Ficha Técnica
Guión: Dan Slott, Brian Reed
Dibujo: Giuseppe Camuncoli, Mario Del Pennino, Lee Garbett
Publicación original: Amazing Spider-Man #688-691, Amazing Spider-Man Annual #39 (2012). Marvel, Estados Unidos.
Publicación española: El Asombroso Spiderman #75 (2013). Panini Comics, España.
Sinopsis:
El Lagarto ha vuelto, aunque esta vez ha sido el mismo Spiderman quien ha corrido hasta las alcantarillas para atraparlo. ¿Y por qué? Para curarlo de una vez por todas. Gracias a Michael Morbius, quien es el misterioso invitado especial del laboratorio seis de Horizon Labs., Spiderman tiene una cura para el Lagarto tras su última transformación en la que asesino al hijo de Curt Connors, el hombre que se esconde bajo toda su dura piel. Sin embargo, lo que nadie se espera es que, aunque consigan curar a Connors, puede que no se éste el que habite en la mente del ser humano en el que se convertiría porque, ¿qué pasaría si el Lagarto fuera quien se quedase con el cuerpo de Curt Connors? Puede que, después de todo, el Lagarto sea un monstruo tenga el cuerpo que tenga, y puede que, Curt Connors, nunca haya sido el hombre inocente que siempre se ha creído que era.
Reseña:
Pero qué listos son en Marvel. Muy, pero que muy, muy listos. Y, ojo, no lo digo de modo peyorativo, sino con grandes dosis de admiración. En la editorial Marvel son muy, muy listos, pero de siempre, no es algo que sea nuevo, ni tampoco es que yo esté descubriendo América con estas afirmaciones tan rotundas. Al fin y al cabo, muy listos deben ser en Marvel para acabar siendo la principal editorial de cómics de Estados Unidos, y una de las más importantes del mundo (¿quizá la que más?), hasta el punto de que también han conquistado el mundo del cine, mundo del que vamos a hablar un poquito antes de adentrarnos en la reseña del cómic que hoy os traigo. Sí, vamos a echar un vistazo al cine de Marvel, un breve vistazo a la manera que tiene Marvel de enfocar los estrenos sobre sus personajes y las consecuencias que tienen estos en los cómics que editan.
Es bastante evidente que cómics y cine van de la mano en Marvel desde hace ya unos años. Todo comenzó con "Blade", es cierto; hasta la llegada del filme protagonizado por Wesley Snipes (Demolition Man, Los Mercenarios 3), las películas que adaptaban a la gran pantalla a los personajes Marvel, no dejaban de ser simpáticos productos de serie B en el mejor de los casos, como las producciones que llevaron al cine a Punisher, el Capitán América, Howard el pato o aquella tan terrible de los Cuatro Fantásticos. Con "Blade" comenzó la era Marvel de buenas películas que hoy en día continuamos disfrutando y, además, con mejores resultados, lo cual indica que la cosa no ha ido más que aumentando de calidad, con sus tropiezos, claro, pero es imposible hacerlo siempre bien. Fue en "Blade" donde las cabezas pensantes que, diez años más tarde, idearon Marvel Studios, empezaron a hacer sus pinitos de forma más seria, fue con "Blade" con la que Marvel empezó a comprometerse más con las películas que salían sobre sus personajes.
Sí, diez años después llegó Marvel Studios con "Iron Man" y todo explotó, pero el inició fue "Blade", que ya contenía algunos aspectos de los que vamos a hablar ahora, aspectos que los productores, guiones, estudios y hasta directores cambian con respecto a los cómics originales para que entren mejor a aquellos espectadores que no están familiarizados con ellos o que, directamente, no los conozcan de nada. También hay otras razones para dichos cambian, como que hay cosas que funcionan en los cómics pero no en una película, o para hacer más verosimiles y reales ciertos conceptos de los cómics que adaptan. Todos conocemos ya no cientos ni miles, sino millones de ejemplos, ¿verdad? "Blade", "Spider-Man", "Los Cuatro Fantásticos", "Spawn", "Batman begins", "Hellboy", "Green Lantern", "Jonah Hex", "Iron Man", "Thor", "X-Men", "Dredd", "El Hombre de Acero", etc, etc. En todas ellas encontramos cambios que se llevaron a cabo por muchas razones, la mayoría de ellas bastante parecidas.
