Ficha Técnica
Título original: Terminator Genisys
Director: Alan Taylor
Intérpretes: Arnold Schwarzenegger, Emilia Clarke, Jai Courtney, Jason Clarke, J. K. Simmons, Byung-hun Lee, Courtney B. Vance, Matt Smith, Dayo Okeniyi, Sandrine Holt, Michael Gladis, Otto Sanchez, Wayne Bastrup, Nolan Gross, Matty Ferraro, Brett Azar, Kerry Cahill, Griff Furst, Gregory Alan Williams.
Guión: Laeta Kalogridis, Patrick Lussier
Música: Lorne Balfe
Género: Acción, ciencia-ficción
Nacionalidad: Estados Unidos
Duración: 126 minutos
Año: 2015
Sinopsis:
El futuro. Han pasado años desde que Skynet, una potente inteligencia artificial, eliminase a la mayor parte de la humanidad en lo que se conoció como el Día del Juicio Final, el día en el que las bombas nucleares volaron, cayeron y exterminaron casi por completo a la raza humana. La guerra contra las máquinas se ha recrudecido desde entonces, una guerra donde los pocos supervivientes, dirigidos por John Connor, deben enfrentarse al horror del metal y el acero personificado, sobre todo, en los terminators, las máquinas de matar favoritas de Skynet. Sin embargo, Connor, junto a Kyle Reese, su más leal soldado, podría estar a punto de ganar la batalla, dándole a Skynet el golpe definitivo, sólo que la inteligencia artificial no va a quedarse parada y pone en marcha su última y más peligrosa arma: una máquina del tiempo. Connor, sabiendo lo que ocurrirá, envía al pasado a Reese para que evite el asesinato de su madre a manos del terminator que a su vez ha mandado Skynet. A pesar de que todo parece transcurrir cómo John Connor recordaba, algo ha cambiado, pues ni Sarah Connor es la chica indefensa que tendría que ser, ni está sola, sino acompañada por otro T-800 que la protege de los robots asesinos que Skynet ha estado enviando para matarla. Aun así, los cambios no acaban ahí, y es bastante posible que la inteligencia artificial haya creado el arma definitiva que le hará ganar la guerra, una que ni Sarah, ni el T-800, ni Kyle Reese esperan.
Reseña:
Han pasado más de treinta años desde la primera "Terminator", uno de los clásicos cinematográficos de la acción y la ciencia-ficción a partes iguales. ¿En algún momento se planteó James Cameron (Aliens, el regreso) que su creación tendría tanto, tanto éxito? Supongo que algún que otro sueño hubo; es normal en los cineastas, escritores, ilustradores y demás creadores artísticos. E incluso apostaría a que ni en sus mejores sueños el director se imaginó que "Terminator", esa primera aventura de Arnold Schwarzenegger (Depredador, Los Mercenarios 3) como el temible T-800, llegaría a ser una franquicia de éxito que daría lugar a cómics, novelas, series de televisión, videojuegos y tal cantidad de merchandising que sería necesario todo un libro para hacerse eco de ella. No se puede negar que a estas alturas la saga "Terminator" no sea ya una de las más rentables y míticas del mundo del cine, una que, además, ha servido para dar pasos hacia delante en el terreno de los efectos especiales realizados por ordenador, como ya comprobamos con esa obra maestra que es "Terminator 2: El juicio final". ¡Y eso que no contamos las imitaciones baratas que salieron en los 80 y 90 y que explotaron el concepto!
Sin embargo, hay que admitir que en el cine, la saga ha tenido muchos altibajos, aunque yo no diría que de calidad. Ya voy avisando, antes de ahondar en "Terminator Génesis", de que soy muy defensor tanto de las dos primeras películas originales como de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" y "Terminator Salvation". Sí, es evidente que son filmes que están bastante por detrás de los dos primeros, pero no me parece justo juzgarlos con dureza dada la gran cantidad de aciertos que poseen, y menos teniendo en cuenta que "Terminator" y "Terminator 2: El juicio final" son obras maestras del cine, así, sin más, especialmente la segunda parte. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" (que supuso el primer regreso de tito Arnold a uno de sus papeles más recordados y queridos) y "Terminator Salvation" (el paso hacia delante que necesitaba la saga, es decir, que la acción transcurriera de una vez por todas en el futuro, durante la guerra contra Skynet), no permanecerán en el recuerdo dentro de unos años más allá como "las secuelas de las entregas buenas", pero incluso así, a mí me parecen dos dignas cintas de acción y ciencia-ficción con grandes ideas, espectaculares momentos y entretenidas de narices. No voy a engañaros, "Terminator Génesis" va más en esta línea que en la de las dos primeras cintas originales, aunque contiene un poco de éstas, lo suficiente como para acabar siendo un gran homenaje, una producción que podría haber sido la tercera parte de la saga tras "Terminator 2: El juicio final". Pero vayamos por partes.
Por supuesto, y a pesar de que los trailers no nos lo han puesto muy fácil, esta reseña está totalmente libre de spoilers. Supongo que con los spoilers y avances de esta película ya sabéis a lo que me refiero, ¿no? Al asunto John Connor, y hasta aquí voy a decir, aunque será dificil no comentarlo durante la crítica. Al fin y al cabo, ¿queda alguien interesado en la película que no haya echado un vistazo a los diferentes trailers que han ido saliendo? Vale, el primero de todos no sólo no nos reventaba la "sorpresa", sino que la escondía bastante bien. Pero los siguientes dejaban bastante claro que la promoción iba a jugar con el tema John Connor, hasta el punto de que en los spots televisivos se destripaba a las bravas esta presunta sorpresa. Digo presunta porque no creo que realmente fuera una sorpresa si tenemos en cuenta que se descubre bastante pronto en el filme, e incluso se intuye al poco de comenzar. Además, los trailers sirven para vender una película, y el tema John Connor es protagonista de muchas de las escenas más espectaculares, así que, después de todo, es algo lógico el hecho de que no lo hayan escondido demasiado. Sí lo han hecho con otros giros y sorpresas, así que de esos no mencionaré nada, pero sí sobre el asunto John Connor; os lo comento porque así estáis avisados de un spoiler que, en realidad, ¿podría tratarse como tal? No estoy tan seguro. Y menos si tenemos en cuenta que estamos ante una producción de millones de dolares de presupuesto que no se pueden ver en peligro por no tomar una decisión publicitaria que podría llevar a más gente a las salas. Igual si estuviéramos ante una producción más modesta o de serie B, el secreto se hubiera mantenido; existe una alta probabilidad de ello, diría yo.
"Terminator Génesis" es la consecuencia de que "Terminator Salvation" no terminase de funcionar, y eso que en la taquilla no le fue nada mal, pero estamos hablando de películas demasiado caras como para que sólo les vaya bien en cuanto a números. No, les tiene que ir muy, muy bien, mucho mejor que a la media de blockbusters que se estrenan durante el año. Y a "Terminator Salvation" le fue bien, pero no genial. Por entonces se tenía pensado hacer una nueva trilogía, una que nos contase la guerra contra las máquinas, una que nos mostrase cómo acababa la guerra contra Skynet en el futuro, es decir, lo que muchos fans de la saga llevábamos esperando desde la primera entrega, algo que ya quiso mostrar James Cameron en multitud de ocasiones. Y es que, los múltiples planes del ambicioso director, siempre han ido por caminos que luego han ido transitando las diferentes secuelas de "Terminator", incluida la actual "Terminator Génesis". Sin embargo, por temas presupuestarios y de tecnología, nunca ha sido capaz de hacerlos andar; sí, algunos de ellos sí, como ya comprobamos en "Terminator 2: El juicio final", donde se desquitaba enseñándonos al mortal T-1000 o esa estupenda escena en el futuro, con John Connor dirigiendo el ataque contra las máquinas. Aun así, no nos lo ha podido enseñar todo, así que las secuelas se han ido encargando de ello para nuestro disfrute.
Precisamente, eso ha conseguido que veamos la saga cinematográfica partida en dos. Sí, es cierto que hay sagas que en la práctica van en trilogías, y la de "Terminator" siempre ha pretendido ser una de ellas, aunque no ha terminado lograndolo (¿lo conseguirá finalmente con esta "Terminator Génesis"?). Al final, tenemos por un lado las dos primeras entregas de Cameron y, por otro, las dos últimas, y no es una división solamente comercial o artística, sino también argumental. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" está muy, muy conectada a "Terminator Salvation", a pesar de que ésta contenga numerosos guiños a las dos primeras y haga referencia a ellas continuamente. Sin embargo, viendo el filme, se intuye que algo ha ocurrido, algo que tiene mucho que ver con lo que hicieron los Connor y el T-800 al final de "Terminator 2: El juicio final". Entre esos actos que debieron cambiar la historia (se supone que aniquilaron la posibilidad de que Skynet existiera) y los continuos viajes temporales, algo se ha acabado rompiendo creando lo que muchos llevábamos años esperando que alguien nombrase en toda la saga: las realidades paralelas, más concretamente en este caso, los futuros alternativos. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" venía a decirnos que el fin del mundo no se podía cambiar, y que debía ocurrir, que todo lo acaecido sólo tenía como objetivo la supervivencia de John Connor para que la humanidad pudiera ganar la guerra. Entonces descubríamos que Skynet continuaba con vida dado que los avances en inteligencia artificial con respecto a su existencia habían proseguido a pesar de la destrucción del chip y el brazo del primer T-800 de "Terminator". Quizá no os quede claro o yo no me esté explicando bien, pero tranquilos, porque todo esto se tiene en cuenta en "Terminator Génesis", hasta el punto de que podría ser la entrega que uniese las dos primeras y las dos que llegaron después, e incluso podría considerar la "Terminator 3" oficial y, por supuesto, la primera de una nueva ¿trilogía?
Pero hagamos memoria antes de meternos en berenjenales temporales personificados en la vida real con una saga de películas que parecen liarnos todavía más, y eso sin contar "Las crónicas de Sarah Connor", interesante serie televisiva que iba todavía más por su cuenta, que duró dos temporadas y nos contaba cómo Sarah y John, junto a una nueva terminator, debían sobrevivir mientras huían de la justicia y descubrían que Skynet igual no estaba tan muerto como parecía en un principio. Comencemos con 1984, es decir, hablemos de "Terminator", el filme que lo empezó todo, una película bastante barata para lo que acabó siendo, hecha en parte al modo guerrilla y en la que Cameron puso toda la carne en el asador, gracias también a la participación de ese genio de los efectos especiales que era Stan Winston (Terminator 2: El juicio final, Iron Man) y la actuación de Arnold Schwarzenegger en un papel para el que estuvieron pensados actores tan diferentes como los míticos Michael Biehn (Aliens, el regreso) y Lance Henriksen (Alien 3, Alien vs. Predator), actores que acabaron saliendo también en el filme; el primero como Kyle Reese, y el segundo como uno de los detectives que investiga los asesinatos de las diferentes Sarah Connors que el T-800 va cometiendo. Y es que, si hablamos de las primeras elecciones para interpretar al terminator de este filme, la idea de Cameron es que fuera una persona normal y corriente que pudiera pasar desapercibidas, algo que con la elección de tito Arnold fue totalmente abandonado, aunque luego es recuperó en forma del T-1000 de Robert Patrick (The Faculty, True Blood) en la secuela.
Dejando de lado estas curiosas anécdotas, lo cierto es que "Terminator" fue la consecuencia de varios factores de éxito, y uno de ellos fue también el hecho de que se estrenase en los 80. No sé yo si "Terminator" funcionaría igual de bien hoy día, la verdad, tanto por los efectos, como por el tono del filme, la ambientación y la sorpresa que fue a todos los niveles. La película nos contaba cómo en el lejano año 2029 la guerra contra las máquinas estaba a punto de llegar a su fin, una larga batalla comenzada por la inteligencia artificial Skynet al destruir a la humanidad gracias a un ataque nuclear en cuanto tuvo conciencia de sí misma. John Connor, líder de la resistencia humana, está a punto de acabar con el poder de las máquinas, así que Skynet, viéndose entre la espada y la pared, usa su peor arma: una máquina del tiempo. La inteligencia artificial deduce que si ya es irrelevante acabar con Connor dado que ha terminado ganando la guerra, lo mejor es enviar a un soldado al pasado para que acabé con él antes de que nazca y así eliminar toda esperanza de resistencia humana. Skynet envía a un terminator, un T-800, un robot asesino con apariencia tan humana que incluso sangra y suda; de este modo, puede infiltrarse entre los humanos y acabar con su objetivo. Sin embargo, la resistencia llega a tiempo y manda a Kyle Reese, uno de los más fervientes soldados de John Connor, que deberá detener al terminator antes de que este asesine a Sarah Connor, madre de John, antes de que siquiera pueda estar embarazada de éste.
Durante el filme no sólo descubríamos el verdadero poder de un terminator, una máquina capaz de destrozar sin inmutarse toda una comisaría para atrapar a su objetivo, sino que además asistíamos al inesperado hecho de que Kyle Reese, enamorado de Sarah Connor, se convertía en el padre de John Connor, creando una paradoja temporal de tres pares de narices que puede hacernos sangrar por la nariz si pensamos demasiado en ello. Reese acababa muriendo durante el enfrentamiento final contra el terminator, del que apenas quedaban unos restos reventados y un brazo con el que, en un último estertor, trató de agarrar a Sarah Connor para exterminarla. Gracias a los recuerdos de Kyle y sus explicaciones a Sarah, teníamos una clara visión del futuro, de la guerra contra las máquinas y de la propia naturaleza de los terminators, quienes incluso evolucionaron en el futuro hasta acabar siendo los eficientes T-800 (a los T-600, dejando cómics y novelas aparte, no los veríamos en acción hasta "Terminator Salvation", descubriendo que eran una especie de hombres de las cavernas de los terminators humanoides). La película terminaba precisamente con Sarah Connor conduciendo hacia el horizonte con el futuro frente a ella, eso sí, no sin antes sacarse la fotografía que Kyle Reese tanto atesoraba antes de su muerte, atando así ese cabo temporal que quedaba.
