lunes, 13 de octubre de 2014

Reseñas cinematográficas: Anarchy: La noche de las bestias


Ficha Técnica

Título original: The Purge: Anarchy
Director: James DeMonaco
Intérpretes: Frank Grillo, Carmen Ejogo, Zach Gilford, Kiele Sanchez, Zoe Soul, John Beasley, Justina Machado, Jack Conley, Niko Nicotera, Chad Morgan, Michael K. Williams, Castulo Guerra, Noel Gugliemi, Edwin Hodge, Roberta Valderrama, Lily Knight, Bel Hernandez, Jasper Cole, Brandon Keener.
Guión: James DeMonaco
Música: Nathan Whitehead
Género: Terror
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 103 minutos
Año: 2014


Sinopsis:
Un futuro no muy lejano. El crimen y la delincuencia campan a sus anchas por los Estados Unidos. Mediante una resolución sin antecedentes, los llamados Nuevos Padres Fundadores deciden crear la Purga, una nueva ley por la cual una vez al noche, durante toda una noche, el crimen es lega. Violaciones, asesinatos, palizas, incendios provocados, matanzas, tiroteos... todo está permitido durante esa noche. La llamada Noche de la Purga logra lo impensable, no sólo que los indices de criminalidad desciendan hasta niveles ridículos, sino que incluso el paro siga el mismo camino. Sin embargo, hay una parte de la población que no está de acuerdo con la Purga, y que sospecha que el Gobierno de los Estados Unidos hace trampas durante esa noche. Una madre y su hija, una asustada pareja con problemas y un vengativo padre se encontrarán en la Noche de la Purga y deberán ayudarse, ya que ni a las ambulancias ni a la policía se les está permitido intervenir. Durante la Purga no puede haber héroes, y es algo que estos supervivientes van a aprender por las malas.


Reseña:
Que el cine de terror a bajo coste o, siendo muy internacional, el cine de terror low cost, está de moda no es cierto por dos razones. La primera, porque como ya sabéis los habituales de este blog, no me gusta hablar de modas, sino de explosiones, estallidos, de oleadas repentinas más que de modas, ya que las modas son algo pasajero y el cine de terror de bajo precio hace décadas que no es algo pasajero; y la segunda razón, ésta misma que acabo de mencionar. El hecho es que, prácticamente desde siempre, el cine de terror low cost ha dado sus frutos en forma de clásicos del género o, en el peor de los casos, ha servido para que jóvenes cineastas se abran paso con cintas muy baratas antes de enrolarse en colosales proyectos. 

Sam Raimi (Darkman, Spider-Man 2) es un director cuyos primeros trabajos se han enclavado en ambos aspectos, es decir, su filme más conocido, "Posesión infernal", la primera parte de la trilogía "Evil Dead", no sólo era una película tan barata que era considerada independiente, sino que no era más que un largometraje basado en un cortometraje todavía más barato. En cuanto Raimi consiguió dinero y la atención del público, realizó "Terroríficamente muertos", una especie de remake/secuela de "Posesión infernal" donde el director, al fin, plasmó lo que quería con su historia de demonios, posesiones, espíritus malignos, una motosierra y el Ash interpretado por el grandioso Bruce Campbell (El ejército de las tinieblas, Spider-Man). ¿Alguien duda de la fecha de realización de "Posesión infernal"? Sí, los 80, la época donde el terror a bajo coste más brilló, donde muchos de los grandes directores actuales como Guillermo del Toro (Mimic, Pacific Rim), James Cameron (Titanic, Avatar), Alex de la Iglesia (Crimen ferpecto, Los crímenes de Oxford) y Peter Jackson (El Señor de los Anillos: Las dos torres, King Kong) dieron sus primeros pasos con películas que costaban tan poco dinero que, comparadas con las superproducciones que llevan a cabo estos años, podrían hacernos reír durante horas. Apuesto a que un par de tomas de "Spider-Man 3" podrían costar diez veces más que "Posesión infernal" y su primigenio corto. Y yo diría que estoy siendo muy amable.