Muchos de esos cambios tienen que ver más con el diseño de los personajes. Por ejemplo, a Blade le cambiaron el atuendo de los 70 que seguía conservando en los cómics por un abrigo largo y ropa más oscura y tecnificada, por no hablar de todos sus juguetitos, aunque en este caso, no fue del todo así, ya que Blade, en los cómics, antes de su filme, sí que comenzó a variar su vestimenta hacia tonos más cercanos a cierto cuervo vengativo. Superman, en su última producción, "El Hombre de Acero", es otro ejemplo rápido de héroe al que le han cambiado el traje, dándole tonalidades más oscuras, añadiéndole detalles alienigenas y una textura más de uniforme que de traje de carnaval. Spawn, en el filme de 1997 es otro claro ejemplo, donde el traje viviente del personaje daba la sensación de ser más orgánico que en los cómics, sobre todo en los primeros números, donde tenía más pinta de traje de superhéroe. ¿Y cómo olvidar al Doctor Octopus de "Spider-Man 2" que obviaba las apretadas mallas verdes del personaje comiquero, para vestir una amplia gabardina verde y ropa más de calle? Podría seguir con los ejemplos, aunque uno de los más evidentes tiene que ver con "X-Men" y "Daredevil", casos muy parecidos, sobre todo por lo similares que parecen los trajes de los protagonistas; en la saga "X-Men", hasta la llegada de "X-Men: Primera generación", se prescindió totalmente de los trajes superheroicos, teniendo los protagonista uniformes más cercanos a motoristas que a los superhéroes que todos conocemos, algo que sentó muy bien a personajes como Lobezno, que en los cómics posee un traje que sería bastante difícil trasladar a una película. Con "Daredevil" ocurrió algo parecido, salvo que en algunos casos, como en el de Matt Murdock, quedaba bien el cambio, que no era tan exagerado como otros casos, pero en lo referente a Bullseye quedaba algo raro. Eso sí, fue curioso lo de Elektra, que salió con el traje negro ya que se aseguraba que el rojo no quedaría bien en pantalla... hasta que se estrenó "Elektra", donde la antiheroína mostraba su traje de siempre y quedaba de lujo.
Otras veces los cambios van más allá, y en ocasiones no tienen que ver con actualizar a los personajes elegidos o para que queden mejor en una película. Otras veces los cambios van más allá de los trajes y se centran en el mismo aspecto del personaje, e incluso en su personalidad y orígenes, ocasionando versiones algo extrañas de personajes que los comiqueros conocemos desde hace años. Ejemplos existen muchos como el de la Mole en "X-Men Orígenes: Lobezno", el del Doctor Muerte en las dos entregas de "Los Cuatro Fantásticos" (aunque es cierto que es un personaje complicado de trasladar al cine), el del segundo Duende Verde en "Spider-Man 3", el del Duende Verde en "The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro", el de Malekith en "Thor: El mundo oscuro", el de Ivan Vanko en "Iron Man 2", el de Juggernaut en "X-Men 3: La decisión final", el de Deacon Frost en "Blade", el de Catwoman en "Catwoman", o el de Nick Furia en el universo compartido de Marvel Studios. Cambios y cambios y más cambios, algo lógico no sólo por las razones que hemos comentado, porque ya de por sí en los cómics los personajes sufren actualizaciones y derivados de manera casi continua.
Algunas veces estos cambios salen muy, muy bien, como el de Blade, por ejemplo, o el grandioso Pinguino de "Batman vuelve". Otras veces sientan terriblemente mal, como ese traje del Duende Verde en "Spider-Man" o algunas versiones de supervillanos vistas en "Smallville", como ese Deathstroke que poco se parecía al original, pero que ya ha sido completamente olvidado gracias al Deathstroke de Manu Bennett (30 días de oscuridad, El Hobbit: Un viaje inesperado) en "Arrow". Hay otras que, simplemente, cogen a versiones alternativas de los personajes que conocemos, como ese Nick Furia negro basado en el de "The Ultimates", o el Electro de "The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro" de "Ultimate Spiderman". Funcionen o no, si algo hace bien Marvel, es aprovechar para meter estos cambios en los cómics en cuanto nos despistamos, ¿las razones? Muy sencillas; como os decía más arriba, al cine no sólo vamos los fans comiqueros de siempre, sino también los más novatos, o aquellas personas que no tienen ni idea del mundillo. Si esas personas que nunca han leído un cómic ven a un Nick Furia negro que les encanta, y luego cogen un cómic de los Vengadores y ven a un Nick Furia blanco que lleva vivo desde la Segunda Guerra Mundial, ¿cómo se sentirían? ¿Decepcionados? ¿Poco atraidos por el cómic porque no entienden nada? En resumen, hay que darles lo que han visto en el cine para que su acceso a mundos que llevan décadas de existencia no sea tan traumático.
De ahí que, por ejemplo, tengamos desde hace más de un año al agente Coulson danzando en los cómics, últimamente por las páginas de "Vengadores Secretos", es decir, el agente Coulson, un personaje que sólo existía en los filmes de Marvel Studios. De ahí que, este mismo personaje, se el fiel compañero de Nick Furia Jr., hijo del Nick Furia original, afroamericano y al que le falta un ojo (no preguntéis). De este mismo modo, tras la aparición de "X-Men", los personajes, en los cómics adquirieron uniformes más parecidos a los de la película, e incluso villanos como Magneto hicieron lo mismo. Después de "Blade", en los cómics, el famoso cazavampiros también consiguió poderes vampiricos que, hasta el filme, no tenía. Tras "Spider-Man", Peter Parker logró lanzarredes orgánicos que en la película sí poseía. Bullseye, en los cómics, llegó a conseguir la marca de la diana que tenía el Bullseye de Colin Farrell (Noche de miedo, Total Recall) en la película de Daredevil. Incluso el Capitán América ha tenido en los cómics un traje parecido al que llevaba en "Los Vengadores" tras el estreno de ésta. Como veis, de nuevo, los podemos contar por miles, ejemplos de que Marvel es muy lista y que la maquinaria de marketing que maneja es bastante poderosa y muy, muy inteligente. Aunque esto de aprovechar los cambios para vender cómics a aquellos que no los leen también va en dos direcciones.
