Hay estrenos de películas que más que estrenos son todo un acontecimiento. Hay publicaciones de libros que más que publicaciones son acontecimientos por todo lo alto. Hay discos de música que cuando salen a la venta son algo más que simples discos para escuchar en casa, son puro espectáculo, acontecimientos que le cambian la vida a uno. Hay cómics que se esperan durante tanto tiempo y ponen las expectativas tan altas que su aparición en las librerías especializadas conlleva largas colas y gritos de jubilo, todo un acontecimiento. Y, por supuesto, hay videojuegos que también lo es, es decir, grandes acontecimientos en estado puro. Eso sí, se depende mucho de la visión subjetiva de quién los espera, porque no es lo mismo que a alguien le dé exactamente igual que un viernes salga tal o cual videojuego que si lo comparamos con un comprador que ya babeaba con las primeras noticias acerca del susodicho. Y aquí entramos todos, porque así son los gustos, todos tenemos los nuestros, personales e intransferibles, únicos en cada uno de nosotros. Sin embargo, hay que admitir que no somos pocos los que esperábamos con auténticas ansias asesinas la llegada del videojuego que voy a promocionar un poco hoy mientras lo termino y realizo la pertinente reseña. No, el título del que vamos a charlar no es precisamente un novato en el mundo gamer, y desde la primera información (real) que se nos dio al respecto somos muchos los que hemos salivado al menor detalle que se nos ha ofrecido. Hablo del nuevo "Doom", o "Doom 4" como lo llaman algunos, un término muy acertado si tenemos en cuenta que tiene tanto ADN de secuela como de reboot de la saga, lo cual ya pretendía ser "Doom 3", ¡y aquel sí que llevaba número! Menuda ironía, ¿verdad?
Cuando en la comunidad jugona se habla de "Doom", los más talluditos somos los primeros en asentir con la cabeza. Al fin y al cabo, nos referimos al padre de los FPS (First Person Shooter) actuales, aunque mejor sería decir que de todos los tiempos. Mientras que el clásico "Wolfenstein 3D" podría ser perfectamente el abuelo de este ya género (anteriormente subgénero), sin entrar en otros ejemplos menos populares y no tan trabajados, "Doom" rompió el molde poco después, dejando de lado las fortalezas nazis y la Segunda Guerra Mundial para adentrarnos en un espacio repleto de demonios, engendros infernales y abominaciones que mezclaban la carne con el metal. Es posible que el argumento de "Doom", al igual que el de buena parte de los clásicos FPS, no fuera nada del otro mundo, pero funcionaba a las mil maravillas para lo que deseaba, que era ni más ni menos que proporcionarnos horas de diversión, rock, violencia, terror y destrucción. Y vaya si lo consiguió... con todas y cada una de sus entregas, añadiendo suaves matices con "Doom 3", que se acercaba más al survival horror de "Resident Evil" y "Silent Hill", adelantándose a la actual oleada de videojuegos de terror en primer persona donde el esconderse, el huir y la ambientación son grandes protagonistas de la aventura. No, el primer "Doom" no era así, y la trama podría haberse escrito en una servilleta de papel, un argumento principal que nos ponía en la piel de un duro marine espacial que se veía envuelto en un infierno de portales dimensionales y experimentos en las lunas de Marte que conectaban nuestra dimensión con el mismísimo Infierno, logrando una mezcla excelente entre terror y ciencia-ficción a lo "Alien, el octavo pasajero". Fijaos si el tema tenía miga que en 1997 se estrenó "Horizonte Final", la mejor película de Paul W. S. Anderson (Mortal Kombat, Resident Evil) hasta la fecha, donde una nave espacial conecta mediante un agujero negro con el Infierno. No sé qué os parecerá a vosotros, pero para mí el concepto no sólo es brutal, sino que merece aprovecharse mejor en todos los planos posibles.