La ciudad, el nuevo escenario para la Noche de la Purga


En los 90 hubo muchos ejemplos de terror low cost, pero fue una decada donde este tipo de filmes no fueron muy protagonistas. Muchos de ellos se iban directamente a las estanterías de los videoclubes, otros conseguían algo de atención y sólo unos pocos lograban llegar a la meta ocupada por "Mal gusto", "Posesión infernal", "Re-Animator", "Acción mutante", "Terminator" y todas las demás películas que conocemos, enclavadas en el fantástico, y que salían a flote con presupuestos de risa. Uno de esos filmes noventeros que logró incluirse en ese tipo de clásicos fue "El proyecto de la bruja de Blair", la cual, con un coste de poco más de 20.000 dolares (aunque suele varias según donde miremos) logró más de 200 millones de taquilla mundial. Yo no soy muy de números, pero creo que las cuentas salen muy, pero que muy bien para el estudio, ¿verdad? Y, si se la hubiera pegado, ¡qué demonios!, su presupuesto era tan sumamente pequeño que incluso ganando 100.000 dolares en la taquilla mundial ya habría ganancias. De ahí que "El proyecto de la bruja de Blair", un filme independiente desde un primer momento, sea uno de los mejores y mayores ejemplos de terror low cost que tan bien funciona estos días, es decir, mínimo presupuesto y máximas ganancias por poco que gane el filme.

Lo curioso es que, a pesar del bombazo que supuso "El proyecto de la bruja de Blair", tuvimos que esperar hasta la primera "Paranormal Activity" para ver otro ejemplo de película de terror de bajo presupuesto y ganancias estratosfericas. Miento, rebobinemos, porque en realidad hubo otro que tiene mucho que ver con la película que hoy reseño, y que nos llegó solamente cinco años después de la mortal aventura de Josh, Mike y Heather en el bosque de la temible bruja. "Paranormal Activity" resucito los mockumentaries y con muy bajo coste, es cierto, hasta el punto de que todas sus secuelas han sido taquillazos, a pesar de que "Paranormal Activity 4" y "Paranormal Activity: Los señalados" no funcionaron tan bien, pero, y me repito aquí, como costaron cuatro duros, pues continuaron siendo taquillazos. Ese es el truco, que en realidad no es un truco, sino aplicar un poco de inteligencia a hacer películas de terror. Sin embargo, como os decía, hubo una saga de terror que ha acabado siendo más rentable que la de "Paranormal Activity", y que incluso se llegó a enfrentar a ésta durante algunos años, especialmente en Halloween. Sí, amigos y amigas, estoy hablando de "Saw", de James Wan (Sentencia de muerte, Insidious) el auténtico resucitador del terror low cost, al menos, en lo que se refiere a la pantalla grande y en lo que respecta a taquillazos que llevan a millones de personas a los cines.

"Saw", como "Posesión infernal", llegó de un cortometraje bastante interesante y, "Saw", como el filme de Raimi, era una producción muy, muy independiente, realizada en muy poco tiempo, con lo que el equipo tenía a manos y cuatro duros bien gastados. Y fue un éxito a todos los niveles. Con poco más de un millón de dolares, James Wan logró más de 100 millones de taquilla mundial, ¡casi nada! Y, aunque sus secuelas, estrenadas una al año como si la saga fuera una serie para la pantalla grande, costaban cada vez más, seguían usando presupuestos tan pequeños que incluso cuando alguna no funcionó tan bien como se esperaba, continuaba siendo un taquillazo totalmente amortizado. En pocas palabras, si me gasto 200 millones de dolares en hacer "Green Lantern" y acaba ganando 250 en taquilla mundial, y me gasto en "Saw" un millón de dolares y gano más de 100 en taquilla mundial, ¿cuál es mejor negocio? Visto así, parece normal que exprimieran la sangrienta gallina de los huevos de oro que era "Saw", ¿verdad?

Un nuevo grupo de supervivientes deberá sobrevivir a la Purga


A James Wan se le fue demasiado la mano en sus dos siguientes filmes, es cierto. Tanto "Silencio desde el mal" como "Sentencia de muerte", a pesar de ser producciones pequeñas, no eran baratas, ni mucho menos, y le salió el tiro por la culata. Mientras volvía al cine de terror de bajo presupuesto tras haberlo "resucitado", "Paranormal Activity" se encargaba de engrosar los bolsillos de sus creadores con presupuestos tan ínfimos que si os digo que la casa donde transcurre la primera parte era el hogar privado del director, seguro que no os extraña. A la vez que la saga de fantasmas y demonios continuaba manteniendo en boca de todos tanto los mockumentaries como el terror de bajo coste (curioso como el subgénero mencionado está muy relacionado con los bajos presupuestos en el cine de terror), James Wan volvió para demostrar que "Saw" no había sido casualidad, y que seguía sabiendo dar beneficios de blockbusters con presupuestos muy bajos. Y entonces nació "Insidious", que terminó de formar la ola de terror low cost que vivimos desde hace años. 