Os voy a poner un ejemplo de esto. Tras el estreno de "Spider-Man 2", donde el villano principal era el Doctor Octopus, en Marvel se dieron mucha prisa para que Otto Octavius estuviera en todas partes, hasta el punto de que no sólo protagonizó una saga en la serie regular del trepamuros durante el tiempo que duró el filme en los cines, sino que tuvo varios especiales y alguna que otra serie limitada donde, además, se le veía con el mismo aspecto que llevaba en la película. Con el Hombre de Arena, cuando se estrenó "Spider-Man 3", pasó algo bastante parecido, al igual que con Malekith cuando se estrenó "Thor: El mundo oscuro", o con el Extremis cuando apareció "Iron Man 3". ¿Y qué decir cuando llegó "Los Vengadores"? Aquí mismo, en este blog, reseñamos la serie "Vengadores ¡Reuníos!", una especie de secuela del filme donde los Vengadores se enfrentaban a Thanos. Y de esta manera, Marvel enfrentó a Spiderman contra el Lagarto en una saga que salió mientras "The Amazing Spider-Man" estaba en las pantallas de cine, una saga que aparece recopilada en este tomo de Panini.
Lo cierto es que la historia ha sido de las que más me han gustado desde el llamado "Big Time" del trepamuros, donde Dan Slott (Hulka, La Cosa) puso las cartas sobre la mesa, pasó a encargarse él solo del personaje y comenzó a preparar grandes eventos alrededor de Spiderman como si fuera el epicentro de una larga serie de blockbusters comiqueros. Si en el tomo anterior teníamos la conclusión de "Hasta el fin del mundo", que contiene precisamente las características que he comentado, aunque estuvo reunida en varios tomos debido a su extensión, aquí tenemos los cuatro números USA de "Sin vuelta atrás", donde asistimos al regreso por todo lo alto del Lagarto desde "Muda", aunque eso no es del todo cierto, ya que, además de en una pequeña saga en "X-Men", tuvimos el placer de encontrarnos con la parte oscura de Curt Connors en "El origen de las especies" y unos cuantos números antes que este tomo, donde Morbius también tenía su protagonismo. Y es que, el llamado Vampiro Viviente, es un invitado bastante especial en esta historia, ya que, se podría decir, que todo lo comienza él.
En el tomo se nos plantea cómo Spiderman quiere curar de una vez por todas a Curt Connors, que lleva convertido en el Lagarto demasiado tiempo, hasta el punto de que sólo existe el monstruo, y todos creían muerto a Connors. Esto viene desde "Muda", donde Connors volvía a transformarse en el Lagarto por enésima vez pero con una diferencia bastante grande: terminaba la historia siendo el Lagarto. ¿Cómo ocurrió esto? La trama, más propia de un relato de terror, nos contaba cómo el Lagarto se comía a Billy Connors, hijo de Curt, terminando con la poca humanidad de éste de una vez por todas, de tal manera que sólo quedaba el Lagarto, o eso se creía, porque Morbius, científico secreto de Horizons Labs, donde trabaja Peter Parker, ha estado investigando de manera bastante escabrosa (atentos a lo que usa para averiguar lo que necesita) para buscar una cura a su condición y, de paso, curar al Lagarto. Sin embargo, aunque parece funcionar cuando capturan al monstruo, nadie descubre que no hay Connors que salvar, que sólo existe el Lagarto, por lo que, aunque en aspecto es Curt Connors, mentalmente es el Lagarto, un monstruo que hará lo que sea para volver a tener su forma de reptil, ¿o quizá no? Porque lo que sentirá como humano puede que sea demasiado poderoso para querer volver.
Dan Slott fabrica así una historia muy diferente a todas las que hemos ido leyendo durante estos años sobre el Lagarto, uno de los más antiguos y acerrimos enemigos de Spiderman, uno que sabemos que siempre regresa, ocurra lo que ocurra y, además, no sólo nos lo muestra de diferente forma, sino que le da un nuevo aspecto y, al final de la historia, hasta un nuevo giro de tuerca que puede dar para mucho en el futuro. Por el camino, el guionista se detiene para hablarnos de la humanidad, de cómo puede cambiar a un monstruo y viceversa, y sobre el hecho de que puede que el Lagarto fuera tan malvado, precisamente, por el mal que Connors guardaba en su interior, como si fueran Jekyll y Hyde, donde Hyde, al fin y al cabo, no era más que las pasiones y la furia que guardaba Jekyll en su interior o, en su simil más comiquero, Bruce Banner y Hulk. En pocas palabras, Hulk no sería tan grande y tan fuerte si la rabia contenida de Banner no lo fuese. Todo esto que se plantea resulta bastante espeluznante, sobre todo si nos paramos a pensar en las últimas acciones de Connors y el final del arco argumental.