Gracias a sus múltiples virtudes, "Doom" no tardó en convertirse en un clásico del mundo de los videojuegos. Vale, puede que nunca contase con la popularidad del "Tetris", las diferentes entregas de "Super Mario Bros.", las de cierto erizo azul que corre a la velocidad de la luz o las peleas internacionales de la saga "Street Fighter", pero siempre le ha faltado bastante poco. La ambientación en la que nos sumergía, la banda sonora, el arsenal con el que contábamos para masacrar a nuestros enemigos, los brutales efectos como las explosiones de los barriles, la acción desenfrenada y las sanguinarias carnicerías en las que nos veíamos envueltos eran razones más que suficientes para que "Doom" se convirtiera, al menos, en un título de culto. Además, gracias a su "simulada" sensación de hallarnos en un entorno tridimensional nos metía directamente en la batalla contra el Infierno, provocando que nos sintiéramos como si de verdad estuviéramos en las cercanías de Marte. Para redondear el círculo, por aquel entonces las demos de los videojuegos eran algo habitual, hasta el punto de que en una primera versión de "Doom" se nos permitía jugar el primer capítulo de tres por completo, siendo una auténtica gozada. Un año después llegó "Doom II", el cual mejoraba ligeramente los gráficos de su predecesor, situando la historia en la Tierra, asolada por las hordas de demonios que acompañaron a nuestro protagonista a través de uno de los portales. Se añadieron varias armas nuevas, como la famosa escopeta de dos cañones que desde entonces ha sido icono de la saga junto a la espectacular motosierra, y por supuesto algunos enemigos que aumentaban la dificultad de un título que no era sencillo precisamente. Poco después apareció en el mercado "Ultimate Doom", que no era más que una nueva versión de la primera entrega, eso sí, con un nivel añadido y varios interesantes extras.
Tuvimos que esperar diez años para tener una nueva entrega de "Doom", el ya mencionado "Doom 3", que fue todo un giro a la saga, y sí, he dicho saga a pesar de que oficialmente era una trilogía. Veamos, teníamos "Ultimate Doom", pero la comunidad gamer no se quedó quieta aguardando la siguiente parte. Dejando a un lado las versiones que salieron para diferentes consolas como Nintendo 64, PlayStation e incluso Game Boy Advance, siendo ésta última sorprendentemente respetuosa con el "Doom" original, se comenzaron a crear diferentes mods (extensión que mejora un juego original de alguna manera) gracias a que el código fuente del videojuego fue publicado para que resultara libre para los fans. Las personales creaciones de los jugones no se hicieron esperar, al mismo tiempo que diferentes compañías copiaban la formula "Doom" pariendo títulos tan interesantes como "Heretic" que, en pocas palabras, era un "Doom" centrado en la fantasía y no en el terror, usando el protagonista varitas mágicas y conjuros para enfrentarse a sus enemigos, desde orcos hasta gárgolas, pasando por fantasmas, hechiceros y trolls. Aunque el concepto pueda parecer muy original, que lo era (tuvo continuación en el excelente "Hexen"), los mods que se han ido realizando desde entonces han marcado tanta escuela que hay algunos ya míticos en la comunidad gamer. Y es que, por aquel entonces, eso de los mods de videojuegos de éxito no era algo demasiado común, por lo que es evidente que "Doom" también innovó al respecto. Pero ¿lo hizo también "Doom 3"? Bueno, la tercera entrega tomó caminos diferentes, también llenos de calidad, aunque distintos, algo nada extraño si tenemos en cuenta que recorrer los mismos no hubiera funcionado en absoluto.