"Terminator" no es sólo un filme casi perfecto por la dirección de Cameron, los efectos especiales de Winston o la imponente presencia de tito Arnold en uno de sus papeles más famosos el cual le llegó poco después de su primera aventura como cierto bárbaro, sino también por su guión, su ambientación, la puesta en escena, los demás actores protagonistas encabezados por una estupenda Linda Hamilton (Los chicos del maíz, Broken), los secundarios, la mitología que creaba desde cero y esa gran mezcla entre cine de acción, ciencia-ficción y, admitamoslo, algo de terror. Debo admitir que vi "Terminator" siendo niño, en una época donde ya disfrutaba de mis primeras películas y libros de terror y, siendo poco impresionable, la escena del endoesqueleto del T-800 persiguiendo a Kyle y a Sarah me pareció bastante aterradora. Después de todo, el filme tiene mucho de esas películas donde el asesino en serie persigue a los protagonistas sin darles tregua, por no hablar de que la descripción que Kyle Reese hace de los terminators ya de por sí da bastante miedo. Y de escenas de "Terminator" podríamos hablar mucho, porque muchas de ellas ya son piezas vivas del cine, escenas que se han quedado grabadas a fuego no sólo en la mente de los espectadores, sino en el mundo cinéfilo en general. La llegada del desnudo T-800 interpretado por Arnold Schwarzenegger, los asesinatos de Sarah Connor, el primer choque entre Kyle Reese y el terminator, el desarrollo de la relación entre Kyle y Sarah, el terminator arreglándose los desperfectos, la persecución en moto, el enfrentamiento final y, sobre todo, la impresionante matanza de la comisaría, de donde sacamos la famosa sentencia de "Volveré" pronunciada por el terminator antes de estampar su coche en el vestíbulo del edificio. Brutal. Una sentencia que no sólo se ha imitado, homenajeado y parodiado en multitud de películas, sino también por parte de tito Arnold en muchos de sus trabajos; es más, el "Volveré" no falta en ninguna de las entregas de la saga, "Terminator Génesis" incluida.
Nada más y nada menos que siete años tardó en llegarnos "Terminator 2: El juicio final", una cantidad de tiempo bastante importante si tenemos en cuenta que "Terminator" funcionó muy, muy bien a todos los niveles, también en la taquilla, sí. Pero el mundo de las secuelas siempre ha sido así; algunas se hacen en uno o dos años, cuanto antes, y otras tardan lo suyo, lo que les permite aumentar la expectación a su alrededor, algo que "Terminator 2: El juicio final" supo hacer a las mil maravillas, con esos avances donde se nos mostraba la cadena de montaje de los terminators que ya conocíamos de la primera parte, lo que nos permitía contemplar el regreso del mortal T-800 interpretado por Arnold Schwarzenegger, aunque era evidente que no era el mismo que el de "Terminator", el cual no acabó precisamente bien. Poco a poco tuvimos más información sobre la película, hasta el punto de que, cómo son las cosas, también se nos descubrió una de las grandes sorpresas del filme, es decir, el papel del nuevo T-800 en la historia (¿veis cómo tampoco es tan grave el tema John Connor de la nueva "Terminator Génesis"?). La sorpresa era que el nuevo terminator era en realidad el protector de John Connor, algo turbador si tenemos en cuenta que era un terminator de la misma clase que el que trató de asesinar a su madre en la anterior entrega, mientras que el enemigo a batir, el T-1000, era una nueva clase de terminator, más sofisticado, mortal y moderno. El espectador no tenía ni idea de cuál de los dos sería el héroe que sustituiría a Kyle Reese en la protección de los Connor, hasta que comenzaron a llegar los primeros avances largos. Inevitable.
La historia repetía el esquema de la primera parte. Teníamos a dos enviados del futuro, uno encargado de asesinar a uno de los Connor y otro encargado de protegerlo. Ahí acababan las similitudes y comenzaban las diferencias. Descubríamos que, al no poder asesinar a Sarah Connor, tiempo después, Skynet enviaba al pasado a un T-1000, un terminator más potente y actualizado capaz de transformarse en cualquier persona y adquirir cualquier forma, sin contar con las armas cortantes en las que podía transformar diferentes partes de su cuerpo. Sin embargo, el objetivo ya no era Sarah, encerrada en un psiquiátrico al tratar de reventar una fábrica de máquinas con la historia de la guerra de las máquinas como excusa, sino John Connor, un joven y rebelde John Connor que es ya un atisbo de aquello en lo que se convertirá en el futuro. Por supuesto, la resistencia humana del futuro también envía a su propio guerrero, un soldado protector que, como ya hizo Kyle Reese, daría su vida por John, aunque en este caso se trata de un T-800, un terminator reprogramado por la resistencia y que se unirá a Sarah y a John, actuando no sólo como guardián de éste, sino como la figura paterna que nunca tuvo. Sarah Connor no sólo acabará confiando en el terminator, sino viendole como el mejor padre que ha tenido John, el único que daría la vida por él, sin contar con el hecho de que, conforme más tiempo pasa con los Connor, más humanidad adquiere el T-800.
No descubro nada si afirmo que "Terminator 2: El juicio final" es una obra maestra. Si dejamos de lado que el esquema general es igual que el de "Terminator" (al menos, en los primeros pasos de la película) y alguna que otra incongruencia (¿cómo puede Skynet mandar a otro terminator años después del primer intento cuando ya por entonces estaba a punto de perder la guerra? ¿Por qué tarda tanto en hacerlo? ¿No es demasiada casualidad que en este nuevo intento la resistencia humana pueda mandar a otro protector al mismo tiempo?), esta secuela es toda una joya del cine a todos los niveles, tanto en guión como en efectos especiales. Después de todo, "Terminator 2: El juicio final" fue una de las primeras películas que usaron los efectos especiales realizados por ordenador, además de ser la película más cara de la historia en su momento y ser la segunda más taquillera de todos los tiempos por entonces. Casi nada. Y eso sin incluir los premios Óscar a los que estuvo nominada y los que se llevó. Como para decir que segundas partes nunca son buenas, ¿verdad? Sí, "Terminator 2: El juicio final" es espectacular, completa a todos los niveles y una joyita cinematográfica, con una subtrama bastante más profunda de lo que parece a simple vista, con esa Sarah Connor preguntándose si los seres humanos estamos abocados a la destrucción por nuestra propia mano y si alguna vez valoraremos nuestra propia vida, algo que parece poder aprender incluso una máquina asesina como el terminator que protege a John.
Sin embargo, el filme no sólo se trataba de contar un nuevo intento de asesinato hacia los Connor, sino también la posible destrucción de Skynet. Si el futuro no estaba escrito y podía cambiarse, ¿por qué no hacerlo? Eso pensaba Sarah Connor en el filme, por lo que acudía a Cyberdine Systems, después de tratar de asesinar a Miles Dyson, el creador de lo que acabaría siendo Skynet. Y es que, "Terminator 2: El juicio final" conectaba perfectamente con "Terminator", hasta el punto de cerrar todavía más el círculo temporal que se nos contaba en la primera, además de producir aún más paradojas temporales. Por ejemplo, la situación de Sarah en el psiquiátrico tenía mucho sentido, sobre todo cuando averiguábamos que la antaño apocada camarera se había convertido en una dura guerrillera al haber aprendido a defenderse tras el ataque del primer terminator, nociones de supervivencia que luego le enseñaría a su hijo, por lo que ya sabemos por qué John Connor no sólo es tan buen combatiente en el futuro, sino cómo puede enfrentarse a las máquinas de igual a igual (este tema también se trata estupendamente en "Terminator Génesis"). Uno de los mejores ejemplos de conexión con la primera entrega y paradoja temporal lo encontramos en el asombroso descubrimiento de que Cyberdine Systems tiene el chip y el brazo del primer terminator, los cuales usa Miles Dyson para crear a Skynet; sí, la inteligencia artificial se crea a sí misma usando un terminator que ella misma manda en el tiempo, al igual que John Connor se "crea" a sí mismo enviando a Kyle Reese al pasado. No estáis liados, ¿no?
El filme terminaba con el T-1000 destruido y el T-800 (en una de las escenas más emotivas de un filme de acción y ciencia-ficción de la historia del cine) "autoterminandose" para evitar que con sus restos se pueda crear a Skynet. En pocas palabras, el círculo estaba completamente cerrado y el Día del Juicio Final había sido evitado gracias a los Connor y su carismático protector. Fin... o eso parecía. Lo cierto es que los planes para hacer una tercera entrega siempre estuvieron sobrevolando la mente de James Cameron y, por supuesto, la de muchos de los implicados en las dos primeras entregas, entre ellos, los productores y un Arnold Schwarzenegger ansioso por regresar a, quizá, su papel más popular, con permiso de Conan. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" fue uno de esos proyectos eternos de Hollywood que, en muchas ocasiones, pareció estar a punto de no llevarse a cabo. Curiosamente, tuvo que entrar en juego el nuevo siglo y la más que probable posibilidad de que tito Arnold se apartase del mundo del cine para dedicarse a la politica, lo que provocó que el proyecto se pusiera en marcha, haciendo oficiales algunos rumores y abandonando muchos otros en la cuneta de Hollywood. Por ejemplo, el rumor más comentado y que finalmente sí que se cumplió fue la presencia de un terminator femenino, en esta ocasión, la T-X, cuya construcción por parte de Skynet respondía a la necesidad de destruir a otras máquinas dada las anteriores experiencias con terminators reprogramados; un concepto genial, la verdad. Esta T-X fue interpretada por la guapa e inquietante Kristanna Loken (Bloodrayne, Painkiller Jane), una villana que quedaba lejos del T-800 y el T-1000 pero que servía perfectamente a su propósito, dándonos algún que otro momento interesante.
La película nos venía a contar más o menos la misma historia de persecuciones y viajes temporales pero como en "Terminator 2: El juicio final", con algunos cambios más o menos importantes. Descubrimos que la T-X ha viajado en el tiempo no sólo para acabar con un ya crecido John Connor, sino con todos sus futuros generales, entre los que se encuentra Kate Brewster, la que será su futura esposa y pieza fundamental de la resistencia humana en el futuro. Por supuesto, la mencionada resistencia vuelve a enviar a un protector para John, esta vez un T-850, un modelo ligeramente mejorado del T-800 pero con el mismo aspecto externo que provoca en John muy buenos recuerdos. El terminator une a Kate y a John, a los que protege contra la T-X, al mismo tiempo que averiguamos que el padre de Kate trabaja para el ejército en un programa secreto que tiene que ver con cierta inteligencia artificial que está a punto de nacer. Poco a poco descubrimos no sólo que el apocalipsis nuclear es inevitable, sino que, además, la misión del T-850 incluía también proteger a Kate y a John del ataque de Skynet a la humanidad, es decir, debía hacer que sobrevivieran a la T-X pero, sobre todo, al desastre nuclear, dejándolo todo preparado para que la humanidad resurgiera de sus cenizas.
Vale, "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" no deja de ser un filme comercial de acción con una historia cuya profundidad está lejos de la de las dos anteriores. Eso no quiere decir que sea una mala película, todo lo contrario. Esta tercera parte quizá nos llegó algo tarde, quizá tenga escenas algo ridículas, quizá se toma poco en serio a sí misma en algunos momentos y es posible que tenga conceptos algo desaprovechados, pero también tiene una larga lista de virtudes, entre ellas el hecho de que volvía al redil de lo que se nos contaba en "Terminator", es decir, el apocalipsis nuclear es inevitable y el destino de John Connor es dirigir la resistencia para derrotar a Skynet en el futuro. Pero para ello debe contar con ayuda, ¿verdad? Y, lo más importante, algo que nunca se nos había dicho, con un lugar en el que esconderse y sobrevivir al holocausto, detalles por los que Cameron pasó muy de puntillas. ¿Cómo consiguió sobrevivir parte de la humanidad al ataque nuclear de Skynet? Pues esta tercera parte nos da las respuestas y conecta su final directamente con la guerra contra las máquinas que veremos en "Terminator Salvation", esa guerra que siempre habíamos contemplado en breves vistazos en los filmes de Cameron y, sí, también aquí, durante una de las terribles pesadillas que tiene John Connor mientras huye de su destino.
No eran los únicos detalles interesantes que nos ofrecía esta entrega dirigida artesanalmente por Jonathan Mostow (Breakdown, Los sustitutos). Por ejemplo, el terminator interpretado por tito Arnold era un nuevo modelo, no muy diferente al que conocíamos de las dos anteriores pero sí con la capacidad de autorrepararse ante fuertes ataques e incluso su programación le hacía un mejor infiltrador por tener un carácter más humano que los anteriores, llegando incluso a bromear, eso sí, de un modo bastante siniestro. Este terminator escondía dos secretos, dos de las mejores sorpresas del filme; la primera, que estaba programado por Kate Brewster, la persona que lo envió al pasado; y la segunda, que fue el terminator que logró asesinar a John Connor en el futuro (lo cuál dejaba abiertos numerosos cabos más). "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" era todo un prólogo o precuela de la famosa guerra contra las máquinas que James Cameron tanto anunció en sus películas. Aunque no es un filme que destaque por sus escenas para recordar, y es cierto que a veces abusa demasiado de los efectos especiales generados por ordenador cuando podría usar más animatronics y efectos a la vieja usanza, como producto de acción es de notable. La escena de la persecución con grúa incluida es espectacular, cada enfrentamiento entre el T-X y el T-850 es brutal, y el encuentro final es bastante épico, por no hablar de emotivo, y eso sin dejar de mencionar la escena del cementerio, donde descubrimos que Sarah Connor murió años antes de la historia que se nos cuenta, por leucemia, aunque feliz por haber acabado con Skynet, o al menos eso creía. Una escena donde, además, tiene lugar el cameo de cierto psiquiatra al que ya vimos en las dos entregas posteriores. ¡Continuidad al poder!