Sin embargo, Slott aprovecha también para seguir dejando pistas sobre lo que nos espera en los siguientes números, y no hablo sólo de continuar desarrollando a todos los miembros de Horizon Labs o de mostrarnos el local nocturno que pertenece a Mary Jane (una sorpresa hasta para Peter), sino que estoy hablando de la presencia de la nueva Madame Web tratando de ayudar a Spiderman, los ataques de rabia de éste sobre todo con Morbius, las vueltas que le da a su promesa de que no muriera nadie especialmente tras el aparente fallecimiento de Marta Plateada en la anterior saga, los movimientos de Kingpin con respecto a seguir haciéndose con el poder de toda Nueva York y ponemos la lupa en la presencia de cierto Duende que creíamos muerto pero regresa a la ciudad para acabar con el impostor que ocupa su lugar, un hecho que se veía venir. Además, el tomo de Panini se completa con un nuevo anual de la serie regular (¡y van treinta y nueve!) que está relacionado con hechos que se han contado en anteriores historias. Una aventura bastante floja para mi gusto con problemas espacio-temporales de por medio y que contiene el enésimo encuentro con el tío Ben mediante ciertas trampas argumentales.
En el apartado gráfico, tenemos esta vez a Giuseppe Camuncoli (Lobezno Oscuro) encargándose de la saga al completo con un poco de ayuda del para mi desconocido Mario Del Pennino. A estas alturas, Camuncoli ya ha demostrado con creces que sirve para dibujar a Spiderman, sobre todo en historias tan llenas de acción, tan crudas y repletas de monstruos como ésta que tenemos entre manos. En sus escenas de acción los golpes duelen, los mordiscos hacen sangrar y los disparos parece que nos vayan a atravesar a nosotros, aunque es cierto que hay todavía aspectos que debería pulir, porque tiene viñetas bastante descuidadas. En el anual tenemos a Lee Garbett (Outsiders), con un trazo muy, muy clásico y que a mí me ha recordado bastante al gran Olivier Coipel (Asedio, X-Men), lo cual sólo puede ser bueno. En realidad, al final resulta ser lo mejor del anual ya que, como he dicho antes, la historia no me ha parecido gran cosa más allá de ser una extensión del pequeño argumento que tuvimos hace unos meses sobre una puerta temporal fabricada por uno de los compañeros de Peter e Horizons Labs. ¡Ah! ¿Y cómo dejar de mencionar las estupendas portadas alternativas que confirman lo que os decía antes de la inteligencia de Marvel con el marketing?
En resumen, uno de los mejores tomos de la colección. El único fallo que le veo es la inclusión del anual, prácticamente obligada porque no iban a dejarlo para una grapa aparte, claro, al fin y al cabo, es de la serie regular, así que toca apechugar, pero desde Marvel ya podrían haberse currado un especial que puede dar lugar a muchas otras historias mejores. Dejando esa mancha negra de lado, prácticamente todo funciona con este tomo, aunque me gustaría señalar el buen trabajo que ha hecho Dan Slott con el Lagarto, dándole una vuelta de tuerca a un personaje que se ha usado tanto que, a veces, parecía que no daba para más que el hecho de que pasase de Curt Connors al Lagarto, que así se enfrentase a Spiderman hasta que éste lo volvía a convertir en Connors. De nuevo se demuestra que no hay malos personajes, sino guionistas que, a veces, no es que sean malos, sino que no saben contar nada nuevo con ellos. Esto no es lo que ha pasado con Slott y el Lagarto, por fortuna.
Nota: 8/10
Pero qué listos son en Marvel. Muy, pero que muy, muy listos. Y, ojo, no lo digo de modo peyorativo, sino con grandes dosis de admiración. En la editorial Marvel son muy, muy listos, pero de siempre, no es algo que sea nuevo, ni tampoco es que yo esté descubriendo América con estas afirmaciones tan rotundas. Al fin y al cabo, muy listos deben ser en Marvel para acabar siendo la principal editorial de cómics de Estados Unidos, y una de las más importantes del mundo (¿quizá la que más?), hasta el punto de que también han conquistado el mundo del cine, mundo del que vamos a hablar un poquito antes de adentrarnos en la reseña del cómic que hoy os traigo. Sí, vamos a echar un vistazo al cine de Marvel, un breve vistazo a la manera que tiene Marvel de enfocar los estrenos sobre sus personajes y las consecuencias que tienen estos en los cómics que editan.