Como os decía al comienzo de esta entrada, "Doom 3" no era una secuela al uso, sino un reboot (término que por entonces no era tan usual como hoy día) que nos situaba en una historia muy similar a la de la primera entrega, aunque con tintes algo diferentes. Por ejemplo, se le daba mucha importancia al terror, hasta el punto de que, sobre todo en los primeros compases del videojuego, el concepto de survival horror estaba bastante conseguido, con ese controvertido uso de la linterna que sólo podíamos sacar al guardar todas las armas, lo que nos dejaba completamente desprotegidos contra las cosas que nos esperaban en la oscuridad, las cuales surgían cada cierto tiempo para sobresaltarnos de lo lindo. Pese a que las críticas fueron duras con "Doom 3" al cambiar la manera de jugar a un "Doom", lo cierto es que se convirtió en todo un éxito, tanto por su trabajada historia (los archivos que íbamos encontrando nos ayudaban a comprender lo ocurrido en los centros alrededor de Marte, y cómo podíamos evitar la invasión del Infierno) como por un apartado gráfico que daba un paso adelante en el mundo de los videojuegos, siendo uno de los más potentes en su momento. Eso sí, la esencia "Doom" estaba en "Doom 3" a pesar de que no lo pareciera en principio, en forma de ambientación lúgubre, demonios a los que destrozar, sangre a mansalva, acción a tope, música rock y un buen montón tanto de homenajes como de referencias a las entregas anteriores, llegando incluso a sugerirse mediante unas tablillas que el héroe de los anteriores "Doom" ya había pasado por las ruinas alienígenas por las que pasamos. Por supuesto, "Doom 3" tuvo su correspondiente expansión teniendo en cuenta el final de la historia, "Doom 3: La resurrección del mal", que no sólo incluía armas y enemigos extra, sino que finalizaba el argumento iniciado en el anterior. Todo hay que decirlo, más que una expansión parecía una secuela, en tiempos en los que este tipo de añadidos a los juegos originales empezaban a desaparecer paulatinamente para ser sustituidos por los consabidos DLC´s, es decir, contenidos descargables dispuestos a despojarnos de nuestra pasta. Tal fue el éxito de "Doom 3" que, al fin, se hizo la adaptación cinematográfica basada en la saga y que tanto tiempo se llevaba postergando, protagonizada por Dwayne "The Rock" Johnson (Tesoro del Amazonas, Sed de venganza) y Karl Urban (El Señor de los Anillos: Las dos torres, Dredd), con argumento basado en el mismo "Doom 3", aunque sin Infierno ni demonios (gran error), pero con algunos de los mejores minutos del traslado de un videojuego a la pantalla grande. Sí, me refiero a la parte FPS del filme, en la cual nos ponemos con el protagonista como si le manejáramos en el propio videojuego, viéndolo todo en una perspectiva en tercera persona, al mismo tiempo que el marine de la historia masacraba a zombis y engendros infernales por igual. Por si no fuera suficiente, años después, alrededor de 2012, salió la llamada "Doom 3: BFG Edition", que no sólo incluía las tres entregas de la saga al completo, es decir, con todos los añadidos, extras y expansiones, sino también mejores gráficas y sonoras para el "Doom 3", y un capítulo especial, perdido hasta el momento, y que encajaba como un guante en la trama principal del juego. En pocas palabras, un pack de coleccionista perfecto para quitarnos el mono de "Doom" mientras se aclaraban los detalles alrededor del "Doom 4", el cual ya tenemos entre nosotros.
Lo cierto es que los rumores sobre el nuevo "Doom", o "Doom 4", aparecieron en cuanto se tuvo claro el gran éxito de "Doom 3". Sin embargo, no fue hasta la salida del notable "Rage", que Id Software se puso en serio a preparar la nueva entrega de la clásica saga. El objetivo era bastante claro, y no sólo pasaba por crear otro portento gráfico para ordenadores y consolas, sino también por devolver a "Doom" a sus raíces, es decir, pasar del survival horror de "Doom 3" y regresar a la acción frenética de las partes originales, esa ensalada de disparos, rock, sangre, vísceras y rápidos movimientos para evitar el contraataque de los fieros demonios del Infierno. En un mundo donde los FPS parecen algo encallados en las mismas fórmulas de siempre (ejem, "Call of Duty", ejem), especialmente cuando hablamos del modo campaña para un solo jugador (sí, incluso el terror indie parece cada día más repetitivo), el nuevo "Doom" vendría a poner orden en un género que prácticamente crearon las entregas originales. Siempre hubo precedentes, claro, pero "Doom" fue quien impulsó de verdad lo que hoy conocemos como FPS, al igual que "Resident Evil" lo hizo con el survival horror a pesar de que "Alone in the Dark" podría considerarse el auténtico origen. Pese a que hubo momentos en los que se jugó con la idea de que este nuevo "Doom" podría no llegar nunca, al final no nos hemos encontrad con otro "Duke Nukem Forever", sino con un producto de sobresaliente en toda regla. Recordemos que fue hace meses cuando se descubrió el primer trailer del videojuego, y no podía tener mejor pinta. Los fans empezamos a babear. "Doom" había vuelto, no cabía ninguna duda.