Cinco años después, poco antes de la llegada de "Terminator Salvation", secuela directa de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas", se estrenaba en la televisión la primera serie sobre la saga, "Las crónicas de Sarah Connor", una curiosidad bastante disfrutable que sólo duró dos temporadas debido al alto coste de los episodios y su baja audiencia. Curiosamente, la serie seguía más los acontecimientos de las dos primeras entregas que de la tercera, que sí que cambiaba ciertos aspectos de la historia que conocíamos. De este modo, la mitología de "Terminator" se expandía de manera brutal en una historia donde Sarah Connor y su hijo, fugitivos de la justicia y huyendo siempre para no caer en las garras de Skynet, eran asediados por un T-888 (capaz de regenerar la piel en caso de perderla en un sangriento proceso) al mismo tiempo que descubrían que la creación de Skynet era inminente en forma de poderosa inteligencia artificial. Acompañados por Cameron, una terminator altamente avanzada, los Connor deberán iniciar la búsqueda de Skynet al mismo tiempo que huyen del llamado Cromartie, lo que les llevará a descubrir que la verdad es mucho más complicada de lo que creen en un principio.
Siendo sinceros, "Las crónicas de Sarah Connor" iba bastante a su bola. Si con "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" ya teníamos una especie de nueva línea temporal donde la creación de Skynet y el ataque nuclear ocurrieron más tarde de lo que inicialmente pasó, en la serie todo se complicaba todavía más, como si el final de "Terminator 2: El juicio final" hubiera creado otra línea temporal aparte de la ya comentada. Lo cierto es que la serie era bastante entretenida, iba muy dirigida a los fans de la saga, enganchaba bastante y su abrupto final dejaba muchísimos cabos sueltos con viajes temporales y una inteligencia artificial anti-Skynet de por medio. Hay muchísimas cosas que merecen la pena de "Las crónicas de Sarah Connor", como la interpretación de la dura Lena Headey (Juego de Tronos, Dredd), la terminator Cameron y su estrecha relación con John Connor (¿casi romántica?), la evolución del T-888 también conocido como Cromartie, los continuos guiños a las dos películas de James Cameron, la aparición del hermano de Kyle Reese, la llegada de una T-1000 del lado de la resistencia y, por supuesto, su prometedor final. Además, era una serie que cumplía bastante bien en el apartado de efectos especiales, tramas secundarias, interpretaciones y acción, porque de ésta había a raudales, y bastante buena, por cierto. Una auténtica lástima que la serie cerrase dejando tanto cabo suelto.
No tuvimos que esperar mucho para el siguiente largometraje de la saga, ya que el final de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" había dejado bastante claro el camino a seguir. Seis años y una serie de televisión entre una y otra, y ya nos podíamos centrar, al fin, en la guerra contra las máquinas. Se acabaron los argumentos repetitivos sobre viajes en el tiempo y persecuciones llevadas a cabo por cyborgs asesinos. Tocaba subir la apuesta, y para eso se reformó todo el plantel de actores al mismo tiempo que se usaba la continuidad que ya teníamos sobre la mesa para darle forma a la historia del filme, eso sí, añadiendo ciertas subtramas que encajaban con la principal para tener un hilo conductor común. "Terminator Salvation" nos mostraba a un John Connor interpretado por Christian Bale (American Psycho, El Caballero Oscuro) que todavía no es el líder de la resistencia, a una Kate Connor interpretada por Bryce Dallas Howard (La joven del agua, Spider-Man 3) que es la esposa de John que no quiere quedarse apartada de los acontecimientos; y a un jovencísimo Kyle Reese interpretado por Anton Yelchin (Star Trek, Noche de Miedo) que está lejos de saber siquiera quién es Sarah Connor. En pocas palabras, "Terminator Salvation" nos llevaba a los primeros años de la guerra contra las máquinas, justo al momento en el que renacía Marcus Wright.
Interpretado por Sam Worthington (Avatar, Furia de titanes), Marcus es un preso que dona su cuerpo a una importante empresa (que luego descubrimos que está enlazada con Cyberdine Systems, ¿os suena?) para que, en cuanto le apliquen la inyección letal, puedan investigar con él. Años después, en el comienzo de la guerra contra las máquinas y debido al ataque de un grupo de soldados de la resistencia a un centro de las máquinas, Marcos aparece en el nuevo y apocaliptico mundo sin entender muy bien cuál es su posición en él hasta que da con un joven llamado Kyle Reese al que protegerá desde ese mismo momento. Por otro lado, la resistencia parece haber encontrado el arma definitiva contra las máquinas, la cual se disponen a usar para terminar con Skynet mucho antes de que la guerra sea todavía peor. Sin embargo, John Connor tiene dudas sobre los planes de la resistencia, especialmente cuando descubre que las máquinas tienen una lista de objetivos entre los que se encuentra Kyle Reese, un Kyle Reese que ni siquiera pertenece aún a la resistencia. Skynet ya no va a por Sarah Connor, sino a por Kyle, un objetivo más sencillo y al que puede atacar gracias a, ¿Marcus? Sí, conforme avanza el metraje descubrimos que Marcos es un tipo único de terminator (otra de esas sorpresas de la saga que son reveladas en los trailers), un hibrido de humano y máquina capaz de internarse en las tropas enemigas, un terminator único en su especie que conserva todo lo que lo hace humano, incluso los recuerdos de serlo. A pesar de ser el arma secreta de Skynet, Marcus se rebela a tiempo de salvar a John Connor y a Kyle Reese de las garras del nuevo terminator creado por la inteligencia artificial: el T-800.
"Terminator Salvation" fue tan criticada en su momento como la tercera entrega y, aunque había razones para hacerlo, creo que también ocurrió en exceso. Nos encontramos una vez más ante un producto de rápido consumo, un filme palomitero repleto de acción y espectaculares escenas como la persecución de las motos-terminator (pedazo de invento, y lo digo del todo en serio), el primer encuentro de Marcus con un terminator (al fin veíamos a los brutales y salvajes T-600), la primera toma de contacto con John Connor o toda la tensa parte final, poniendo énfasis en la lucha de Connor y Marcus contra un recién nacido T-800 con el aspecto de tito Arnold, como no podía ser de otro modo. Es verdad que la trama de Marcus estaba algo cogida con pinzas en algunos momentos, pero el hecho de que ahora fuera Kyle Reese el objetivo de las máquinas era un cambio demasiado agradable como para despreciarlo. Y eso sin contar los continuos guiños y referencias a las anteriores; desde la presencia de Kate Brewster como Kate Connor hasta la clásica fotografía de Sarah Connor en manos de su hijo, por no hablar de la grabación que ésta le dejó o el uso del radiocasete con la ya clásica canción de la saga, "You could be mine", por parte de John Connor para atraer a las motos-terminator.
Pese a que "Terminator Salvation" salió bien parada de la taquilla, no se llegó a hacer una nueva trilogía a partir de ella, una trilogía que pondría fin a la saga con el acabose definitivo a la guerra contra las máquinas. Sin embargo, las noticias de una nueva entrega no tardaron en aparecer, y lo que en principio eran solo rumores, poco a poco se fueron convirtiendo en realidad hasta que surgieron las primeras confirmaciones antes de aparecer imágenes del rodaje, imágenes oficiales del filme y, por supuesto, los primeros y espectaculares avances que nos dejaron tan confundidos como las sinopsis oficiales que lanzaba la productora. De nuevo estábamos ante una secuela que contenía muchos de los rumores que se habían ido lanzando, mientras que otros, igualmente interesantes, se quedaban en la cuneta. Por ejemplo, uno de ellos afirmaba que la acción se desarrollaría en los años 50, y que los terminators serían enviados para acabar con los antecesores de Sarah Connor, acción que aseguraría la supervivencia futura de Skynet. Sin embargo, el rumor que siempre se mantuvo, y uno de los primeros en confirmarse, fue el regreso de Arnold Schwarzenegger a la saga como el T-800 que todos adoramos y queremos, es decir, el de "Terminator 2: El juicio final". Con tito Arnold dentro del proyecto era evidente que estábamos ante una auténtica secuela de "Terminator".
Y lo es y no lo es. "Terminator Génesis" camina entre dos aguas, como os decía al principio de esta reseña, entre las dos entregas de Cameron y la dos entregas que llegaron después. En realidad, podríamos estar ante la tercera parte natural de la saga y, al mismo tiempo, ante una especie de reinicio al más puro estilo "X-Men: Días del futuro pasado" con respecto a la saga cinematográfica de la Patrulla-X. No daré más detalles, los que hayáis visto el filme de los mutantes quizá pilléis a qué me refiero sin ver "Terminator Génesis", aunque ya la sinopsis oficial nos daba alguna que otra pista... y, al mismo tiempo, no. Y es que estamos ante el filme más misterioso de toda la saga y frente a una de las películas más desconcertantes de los últimos años. Ni siquiera los trailers dejaban realmente claro qué podíamos encontrar en ella, aunque es cierto que algo más claro dejaban el asunto, un asunto que iba por revisionar la saga (especialmente las dos primeras entregas), viajes temporales y realidades alternativas, un tema que Cameron nunca se atrevió a tocar y que, como comentaba más arriba, abandonó o tocó muy de puntillas deliberadamente. Esto hace que tengamos una secuela bastante original en cuanto a su planteamiento, sobre todo si tenemos en cuenta que aquí no vamos a tener las consabidas persecuciones de terminators hacia los Connor, e incluso diría que al final es todo lo contrario, con más de un cambio la mar de jugoso.
El filme nos presenta la misma situación que nos comentaba Kyle Reesse en "Terminator", aunque, eso sí, desde dentro. Asistimos a los momentos previos del viaje en el tiempo que llevó a Kyle a 1984 para proteger a Sarah Connor, la mujer a la que ama y madre del líder de la resistencia humana contra las máquinas, John Connor, de quien Kyle es gran amigo y buen aliado. Los humanos esperan dar el golpe definitivo contra Skynet, quien observa, impotente, cómo sus enemigos están ganando, por lo que decide poner en marcha su última arma, algo que ocurre justo antes de que llegue la resistencia. John Connor sabe todo lo que está pasando debido a sus experiencias pasadas con los terminators y los viajes temporales, así que no duda en enviar a Kyle al pasado justo después de que el T-800 se haya ido. Sin embargo, algo ocurre en el último momento, algo que se hace patente cuando Kyle aterriza en 1984 y es atacado por un policía que en realidad es un T-1000, un tipo de terminator muy avanzado. Para completar la extraña situación, Kyle es salvado por Sarah Connor, a la que no reconoce como una apocada camarera, sino como una soldado preparada para las máquinas que quieren matarla. Por si eso no fuera todo, Sarah le explican que ya se han encargado del T-800 que Skynet ha enviado para asesinarla: ella y el -T800 que lleva criando la desde que era una niña. El destino puede cambiar y la misión es otra muy diferente a la original.
Preparaos con "Terminator Génesis" para un lío temporal de narices. Esto es bastante bueno si tenemos en cuenta que el filme acaba siendo una especie de reboot y planteando una nueva saga en una nueva línea temporal, algo que ya descubrieron sus productores al afirmar que querían llevar a cabo una nueva trilogía "Terminator" y que esta entrega sería la primera. ¿Qué más tiene de bueno? La originalidad de la propuesta. Descubrir a los personajes que creemos conocernos tanto en nuevas situaciones como comportándose de diferente manera dado el nuevo escenario al mismo tiempo que revisitan escenas iconicas de la saga, es toda una delicia. Pero, ¿qué tiene de malo? Que cuesta encajar ciertas partes del filme, especialmente el principio, porque todo lo demás, como ya os he comentado, es una nueva línea temporal creada a partir de acontecimientos que se nos irán explicando. Bueno, no todos, porque quedan suficientes cabos sueltos al finalizar la película como para tener en cuenta que debería haber otra más, al menos, otra más, o eso espero.
El caso es que, siendo simplista, podría decir que "Terminator Génesis", al menos ese principio que nos mete a fondo en todo lo ocurrido antes del comienzo de "Terminator", tiene en cuenta las cuatro películas anteriores. Sin embargo, si prestamos atención a ciertos detalles (atentos a la cicatriz de John o el encuentro con el joven Kyle), vemos que quizás "Terminator Salvation" se queda un poco fuera de la ecuación, entonces, lo lógico, sería que estuviera más conectada a "Terminator" y "Terminator 2: El juicio final", pero, ¿ésta última no implantó la destrucción de Skynet? Hasta que llegó "Terminator 3: La rebelión de las máquinas". ¿Cómo nos deja eso? Pues con un comienzo de película que va conectado a las tres primeras pero que deja un poco de lado a "Terminator Salvation", sobre todo conforme el metraje avanza y descubrimos continuos detalles que se conectan más con las producciones de Cameron que con las nuevas, especialmente con la cuarta entrega que desde su estreno levantó bastante polémica con los cambios que se observaban con respecto al futuro que presentaba Cameron. Aunque por entonces parecía lógico, después de todo, ¿no había cambiado el futuro con respecto al que contaba Kyle a Sarah una vez atrasaron la creación de Skynet y la guerra nuclear? Lo dicho, encajarlo todo parece complicado, pero se puede hacer. Eso sí, a mí ya me sangra el cerebro por la nariz, así que, por ahora, me detengo aquí.