En pocas palabras, "Saw" "resucitó" esa ola, "Paranormal Activity" la mantuvo arriba e "Insidious" la hizo más grande. Tras el impresionante filme de James Wan llegaron "Sinister", "Los elegidos (Dark Skies)", "Insidious: Capítulo 2", "La mujer de negro" "Expediente Warren: The Conjuring", "Oculus", "The lords of Salem", y nos llegarán otros como "Annabelle", "Expediente Warren 2", "Insidious: Capítulo 3", "Sinister 2", etc, etc. Curiosamente, muchas de estas películas comparten el mal con el que causan terror, es decir, demonios y fantasmas, pero hay una que se diferencia de ellas en eso, aunque no en su bajo coste. En esa lista falta, sí, lo habéis adivinado, "The Purge: La noche de las bestias" o, en el original, simplemente "The Purge", un filme donde la violencia estaba a la orden del día, una producción con una idea la mar de interesante que se concentraba en nosotros mismos, los humanos, como los auténticos monstruos a los que debemos temer. Terror a bajo presupuesto pero sin fantasmas, posesiones, exorcismos, monstruos y demonios, sino con el ser humano como el desencadenante de todo.

Los cazadores se preparan para ir a por sus presas


"The Purge: La noche de las bestias" (ni me preguntéis la razón de ese subtítulo en nuestro país; no podrían haberla dejado como "The Purge", o incluso traducirla como "La Purga", que también suena bastante bien) nos presentaba un curioso futuro donde en Estados Unidos apenas existen el crimen y el paro. ¿Qué? ¿Cómo os habéis quedado? Menuda utopía, ¿eh? Un auténtico sueño hecho realidad, o poniéndome en plan barras y estrellas, el sueño americano en carne y hueso. ¿La pega? Bueno, para que eso se haga posible el vecino tiene derecho a darte una paliza, violarte, matarte y quemar tu cadáver sin ninguna repercusión durante doce horas en una noche al año. Sin ninguna repercusión social y legal, se entiende, y tampoco debe ir en ese orden en lo que respecta a matar, apalizar, violar y quemar, por cierto. A esas doce horas nocturnas se las conoce como la Noche de la Purga, o la Purga a secas, un período de tiempo que ocurre una vez al año y, durante el cual, el crimen en toda su amplia definición, está permitido, sin que ambulancias, servicios de emergencia y, especialmente, la policía, puedan hacer nada, o en pocas palabras, no hay ni policía ni ayuda médica.

Todo es legal durante la Noche de la Purga. Todo. Por supuesto, no es ilegal no llevar a cabo la Purga, pero muchos ciudadanos consideran no sólo que tienen derecho a ella, sino que les ayuda a repeler sus más bajos instintos, a su bestia interior, durante el resto del año. De eso se sirve Estados Unidos para que el paro y el crimen desciendan (ojo, pero no desaparecen, en ningún momento se indica lo contrario), y si lo analizamos detalladamente, a pesar de que nos parezca una solución muy extrema y de ciencia-ficción, ¿no sería bastante lógico en muchos casos? Sobre todo si, como comprobamos en "The Purge: La noche de las bestias", los más afectados son los pobres, mientras que a los ricos se les pinta como los cazadores, al menos, a muchos de ellos. Y, seamos sinceros, se han aprobado leyes en este mundo que vivimos igual de extremas y exageradas, y ahí siguen, con total normalidad. A muchas de ellas incluso nos hemos acostumbrado hasta limites ridículos, hasta el punto de que ya no les damos importancia.