Es bastante evidente que cómics y cine van de la mano en Marvel desde hace ya unos años. Todo comenzó con "Blade", es cierto; hasta la llegada del filme protagonizado por Wesley Snipes (Demolition Man, Los Mercenarios 3), las películas que adaptaban a la gran pantalla a los personajes Marvel, no dejaban de ser simpáticos productos de serie B en el mejor de los casos, como las producciones que llevaron al cine a Punisher, el Capitán América, Howard el pato o aquella tan terrible de los Cuatro Fantásticos. Con "Blade" comenzó la era Marvel de buenas películas que hoy en día continuamos disfrutando y, además, con mejores resultados, lo cual indica que la cosa no ha ido más que aumentando de calidad, con sus tropiezos, claro, pero es imposible hacerlo siempre bien. Fue en "Blade" donde las cabezas pensantes que, diez años más tarde, idearon Marvel Studios, empezaron a hacer sus pinitos de forma más seria, fue con "Blade" con la que Marvel empezó a comprometerse más con las películas que salían sobre sus personajes.
Sí, diez años después llegó Marvel Studios con "Iron Man" y todo explotó, pero el inició fue "Blade", que ya contenía algunos aspectos de los que vamos a hablar ahora, aspectos que los productores, guiones, estudios y hasta directores cambian con respecto a los cómics originales para que entren mejor a aquellos espectadores que no están familiarizados con ellos o que, directamente, no los conozcan de nada. También hay otras razones para dichos cambian, como que hay cosas que funcionan en los cómics pero no en una película, o para hacer más verosimiles y reales ciertos conceptos de los cómics que adaptan. Todos conocemos ya no cientos ni miles, sino millones de ejemplos, ¿verdad? "Blade", "Spider-Man", "Los Cuatro Fantásticos", "Spawn", "Batman begins", "Hellboy", "Green Lantern", "Jonah Hex", "Iron Man", "Thor", "X-Men", "Dredd", "El Hombre de Acero", etc, etc. En todas ellas encontramos cambios que se llevaron a cabo por muchas razones, la mayoría de ellas bastante parecidas.
La araña le da su medicina al lagarto |
Muchos de esos cambios tienen que ver más con el diseño de los personajes. Por ejemplo, a Blade le cambiaron el atuendo de los 70 que seguía conservando en los cómics por un abrigo largo y ropa más oscura y tecnificada, por no hablar de todos sus juguetitos, aunque en este caso, no fue del todo así, ya que Blade, en los cómics, antes de su filme, sí que comenzó a variar su vestimenta hacia tonos más cercanos a cierto cuervo vengativo. Superman, en su última producción, "El Hombre de Acero", es otro ejemplo rápido de héroe al que le han cambiado el traje, dándole tonalidades más oscuras, añadiéndole detalles alienigenas y una textura más de uniforme que de traje de carnaval. Spawn, en el filme de 1997 es otro claro ejemplo, donde el traje viviente del personaje daba la sensación de ser más orgánico que en los cómics, sobre todo en los primeros números, donde tenía más pinta de traje de superhéroe. ¿Y cómo olvidar al Doctor Octopus de "Spider-Man 2" que obviaba las apretadas mallas verdes del personaje comiquero, para vestir una amplia gabardina verde y ropa más de calle? Podría seguir con los ejemplos, aunque uno de los más evidentes tiene que ver con "X-Men" y "Daredevil", casos muy parecidos, sobre todo por lo similares que parecen los trajes de los protagonistas; en la saga "X-Men", hasta la llegada de "X-Men: Primera generación", se prescindió totalmente de los trajes superheroicos, teniendo los protagonista uniformes más cercanos a motoristas que a los superhéroes que todos conocemos, algo que sentó muy bien a personajes como Lobezno, que en los cómics posee un traje que sería bastante difícil trasladar a una película. Con "Daredevil" ocurrió algo parecido, salvo que en algunos casos, como en el de Matt Murdock, quedaba bien el cambio, que no era tan exagerado como otros casos, pero en lo referente a Bullseye quedaba algo raro. Eso sí, fue curioso lo de Elektra, que salió con el traje negro ya que se aseguraba que el rojo no quedaría bien en pantalla... hasta que se estrenó "Elektra", donde la antiheroína mostraba su traje de siempre y quedaba de lujo.
Otras veces los cambios van más allá, y en ocasiones no tienen que ver con actualizar a los personajes elegidos o para que queden mejor en una película. Otras veces los cambios van más allá de los trajes y se centran en el mismo aspecto del personaje, e incluso en su personalidad y orígenes, ocasionando versiones algo extrañas de personajes que los comiqueros conocemos desde hace años. Ejemplos existen muchos como el de la Mole en "X-Men Orígenes: Lobezno", el del Doctor Muerte en las dos entregas de "Los Cuatro Fantásticos" (aunque es cierto que es un personaje complicado de trasladar al cine), el del segundo Duende Verde en "Spider-Man 3", el del Duende Verde en "The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro", el de Malekith en "Thor: El mundo oscuro", el de Ivan Vanko en "Iron Man 2", el de Juggernaut en "X-Men 3: La decisión final", el de Deacon Frost en "Blade", el de Catwoman en "Catwoman", o el de Nick Furia en el universo compartido de Marvel Studios. Cambios y cambios y más cambios, algo lógico no sólo por las razones que hemos comentado, porque ya de por sí en los cómics los personajes sufren actualizaciones y derivados de manera casi continua.