Hablemos pues de la trama alternativa que nos presenta "Terminator Génesis" con ese T-1000 en 1984, esa Sarah Connor soldado mucho antes de tiempo, ese Guardián/Abuelo que ha estado criando a Sarah por orden de alguien desconocido, ese Kyle Reese totalmente perdido, ese T-3000 que aparece como la amenaza definitiva, ese Skynet oculto que pretende nacer cuando nadie lo espera, ese T-800 contra T-800, esa guerra contra las máquinas que parece encontrar su fin y esos viajes temporales que parecen empeorarlo todo a su paso. No cabe duda de que "Terminator Génesis" vuelve atrás, en un ejercicio de nostalgia muy bien llevado, para continuar adelante con una saga que no parecía tener mucho más futuro que las diferentes secuelas de "Terminator Salvation". Sin embargo, si algo demuestra esta nueva entrega, es que siempre se puede hacer algo original con esta saga sin repetir siempre lo mismo, a la vez que tratamos de no olvidar de dónde procede todo, es decir, de ese clásico "Terminator" de los 80. De este modo, "Terminator Génesis" es una vuelta a la franquicia pero mirando a la vez al pasado y al futuro de la misma en todos los sentidos, tanto argumental como publicitario. Eso sí, os aseguro que estamos ante una especie de mundo al revés, algo que también piensa Kyle Reese cuando llega a 1984 en la película.
Ahora no es Sarah Connor la chica perdida que no tiene ni idea de lo que ocurre a su alrededor, sino que ella es la soldado que lleva preparándose toda una década para la llegada de los terminators, mientras que Kyle es quien está perdido ante la situación que se le plantea, una que no le había contado John porque la desconocía. Por si el escenario no fuera sencillo, tenemos a un T-800 que es lo que habría sido el de "Terminator 2: El juicio final" con John si no se hubiera "autoterminado" con la ayuda de los Connor para no ayudar a la creación de Skynet. Es más... ¡Es el mismo terminator! Humano, con capacidad de aprendizaje, estratega, con la mala leche de no matar pero disparando a las piernas y haciendo mucho daño, con las mismas habilidades para el combate y, por supuesto, con cierta capacidad para sentir "algo" por los Connor, en este caso por Sarah Connor, a la que ve como su hija, y ésta a él como su padre (a pesar de llamarlo Abuelo, Guardián en el original). Lo cierto es que todos estos cambios no sólo son la mar de divertidos, perfectos para dejar boquiabierto al personal, sino que casi diría que eran necesarios en una saga que incluso en la segunda parte ya mostraba síntomas de autocopiarse a una velocidad alarmante. "Terminator Génesis" es un nuevo rumbo, pero uno que aprovecha también el legado que tiene sobre sus espaldas.
De este modo, no sólo encontramos multitud de escenarios que nos suenan mucho, sino gran cantidad de guiños que hacen que la calidad del filme consiga bastantes puntos.Por ejemplo, el encuentro entre los T-800 es ya oro puro, una de esas escenas muy potentes (de las que más de toda la película) que quedan grabada a fuego en la mente de los fans de la saga. Os puedo asegurar que va más allá del homenaje hacia la ya mítica llegada del tito Arnold de los 80 como el primer terminator, porque se ha respetado hasta el más mínimo detalle no sólo por exigencias argumentales, sino por el tremendo cariño que despide "Terminator Génesis" por toda la mitología que rodea a la saga. Fijaos, por ejemplo, en las cicatrices de Kyle Reese. ¡Si hasta se ha respetado el momento en el que se coloca las Nike con velcro! Y eso sin mencionar el momento en el que el T-800, con un aspecto que recordamos muy bien, rescata a una joven Sarah Connor (otro de los grandes momentos de la cinta), o ese radiocasete que usa Sarah y que es exactamente el que usa John en "Terminator 2: El juicio final". "Terminator Génesis" incluso se permite guiños a la serie, con la aparición de Sarah y Kyle en la carretera. Si algo es esta nueva entrega es respetuosa con todo lo que ya hemos visto, y cuando digo respetuosa es que lo es tanto que hasta aparecen los Dyson; sí, Miles e hijo, el creador original de Skynet y su vastago. E incluso regresa Tim, el amigo de John Connor en "Terminator 2: El juicio final", de una forma un tanto curiosa. Tranquilos, no es un spoiler, pero sí un gran detalle a tener muy en cuenta a la hora de valorar el filme como se merece.
Y hablemos ahora del gran cambio con respecto a las demás, es decir, el tema John Connor. ¿Preparados? Podéis saltaros este parrafo. Todavía estáis a tiempo. ¿No? Pues ahí va. John Connor es el T-3000 de la película, es decir, el malo malísimo que hará lo imposible para que Sarah, Kyle y el Guardián no logren su objetivo. El T-3000 es un nuevo tipo de terminator, el más potente hasta la fecha (aunque es curioso que sus habilidades no se diferencien demasiado del T-1000), una fusión de hombre y máquina a nivel celular, e imposible de destruir, ¿o no? Que John Connor sea el gran villano, es decir, un terminator, no sólo da para un montón de situaciones irónicas y curiosas que no voy a comentar aquí para no estropearos ninguna sorpresa, sino que hace realidad un rumor siempre latente en la saga que situaría a John como un cyborg en algún momento de la futura guerra contra las máquinas. Como decía más arriba, la sorpresa no es tal, ya que algo nos podemos oler en cierto momento de la película, así que, tampoco os preocupéis demasiado. Es otro cambio de tornas, de tal modo que ahora no es Skynet la que querrá matar a John, sino nuestros héroes. John ya no es la última esperanza de la humanidad para sobrevivir, sino de Skynet, quien al fin ve cumplido su objetivo de una manera un tanto grotesca. Y, además, el T-3000 cumple bastante bien como villano; se queda un peldaño por debajo del T-800 original y el T-1000, pero queda bastante por encima de todos los demás. Y hay que tener en cuenta que cualquier cosa puede pasar en esta nueva línea temporal, cualquier giro argumental puede ser posible, así que volvemos a la preocupación por nuestros protagonistas que viviamos en las dos primeras entregas de la saga.
El ritmo del filme es bastante bueno. Os puedo asegurar que sus poco más de dos horas se me pasaron volando. Es cierto que hay pocos momentos de calma y que la cinta está repleta de acción (y de la buena), pero tranquilos, también hay más de una escena perfecta para reposar los momentos de explosiones, disparos y persecuciones. Además, el filme está dividido en dos partes (si no contamos el prólogo); una en los 80 y otra... ya lo descubriréis. En este sentido, y sin desmerecer la segunda parte de la película, debo confesar que si toda ella hubiera transcurrido en los 80 estaríamos hablando de toda una joyita. ¡Qué gran partido se le habría podido sacar a la idea del filme! Y digo esto porque en esa primera parte ya se hace, con ese T-800 y ese T-1000 enfrentándose a nuestros héroes en una época donde sobrevivirles no era demasiado sencillo, a no ser que tengas un plan y un T-800 de tu parte. Tampoco habría estado de más ahondar en el flashback donde el Guardián rescata a Sarah Connor siendo niña; por pedir que no quede. También es cierto que centrar el filme en los 80 habría acabado por hacerlo parecer un simple remake, pero qué queréis que os diga, la parte de los 80 es alucinante, por no hablar del prólogo donde se nos cuenta qué ocurrió en el futuro antes de que Skynet mandara al primer T-800 en busca de Sarah Connor, es decir, antes de que Kyle Reese fuera mandado al pasado. Para completar el genial cuadro incluso podemos disfrutar de la máquina del tiempo en todo su esplendor.
Ante todo, "Terminator Génesis", comos sus antecesoras, es una película repleta de acción y, ésta sí, repito, contiene escenas para el recuerdo. Insisto, la batalla entre Sarah Connor, Kyle Reese y el Guardián contra el T-1000 es espectacular, sobre todo cuando se les une un invitado inesperado gracias a ciertas habilidades del T-1000 que ya podíamos observar en la T-X, aunque de otra forma. No es algo sacado de la manga, y si lo pensamos bien tiene su lógica; una habilidad que convierte a uno de los protagonistas en otra cosa diferente (pero similar) justo al final de la película, en uno de esos estupendos movimientos que tiene el guión del filme que consiguen que deseemos la próxima entrega lo antes posible. Por supuesto, no puedo dejar de lado la persecución del autobús o la impresionante batalla final, persecución aérea incluida. Y, ojo, porque los efectos especiales son primordiales para estas espectaculares escenas, efectos especiales que son mucho mejores de lo que parecían en un principio por los avances (atentos a la pelea entre el T-3000 y el T-800, sobre todo cuando el primero usa sus habilidades especiales para moverse de un lado a otro). Si hablamos de otros aspectos técnicos, no puedo dejar de mencionar la banda sonora que recupera los geniales acordes originales de Brad Fiedel. Atentos a los créditos o a la primera aparición del Guardián, porque seguro que se os encoge el corazón si sois tan fans de la saga como yo.
Pero sin sus personajes esta franquicia nunca hubiera sido nada, y con "Terminator Génesis" ocurre lo mismo. El mayo acierto de la película ha sido traer de vuelta a Arnold Schwarzenegger en un papel que le va como anillo al dedo, es decir, el de terminator envejecido, algo bastante lógico si tenemos en cuenta lo que nos contaba Kyle Reese en "Terminator", es decir, la carne de estos cyborgs asesinos es tejido vivo real para pasar inadvertidos entre los humanos, así que es normal que envejezca y, además, en la película nuestro querido T-800 pasa por dos fases de envejecimiento, ¡casi nada! Sin duda, tito Arnold es de lo mejorcito de la producción, con un terminator que tiene sus momentos de "parodia" pero sin entrar en las escenas absurdas que a veces tenía "Terminator 3: La rebelión de las máquinas"; en pocas palabras, la poca comedia que tiene la cinta está bastante bien equilibrada con el resto del tono más serio en el que se centra la película. Para mí ha sido un gustazo disfrutar de la vuelta (nos lo prometió varias veces, ¿no?) de Arnold a su franquicia de más éxito. Por contra, aunque Emilia Clarke (Juego de Tronos, Spike Island) está correcta como Sarah Connor, hay algo que me falla en ella y que no lo hacía en las anteriores actrices que se metieron en el papel. Está bien, pero no genial, y eso que ver a Sarah formando equipo duradero junto a Kyle Reese mola bastante y abre la caja de los recuerdos, pero no me termina de convencer al cien por cien. Lo mismo me pasa con Jai Courtney (Spartacus, Jack Reacher), actor que me cae bastante bien pero que a veces da la sensación de estar interpretando el mismo papel en muchas de sus películas, y aquí, al menos a ratos, no es diferente. Igual que Emilia Clarke, correcto pero no genial.
Jason Clarke (Enemigos públicos, El amanecer del planeta de los simios) es otra historia. Tenemos entre manos a un actor bastante versátil que le encuentra el punto exacto a un personaje que en esta película debe navegar por dos aguas: héroe y villano. Clarke consigue salir bastante airoso de la prueba, y con creces conforme se va metiendo más y más en el papel del John Connor terminator. Por otro lado, aunque la presencia de Byung-hun Lee (G.I. Joe, Encontré al diablo) en una película de acción siempre es de agradecer, lo cierto es que se le desaprovecha mucho, pidiendo más minutos en pantalla, tanto por su personaje como por lo que es capaz de hacer el actor. No le pasa lo mismo a ese grande de la interpretación que es J. K. Simmons (Juno, Spider-Man), que nos da no sólo a uno de los personajes más interesantes de toda la película, sino a uno con el que es fácil sentir empatía y que cae simpático desde un primer momento, y hasta aquí puedo contar al respecto, porque lo mejor es que lo descubráis por vosotros mismos; en serio, Simmons os va a sorprender aunque seáis fans del actor. También podría hablar de Matt Smith (Doctor Who), pero prefiero que lo veáis por vosotros mismos. Yo salí del filme queriendo más Matt Smith, así que espero que os pase lo mismo. Ya me diréis qué pensáis al respecto, pero, ¿sorpresa, sorpresa?
Evidentemente, "Terminator Génesis" está lejos de ser perfecta. A sus personajes y situaciones desaprovechadas podemos añadirle lo más obvio, y es el hecho de que las comparaciones son odiosas, y a pesar de que sale ganando si la medimos con "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" y "Terminator Salvation", sigue "perdiendo" contra sus hermanas mayores, algo lógico por lo que estas significan para la historia del cine. Y es que, a pesar de todas sus virtudes, "Terminator Génesis" no deja de ser un blockbuster de verano al que le falta el sello personal de un director que lo tenga. Que no se me entienda mal, Alan Taylor (Juego de Tronos, Thor: El mundo oscuro) ha demostrado con creces ser capaz de dirigir notablemente producciones que llevan a la gente al cine a pasarlo bien, comer palomitas y consumir refrescos, y en eso es de lo mejorcito que tenemos hoy día en cuanto a realizadores. Sin embargo, tras dos entregas de directores ofreciéndonos algo parecido, creo que era hora de darnos un filme más personal. No ha podido ser esta vez, es una pena, pero el resultado final, insisto, es más que correcto. Aun así, espero que para la próxima, si no repite Taylor, elijan a alguien que vaya más allá de dirigir la película y nada más. Alguien que se arriesgue, que deje su sello personal, que grabe su marca en la saga.
En resumen, "Terminator Génesis" no me ha resultado una sorpresa en ciertos aspectos porque ya esperaba que fuera un entretenimiento muy bien hecho. Y lo es. Eso sí, me ha pillado desprevenido en muchos otros aspectos, como esos giros de planteamiento, la originalidad del guión, la larga lista de homenajes y guiños, lo exhaustivamente respetuosa que es con las de Cameron, los aspectos que cambia con respecto a todo lo que hemos visto en la saga, con lo llevaderas que se hacen las poco más de dos horas que dura y, sobre todo, con el regreso de nuestro querido Arnold Schwarzenegger. Cierto es que creía que iba a ser lo mejor del filme, pero no hasta el punto en el que lo es. No cabe duda a estas alturas que la marca "Terminator" y tito Arnold están unidos para siempre. Al respecto hay un detalle que hace mucho daño en la versión española, y es la ausencia en el doblaje del grandísimo Constantino Romero (El rey león, Gran Torino), tristemente fallecido en 2013. No es que el doblador que le sustituye lo haga mal, es más, es habitual en los filmes de nuestro país y de cuando en cuando se ha metido en las cuerdas vocales de tito Arnold, pero disfrutar de un "Terminator" sin Constantino no es lo mismo. Él no volverá, pero ojalá lo hiciera. Quien sí espero que lo haga es nuestro querido Arnie, y espero que en una secuela a la altura de esta "Terminator Génesis".