Y sí, "Doom" ha vuelto por todo lo alto. Como si fuera obligatorio que regresara en cada generación para devolvernos al Infierno, "Doom" está aquí otra vez para demostrarnos que si es el rey de los FPS no es por casualidad, sino por méritos propios. Ojo, lo que voy a hacer aquí no es un análisis, sino una especie de promoción del videojuego para que sepáis qué os espera, y cuánto antes la haga mejor, ya que estos son los días en los que todo el mundo (redacciones de revistas gamers incluidas) está jugandolo, yo también, por supuesto, pero no, no pretendo hacer un análisis ni una reseña, sino invitaros a que os adentréis en este nuevo-viejo Infierno al que nos invita la cuarta entrega oficial de la saga. Ya he dado mis primeros pasos en el juego, y os aseguro que da todo lo que promete y más. ¿Y qué prometía este nuevo "Doom"? Lo comentado con anterioridad, una experiencia shooter cercana a las de antaño, concretamente a la de las primeras entregas, con un protagonista con el que deberemos recorrer pasillos, arenas, salas oscuras y pasajes infernales mientras esquivamos los ataques de las abominaciones que surgen a nuestro paso... sólo para devolvérselos multiplicados por diez para así destruirlos en una nube de sangre, carne y destrucción. Para que la experiencia sea todavía más sangrienta de lo que recordamos (y lo es bastante ya de por sí), esta nueva parte de la saga introduce elementos tan interesantes como los glory kills, o asesinatos gloriosos, donde reventamos a nuestros enemigos mediante rápidos y brutales movimientos que llenan nuestros monitores de hemoglobina. Por lo demás, y evitando mencionar pequeñas diferencias con respecto a los anteriores "Doom", lo cierto es que se ha mantenido al milímetro la esencia de los originales, en especial del primero, hasta el punto de que podría pasar por un remake con mejores gráficos (¡y menudos gráficos!) si no fuera porque es una secuela de una manera bastante curiosa. ¡Ah! También contiene un argumento más trabajado del que parece en un principio, lo cual no es raro si tenemos en cuenta que este nuevo "Doom" va enfocado sobre todo a la campaña en solitario, larga, dura y tremendamente entretenida. Sí, "Doom" deja un poco de lado el multijugador online, un modo en el que se han centrado tanto los FPS de los últimos años que incluso hay casos donde la campaña de un solo jugador sólo era una pobre excusa para que unos pocos adquiriéramos el videojuego en cuestión. Sí, vale, la opción para crear nuestros propios mapas de forma tan intuitiva como sencilla es otro modo de juego con el que nos pasaremos días enganchados, pero olvidaos de que este nuevo "Doom" haya sido creado para los multijugadores, a pesar de que esta modalidad es tan frenética como divertida. El nuevo "Doom" es "Doom" con todo lo bueno y lo malo que conlleva.
Sin desvelaros mucho más (el principio del juego es un ir al grano desde los primeros minutos), es curioso que las primeras críticas negativas al título, pocas en realidad, se hayan centrado en el hecho de que estamos ante una manera muy antigua y pasada de entender los FPS. A ver, nos pasamos el día pidiendo a las compañías que volvamos a lo de antes (¿quién no ha leído o escuchado protestas similares hacia la saga "Resident Evil"?), y cuando una lo hace, nos quejamos de que no es "Doom 3"... ¡Cuando éste recibió quejas de que era demasiado diferentes a los anteriores! ¿Estamos locos o qué nos pasa? Bueno, los fans que llevábamos tiempo esperando el regreso del auténtico "Doom", a pesar de todo lo que disfrutamos con la tercera entrega, no estamos locos, no... O puede que sí, que haya que perder mucha cordura para sujetar la escopeta de dos cañones, preparar el rifle de plasma y sumergirnos en un infierno repleto de demonios cibernéticos que están deseando matarnos con nuestras propias piernas, algo que sucede en una de las docenas de asesinatos que podemos sufrir durante la historia, tan espectaculares como las mencionadas glory kills que dispensamos a diestro y siniestro. Se acabó recuperar vida sólo con esconderse y esperar unos segundos, aquí estamos a la antigua, a matar enemigos para conseguir botiquines y munición para continuar jugando. "Doom", o "Doom 4", es un shooter a la antigua, frenético, despiadado, divertido y espectacular gracias a un sonido y unos gráficos de infarto. Movernos de lado a lado del escenario, como si fuera un ballet infernal, es necesario para sobrevivir tanto como apretar el gatillo y no soltarlo hasta que haya muerto el último de nuestros aborrecibles enemigos, los cuales respetan bastante el diseño de los originales, incluyendo los jefes finales que, sí, cuentan con barra de energía en escenarios-arena ya clásicos de la saga. ¡Incluso podemos subir las características de nuestras armas y armadura para hacerlas más efectivas contra los demonios! Otra de las pequeñas novedades que añaden más calidad a la fórmula "Doom" que millones de gamers conocemos y amamos. ¿Preparados para armaros hasta los dientes, escuchar rock del bueno y reventar demonios para alcanzar el corazón del mismo Infierno? Bienvenidos a un mundo de muerte, sangre y fuego. Bienvenidos a "Doom". Es un placer estar de vuelta.