Portada alternativa de J. Scott Campbell para el "Amazing Spider-Man #688" |
Algunas veces estos cambios salen muy, muy bien, como el de Blade, por ejemplo, o el grandioso Pinguino de "Batman vuelve". Otras veces sientan terriblemente mal, como ese traje del Duende Verde en "Spider-Man" o algunas versiones de supervillanos vistas en "Smallville", como ese Deathstroke que poco se parecía al original, pero que ya ha sido completamente olvidado gracias al Deathstroke de Manu Bennett (30 días de oscuridad, El Hobbit: Un viaje inesperado) en "Arrow". Hay otras que, simplemente, cogen a versiones alternativas de los personajes que conocemos, como ese Nick Furia negro basado en el de "The Ultimates", o el Electro de "The Amazing Spider-Man 2: El poder de Electro" de "Ultimate Spiderman". Funcionen o no, si algo hace bien Marvel, es aprovechar para meter estos cambios en los cómics en cuanto nos despistamos, ¿las razones? Muy sencillas; como os decía más arriba, al cine no sólo vamos los fans comiqueros de siempre, sino también los más novatos, o aquellas personas que no tienen ni idea del mundillo. Si esas personas que nunca han leído un cómic ven a un Nick Furia negro que les encanta, y luego cogen un cómic de los Vengadores y ven a un Nick Furia blanco que lleva vivo desde la Segunda Guerra Mundial, ¿cómo se sentirían? ¿Decepcionados? ¿Poco atraidos por el cómic porque no entienden nada? En resumen, hay que darles lo que han visto en el cine para que su acceso a mundos que llevan décadas de existencia no sea tan traumático.
De ahí que, por ejemplo, tengamos desde hace más de un año al agente Coulson danzando en los cómics, últimamente por las páginas de "Vengadores Secretos", es decir, el agente Coulson, un personaje que sólo existía en los filmes de Marvel Studios. De ahí que, este mismo personaje, se el fiel compañero de Nick Furia Jr., hijo del Nick Furia original, afroamericano y al que le falta un ojo (no preguntéis). De este mismo modo, tras la aparición de "X-Men", los personajes, en los cómics adquirieron uniformes más parecidos a los de la película, e incluso villanos como Magneto hicieron lo mismo. Después de "Blade", en los cómics, el famoso cazavampiros también consiguió poderes vampiricos que, hasta el filme, no tenía. Tras "Spider-Man", Peter Parker logró lanzarredes orgánicos que en la película sí poseía. Bullseye, en los cómics, llegó a conseguir la marca de la diana que tenía el Bullseye de Colin Farrell (Noche de miedo, Total Recall) en la película de Daredevil. Incluso el Capitán América ha tenido en los cómics un traje parecido al que llevaba en "Los Vengadores" tras el estreno de ésta. Como veis, de nuevo, los podemos contar por miles, ejemplos de que Marvel es muy lista y que la maquinaria de marketing que maneja es bastante poderosa y muy, muy inteligente. Aunque esto de aprovechar los cambios para vender cómics a aquellos que no los leen también va en dos direcciones.
Curt Connors con la mente del Lagarto |
Os voy a poner un ejemplo de esto. Tras el estreno de "Spider-Man 2", donde el villano principal era el Doctor Octopus, en Marvel se dieron mucha prisa para que Otto Octavius estuviera en todas partes, hasta el punto de que no sólo protagonizó una saga en la serie regular del trepamuros durante el tiempo que duró el filme en los cines, sino que tuvo varios especiales y alguna que otra serie limitada donde, además, se le veía con el mismo aspecto que llevaba en la película. Con el Hombre de Arena, cuando se estrenó "Spider-Man 3", pasó algo bastante parecido, al igual que con Malekith cuando se estrenó "Thor: El mundo oscuro", o con el Extremis cuando apareció "Iron Man 3". ¿Y qué decir cuando llegó "Los Vengadores"? Aquí mismo, en este blog, reseñamos la serie "Vengadores ¡Reuníos!", una especie de secuela del filme donde los Vengadores se enfrentaban a Thanos. Y de esta manera, Marvel enfrentó a Spiderman contra el Lagarto en una saga que salió mientras "The Amazing Spider-Man" estaba en las pantallas de cine, una saga que aparece recopilada en este tomo de Panini.
Lo cierto es que la historia ha sido de las que más me han gustado desde el llamado "Big Time" del trepamuros, donde Dan Slott (Hulka, La Cosa) puso las cartas sobre la mesa, pasó a encargarse él solo del personaje y comenzó a preparar grandes eventos alrededor de Spiderman como si fuera el epicentro de una larga serie de blockbusters comiqueros. Si en el tomo anterior teníamos la conclusión de "Hasta el fin del mundo", que contiene precisamente las características que he comentado, aunque estuvo reunida en varios tomos debido a su extensión, aquí tenemos los cuatro números USA de "Sin vuelta atrás", donde asistimos al regreso por todo lo alto del Lagarto desde "Muda", aunque eso no es del todo cierto, ya que, además de en una pequeña saga en "X-Men", tuvimos el placer de encontrarnos con la parte oscura de Curt Connors en "El origen de las especies" y unos cuantos números antes que este tomo, donde Morbius también tenía su protagonismo. Y es que, el llamado Vampiro Viviente, es un invitado bastante especial en esta historia, ya que, se podría decir, que todo lo comienza él.