Nota: 8/10
Sin embargo, hay que admitir que en el cine, la saga ha tenido muchos altibajos, aunque yo no diría que de calidad. Ya voy avisando, antes de ahondar en "Terminator Génesis", de que soy muy defensor tanto de las dos primeras películas originales como de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" y "Terminator Salvation". Sí, es evidente que son filmes que están bastante por detrás de los dos primeros, pero no me parece justo juzgarlos con dureza dada la gran cantidad de aciertos que poseen, y menos teniendo en cuenta que "Terminator" y "Terminator 2: El juicio final" son obras maestras del cine, así, sin más, especialmente la segunda parte. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" (que supuso el primer regreso de tito Arnold a uno de sus papeles más recordados y queridos) y "Terminator Salvation" (el paso hacia delante que necesitaba la saga, es decir, que la acción transcurriera de una vez por todas en el futuro, durante la guerra contra Skynet), no permanecerán en el recuerdo dentro de unos años más allá como "las secuelas de las entregas buenas", pero incluso así, a mí me parecen dos dignas cintas de acción y ciencia-ficción con grandes ideas, espectaculares momentos y entretenidas de narices. No voy a engañaros, "Terminator Génesis" va más en esta línea que en la de las dos primeras cintas originales, aunque contiene un poco de éstas, lo suficiente como para acabar siendo un gran homenaje, una producción que podría haber sido la tercera parte de la saga tras "Terminator 2: El juicio final". Pero vayamos por partes.
Adivinad quién ha vuelto |
Por supuesto, y a pesar de que los trailers no nos lo han puesto muy fácil, esta reseña está totalmente libre de spoilers. Supongo que con los spoilers y avances de esta película ya sabéis a lo que me refiero, ¿no? Al asunto John Connor, y hasta aquí voy a decir, aunque será dificil no comentarlo durante la crítica. Al fin y al cabo, ¿queda alguien interesado en la película que no haya echado un vistazo a los diferentes trailers que han ido saliendo? Vale, el primero de todos no sólo no nos reventaba la "sorpresa", sino que la escondía bastante bien. Pero los siguientes dejaban bastante claro que la promoción iba a jugar con el tema John Connor, hasta el punto de que en los spots televisivos se destripaba a las bravas esta presunta sorpresa. Digo presunta porque no creo que realmente fuera una sorpresa si tenemos en cuenta que se descubre bastante pronto en el filme, e incluso se intuye al poco de comenzar. Además, los trailers sirven para vender una película, y el tema John Connor es protagonista de muchas de las escenas más espectaculares, así que, después de todo, es algo lógico el hecho de que no lo hayan escondido demasiado. Sí lo han hecho con otros giros y sorpresas, así que de esos no mencionaré nada, pero sí sobre el asunto John Connor; os lo comento porque así estáis avisados de un spoiler que, en realidad, ¿podría tratarse como tal? No estoy tan seguro. Y menos si tenemos en cuenta que estamos ante una producción de millones de dolares de presupuesto que no se pueden ver en peligro por no tomar una decisión publicitaria que podría llevar a más gente a las salas. Igual si estuviéramos ante una producción más modesta o de serie B, el secreto se hubiera mantenido; existe una alta probabilidad de ello, diría yo.
"Terminator Génesis" es la consecuencia de que "Terminator Salvation" no terminase de funcionar, y eso que en la taquilla no le fue nada mal, pero estamos hablando de películas demasiado caras como para que sólo les vaya bien en cuanto a números. No, les tiene que ir muy, muy bien, mucho mejor que a la media de blockbusters que se estrenan durante el año. Y a "Terminator Salvation" le fue bien, pero no genial. Por entonces se tenía pensado hacer una nueva trilogía, una que nos contase la guerra contra las máquinas, una que nos mostrase cómo acababa la guerra contra Skynet en el futuro, es decir, lo que muchos fans de la saga llevábamos esperando desde la primera entrega, algo que ya quiso mostrar James Cameron en multitud de ocasiones. Y es que, los múltiples planes del ambicioso director, siempre han ido por caminos que luego han ido transitando las diferentes secuelas de "Terminator", incluida la actual "Terminator Génesis". Sin embargo, por temas presupuestarios y de tecnología, nunca ha sido capaz de hacerlos andar; sí, algunos de ellos sí, como ya comprobamos en "Terminator 2: El juicio final", donde se desquitaba enseñándonos al mortal T-1000 o esa estupenda escena en el futuro, con John Connor dirigiendo el ataque contra las máquinas. Aun así, no nos lo ha podido enseñar todo, así que las secuelas se han ido encargando de ello para nuestro disfrute.
El fin de Skynet se acerca en el futuro |
Precisamente, eso ha conseguido que veamos la saga cinematográfica partida en dos. Sí, es cierto que hay sagas que en la práctica van en trilogías, y la de "Terminator" siempre ha pretendido ser una de ellas, aunque no ha terminado lograndolo (¿lo conseguirá finalmente con esta "Terminator Génesis"?). Al final, tenemos por un lado las dos primeras entregas de Cameron y, por otro, las dos últimas, y no es una división solamente comercial o artística, sino también argumental. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" está muy, muy conectada a "Terminator Salvation", a pesar de que ésta contenga numerosos guiños a las dos primeras y haga referencia a ellas continuamente. Sin embargo, viendo el filme, se intuye que algo ha ocurrido, algo que tiene mucho que ver con lo que hicieron los Connor y el T-800 al final de "Terminator 2: El juicio final". Entre esos actos que debieron cambiar la historia (se supone que aniquilaron la posibilidad de que Skynet existiera) y los continuos viajes temporales, algo se ha acabado rompiendo creando lo que muchos llevábamos años esperando que alguien nombrase en toda la saga: las realidades paralelas, más concretamente en este caso, los futuros alternativos. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" venía a decirnos que el fin del mundo no se podía cambiar, y que debía ocurrir, que todo lo acaecido sólo tenía como objetivo la supervivencia de John Connor para que la humanidad pudiera ganar la guerra. Entonces descubríamos que Skynet continuaba con vida dado que los avances en inteligencia artificial con respecto a su existencia habían proseguido a pesar de la destrucción del chip y el brazo del primer T-800 de "Terminator". Quizá no os quede claro o yo no me esté explicando bien, pero tranquilos, porque todo esto se tiene en cuenta en "Terminator Génesis", hasta el punto de que podría ser la entrega que uniese las dos primeras y las dos que llegaron después, e incluso podría considerar la "Terminator 3" oficial y, por supuesto, la primera de una nueva ¿trilogía?
Pero hagamos memoria antes de meternos en berenjenales temporales personificados en la vida real con una saga de películas que parecen liarnos todavía más, y eso sin contar "Las crónicas de Sarah Connor", interesante serie televisiva que iba todavía más por su cuenta, que duró dos temporadas y nos contaba cómo Sarah y John, junto a una nueva terminator, debían sobrevivir mientras huían de la justicia y descubrían que Skynet igual no estaba tan muerto como parecía en un principio. Comencemos con 1984, es decir, hablemos de "Terminator", el filme que lo empezó todo, una película bastante barata para lo que acabó siendo, hecha en parte al modo guerrilla y en la que Cameron puso toda la carne en el asador, gracias también a la participación de ese genio de los efectos especiales que era Stan Winston (Terminator 2: El juicio final, Iron Man) y la actuación de Arnold Schwarzenegger en un papel para el que estuvieron pensados actores tan diferentes como los míticos Michael Biehn (Aliens, el regreso) y Lance Henriksen (Alien 3, Alien vs. Predator), actores que acabaron saliendo también en el filme; el primero como Kyle Reese, y el segundo como uno de los detectives que investiga los asesinatos de las diferentes Sarah Connors que el T-800 va cometiendo. Y es que, si hablamos de las primeras elecciones para interpretar al terminator de este filme, la idea de Cameron es que fuera una persona normal y corriente que pudiera pasar desapercibidas, algo que con la elección de tito Arnold fue totalmente abandonado, aunque luego es recuperó en forma del T-1000 de Robert Patrick (The Faculty, True Blood) en la secuela.
¿Qué le ha ocurrido a Sarah Connor? |
Dejando de lado estas curiosas anécdotas, lo cierto es que "Terminator" fue la consecuencia de varios factores de éxito, y uno de ellos fue también el hecho de que se estrenase en los 80. No sé yo si "Terminator" funcionaría igual de bien hoy día, la verdad, tanto por los efectos, como por el tono del filme, la ambientación y la sorpresa que fue a todos los niveles. La película nos contaba cómo en el lejano año 2029 la guerra contra las máquinas estaba a punto de llegar a su fin, una larga batalla comenzada por la inteligencia artificial Skynet al destruir a la humanidad gracias a un ataque nuclear en cuanto tuvo conciencia de sí misma. John Connor, líder de la resistencia humana, está a punto de acabar con el poder de las máquinas, así que Skynet, viéndose entre la espada y la pared, usa su peor arma: una máquina del tiempo. La inteligencia artificial deduce que si ya es irrelevante acabar con Connor dado que ha terminado ganando la guerra, lo mejor es enviar a un soldado al pasado para que acabé con él antes de que nazca y así eliminar toda esperanza de resistencia humana. Skynet envía a un terminator, un T-800, un robot asesino con apariencia tan humana que incluso sangra y suda; de este modo, puede infiltrarse entre los humanos y acabar con su objetivo. Sin embargo, la resistencia llega a tiempo y manda a Kyle Reese, uno de los más fervientes soldados de John Connor, que deberá detener al terminator antes de que este asesine a Sarah Connor, madre de John, antes de que siquiera pueda estar embarazada de éste.
Durante el filme no sólo descubríamos el verdadero poder de un terminator, una máquina capaz de destrozar sin inmutarse toda una comisaría para atrapar a su objetivo, sino que además asistíamos al inesperado hecho de que Kyle Reese, enamorado de Sarah Connor, se convertía en el padre de John Connor, creando una paradoja temporal de tres pares de narices que puede hacernos sangrar por la nariz si pensamos demasiado en ello. Reese acababa muriendo durante el enfrentamiento final contra el terminator, del que apenas quedaban unos restos reventados y un brazo con el que, en un último estertor, trató de agarrar a Sarah Connor para exterminarla. Gracias a los recuerdos de Kyle y sus explicaciones a Sarah, teníamos una clara visión del futuro, de la guerra contra las máquinas y de la propia naturaleza de los terminators, quienes incluso evolucionaron en el futuro hasta acabar siendo los eficientes T-800 (a los T-600, dejando cómics y novelas aparte, no los veríamos en acción hasta "Terminator Salvation", descubriendo que eran una especie de hombres de las cavernas de los terminators humanoides). La película terminaba precisamente con Sarah Connor conduciendo hacia el horizonte con el futuro frente a ella, eso sí, no sin antes sacarse la fotografía que Kyle Reese tanto atesoraba antes de su muerte, atando así ese cabo temporal que quedaba.
John Connor y Kyle Reese, aliados y amigos |
"Terminator" no es sólo un filme casi perfecto por la dirección de Cameron, los efectos especiales de Winston o la imponente presencia de tito Arnold en uno de sus papeles más famosos el cual le llegó poco después de su primera aventura como cierto bárbaro, sino también por su guión, su ambientación, la puesta en escena, los demás actores protagonistas encabezados por una estupenda Linda Hamilton (Los chicos del maíz, Broken), los secundarios, la mitología que creaba desde cero y esa gran mezcla entre cine de acción, ciencia-ficción y, admitamoslo, algo de terror. Debo admitir que vi "Terminator" siendo niño, en una época donde ya disfrutaba de mis primeras películas y libros de terror y, siendo poco impresionable, la escena del endoesqueleto del T-800 persiguiendo a Kyle y a Sarah me pareció bastante aterradora. Después de todo, el filme tiene mucho de esas películas donde el asesino en serie persigue a los protagonistas sin darles tregua, por no hablar de que la descripción que Kyle Reese hace de los terminators ya de por sí da bastante miedo. Y de escenas de "Terminator" podríamos hablar mucho, porque muchas de ellas ya son piezas vivas del cine, escenas que se han quedado grabadas a fuego no sólo en la mente de los espectadores, sino en el mundo cinéfilo en general. La llegada del desnudo T-800 interpretado por Arnold Schwarzenegger, los asesinatos de Sarah Connor, el primer choque entre Kyle Reese y el terminator, el desarrollo de la relación entre Kyle y Sarah, el terminator arreglándose los desperfectos, la persecución en moto, el enfrentamiento final y, sobre todo, la impresionante matanza de la comisaría, de donde sacamos la famosa sentencia de "Volveré" pronunciada por el terminator antes de estampar su coche en el vestíbulo del edificio. Brutal. Una sentencia que no sólo se ha imitado, homenajeado y parodiado en multitud de películas, sino también por parte de tito Arnold en muchos de sus trabajos; es más, el "Volveré" no falta en ninguna de las entregas de la saga, "Terminator Génesis" incluida.
Nada más y nada menos que siete años tardó en llegarnos "Terminator 2: El juicio final", una cantidad de tiempo bastante importante si tenemos en cuenta que "Terminator" funcionó muy, muy bien a todos los niveles, también en la taquilla, sí. Pero el mundo de las secuelas siempre ha sido así; algunas se hacen en uno o dos años, cuanto antes, y otras tardan lo suyo, lo que les permite aumentar la expectación a su alrededor, algo que "Terminator 2: El juicio final" supo hacer a las mil maravillas, con esos avances donde se nos mostraba la cadena de montaje de los terminators que ya conocíamos de la primera parte, lo que nos permitía contemplar el regreso del mortal T-800 interpretado por Arnold Schwarzenegger, aunque era evidente que no era el mismo que el de "Terminator", el cual no acabó precisamente bien. Poco a poco tuvimos más información sobre la película, hasta el punto de que, cómo son las cosas, también se nos descubrió una de las grandes sorpresas del filme, es decir, el papel del nuevo T-800 en la historia (¿veis cómo tampoco es tan grave el tema John Connor de la nueva "Terminator Génesis"?). La sorpresa era que el nuevo terminator era en realidad el protector de John Connor, algo turbador si tenemos en cuenta que era un terminator de la misma clase que el que trató de asesinar a su madre en la anterior entrega, mientras que el enemigo a batir, el T-1000, era una nueva clase de terminator, más sofisticado, mortal y moderno. El espectador no tenía ni idea de cuál de los dos sería el héroe que sustituiría a Kyle Reese en la protección de los Connor, hasta que comenzaron a llegar los primeros avances largos. Inevitable.