Gracias a sus múltiples virtudes, "Doom" no tardó en convertirse en un clásico del mundo de los videojuegos. Vale, puede que nunca contase con la popularidad del "Tetris", las diferentes entregas de "Super Mario Bros.", las de cierto erizo azul que corre a la velocidad de la luz o las peleas internacionales de la saga "Street Fighter", pero siempre le ha faltado bastante poco. La ambientación en la que nos sumergía, la banda sonora, el arsenal con el que contábamos para masacrar a nuestros enemigos, los brutales efectos como las explosiones de los barriles, la acción desenfrenada y las sanguinarias carnicerías en las que nos veíamos envueltos eran razones más que suficientes para que "Doom" se convirtiera, al menos, en un título de culto. Además, gracias a su "simulada" sensación de hallarnos en un entorno tridimensional nos metía directamente en la batalla contra el Infierno, provocando que nos sintiéramos como si de verdad estuviéramos en las cercanías de Marte. Para redondear el círculo, por aquel entonces las demos de los videojuegos eran algo habitual, hasta el punto de que en una primera versión de "Doom" se nos permitía jugar el primer capítulo de tres por completo, siendo una auténtica gozada. Un año después llegó "Doom II", el cual mejoraba ligeramente los gráficos de su predecesor, situando la historia en la Tierra, asolada por las hordas de demonios que acompañaron a nuestro protagonista a través de uno de los portales. Se añadieron varias armas nuevas, como la famosa escopeta de dos cañones que desde entonces ha sido icono de la saga junto a la espectacular motosierra, y por supuesto algunos enemigos que aumentaban la dificultad de un título que no era sencillo precisamente. Poco después apareció en el mercado "Ultimate Doom", que no era más que una nueva versión de la primera entrega, eso sí, con un nivel añadido y varios interesantes extras.
Tuvimos que esperar diez años para tener una nueva entrega de "Doom", el ya mencionado "Doom 3", que fue todo un giro a la saga, y sí, he dicho saga a pesar de que oficialmente era una trilogía. Veamos, teníamos "Ultimate Doom", pero la comunidad gamer no se quedó quieta aguardando la siguiente parte. Dejando a un lado las versiones que salieron para diferentes consolas como Nintendo 64, PlayStation e incluso Game Boy Advance, siendo ésta última sorprendentemente respetuosa con el "Doom" original, se comenzaron a crear diferentes mods (extensión que mejora un juego original de alguna manera) gracias a que el código fuente del videojuego fue publicado para que resultara libre para los fans. Las personales creaciones de los jugones no se hicieron esperar, al mismo tiempo que diferentes compañías copiaban la formula "Doom" pariendo títulos tan interesantes como "Heretic" que, en pocas palabras, era un "Doom" centrado en la fantasía y no en el terror, usando el protagonista varitas mágicas y conjuros para enfrentarse a sus enemigos, desde orcos hasta gárgolas, pasando por fantasmas, hechiceros y trolls. Aunque el concepto pueda parecer muy original, que lo era (tuvo continuación en el excelente "Hexen"), los mods que se han ido realizando desde entonces han marcado tanta escuela que hay algunos ya míticos en la comunidad gamer. Y es que, por aquel entonces, eso de los mods de videojuegos de éxito no era algo demasiado común, por lo que es evidente que "Doom" también innovó al respecto. Pero ¿lo hizo también "Doom 3"? Bueno, la tercera entrega tomó caminos diferentes, también llenos de calidad, aunque distintos, algo nada extraño si tenemos en cuenta que recorrer los mismos no hubiera funcionado en absoluto.