Cualquier clase de crimen está permitido durante la Purga


"The Purge: La noche de las bestias" nos contaba la historia de una familia acomodada durante la Noche de la Purga, una familia compuesta por un matrimonio normal y corriente, y dos hijos adolescentes, un chico bastante raro que no ve con buenos ojos la Purga, y una chica demasiado alejada de su familia. El cabeza de familia, interpretado por Ethan Hawke (Vidas ajenas, Sinister) se dedica a vender sistemas de seguridad para la Noche de la Purga, lo que le está dando bastantes beneficios con todo lo que ello conlleva, moralmente hablando, mientras su esposa, una como siempre estupenda Lena Headey (Dredd, Juego de Tronos) trata de respetar la Purga a pesar de que no la necesita. Sin embargo, la tranquila vida de esta familia normal y corriente se ve rasgada por la presencia de un extraño durante la Noche de la Purga, un vagabundo al que persiguen algunos aterradores cazadores y que lo quieren de vuelta. ¿Os he dicho ya que el chico adolescente de la familia deja entrar en casa al vagabundo? Sí. Los asesinos quieren su Purga, y los diferentes miembros de la familia discuten para tomar una decisión que no les convierta en asesinos como los que esperan fuera de su hogar pero, al mismo tiempo, una que les salve la vida.

El filme tenía su miga y, aunque el tema de la Purga no fue totalmente aprovechado, la película funcionaba bastante bien. Sí, le faltaba mala leche, pero en conjunto, "The Purge: La noche de las bestias" fue bastante potable, y no digamos en taquilla, donde con un presupuesto increíblemente bajo logró beneficios que aseguraron una secuela casi de inmediato, una secuela bastante necesaria, porque con una sola entrega sólo tuvimos ocasión de atisbar levemente lo que de verdad significa la Purga en el universo que nos presentó James DeMonaco, director y guionista de las dos partes de la que se augura como una nueva saga de terror low cost. Nos dieron las reglas básicas para entender la Purga; nos colocaron a personas sencillas, normales y corrientes en una situación de supervivencia donde, acosados por la amenaza exterior, auténticos psicópatas con máscaras y machetes, debían convertirse en algo que no querían para alcanzar la mañana; y, sobre todo, se trataron dilemas morales, algo para lo que la Purga da bastante. Eso sin contar con detalles como que no te puedes fiar ni de tus propios vecinos, sí, esos que te sonríen durante todo el año, te invitan a sus fiestas y te saludan nada más que te ven. Cuidadito, sobre todo si la Noche de la Purga anda cerca.

Dios bendiga a los Nuevos Padres Fundadores


Evidentemente, los fallos del filme debían ser solventados, y el universo de la Purga era lo bastante atractivo desde todos los puntos de vista como para que James DeMonaco lo expandiera y, sobre todo, lo ampliase en todas direcciones. ¿Esto qué significa? Tratar con más personajes, darle más mala baba a la historia, que ésta contenga más violencia y que dejemos las casas y los barrios residenciales para irnos a la ciudad más cercana, donde la Purga alcanza su máximo nivel. Así que, con todo preparado, comenzó a gestarse "Anarchy: La noche de las bestias" o, en el original, "The Purge: Anarchy". Paramos un momento aquí para que me pueda quejar de la absurdez de títulos que le estamos dando a esta más que probable larga saga, cuando los originales quedan la mar de bien. Nos estamos luciendo, señoras y señores. Dejando a un lado este nada insignificante detalle (ya tiemblo con el título que le vamos a colocar aquí a la tercera entrega) hablemos, al fin, de la secuela de "The Purge: La noche de las bestias", donde tenemos todo lo que no encontramos en la primera e incluso así sigue faltandole algo para que sea tan buena como tendría que ser.

La historia se aleja completamente de la primera parte. Como os decía, la acción se traslada a la ciudad, y se centra en tres "grupos" de supervivientes que, al final, acaban uniéndose para sobrevivir a la peor noche del año. Por un lado, tenemos a una madre y a su hija quienes, debido a la Purga, son sacadas de su hogar a la fuerza; por otra parte, encontramos a una pareja que no está pasando por su mejor momento y que, por una jugarreta de ciertos individuos muy interesados en darles caza, ven estropeado su coche en mitad de la ciudad; y, el último protagonista, el más interesante del grupo, es precisamente un hombre que ha decidido usar la Purga para castigar al asesino de su hijo. Este vengador cruzará la ciudad y acabará dándose de bruces con los demás supervivientes a los que acabará rescatando a pesar de que su misión es otra, convirtiéndose en un involuntario héroe que, en realidad, sólo tiene en mente purgar a su bestia interior, como muchos de los asesinos que empiezan a perseguirles en ese momento.