Igual pero diferente |
La historia repetía el esquema de la primera parte. Teníamos a dos enviados del futuro, uno encargado de asesinar a uno de los Connor y otro encargado de protegerlo. Ahí acababan las similitudes y comenzaban las diferencias. Descubríamos que, al no poder asesinar a Sarah Connor, tiempo después, Skynet enviaba al pasado a un T-1000, un terminator más potente y actualizado capaz de transformarse en cualquier persona y adquirir cualquier forma, sin contar con las armas cortantes en las que podía transformar diferentes partes de su cuerpo. Sin embargo, el objetivo ya no era Sarah, encerrada en un psiquiátrico al tratar de reventar una fábrica de máquinas con la historia de la guerra de las máquinas como excusa, sino John Connor, un joven y rebelde John Connor que es ya un atisbo de aquello en lo que se convertirá en el futuro. Por supuesto, la resistencia humana del futuro también envía a su propio guerrero, un soldado protector que, como ya hizo Kyle Reese, daría su vida por John, aunque en este caso se trata de un T-800, un terminator reprogramado por la resistencia y que se unirá a Sarah y a John, actuando no sólo como guardián de éste, sino como la figura paterna que nunca tuvo. Sarah Connor no sólo acabará confiando en el terminator, sino viendole como el mejor padre que ha tenido John, el único que daría la vida por él, sin contar con el hecho de que, conforme más tiempo pasa con los Connor, más humanidad adquiere el T-800.
No descubro nada si afirmo que "Terminator 2: El juicio final" es una obra maestra. Si dejamos de lado que el esquema general es igual que el de "Terminator" (al menos, en los primeros pasos de la película) y alguna que otra incongruencia (¿cómo puede Skynet mandar a otro terminator años después del primer intento cuando ya por entonces estaba a punto de perder la guerra? ¿Por qué tarda tanto en hacerlo? ¿No es demasiada casualidad que en este nuevo intento la resistencia humana pueda mandar a otro protector al mismo tiempo?), esta secuela es toda una joya del cine a todos los niveles, tanto en guión como en efectos especiales. Después de todo, "Terminator 2: El juicio final" fue una de las primeras películas que usaron los efectos especiales realizados por ordenador, además de ser la película más cara de la historia en su momento y ser la segunda más taquillera de todos los tiempos por entonces. Casi nada. Y eso sin incluir los premios Óscar a los que estuvo nominada y los que se llevó. Como para decir que segundas partes nunca son buenas, ¿verdad? Sí, "Terminator 2: El juicio final" es espectacular, completa a todos los niveles y una joyita cinematográfica, con una subtrama bastante más profunda de lo que parece a simple vista, con esa Sarah Connor preguntándose si los seres humanos estamos abocados a la destrucción por nuestra propia mano y si alguna vez valoraremos nuestra propia vida, algo que parece poder aprender incluso una máquina asesina como el terminator que protege a John.
Destinados a estar juntos |
Sin embargo, el filme no sólo se trataba de contar un nuevo intento de asesinato hacia los Connor, sino también la posible destrucción de Skynet. Si el futuro no estaba escrito y podía cambiarse, ¿por qué no hacerlo? Eso pensaba Sarah Connor en el filme, por lo que acudía a Cyberdine Systems, después de tratar de asesinar a Miles Dyson, el creador de lo que acabaría siendo Skynet. Y es que, "Terminator 2: El juicio final" conectaba perfectamente con "Terminator", hasta el punto de cerrar todavía más el círculo temporal que se nos contaba en la primera, además de producir aún más paradojas temporales. Por ejemplo, la situación de Sarah en el psiquiátrico tenía mucho sentido, sobre todo cuando averiguábamos que la antaño apocada camarera se había convertido en una dura guerrillera al haber aprendido a defenderse tras el ataque del primer terminator, nociones de supervivencia que luego le enseñaría a su hijo, por lo que ya sabemos por qué John Connor no sólo es tan buen combatiente en el futuro, sino cómo puede enfrentarse a las máquinas de igual a igual (este tema también se trata estupendamente en "Terminator Génesis"). Uno de los mejores ejemplos de conexión con la primera entrega y paradoja temporal lo encontramos en el asombroso descubrimiento de que Cyberdine Systems tiene el chip y el brazo del primer terminator, los cuales usa Miles Dyson para crear a Skynet; sí, la inteligencia artificial se crea a sí misma usando un terminator que ella misma manda en el tiempo, al igual que John Connor se "crea" a sí mismo enviando a Kyle Reese al pasado. No estáis liados, ¿no?
El filme terminaba con el T-1000 destruido y el T-800 (en una de las escenas más emotivas de un filme de acción y ciencia-ficción de la historia del cine) "autoterminandose" para evitar que con sus restos se pueda crear a Skynet. En pocas palabras, el círculo estaba completamente cerrado y el Día del Juicio Final había sido evitado gracias a los Connor y su carismático protector. Fin... o eso parecía. Lo cierto es que los planes para hacer una tercera entrega siempre estuvieron sobrevolando la mente de James Cameron y, por supuesto, la de muchos de los implicados en las dos primeras entregas, entre ellos, los productores y un Arnold Schwarzenegger ansioso por regresar a, quizá, su papel más popular, con permiso de Conan. "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" fue uno de esos proyectos eternos de Hollywood que, en muchas ocasiones, pareció estar a punto de no llevarse a cabo. Curiosamente, tuvo que entrar en juego el nuevo siglo y la más que probable posibilidad de que tito Arnold se apartase del mundo del cine para dedicarse a la politica, lo que provocó que el proyecto se pusiera en marcha, haciendo oficiales algunos rumores y abandonando muchos otros en la cuneta de Hollywood. Por ejemplo, el rumor más comentado y que finalmente sí que se cumplió fue la presencia de un terminator femenino, en esta ocasión, la T-X, cuya construcción por parte de Skynet respondía a la necesidad de destruir a otras máquinas dada las anteriores experiencias con terminators reprogramados; un concepto genial, la verdad. Esta T-X fue interpretada por la guapa e inquietante Kristanna Loken (Bloodrayne, Painkiller Jane), una villana que quedaba lejos del T-800 y el T-1000 pero que servía perfectamente a su propósito, dándonos algún que otro momento interesante.
El regreso del temible T-1000 |
La película nos venía a contar más o menos la misma historia de persecuciones y viajes temporales pero como en "Terminator 2: El juicio final", con algunos cambios más o menos importantes. Descubrimos que la T-X ha viajado en el tiempo no sólo para acabar con un ya crecido John Connor, sino con todos sus futuros generales, entre los que se encuentra Kate Brewster, la que será su futura esposa y pieza fundamental de la resistencia humana en el futuro. Por supuesto, la mencionada resistencia vuelve a enviar a un protector para John, esta vez un T-850, un modelo ligeramente mejorado del T-800 pero con el mismo aspecto externo que provoca en John muy buenos recuerdos. El terminator une a Kate y a John, a los que protege contra la T-X, al mismo tiempo que averiguamos que el padre de Kate trabaja para el ejército en un programa secreto que tiene que ver con cierta inteligencia artificial que está a punto de nacer. Poco a poco descubrimos no sólo que el apocalipsis nuclear es inevitable, sino que, además, la misión del T-850 incluía también proteger a Kate y a John del ataque de Skynet a la humanidad, es decir, debía hacer que sobrevivieran a la T-X pero, sobre todo, al desastre nuclear, dejándolo todo preparado para que la humanidad resurgiera de sus cenizas.
Vale, "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" no deja de ser un filme comercial de acción con una historia cuya profundidad está lejos de la de las dos anteriores. Eso no quiere decir que sea una mala película, todo lo contrario. Esta tercera parte quizá nos llegó algo tarde, quizá tenga escenas algo ridículas, quizá se toma poco en serio a sí misma en algunos momentos y es posible que tenga conceptos algo desaprovechados, pero también tiene una larga lista de virtudes, entre ellas el hecho de que volvía al redil de lo que se nos contaba en "Terminator", es decir, el apocalipsis nuclear es inevitable y el destino de John Connor es dirigir la resistencia para derrotar a Skynet en el futuro. Pero para ello debe contar con ayuda, ¿verdad? Y, lo más importante, algo que nunca se nos había dicho, con un lugar en el que esconderse y sobrevivir al holocausto, detalles por los que Cameron pasó muy de puntillas. ¿Cómo consiguió sobrevivir parte de la humanidad al ataque nuclear de Skynet? Pues esta tercera parte nos da las respuestas y conecta su final directamente con la guerra contra las máquinas que veremos en "Terminator Salvation", esa guerra que siempre habíamos contemplado en breves vistazos en los filmes de Cameron y, sí, también aquí, durante una de las terribles pesadillas que tiene John Connor mientras huye de su destino.
John Connor, líder de la resistencia en todos los futuros |
No eran los únicos detalles interesantes que nos ofrecía esta entrega dirigida artesanalmente por Jonathan Mostow (Breakdown, Los sustitutos). Por ejemplo, el terminator interpretado por tito Arnold era un nuevo modelo, no muy diferente al que conocíamos de las dos anteriores pero sí con la capacidad de autorrepararse ante fuertes ataques e incluso su programación le hacía un mejor infiltrador por tener un carácter más humano que los anteriores, llegando incluso a bromear, eso sí, de un modo bastante siniestro. Este terminator escondía dos secretos, dos de las mejores sorpresas del filme; la primera, que estaba programado por Kate Brewster, la persona que lo envió al pasado; y la segunda, que fue el terminator que logró asesinar a John Connor en el futuro (lo cuál dejaba abiertos numerosos cabos más). "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" era todo un prólogo o precuela de la famosa guerra contra las máquinas que James Cameron tanto anunció en sus películas. Aunque no es un filme que destaque por sus escenas para recordar, y es cierto que a veces abusa demasiado de los efectos especiales generados por ordenador cuando podría usar más animatronics y efectos a la vieja usanza, como producto de acción es de notable. La escena de la persecución con grúa incluida es espectacular, cada enfrentamiento entre el T-X y el T-850 es brutal, y el encuentro final es bastante épico, por no hablar de emotivo, y eso sin dejar de mencionar la escena del cementerio, donde descubrimos que Sarah Connor murió años antes de la historia que se nos cuenta, por leucemia, aunque feliz por haber acabado con Skynet, o al menos eso creía. Una escena donde, además, tiene lugar el cameo de cierto psiquiatra al que ya vimos en las dos entregas posteriores. ¡Continuidad al poder!
Cinco años después, poco antes de la llegada de "Terminator Salvation", secuela directa de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas", se estrenaba en la televisión la primera serie sobre la saga, "Las crónicas de Sarah Connor", una curiosidad bastante disfrutable que sólo duró dos temporadas debido al alto coste de los episodios y su baja audiencia. Curiosamente, la serie seguía más los acontecimientos de las dos primeras entregas que de la tercera, que sí que cambiaba ciertos aspectos de la historia que conocíamos. De este modo, la mitología de "Terminator" se expandía de manera brutal en una historia donde Sarah Connor y su hijo, fugitivos de la justicia y huyendo siempre para no caer en las garras de Skynet, eran asediados por un T-888 (capaz de regenerar la piel en caso de perderla en un sangriento proceso) al mismo tiempo que descubrían que la creación de Skynet era inminente en forma de poderosa inteligencia artificial. Acompañados por Cameron, una terminator altamente avanzada, los Connor deberán iniciar la búsqueda de Skynet al mismo tiempo que huyen del llamado Cromartie, lo que les llevará a descubrir que la verdad es mucho más complicada de lo que creen en un principio.
Una extraña familia |
Siendo sinceros, "Las crónicas de Sarah Connor" iba bastante a su bola. Si con "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" ya teníamos una especie de nueva línea temporal donde la creación de Skynet y el ataque nuclear ocurrieron más tarde de lo que inicialmente pasó, en la serie todo se complicaba todavía más, como si el final de "Terminator 2: El juicio final" hubiera creado otra línea temporal aparte de la ya comentada. Lo cierto es que la serie era bastante entretenida, iba muy dirigida a los fans de la saga, enganchaba bastante y su abrupto final dejaba muchísimos cabos sueltos con viajes temporales y una inteligencia artificial anti-Skynet de por medio. Hay muchísimas cosas que merecen la pena de "Las crónicas de Sarah Connor", como la interpretación de la dura Lena Headey (Juego de Tronos, Dredd), la terminator Cameron y su estrecha relación con John Connor (¿casi romántica?), la evolución del T-888 también conocido como Cromartie, los continuos guiños a las dos películas de James Cameron, la aparición del hermano de Kyle Reese, la llegada de una T-1000 del lado de la resistencia y, por supuesto, su prometedor final. Además, era una serie que cumplía bastante bien en el apartado de efectos especiales, tramas secundarias, interpretaciones y acción, porque de ésta había a raudales, y bastante buena, por cierto. Una auténtica lástima que la serie cerrase dejando tanto cabo suelto.