En el tomo se nos plantea cómo Spiderman quiere curar de una vez por todas a Curt Connors, que lleva convertido en el Lagarto demasiado tiempo, hasta el punto de que sólo existe el monstruo, y todos creían muerto a Connors. Esto viene desde "Muda", donde Connors volvía a transformarse en el Lagarto por enésima vez pero con una diferencia bastante grande: terminaba la historia siendo el Lagarto. ¿Cómo ocurrió esto? La trama, más propia de un relato de terror, nos contaba cómo el Lagarto se comía a Billy Connors, hijo de Curt, terminando con la poca humanidad de éste de una vez por todas, de tal manera que sólo quedaba el Lagarto, o eso se creía, porque Morbius, científico secreto de Horizons Labs, donde trabaja Peter Parker, ha estado investigando de manera bastante escabrosa (atentos a lo que usa para averiguar lo que necesita) para buscar una cura a su condición y, de paso, curar al Lagarto. Sin embargo, aunque parece funcionar cuando capturan al monstruo, nadie descubre que no hay Connors que salvar, que sólo existe el Lagarto, por lo que, aunque en aspecto es Curt Connors, mentalmente es el Lagarto, un monstruo que hará lo que sea para volver a tener su forma de reptil, ¿o quizá no? Porque lo que sentirá como humano puede que sea demasiado poderoso para querer volver.
Un futuro sin Spiderman, ¿un futuro mejor? |
Dan Slott fabrica así una historia muy diferente a todas las que hemos ido leyendo durante estos años sobre el Lagarto, uno de los más antiguos y acerrimos enemigos de Spiderman, uno que sabemos que siempre regresa, ocurra lo que ocurra y, además, no sólo nos lo muestra de diferente forma, sino que le da un nuevo aspecto y, al final de la historia, hasta un nuevo giro de tuerca que puede dar para mucho en el futuro. Por el camino, el guionista se detiene para hablarnos de la humanidad, de cómo puede cambiar a un monstruo y viceversa, y sobre el hecho de que puede que el Lagarto fuera tan malvado, precisamente, por el mal que Connors guardaba en su interior, como si fueran Jekyll y Hyde, donde Hyde, al fin y al cabo, no era más que las pasiones y la furia que guardaba Jekyll en su interior o, en su simil más comiquero, Bruce Banner y Hulk. En pocas palabras, Hulk no sería tan grande y tan fuerte si la rabia contenida de Banner no lo fuese. Todo esto que se plantea resulta bastante espeluznante, sobre todo si nos paramos a pensar en las últimas acciones de Connors y el final del arco argumental.
Sin embargo, Slott aprovecha también para seguir dejando pistas sobre lo que nos espera en los siguientes números, y no hablo sólo de continuar desarrollando a todos los miembros de Horizon Labs o de mostrarnos el local nocturno que pertenece a Mary Jane (una sorpresa hasta para Peter), sino que estoy hablando de la presencia de la nueva Madame Web tratando de ayudar a Spiderman, los ataques de rabia de éste sobre todo con Morbius, las vueltas que le da a su promesa de que no muriera nadie especialmente tras el aparente fallecimiento de Marta Plateada en la anterior saga, los movimientos de Kingpin con respecto a seguir haciéndose con el poder de toda Nueva York y ponemos la lupa en la presencia de cierto Duende que creíamos muerto pero regresa a la ciudad para acabar con el impostor que ocupa su lugar, un hecho que se veía venir. Además, el tomo de Panini se completa con un nuevo anual de la serie regular (¡y van treinta y nueve!) que está relacionado con hechos que se han contado en anteriores historias. Una aventura bastante floja para mi gusto con problemas espacio-temporales de por medio y que contiene el enésimo encuentro con el tío Ben mediante ciertas trampas argumentales.
En el apartado gráfico, tenemos esta vez a Giuseppe Camuncoli (Lobezno Oscuro) encargándose de la saga al completo con un poco de ayuda del para mi desconocido Mario Del Pennino. A estas alturas, Camuncoli ya ha demostrado con creces que sirve para dibujar a Spiderman, sobre todo en historias tan llenas de acción, tan crudas y repletas de monstruos como ésta que tenemos entre manos. En sus escenas de acción los golpes duelen, los mordiscos hacen sangrar y los disparos parece que nos vayan a atravesar a nosotros, aunque es cierto que hay todavía aspectos que debería pulir, porque tiene viñetas bastante descuidadas. En el anual tenemos a Lee Garbett (Outsiders), con un trazo muy, muy clásico y que a mí me ha recordado bastante al gran Olivier Coipel (Asedio, X-Men), lo cual sólo puede ser bueno. En realidad, al final resulta ser lo mejor del anual ya que, como he dicho antes, la historia no me ha parecido gran cosa más allá de ser una extensión del pequeño argumento que tuvimos hace unos meses sobre una puerta temporal fabricada por uno de los compañeros de Peter e Horizons Labs. ¡Ah! ¿Y cómo dejar de mencionar las estupendas portadas alternativas que confirman lo que os decía antes de la inteligencia de Marvel con el marketing?