La noche perfecta para que salgan los peores psicópatas


Aunque entre los cazadores que persiguen a nuestros protagonistas encontramos algunos que se parecen mucho a los de la primera parte, el filme más allá, centrándose, sobre todo, en el propio gobierno de los Estados Unidos, hasta el punto de que descubrimos que hay una especie de revolucionarios rebeldes a las órdenes de un tal Carmelo Johns, interpretado por el inigualable Michael K. Williams (The Wire, RoboCop), que parece conocer bien lo que se cuece en la Purga, una noche donde hay mucho más que ciudadanos matándose entre sí, algo que, repito, ya se intuía en la primera parte, cuando se hablaba de la lucha de clases y de cómo los ricos siempre lo tenían más fácil tanto para sobrevivir como para ser cazadores durante la Noche de la Purga. Esta guerra de clases, y sin entrar en spoilers, llega a su clímax en la media hora final del filme, cuando descubrimos qué clase de juegos practican algunos millonarios durante la fatídica noche. Ojo, esto es algo que también observamos con el padre del personaje interpretado por Carmen Ejogo (El negociador, En la mente del asesino), cuando acepta su destino por el bien de su familia. Ahí es cuando vemos que los ricos gracias a su dinero, no sólo llevan mucha ventaja en cuanto a armas, escondrijos y recursos, sino también en lo que respecta a que otros cacen para ellos.

Por supuesto, también hay cazadores y asesinos de a pie. Este aspecto es de los mejor conseguidos por la película, ya que, durante la odisea de nuestros protagonistas, es raro el momento de silencio que tienen en el que, de fondo, no oigamos gritos, los chillidos de algún chalado o a un grupo de personas matando a su Purga anual. De algunos llegamos a saber sus motivos, que van desde el dinero (porque están a sueldo de los ricos de los que os hablaba antes) hasta los celos, pasando por la simple sed de sangre, o el hecho de poder aprovecharse de esa vecina tan guapa que nunca les hace caso, al menos, el resto del año. Pero no cabe duda alguna de que el enemigo por excelencia de "Anarchy: La noche de las bestias" es el propio gobierno de los Estados Unidos, y aquí ni siquiera voy a acercarme a los spoilers que hay alrededor, porque hay alguna que otra sorpresa, algún que otro giro argumental, que nos dejará de piedra, en especial, por lo real que resulta si pensamos bien en algunos actos de quienes nos dirigen en nuestra vida real. Escalofriante, os lo puedo asegurar; no sólo hacer más verosímil todo el argumento alrededor de la Purga, sino que cuando explican la razón por la que actúan, uno no puede dejar de pensar "Pues sí, tiene su lógica". Muy bueno.

Ricos contra pobres


Que la acción se sitúe en la ciudad no sólo da para que tengamos cientos de enemigos diferentes a nuestro alrededor, sino para que contemplemos los estragos de la Purga en las víctimas y, sobre todo, para que haya mucha, mucha, mucha acción, lo que da lugar a varias escenas realmente buenas. Toda la acción que hay en "Anarchy: La noche de las bestias" es la que se echaba de menos en "The Purge: La noche de las bestias"; disparos, explosiones, sangre, lluvias de balas por todas partes, gente ardiendo, mutilaciones, etc, etc. James DeMonaco coge el toro por los cuernos, nos hace caso a los fans de la Purga y se pone serio a la hora de darnos buenas escenas de acción como, por ejemplo, la claustrofobica e inquietante parte en el túnel, la tensa escena en el apartamento donde los protagonistas deberían estar a salvo, o la media hora final, tanto en el juego de los ricos como el final propiamente dicho, con ese giro más o menos inesperado. Un final que, ojo, muchos acusan de ser demasiado blandito, pero que, para mí, resulta muy bueno en el aspecto de que da esperanzas, de que aporta algo diferente a lo que hemos visto durante toda la película y, sobre todo, a que es un final distinto al de la primera entrega, que a mí no me dejó demasiado conforme (me refiero a la muerte de cierto personaje principal).