No tuvimos que esperar mucho para el siguiente largometraje de la saga, ya que el final de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" había dejado bastante claro el camino a seguir. Seis años y una serie de televisión entre una y otra, y ya nos podíamos centrar, al fin, en la guerra contra las máquinas. Se acabaron los argumentos repetitivos sobre viajes en el tiempo y persecuciones llevadas a cabo por cyborgs asesinos. Tocaba subir la apuesta, y para eso se reformó todo el plantel de actores al mismo tiempo que se usaba la continuidad que ya teníamos sobre la mesa para darle forma a la historia del filme, eso sí, añadiendo ciertas subtramas que encajaban con la principal para tener un hilo conductor común. "Terminator Salvation" nos mostraba a un John Connor interpretado por Christian Bale (American Psycho, El Caballero Oscuro) que todavía no es el líder de la resistencia, a una Kate Connor interpretada por Bryce Dallas Howard (La joven del agua, Spider-Man 3) que es la esposa de John que no quiere quedarse apartada de los acontecimientos; y a un jovencísimo Kyle Reese interpretado por Anton Yelchin (Star Trek, Noche de Miedo) que está lejos de saber siquiera quién es Sarah Connor. En pocas palabras, "Terminator Salvation" nos llevaba a los primeros años de la guerra contra las máquinas, justo al momento en el que renacía Marcus Wright.
Terminators, los mejores soldados de Skynet |
Interpretado por Sam Worthington (Avatar, Furia de titanes), Marcus es un preso que dona su cuerpo a una importante empresa (que luego descubrimos que está enlazada con Cyberdine Systems, ¿os suena?) para que, en cuanto le apliquen la inyección letal, puedan investigar con él. Años después, en el comienzo de la guerra contra las máquinas y debido al ataque de un grupo de soldados de la resistencia a un centro de las máquinas, Marcos aparece en el nuevo y apocaliptico mundo sin entender muy bien cuál es su posición en él hasta que da con un joven llamado Kyle Reese al que protegerá desde ese mismo momento. Por otro lado, la resistencia parece haber encontrado el arma definitiva contra las máquinas, la cual se disponen a usar para terminar con Skynet mucho antes de que la guerra sea todavía peor. Sin embargo, John Connor tiene dudas sobre los planes de la resistencia, especialmente cuando descubre que las máquinas tienen una lista de objetivos entre los que se encuentra Kyle Reese, un Kyle Reese que ni siquiera pertenece aún a la resistencia. Skynet ya no va a por Sarah Connor, sino a por Kyle, un objetivo más sencillo y al que puede atacar gracias a, ¿Marcus? Sí, conforme avanza el metraje descubrimos que Marcos es un tipo único de terminator (otra de esas sorpresas de la saga que son reveladas en los trailers), un hibrido de humano y máquina capaz de internarse en las tropas enemigas, un terminator único en su especie que conserva todo lo que lo hace humano, incluso los recuerdos de serlo. A pesar de ser el arma secreta de Skynet, Marcus se rebela a tiempo de salvar a John Connor y a Kyle Reese de las garras del nuevo terminator creado por la inteligencia artificial: el T-800.
"Terminator Salvation" fue tan criticada en su momento como la tercera entrega y, aunque había razones para hacerlo, creo que también ocurrió en exceso. Nos encontramos una vez más ante un producto de rápido consumo, un filme palomitero repleto de acción y espectaculares escenas como la persecución de las motos-terminator (pedazo de invento, y lo digo del todo en serio), el primer encuentro de Marcus con un terminator (al fin veíamos a los brutales y salvajes T-600), la primera toma de contacto con John Connor o toda la tensa parte final, poniendo énfasis en la lucha de Connor y Marcus contra un recién nacido T-800 con el aspecto de tito Arnold, como no podía ser de otro modo. Es verdad que la trama de Marcus estaba algo cogida con pinzas en algunos momentos, pero el hecho de que ahora fuera Kyle Reese el objetivo de las máquinas era un cambio demasiado agradable como para despreciarlo. Y eso sin contar los continuos guiños y referencias a las anteriores; desde la presencia de Kate Brewster como Kate Connor hasta la clásica fotografía de Sarah Connor en manos de su hijo, por no hablar de la grabación que ésta le dejó o el uso del radiocasete con la ya clásica canción de la saga, "You could be mine", por parte de John Connor para atraer a las motos-terminator.
Consiguiendo algo de ropa, ¿os suena? |
Pese a que "Terminator Salvation" salió bien parada de la taquilla, no se llegó a hacer una nueva trilogía a partir de ella, una trilogía que pondría fin a la saga con el acabose definitivo a la guerra contra las máquinas. Sin embargo, las noticias de una nueva entrega no tardaron en aparecer, y lo que en principio eran solo rumores, poco a poco se fueron convirtiendo en realidad hasta que surgieron las primeras confirmaciones antes de aparecer imágenes del rodaje, imágenes oficiales del filme y, por supuesto, los primeros y espectaculares avances que nos dejaron tan confundidos como las sinopsis oficiales que lanzaba la productora. De nuevo estábamos ante una secuela que contenía muchos de los rumores que se habían ido lanzando, mientras que otros, igualmente interesantes, se quedaban en la cuneta. Por ejemplo, uno de ellos afirmaba que la acción se desarrollaría en los años 50, y que los terminators serían enviados para acabar con los antecesores de Sarah Connor, acción que aseguraría la supervivencia futura de Skynet. Sin embargo, el rumor que siempre se mantuvo, y uno de los primeros en confirmarse, fue el regreso de Arnold Schwarzenegger a la saga como el T-800 que todos adoramos y queremos, es decir, el de "Terminator 2: El juicio final". Con tito Arnold dentro del proyecto era evidente que estábamos ante una auténtica secuela de "Terminator".
Y lo es y no lo es. "Terminator Génesis" camina entre dos aguas, como os decía al principio de esta reseña, entre las dos entregas de Cameron y la dos entregas que llegaron después. En realidad, podríamos estar ante la tercera parte natural de la saga y, al mismo tiempo, ante una especie de reinicio al más puro estilo "X-Men: Días del futuro pasado" con respecto a la saga cinematográfica de la Patrulla-X. No daré más detalles, los que hayáis visto el filme de los mutantes quizá pilléis a qué me refiero sin ver "Terminator Génesis", aunque ya la sinopsis oficial nos daba alguna que otra pista... y, al mismo tiempo, no. Y es que estamos ante el filme más misterioso de toda la saga y frente a una de las películas más desconcertantes de los últimos años. Ni siquiera los trailers dejaban realmente claro qué podíamos encontrar en ella, aunque es cierto que algo más claro dejaban el asunto, un asunto que iba por revisionar la saga (especialmente las dos primeras entregas), viajes temporales y realidades alternativas, un tema que Cameron nunca se atrevió a tocar y que, como comentaba más arriba, abandonó o tocó muy de puntillas deliberadamente. Esto hace que tengamos una secuela bastante original en cuanto a su planteamiento, sobre todo si tenemos en cuenta que aquí no vamos a tener las consabidas persecuciones de terminators hacia los Connor, e incluso diría que al final es todo lo contrario, con más de un cambio la mar de jugoso.
El arma definitiva de Skynet |
El filme nos presenta la misma situación que nos comentaba Kyle Reesse en "Terminator", aunque, eso sí, desde dentro. Asistimos a los momentos previos del viaje en el tiempo que llevó a Kyle a 1984 para proteger a Sarah Connor, la mujer a la que ama y madre del líder de la resistencia humana contra las máquinas, John Connor, de quien Kyle es gran amigo y buen aliado. Los humanos esperan dar el golpe definitivo contra Skynet, quien observa, impotente, cómo sus enemigos están ganando, por lo que decide poner en marcha su última arma, algo que ocurre justo antes de que llegue la resistencia. John Connor sabe todo lo que está pasando debido a sus experiencias pasadas con los terminators y los viajes temporales, así que no duda en enviar a Kyle al pasado justo después de que el T-800 se haya ido. Sin embargo, algo ocurre en el último momento, algo que se hace patente cuando Kyle aterriza en 1984 y es atacado por un policía que en realidad es un T-1000, un tipo de terminator muy avanzado. Para completar la extraña situación, Kyle es salvado por Sarah Connor, a la que no reconoce como una apocada camarera, sino como una soldado preparada para las máquinas que quieren matarla. Por si eso no fuera todo, Sarah le explican que ya se han encargado del T-800 que Skynet ha enviado para asesinarla: ella y el -T800 que lleva criando la desde que era una niña. El destino puede cambiar y la misión es otra muy diferente a la original.
Preparaos con "Terminator Génesis" para un lío temporal de narices. Esto es bastante bueno si tenemos en cuenta que el filme acaba siendo una especie de reboot y planteando una nueva saga en una nueva línea temporal, algo que ya descubrieron sus productores al afirmar que querían llevar a cabo una nueva trilogía "Terminator" y que esta entrega sería la primera. ¿Qué más tiene de bueno? La originalidad de la propuesta. Descubrir a los personajes que creemos conocernos tanto en nuevas situaciones como comportándose de diferente manera dado el nuevo escenario al mismo tiempo que revisitan escenas iconicas de la saga, es toda una delicia. Pero, ¿qué tiene de malo? Que cuesta encajar ciertas partes del filme, especialmente el principio, porque todo lo demás, como ya os he comentado, es una nueva línea temporal creada a partir de acontecimientos que se nos irán explicando. Bueno, no todos, porque quedan suficientes cabos sueltos al finalizar la película como para tener en cuenta que debería haber otra más, al menos, otra más, o eso espero.
Sarah Connor, salvada y criada por un terminator |
El caso es que, siendo simplista, podría decir que "Terminator Génesis", al menos ese principio que nos mete a fondo en todo lo ocurrido antes del comienzo de "Terminator", tiene en cuenta las cuatro películas anteriores. Sin embargo, si prestamos atención a ciertos detalles (atentos a la cicatriz de John o el encuentro con el joven Kyle), vemos que quizás "Terminator Salvation" se queda un poco fuera de la ecuación, entonces, lo lógico, sería que estuviera más conectada a "Terminator" y "Terminator 2: El juicio final", pero, ¿ésta última no implantó la destrucción de Skynet? Hasta que llegó "Terminator 3: La rebelión de las máquinas". ¿Cómo nos deja eso? Pues con un comienzo de película que va conectado a las tres primeras pero que deja un poco de lado a "Terminator Salvation", sobre todo conforme el metraje avanza y descubrimos continuos detalles que se conectan más con las producciones de Cameron que con las nuevas, especialmente con la cuarta entrega que desde su estreno levantó bastante polémica con los cambios que se observaban con respecto al futuro que presentaba Cameron. Aunque por entonces parecía lógico, después de todo, ¿no había cambiado el futuro con respecto al que contaba Kyle a Sarah una vez atrasaron la creación de Skynet y la guerra nuclear? Lo dicho, encajarlo todo parece complicado, pero se puede hacer. Eso sí, a mí ya me sangra el cerebro por la nariz, así que, por ahora, me detengo aquí.
Hablemos pues de la trama alternativa que nos presenta "Terminator Génesis" con ese T-1000 en 1984, esa Sarah Connor soldado mucho antes de tiempo, ese Guardián/Abuelo que ha estado criando a Sarah por orden de alguien desconocido, ese Kyle Reese totalmente perdido, ese T-3000 que aparece como la amenaza definitiva, ese Skynet oculto que pretende nacer cuando nadie lo espera, ese T-800 contra T-800, esa guerra contra las máquinas que parece encontrar su fin y esos viajes temporales que parecen empeorarlo todo a su paso. No cabe duda de que "Terminator Génesis" vuelve atrás, en un ejercicio de nostalgia muy bien llevado, para continuar adelante con una saga que no parecía tener mucho más futuro que las diferentes secuelas de "Terminator Salvation". Sin embargo, si algo demuestra esta nueva entrega, es que siempre se puede hacer algo original con esta saga sin repetir siempre lo mismo, a la vez que tratamos de no olvidar de dónde procede todo, es decir, de ese clásico "Terminator" de los 80. De este modo, "Terminator Génesis" es una vuelta a la franquicia pero mirando a la vez al pasado y al futuro de la misma en todos los sentidos, tanto argumental como publicitario. Eso sí, os aseguro que estamos ante una especie de mundo al revés, algo que también piensa Kyle Reese cuando llega a 1984 en la película.
Kyle Reese, perdido ante los nuevos acontecimientos |
Ahora no es Sarah Connor la chica perdida que no tiene ni idea de lo que ocurre a su alrededor, sino que ella es la soldado que lleva preparándose toda una década para la llegada de los terminators, mientras que Kyle es quien está perdido ante la situación que se le plantea, una que no le había contado John porque la desconocía. Por si el escenario no fuera sencillo, tenemos a un T-800 que es lo que habría sido el de "Terminator 2: El juicio final" con John si no se hubiera "autoterminado" con la ayuda de los Connor para no ayudar a la creación de Skynet. Es más... ¡Es el mismo terminator! Humano, con capacidad de aprendizaje, estratega, con la mala leche de no matar pero disparando a las piernas y haciendo mucho daño, con las mismas habilidades para el combate y, por supuesto, con cierta capacidad para sentir "algo" por los Connor, en este caso por Sarah Connor, a la que ve como su hija, y ésta a él como su padre (a pesar de llamarlo Abuelo, Guardián en el original). Lo cierto es que todos estos cambios no sólo son la mar de divertidos, perfectos para dejar boquiabierto al personal, sino que casi diría que eran necesarios en una saga que incluso en la segunda parte ya mostraba síntomas de autocopiarse a una velocidad alarmante. "Terminator Génesis" es un nuevo rumbo, pero uno que aprovecha también el legado que tiene sobre sus espaldas.