Como os decía al comienzo de esta entrada, "Doom 3" no era una secuela al uso, sino un reboot (término que por entonces no era tan usual como hoy día) que nos situaba en una historia muy similar a la de la primera entrega, aunque con tintes algo diferentes. Por ejemplo, se le daba mucha importancia al terror, hasta el punto de que, sobre todo en los primeros compases del videojuego, el concepto de survival horror estaba bastante conseguido, con ese controvertido uso de la linterna que sólo podíamos sacar al guardar todas las armas, lo que nos dejaba completamente desprotegidos contra las cosas que nos esperaban en la oscuridad, las cuales surgían cada cierto tiempo para sobresaltarnos de lo lindo. Pese a que las críticas fueron duras con "Doom 3" al cambiar la manera de jugar a un "Doom", lo cierto es que se convirtió en todo un éxito, tanto por su trabajada historia (los archivos que íbamos encontrando nos ayudaban a comprender lo ocurrido en los centros alrededor de Marte, y cómo podíamos evitar la invasión del Infierno) como por un apartado gráfico que daba un paso adelante en el mundo de los videojuegos, siendo uno de los más potentes en su momento. Eso sí, la esencia "Doom" estaba en "Doom 3" a pesar de que no lo pareciera en principio, en forma de ambientación lúgubre, demonios a los que destrozar, sangre a mansalva, acción a tope, música rock y un buen montón tanto de homenajes como de referencias a las entregas anteriores, llegando incluso a sugerirse mediante unas tablillas que el héroe de los anteriores "Doom" ya había pasado por las ruinas alienígenas por las que pasamos. Por supuesto, "Doom 3" tuvo su correspondiente expansión teniendo en cuenta el final de la historia, "Doom 3: La resurrección del mal", que no sólo incluía armas y enemigos extra, sino que finalizaba el argumento iniciado en el anterior. Todo hay que decirlo, más que una expansión parecía una secuela, en tiempos en los que este tipo de añadidos a los juegos originales empezaban a desaparecer paulatinamente para ser sustituidos por los consabidos DLC´s, es decir, contenidos descargables dispuestos a despojarnos de nuestra pasta. Tal fue el éxito de "Doom 3" que, al fin, se hizo la adaptación cinematográfica basada en la saga y que tanto tiempo se llevaba postergando, protagonizada por Dwayne "The Rock" Johnson (Tesoro del Amazonas, Sed de venganza) y Karl Urban (El Señor de los Anillos: Las dos torres, Dredd), con argumento basado en el mismo "Doom 3", aunque sin Infierno ni demonios (gran error), pero con algunos de los mejores minutos del traslado de un videojuego a la pantalla grande. Sí, me refiero a la parte FPS del filme, en la cual nos ponemos con el protagonista como si le manejáramos en el propio videojuego, viéndolo todo en una perspectiva en tercera persona, al mismo tiempo que el marine de la historia masacraba a zombis y engendros infernales por igual. Por si no fuera suficiente, años después, alrededor de 2012, salió la llamada "Doom 3: BFG Edition", que no sólo incluía las tres entregas de la saga al completo, es decir, con todos los añadidos, extras y expansiones, sino también mejores gráficas y sonoras para el "Doom 3", y un capítulo especial, perdido hasta el momento, y que encajaba como un guante en la trama principal del juego. En pocas palabras, un pack de coleccionista perfecto para quitarnos el mono de "Doom" mientras se aclaraban los detalles alrededor del "Doom 4", el cual ya tenemos entre nosotros.
