiempos de los foros... qué poco los echo de menos) y, desde entonces, no me tiembla el pulso a la hora de afirmar que se ha convertido en uno de los mejores amigos que tengo en mi vida, ¡y eso que ni nos hemos conocido en persona! Lo que hacen las redes, ¿verdad? Sin embargo, David me tenía reservadas varias sorpresas, y una de ellas era que también escribía fan-fictions en varias páginas dedicadas a ellos como, por ejemplo, Action Tales (¿sigue viva?). Allí ya pude comprobar que este escritor tenía mucho futuro por delante y, al fin, parece que la cosa va viento en popa fuera del mundo de los fan-fictions y aquí le tenemos, escribiendo una historia de terror que tiene que ver mucho con sus orígenes literarios, es decir, los cómics. ¿Se puede hacer terror con aspectos de una historia de superhéroes? David nos demuestra que sí en esta aterradora y entretenida historia que, además, contiene un claro mensaje. Nada mal para comenzar fuera del mundo de los fan-fictions.
-El asiento de atrás (Marco Gómez)- Uno de mis relatos favoritos de la antología. Sí, así de firme soy con esta historia del portadista de "Las 8 caras del miedo". Tenemos aquí una historia de terror muy bien escrita, genialmente llevada y que da bastante mal rollo durante toda su corta extensión, que es lo más flojo del relato; te deja con ganas de más, mucho más y eso fastidia que da gusto en casos como este. Si a eso le añadimos que tiene guiños al terror cinematográfico y literario, un final de infarto y que le da otra perspectiva a la historia de la chica de la curva, podemos comprobar con "El asiento de atrás" que a Marco se le da tan bien escribir como ilustrar. A las pruebas me remito.
-Muerte, despertar y sangre (Francisco Solla)- Vampiros. Una buena antología de terror no puede estar completa sin la presencia de los vampiros y, en este potente relato, me ha gustado bastante la poderosa presencia de los hijos de la noche. Como os decía más arriba, tampoco conocía a Francisco antes de esta antología, y ya afirmo que habrá que seguirle la pista, porque aunque el relato no reinventa la rueda, tampoco le hace falta. Poco os puedo contar de esta estupenda historia de terror, porque os estropearía la sorpresa, pero tenemos entre manos otro relato que va de menos a más y que posee una ambientación fantástica. Me ha gustado mucho, sí.
-Cita con el pasado (Tarquino Félix Flores)- El único relato con el que he tenido problemas. Ojo, no es que esté mal escrito o que Tarquino nos entregue una mala historia, todo lo contrario, porque lo que nos cuenta es bastante interesante, y con algún que otro tinte fantástico bastante bien colocado. Sin embargo, a mí no me ha parecido un relato de terror y, mucho menos, uno que se centre en algún tipo de miedo, por así decirlo. Puedo estar perfectamente equivocado, y me sabe mal escribir estas palabras dado el buen sabor de boca que me han dejado todos los relatos, pero aunque como historia fantástica me vale, no es así como historia de terror. A pesar de ser un buen relato, no casa del todo con el tono de la antología, y mucho menos con las historias precedentes.
-Derrumbe (Santiago Repetto)- Uno de los relatos más literarios que he leído últimamente. ¿A qué me refiero exactamente? Ah, ya sabéis que en este blog evitamos bastante los spoilers, así que tendréis que leerlo para averiguar de qué estoy hablando. Eso sí, os adelanto que este relato es una pequeña oda a los escritores, una oda con bastante mala leche y repleta de una sutil crítica bastante acertada. Además, estamos ante un relato que va de menos a más, lo cual me encanta, porque llegar al final es una gozada. Eso sí, estamos ante la historia menos cuidada, a nivel de correcciones y faltas ortográficas, de todo el libro, lo que le quita parte del encanto que posee.
-Inframundo (Rain Cross)- A Rain Cross sí la conocía mucho antes de participar en "Las 8 caras del miedo", y algo había leído ya de ella, demostrándome con sus relatos que estamos ante una autora que, a pesar de todos los trabajos que ya ha realizado, todavía le queda para desatar todo su potencial, así que, imaginaos cómo escribe ahora mismo. Estamos ante uno de los relatos más sangrientos de toda la antología, uno que no tiene nada que ver con el del compañero Santiago en cuanto a tono, una clara demostración de que todas las historias de "Las 8 caras del miedo" son bastante diferentes entre sí. Rain nos habla de un miedo muy real, el miedo físico, pero adentrándonos en un infierno horrible, decadente, aterrador y muy gore. ¿Queréis sangre? Aquí la tenéis.