De este modo, no sólo encontramos multitud de escenarios que nos suenan mucho, sino gran cantidad de guiños que hacen que la calidad del filme consiga bastantes puntos.Por ejemplo, el encuentro entre los T-800 es ya oro puro, una de esas escenas muy potentes (de las que más de toda la película) que quedan grabada a fuego en la mente de los fans de la saga. Os puedo asegurar que va más allá del homenaje hacia la ya mítica llegada del tito Arnold de los 80 como el primer terminator, porque se ha respetado hasta el más mínimo detalle no sólo por exigencias argumentales, sino por el tremendo cariño que despide "Terminator Génesis" por toda la mitología que rodea a la saga. Fijaos, por ejemplo, en las cicatrices de Kyle Reese. ¡Si hasta se ha respetado el momento en el que se coloca las Nike con velcro! Y eso sin mencionar el momento en el que el T-800, con un aspecto que recordamos muy bien, rescata a una joven Sarah Connor (otro de los grandes momentos de la cinta), o ese radiocasete que usa Sarah y que es exactamente el que usa John en "Terminator 2: El juicio final". "Terminator Génesis" incluso se permite guiños a la serie, con la aparición de Sarah y Kyle en la carretera. Si algo es esta nueva entrega es respetuosa con todo lo que ya hemos visto, y cuando digo respetuosa es que lo es tanto que hasta aparecen los Dyson; sí, Miles e hijo, el creador original de Skynet y su vastago. E incluso regresa Tim, el amigo de John Connor en "Terminator 2: El juicio final", de una forma un tanto curiosa. Tranquilos, no es un spoiler, pero sí un gran detalle a tener muy en cuenta a la hora de valorar el filme como se merece.
El T-800 de los 80 nunca pasa de moda |
Y hablemos ahora del gran cambio con respecto a las demás, es decir, el tema John Connor. ¿Preparados? Podéis saltaros este parrafo. Todavía estáis a tiempo. ¿No? Pues ahí va. John Connor es el T-3000 de la película, es decir, el malo malísimo que hará lo imposible para que Sarah, Kyle y el Guardián no logren su objetivo. El T-3000 es un nuevo tipo de terminator, el más potente hasta la fecha (aunque es curioso que sus habilidades no se diferencien demasiado del T-1000), una fusión de hombre y máquina a nivel celular, e imposible de destruir, ¿o no? Que John Connor sea el gran villano, es decir, un terminator, no sólo da para un montón de situaciones irónicas y curiosas que no voy a comentar aquí para no estropearos ninguna sorpresa, sino que hace realidad un rumor siempre latente en la saga que situaría a John como un cyborg en algún momento de la futura guerra contra las máquinas. Como decía más arriba, la sorpresa no es tal, ya que algo nos podemos oler en cierto momento de la película, así que, tampoco os preocupéis demasiado. Es otro cambio de tornas, de tal modo que ahora no es Skynet la que querrá matar a John, sino nuestros héroes. John ya no es la última esperanza de la humanidad para sobrevivir, sino de Skynet, quien al fin ve cumplido su objetivo de una manera un tanto grotesca. Y, además, el T-3000 cumple bastante bien como villano; se queda un peldaño por debajo del T-800 original y el T-1000, pero queda bastante por encima de todos los demás. Y hay que tener en cuenta que cualquier cosa puede pasar en esta nueva línea temporal, cualquier giro argumental puede ser posible, así que volvemos a la preocupación por nuestros protagonistas que viviamos en las dos primeras entregas de la saga.
El ritmo del filme es bastante bueno. Os puedo asegurar que sus poco más de dos horas se me pasaron volando. Es cierto que hay pocos momentos de calma y que la cinta está repleta de acción (y de la buena), pero tranquilos, también hay más de una escena perfecta para reposar los momentos de explosiones, disparos y persecuciones. Además, el filme está dividido en dos partes (si no contamos el prólogo); una en los 80 y otra... ya lo descubriréis. En este sentido, y sin desmerecer la segunda parte de la película, debo confesar que si toda ella hubiera transcurrido en los 80 estaríamos hablando de toda una joyita. ¡Qué gran partido se le habría podido sacar a la idea del filme! Y digo esto porque en esa primera parte ya se hace, con ese T-800 y ese T-1000 enfrentándose a nuestros héroes en una época donde sobrevivirles no era demasiado sencillo, a no ser que tengas un plan y un T-800 de tu parte. Tampoco habría estado de más ahondar en el flashback donde el Guardián rescata a Sarah Connor siendo niña; por pedir que no quede. También es cierto que centrar el filme en los 80 habría acabado por hacerlo parecer un simple remake, pero qué queréis que os diga, la parte de los 80 es alucinante, por no hablar del prólogo donde se nos cuenta qué ocurrió en el futuro antes de que Skynet mandara al primer T-800 en busca de Sarah Connor, es decir, antes de que Kyle Reese fuera mandado al pasado. Para completar el genial cuadro incluso podemos disfrutar de la máquina del tiempo en todo su esplendor.
El temible T-3000 |
Ante todo, "Terminator Génesis", comos sus antecesoras, es una película repleta de acción y, ésta sí, repito, contiene escenas para el recuerdo. Insisto, la batalla entre Sarah Connor, Kyle Reese y el Guardián contra el T-1000 es espectacular, sobre todo cuando se les une un invitado inesperado gracias a ciertas habilidades del T-1000 que ya podíamos observar en la T-X, aunque de otra forma. No es algo sacado de la manga, y si lo pensamos bien tiene su lógica; una habilidad que convierte a uno de los protagonistas en otra cosa diferente (pero similar) justo al final de la película, en uno de esos estupendos movimientos que tiene el guión del filme que consiguen que deseemos la próxima entrega lo antes posible. Por supuesto, no puedo dejar de lado la persecución del autobús o la impresionante batalla final, persecución aérea incluida. Y, ojo, porque los efectos especiales son primordiales para estas espectaculares escenas, efectos especiales que son mucho mejores de lo que parecían en un principio por los avances (atentos a la pelea entre el T-3000 y el T-800, sobre todo cuando el primero usa sus habilidades especiales para moverse de un lado a otro). Si hablamos de otros aspectos técnicos, no puedo dejar de mencionar la banda sonora que recupera los geniales acordes originales de Brad Fiedel. Atentos a los créditos o a la primera aparición del Guardián, porque seguro que se os encoge el corazón si sois tan fans de la saga como yo.
Pero sin sus personajes esta franquicia nunca hubiera sido nada, y con "Terminator Génesis" ocurre lo mismo. El mayo acierto de la película ha sido traer de vuelta a Arnold Schwarzenegger en un papel que le va como anillo al dedo, es decir, el de terminator envejecido, algo bastante lógico si tenemos en cuenta lo que nos contaba Kyle Reese en "Terminator", es decir, la carne de estos cyborgs asesinos es tejido vivo real para pasar inadvertidos entre los humanos, así que es normal que envejezca y, además, en la película nuestro querido T-800 pasa por dos fases de envejecimiento, ¡casi nada! Sin duda, tito Arnold es de lo mejorcito de la producción, con un terminator que tiene sus momentos de "parodia" pero sin entrar en las escenas absurdas que a veces tenía "Terminator 3: La rebelión de las máquinas"; en pocas palabras, la poca comedia que tiene la cinta está bastante bien equilibrada con el resto del tono más serio en el que se centra la película. Para mí ha sido un gustazo disfrutar de la vuelta (nos lo prometió varias veces, ¿no?) de Arnold a su franquicia de más éxito. Por contra, aunque Emilia Clarke (Juego de Tronos, Spike Island) está correcta como Sarah Connor, hay algo que me falla en ella y que no lo hacía en las anteriores actrices que se metieron en el papel. Está bien, pero no genial, y eso que ver a Sarah formando equipo duradero junto a Kyle Reese mola bastante y abre la caja de los recuerdos, pero no me termina de convencer al cien por cien. Lo mismo me pasa con Jai Courtney (Spartacus, Jack Reacher), actor que me cae bastante bien pero que a veces da la sensación de estar interpretando el mismo papel en muchas de sus películas, y aquí, al menos a ratos, no es diferente. Igual que Emilia Clarke, correcto pero no genial.
J. K. Simmons, un secundario de lujo |
Jason Clarke (Enemigos públicos, El amanecer del planeta de los simios) es otra historia. Tenemos entre manos a un actor bastante versátil que le encuentra el punto exacto a un personaje que en esta película debe navegar por dos aguas: héroe y villano. Clarke consigue salir bastante airoso de la prueba, y con creces conforme se va metiendo más y más en el papel del John Connor terminator. Por otro lado, aunque la presencia de Byung-hun Lee (G.I. Joe, Encontré al diablo) en una película de acción siempre es de agradecer, lo cierto es que se le desaprovecha mucho, pidiendo más minutos en pantalla, tanto por su personaje como por lo que es capaz de hacer el actor. No le pasa lo mismo a ese grande de la interpretación que es J. K. Simmons (Juno, Spider-Man), que nos da no sólo a uno de los personajes más interesantes de toda la película, sino a uno con el que es fácil sentir empatía y que cae simpático desde un primer momento, y hasta aquí puedo contar al respecto, porque lo mejor es que lo descubráis por vosotros mismos; en serio, Simmons os va a sorprender aunque seáis fans del actor. También podría hablar de Matt Smith (Doctor Who), pero prefiero que lo veáis por vosotros mismos. Yo salí del filme queriendo más Matt Smith, así que espero que os pase lo mismo. Ya me diréis qué pensáis al respecto, pero, ¿sorpresa, sorpresa?
Evidentemente, "Terminator Génesis" está lejos de ser perfecta. A sus personajes y situaciones desaprovechadas podemos añadirle lo más obvio, y es el hecho de que las comparaciones son odiosas, y a pesar de que sale ganando si la medimos con "Terminator 3: La rebelión de las máquinas" y "Terminator Salvation", sigue "perdiendo" contra sus hermanas mayores, algo lógico por lo que estas significan para la historia del cine. Y es que, a pesar de todas sus virtudes, "Terminator Génesis" no deja de ser un blockbuster de verano al que le falta el sello personal de un director que lo tenga. Que no se me entienda mal, Alan Taylor (Juego de Tronos, Thor: El mundo oscuro) ha demostrado con creces ser capaz de dirigir notablemente producciones que llevan a la gente al cine a pasarlo bien, comer palomitas y consumir refrescos, y en eso es de lo mejorcito que tenemos hoy día en cuanto a realizadores. Sin embargo, tras dos entregas de directores ofreciéndonos algo parecido, creo que era hora de darnos un filme más personal. No ha podido ser esta vez, es una pena, pero el resultado final, insisto, es más que correcto. Aun así, espero que para la próxima, si no repite Taylor, elijan a alguien que vaya más allá de dirigir la película y nada más. Alguien que se arriesgue, que deje su sello personal, que grabe su marca en la saga.
Viejo, pero no obsoleto |
En resumen, "Terminator Génesis" no me ha resultado una sorpresa en ciertos aspectos porque ya esperaba que fuera un entretenimiento muy bien hecho. Y lo es. Eso sí, me ha pillado desprevenido en muchos otros aspectos, como esos giros de planteamiento, la originalidad del guión, la larga lista de homenajes y guiños, lo exhaustivamente respetuosa que es con las de Cameron, los aspectos que cambia con respecto a todo lo que hemos visto en la saga, con lo llevaderas que se hacen las poco más de dos horas que dura y, sobre todo, con el regreso de nuestro querido Arnold Schwarzenegger. Cierto es que creía que iba a ser lo mejor del filme, pero no hasta el punto en el que lo es. No cabe duda a estas alturas que la marca "Terminator" y tito Arnold están unidos para siempre. Al respecto hay un detalle que hace mucho daño en la versión española, y es la ausencia en el doblaje del grandísimo Constantino Romero (El rey león, Gran Torino), tristemente fallecido en 2013. No es que el doblador que le sustituye lo haga mal, es más, es habitual en los filmes de nuestro país y de cuando en cuando se ha metido en las cuerdas vocales de tito Arnold, pero disfrutar de un "Terminator" sin Constantino no es lo mismo. Él no volverá, pero ojalá lo hiciera. Quien sí espero que lo haga es nuestro querido Arnie, y espero que en una secuela a la altura de esta "Terminator Génesis".
Nota: 8/10
Tengo que empezar que Terminator es una película destacable, un hito del cine, que empezó con la ciencia ficción, con George Melies. En cuanto a su argumento, se dice que es un plagio de un capítulo de Rumbo a la desconocido, a la vez plagio de dos cuentos de Harllan Ellison. Incluso el futuro que plantea recuerda a No tengo boca y debo gritar, otro relato de Ellison, donde una inteligencia artificial destruyó a la humanidad, salvo a unos sobrevivientes a quienes atormenta.
ResponderEliminarEl tema de los viajes en el tiempo ya dejó un recurso abierto para cambiar la historia. Incluye un romance, que no sólo es acorde con la historia, sino que es el origen de John Connor.
Terminator 2 es una película destacable también. Con el Terminator ya humanizado. Da un indicio de como John Connor es un duro rival para las máquinas, ya que la reprogramado a un Terminator para convertirlo en un protector de su yo pasado. Y está el tema de la humanización del Terminator, cuya destrucción es una adversidad más en el futuro heroe de la resistencia.
Terminator 3 tiene momentos interesantes, muy logrados. Y sí tiene escenas memorables, como la llegada de la T-X vista de espalda, interesante plano. Seguido del asesinato de la mujer, que la confundió con una víctima.
Y hay otra escena memorable, cuando Kate destruye a unos drones (Dicho de paso, hay drones en la actualidad). Y John queda mirandola, contestando a la pregunta de una furiosa Kate: -Me recuerdas a mi madre. Y otra escena, la TX activando los primeros Terminators.
Y tiene sentido que la rebelión de las máquinas no puede evitarse, tal vez solo demorarse.
Terminator Salvation tiene mucho sentido. John Connor no es el líder de rebelión, lo cual no es una incoherencia, ya que nunca se dijo que fuera el líder desde el principio. La película cuenta como se convierte en el gran líder, cuando el general Ashdow, interpretado por Michael Ironside, memorable como antipatico heroe de acción en la serie V, comete decisiones equivocados, que lo llevan a su fin.
Así que es lo que puedo comentar de la películas anteriores, que he visto todas.
La verdad es que no tengo nada más que añadir. Muy completo tu resumen.
EliminarTe animo a que veas la nueva. Creo que te va a gustar bastante.