Lo cierto es que los rumores sobre el nuevo "Doom", o "Doom 4", aparecieron en cuanto se tuvo claro el gran éxito de "Doom 3". Sin embargo, no fue hasta la salida del notable "Rage", que Id Software se puso en serio a preparar la nueva entrega de la clásica saga. El objetivo era bastante claro, y no sólo pasaba por crear otro portento gráfico para ordenadores y consolas, sino también por devolver a "Doom" a sus raíces, es decir, pasar del survival horror de "Doom 3" y regresar a la acción frenética de las partes originales, esa ensalada de disparos, rock, sangre, vísceras y rápidos movimientos para evitar el contraataque de los fieros demonios del Infierno. En un mundo donde los FPS parecen algo encallados en las mismas fórmulas de siempre (ejem, "Call of Duty", ejem), especialmente cuando hablamos del modo campaña para un solo jugador (sí, incluso el terror indie parece cada día más repetitivo), el nuevo "Doom" vendría a poner orden en un género que prácticamente crearon las entregas originales. Siempre hubo precedentes, claro, pero "Doom" fue quien impulsó de verdad lo que hoy conocemos como FPS, al igual que "Resident Evil" lo hizo con el survival horror a pesar de que "Alone in the Dark" podría considerarse el auténtico origen. Pese a que hubo momentos en los que se jugó con la idea de que este nuevo "Doom" podría no llegar nunca, al final no nos hemos encontrad con otro "Duke Nukem Forever", sino con un producto de sobresaliente en toda regla. Recordemos que fue hace meses cuando se descubrió el primer trailer del videojuego, y no podía tener mejor pinta. Los fans empezamos a babear. "Doom" había vuelto, no cabía ninguna duda.
Y sí, "Doom" ha vuelto por todo lo alto. Como si fuera obligatorio que regresara en cada generación para devolvernos al Infierno, "Doom" está aquí otra vez para demostrarnos que si es el rey de los FPS no es por casualidad, sino por méritos propios. Ojo, lo que voy a hacer aquí no es un análisis, sino una especie de promoción del videojuego para que sepáis qué os espera, y cuánto antes la haga mejor, ya que estos son los días en los que todo el mundo (redacciones de revistas gamers incluidas) está jugandolo, yo también, por supuesto, pero no, no pretendo hacer un análisis ni una reseña, sino invitaros a que os adentréis en este nuevo-viejo Infierno al que nos invita la cuarta entrega oficial de la saga. Ya he dado mis primeros pasos en el juego, y os aseguro que da todo lo que promete y más. ¿Y qué prometía este nuevo "Doom"? Lo comentado con anterioridad, una experiencia shooter cercana a las de antaño, concretamente a la de las primeras entregas, con un protagonista con el que deberemos recorrer pasillos, arenas, salas oscuras y pasajes infernales mientras esquivamos los ataques de las abominaciones que surgen a nuestro paso... sólo para devolvérselos multiplicados por diez para así destruirlos en una nube de sangre, carne y destrucción. Para que la experiencia sea todavía más sangrienta de lo que recordamos (y lo es bastante ya de por sí), esta nueva parte de la saga introduce elementos tan interesantes como los glory kills, o asesinatos gloriosos, donde reventamos a nuestros enemigos mediante rápidos y brutales movimientos que llenan nuestros monitores de hemoglobina. Por lo demás, y evitando mencionar pequeñas diferencias con respecto a los anteriores "Doom", lo cierto es que se ha mantenido al milímetro la esencia de los originales, en especial del primero, hasta el punto de que podría pasar por un remake con mejores gráficos (¡y menudos gráficos!) si no fuera porque es una secuela de una manera bastante curiosa. ¡Ah! También contiene un argumento más trabajado del que parece en un principio, lo cual no es raro si tenemos en cuenta que este nuevo "Doom" va enfocado sobre todo a la campaña en solitario, larga, dura y tremendamente entretenida. Sí, "Doom" deja un poco de lado el multijugador online, un modo en el que se han centrado tanto los FPS de los últimos años que incluso hay casos donde la campaña de un solo jugador sólo era una pobre excusa para que unos pocos adquiriéramos el videojuego en cuestión. Sí, vale, la opción para crear nuestros propios mapas de forma tan intuitiva como sencilla es otro modo de juego con el que nos pasaremos días enganchados, pero olvidaos de que este nuevo "Doom" haya sido creado para los multijugadores, a pesar de que esta modalidad es tan frenética como divertida. El nuevo "Doom" es "Doom" con todo lo bueno y lo malo que conlleva.