Portada de Giuseppe Camuncoli para el "Amazing Spider-Man #689" |
En resumen, uno de los mejores tomos de la colección. El único fallo que le veo es la inclusión del anual, prácticamente obligada porque no iban a dejarlo para una grapa aparte, claro, al fin y al cabo, es de la serie regular, así que toca apechugar, pero desde Marvel ya podrían haberse currado un especial que puede dar lugar a muchas otras historias mejores. Dejando esa mancha negra de lado, prácticamente todo funciona con este tomo, aunque me gustaría señalar el buen trabajo que ha hecho Dan Slott con el Lagarto, dándole una vuelta de tuerca a un personaje que se ha usado tanto que, a veces, parecía que no daba para más que el hecho de que pasase de Curt Connors al Lagarto, que así se enfrentase a Spiderman hasta que éste lo volvía a convertir en Connors. De nuevo se demuestra que no hay malos personajes, sino guionistas que, a veces, no es que sean malos, sino que no saben contar nada nuevo con ellos. Esto no es lo que ha pasado con Slott y el Lagarto, por fortuna.
Nota: 8/10
Magnífico repaso a la relación simbiótica entre comics y cine, solo añadiría que Marvel le está ganando la partida a DC en la gran pantalla mientras que en series de TV ocurre lo contrario (hay excepciones, como Batman y El Hombre de Acero, a la espera de que lleguen las series de Daredevil y Puño de Hierro). Pero tienes toda la razón, creo que la producción de películas en general le viene bien a los cómics, que pueden aprovechar conceptos para actualizar sus personajes al público actual.
ResponderEliminarUn saludo, por cierto que me quedan 30 páginas para terminar 5 Tumbas sin Lápida.
¡Muchas gracias! Mola que te haya gustado este pequeño repaso, jeje.
EliminarY no puedo estar más de acuerdo, en televisión, DC va ganando la partida, al menos por ahora. Bueno, al final, quienes ganamos somos los fans, jaja.
Poquito te queda para salir de Shelter Mountain. Espero que te mole.
¡Ya me contarás!
¡Gracias por pasarte! :)
Los de Marvel son astutos, creativos, a la vez han hecho algunas cosas que ni un inexperto hará, como la saga del clon de Spiderman. O Marvel Zombies, donde no tuvieron en cuento detalles como la capacidad de regeneración de Wolverine. O el sentido de alerta de Spiderman.
ResponderEliminarLo de El Hombre de Acero fue todo un acierto, lo de convertir el traje sobre el cual se hacían muchos chistes, en algo parecido a un armadura de la temprana edad media, de cota de mallas. Como en New 52. Y a la vez manteniendo lo de lo poderoso que es Superman. Otro cambio notable fue que Lois Lane no sea una tonta que se mete todo el tiempo en peligro.
Los trajes de X-Men en la películas fueron todo un hallazgo. En cierta forma, se regresa a la idea del comic de los principios, donde era como un uniforme Aunque Jean Grey hubiese quedado bien en el vestido corto que usaba cuando era llamada Marvel Girl. Y me parece imperdonable no haber visto a Halle Berry en la bikini unida y oscura, con capa, que usaba Storm, en Días del futuro pasado, por ejemplo. Por otra parte, lo compensaron con Mystique desnuda, aunque disimulada con eso de la piel azul, con escamas.
Daredevil tuvo un interesante traje para la película. Y su origen no está mal. Pero con el personaje de Elektra cometieron dos errores. Uno es hacerla una víctima de las circunstancias, en lugar de una asesina a la que Bulleyes mata por ser una competidora. Y que no usara esa malla enteriza roja, y bastante cavada. El primer error lo solucionaron en la película de Elektra, donde aparece su faceta de asesina. Película que me parece más lograda que la de Daredevil.
Los comics tienen algo que todavía no han logrado trasladar al cine, tal vez por cuestión de derechos. Y si se ha dado en series animadas. Ver a los X-Men con Spiderman como aliado, como sucede en el comic Servir y proteger. Donde enfrentan al Lagarto, donde la mente del científico ya no existe. Y hay un villano oculto, que prefiero no revelar. Es interesante como se llevan Spiderman y Emma Frost.
Fijate qué curioso que es la primera vez que me encuentro a alguien que prefiere "Elektra" sobre "Daredevil". ¡Lo que son los gustos! :)
EliminarMuy buen detalle de los uniformes de los X-Men, algo que han dejado de ser demasiadas veces en los cómics, y que pocos guionistas y dibujantes tienen en cuenta.
Uf, lo de Spiderman y los X-Men en los cines lo veo MUY difícil, aunque no imposible. Al fin y al cabo, si nos hubieran dicho hace diez años que tendríamos una película de los Vengadores y otra donde Superman y Batman unieran fuerzas, ¿nos lo habríamos creído?