Pero "Anarchy: La noche de las bestias" no sería mejor que la primera parte sin su reparto. Vale, es cierto que en la primera parte teníamos a dos bestias pardas como Ethan Hawke y Lena Headey, con el siniestro villano interpretado por Rhys Wakefield (Broken Hill, El santuario), pero la secuela no se queda atrás, sobre todo por la imponente presencia de Frank Grillo (Capitán América: El Soldado de Invierno, Infierno blanco), uno de esos eternos secundarios que llena la pantalla con su presencia, ya sea en una serie de televisión, en una película de bajo presupuesto, o en un blockbuster como la segunda parte de las aventuras cinematográficas del Capitán América, donde era capaz de pegarse con el mismísimo Capi. Lo cierto es que es un actor que me encanta desde que lo descubrí en "Prison Break", un actor al que muchos ya señalaban como un posible Punisher en una futura nueva adaptación del famoso personaje comiquero, ya fuera otra vez en el cine, o en televisión, la opción que más se rumorea. Pues bien, "Anarchy: La noche de las bestias" es el filme que, finalmente, podría darle el papel del atormentado Frank Castle, y no sólo por su papel de padre vengativo, sino por las cualidades físicas que demuestra (y con cincuenta años que tiene encima Grillo aunque no se noten) y su imponente presencia. Grillo interpreta a un personaje muy diferente al de Ethan Hawke, un personaje que abraza la Purga para un fin muy concreto, un cazador del lado de los buenos al que no detendrá nada hasta que cumpla su objetivo. En pocas palabras, un personaje perfecto y necesario en un filme de las características de "Anarchy: La noche de las bestias".

Frank Grillo es un vengativo padre dispuesto a abrazar la Purga


Más supervivientes. Tenemos también a Zach Gilford (El último desafío, El heredero del diablo) y a Kiele Sanchez (Perdidos, 30 días de oscuridad 2: Tinieblas), dos actores secundarios bastante majetes y muy dados al género fantástico y de terror, que interpretan a la pareja con problemas, pareja que se ve en problemas debido a los tejemanejes de una banda de cazadores pintados y con siniestras máscaras que les perseguirán incansablemente. Habría que añadir aquí la pequeña aparición de otro de esos secundarios potentes como es John Beasley (Un entrenador de primera, Pisando fuerte), la siniestra presencia de Jack Conley (Sobrenatural, El Mentalista) como el principal villano de la función o, como se le ha llamado, el jefe de final de fase, y la sorprendente aparición de un actor de la primera parte haciendo el mismo papel que en aquella. No os voy a estropear la sorpresa, porque lo cierto es que lo es, pero debéis estar muy atentos para descubrirlo, a pesar de que cuando aparece lo hace en un momento bastante calmado después de una gran tempestad de balas. Es el único punto de conexión directo con "The Purge: La noche de las bestias", y un gran guiño para quienes sepan cogerlo, aunque, dejándolo a un lado, "Anarchy: La noche de las bestias", se puede ver perfectamente como una película independiente, algo que apostaría que no pasará con la tercera parte, donde da la sensación que tendremos más del Carmelo Johns de Michael K.Williams, nuestro querido Omar Little televisivo.

Hasta aquí todo bien, ¿verdad? Pues, a pesar de todo lo bueno que tiene esta secuela, sigue quedándose atrás en lo que se refiere a aprovechar bien el material que tiene entre manos. james DeMonaco ha aprendido de sus errores, de eso no cabe ninguna duda, pero continúa fallando en ciertos aspectos como el hecho de que, sí, vuelve a faltar mala baba, y eso que la película la tiene, pero al estar muy ajustada la aparición de la sangre y la violencia para que llegue a más espectadores, le falta ese puntito salvaje que una película así debería tener. En este sentido, sí, está por encima de la anterior entrega, sin embargo, sigue quedándose por debajo de lo esperado. No sé, pero algo de cruda violencia al estilo "Sentencia de muerte" de James Wan, o de la ya épica "Redada asesina" conocida más como "The Raid", no le hubiera venido nada mal. No hay razón para convertirse las entregas de la Purga en nuevas "Saw", pero sí para que la sangre se vea un poco más. Las actuaciones también van muy justitas, y se echa de menos a algún actor o actriz que le sepa dar la réplica a Frank Grillo (Ethan Hawke tenía a Lena Headey, por ejemplo). Y el villano, aunque tiene sus momentos, deja que desear, sobre todo si comparamos con el de la primera parte, que daba bastante mal rollo.

¿Asesinos anónimos o agentes del Gobierno?