-Juego de niños (Moi Gascón)- Como en el relato anterior, tenemos aquí un buen montón de detalles siniestros y bastante sangre por doquier. Y si metemos a niños en la ecuación, pues ya podréis adivinar el mal rollo que da la historia que ha escrito Moi, ¿verdad? Lo cierto es que es una historia que empieza bastante bien y acaba mejor, con un final con el que te quedas con la boca abierta, un final bastante macabro, acorde con lo que se nos ha ido contando. Sin embargo, en medio, hay pasajes que me han parecido algo redundantes en cuanto a la descripción de la matanza entre los niños. Por fortuna, no es algo que desluzca el resultado final del relato.
-Lo oculto (David Guirado)- Conocí a David Guirado en un foro de cómics (ay, los tiempos de los foros... qué poco los echo de menos) y, desde entonces, no me tiembla el pulso a la hora de afirmar que se ha convertido en uno de los mejores amigos que tengo en mi vida, ¡y eso que ni nos hemos conocido en persona! Lo que hacen las redes, ¿verdad? Sin embargo, David me tenía reservadas varias sorpresas, y una de ellas era que también escribía fan-fictions en varias páginas dedicadas a ellos como, por ejemplo, Action Tales (¿sigue viva?). Allí ya pude comprobar que este escritor tenía mucho futuro por delante y, al fin, parece que la cosa va viento en popa fuera del mundo de los fan-fictions y aquí le tenemos, escribiendo una historia de terror que tiene que ver mucho con sus orígenes literarios, es decir, los cómics. ¿Se puede hacer terror con aspectos de una historia de superhéroes? David nos demuestra que sí en esta aterradora y entretenida historia que, además, contiene un claro mensaje. Nada mal para comenzar fuera del mundo de los fan-fictions.
-El asiento de atrás (Marco Gómez)- Uno de mis relatos favoritos de la antología. Sí, así de firme soy con esta historia del portadista de "Las 8 caras del miedo". Tenemos aquí una historia de terror muy bien escrita, genialmente llevada y que da bastante mal rollo durante toda su corta extensión, que es lo más flojo del relato; te deja con ganas de más, mucho más y eso fastidia que da gusto en casos como este. Si a eso le añadimos que tiene guiños al terror cinematográfico y literario, un final de infarto y que le da otra perspectiva a la historia de la chica de la curva, podemos comprobar con "El asiento de atrás" que a Marco se le da tan bien escribir como ilustrar. A las pruebas me remito.
-Muerte, despertar y sangre (Francisco Solla)- Vampiros. Una buena antología de terror no puede estar completa sin la presencia de los vampiros y, en este potente relato, me ha gustado bastante la poderosa presencia de los hijos de la noche. Como os decía más arriba, tampoco conocía a Francisco antes de esta antología, y ya afirmo que habrá que seguirle la pista, porque aunque el relato no reinventa la rueda, tampoco le hace falta. Poco os puedo contar de esta estupenda historia de terror, porque os estropearía la sorpresa, pero tenemos entre manos otro relato que va de menos a más y que posee una ambientación fantástica. Me ha gustado mucho, sí.
-Cita con el pasado (Tarquino Félix Flores)- El único relato con el que he tenido problemas. Ojo, no es que esté mal escrito o que Tarquino nos entregue una mala historia, todo lo contrario, porque lo que nos cuenta es bastante interesante, y con algún que otro tinte fantástico bastante bien colocado. Sin embargo, a mí no me ha parecido un relato de terror y, mucho menos, uno que se centre en algún tipo de miedo, por así decirlo. Puedo estar perfectamente equivocado, y me sabe mal escribir estas palabras dado el buen sabor de boca que me han dejado todos los relatos, pero aunque como historia fantástica me vale, no es así como historia de terror. A pesar de ser un buen relato, no casa del todo con el tono de la antología, y mucho menos con las historias precedentes.
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