Sin desvelaros mucho más (el principio del juego es un ir al grano desde los primeros minutos), es curioso que las primeras críticas negativas al título, pocas en realidad, se hayan centrado en el hecho de que estamos ante una manera muy antigua y pasada de entender los FPS. A ver, nos pasamos el día pidiendo a las compañías que volvamos a lo de antes (¿quién no ha leído o escuchado protestas similares hacia la saga "Resident Evil"?), y cuando una lo hace, nos quejamos de que no es "Doom 3"... ¡Cuando éste recibió quejas de que era demasiado diferentes a los anteriores! ¿Estamos locos o qué nos pasa? Bueno, los fans que llevábamos tiempo esperando el regreso del auténtico "Doom", a pesar de todo lo que disfrutamos con la tercera entrega, no estamos locos, no... O puede que sí, que haya que perder mucha cordura para sujetar la escopeta de dos cañones, preparar el rifle de plasma y sumergirnos en un infierno repleto de demonios cibernéticos que están deseando matarnos con nuestras propias piernas, algo que sucede en una de las docenas de asesinatos que podemos sufrir durante la historia, tan espectaculares como las mencionadas glory kills que dispensamos a diestro y siniestro. Se acabó recuperar vida sólo con esconderse y esperar unos segundos, aquí estamos a la antigua, a matar enemigos para conseguir botiquines y munición para continuar jugando. "Doom", o "Doom 4", es un shooter a la antigua, frenético, despiadado, divertido y espectacular gracias a un sonido y unos gráficos de infarto. Movernos de lado a lado del escenario, como si fuera un ballet infernal, es necesario para sobrevivir tanto como apretar el gatillo y no soltarlo hasta que haya muerto el último de nuestros aborrecibles enemigos, los cuales respetan bastante el diseño de los originales, incluyendo los jefes finales que, sí, cuentan con barra de energía en escenarios-arena ya clásicos de la saga. ¡Incluso podemos subir las características de nuestras armas y armadura para hacerlas más efectivas contra los demonios! Otra de las pequeñas novedades que añaden más calidad a la fórmula "Doom" que millones de gamers conocemos y amamos. ¿Preparados para armaros hasta los dientes, escuchar rock del bueno y reventar demonios para alcanzar el corazón del mismo Infierno? Bienvenidos a un mundo de muerte, sangre y fuego. Bienvenidos a "Doom". Es un placer estar de vuelta.
¿Me creerás si te digo que no he jugado nunca al Doom? XD Los shooters no son lo mío, tenía el primer Wolfenstein por ahí y alguna que otra partida de Quake con amigos en la PSOne sí que me eché pero soy nefasto para esto..
ResponderEliminarA mi dame RPG´s blanditos con personajes monos o algún tycoon que es lo mío.. xD
Jajajaja. No sólo te creo, sino que no eres el primero, y presiento que tampoco el último, que me lo comenta estos días.
EliminarY menos me extraña si no eres de shooters, porque "Doom" es shooter en estado puro :P
Oings, personajes monos.
Hay unos cuantos Tycoon la mar de chulos, la verdad :D
Jugué la beta, que fue fenomenal, la verdad fue increible regresar a la movilidad y a los combates, y es que muchos FPS se tratan del que dispara primero gana, en Doom hay pelea, tiroteos y saltos y granadas, es brutal. Aún no lo compro, sigo enganchado con Dark Soul 3, pero en cuanto acabe con los caballeros y dragones, pienso reventar demonios en Marte.
ResponderEliminarNo me gustó la voz del multi jugador, parece la voz de un supermercado anunciando las ofertas de yogurt, sería mejor una voz como la de Killer instin, esa voz que grita "Brutal combo"
Fue indescriptible la cara de mi prima al final del siguiente diálogo
¿De qué trata ese juego?
Es un marine espacial destacado en marte, donde se abrió un portal al infierno y varios demonios han invadido la base espacial
Ah si, eso lo explica todo