En conclusión, "Anarchy: La noche de las bestias" no está tan por encima de la primera parte como pueda parecer. A ver, estarlo lo está, es mejor, claro, pero da la sensación de que James DeMonaco va dando pasos muy, muy pequeños en cada entrega, como si supiera que tiene todo el tiempo del mundo para ofrecernos la película definitiva sobre la Purga dados los beneficios que da cada nueva parte de esta más que presumible saga; al fin y al cabo, "Anarchy: La noche de las bestias" ha costado el triple que su predecesora, pero también ha recaudado mucho, mucho más que ésta, tanto en casa como en el mercado internacional. Quizá James DeMonaco debería poner un poco el turbo en la próxima secuela, en vez de ir dándonos gotitas de lo que puede ofrecernos realmente la Purga. Ojo, repito, el filme tiene muchísimas virtudes; desde que tiene más acción que la anterior, hasta la presencia de Frank Grillo, pasando por la ambientación, los nuevos protagonistas, la cantidad de amenazas que hay, la tensión que se masca en el ambiente, la abierta guerra entre ricos y pobres, y la mayor presencia del gobierno de los Estados Unidos haciendo trampas durante la Noche de la Purga.

El problema es que parece que todo esto será ampliamente aprovechado en la siguiente película, ¿quizá la culpa sea nuestra, de los espectadores, que lo queremos todo ya, y no sabemos esperar? Es bastante posible, ya que el filme está bastante bien en conjunto, a pesar de sus fallos si lo vamos analizando. Además, que el director vaya tocando diferentes temas en cada película es un aliciente, especialmente si tenemos en cuenta que tiene pensado estrenar un filme más cada año. No sé a vosotros, pero a mí me parece demasiado tiempo que esperar hasta la siguiente Purga. Mientras lo hacemos, preparemos las pinturas de guerra, afilemos los machetes, revisemos nuestras escopetas, llenemos las pistolas de balas y probemosnos nuestras mejores máscaras. ¿De qué lado estaréis? ¿Pobres o ricos? ¿Ciudadanos o gobernantes? ¿Cazadores o cazadores? ¿Asesinos o víctimas? ¿Pro o anti Purga? Supongo que, en 2015, todos sabremos la respuesta... por una tercera vez.


Nota: 7,5/10


4 comentarios:

  1. A partir de esta peli no veré a otro Punisher cinematográfico que no sea Frank Grillo

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    1. Crucemos los dedos porque los de Marvel lo cojan, al menos, para una serie sobre el personaje.

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  2. A veces, el presupuesto limitado obliga a ser creativos, a buscar de crear ficciones, con menos recursos. Ha pasado en capitulos de La Dimensión desconocida, con elencos de tres actrices y un actor, pero con muchos personajes. ¿Cómo lo solucionan? Que son dobles, que a cierta edad se puede elegir el cuerpo que se tendrá, de cual hay varios modelos.
    Los usurpadores de cuerpos funcionó muy bien como idea, no hay que mostrar naves espaciales, rayos desintegradores, sólo personas comportandose raro, y siendo amenazantes para los protagonistas.
    Esa trilogía de Sam Raimi comenzó muy bien fue muy provocativa, hizo un uso creativo del gore. Y creo que esa escena en el bosque es una de las más recordadas. La remake tal vez haya mejorado algunos aspectos, como la protagonista, pero la escena en el bosque es mejor en la original.

    El tema de The Purge ha sido planteado en la ciencia ficción. Como en La séptima víctima de Robert Sheckley. Se puede anotarse en una lista para matar 7 víctimas distintas. Con la condición de convertirse en víctimas, luego del tiempo de autorización para el asesinato. Las víctimas pueden defenderse, incluso pueden matar al victimario potencial, después de todo se han anotado para asesinar. El conflicto se desata cuando la víctima elegida para el protagonista es una mujer, lo que no le agrada. Menos le gusta la idea cuando la mujer es atractiva. Es una historia que merece ser leída.

    Octubre de terror en LDU.
    http://letradigitaluruguay.blogspot.com.ar/

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    1. Totalmente de acuerdo. Tener todos los medios a su disposición convierte en vagos a algunos directores de cine, en cambio, lo contrario, les pone en alerta para exprimir los pocos medios que poseen y, además, usar toda la imaginación de la que disponen para hacer sus películas.

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