jueves, 7 de diciembre de 2023

Novedades literarias: Holly

 

Secuelas. ¿Qué sería del mundo del entretenimiento sin ellas? Según algunos críticos y supuestos especialistas, un mundo mucho mejor. Ya sabéis que todavía hay gente que no ha aprendido que eso de "segundas partes nunca fueron buenas" es una mentira más grande que una catedral, un enorme embuste que cine, literatura, videojuegos, cómics y televisión se han encargado de rebatir en infinidad de ocasiones. Todo depende también de la razón por la que se haga la continuación de una historia, porque, en ocasiones, la intención es la de conseguir más dinero y éxito después de los logrados con la anterior entrega. Ojo, a veces sale bien la cosa incluso así, aunque hay que tener mucho cuidado con el riesgo que conlleva realizar otra entrega de una historia simple y llanamente por la pasta y la popularidad. Mucho mejor ponerle algo de cariño al asunto, sin dejar de entender que también hay que ganarse la vida, ¿verdad? También tenemos muchos ejemplos al respecto con los que no os voy a inundar esta entrada, tranquilos, porque, al fin y al cabo, el libro que hoy os traigo no es una secuela al uso. En realidad... ni siquiera es una secuela.

Stephen King no es muy dado a las continuaciones de sus historias salvo casos muy excepcionales y concretos. Por poner un ejemplo rápido, no vamos a toparnos en su bibliografía con un "El resplandor 2", con el "2" bien visible en la portada, pero sí que tenemos "Doctor Sueño", a medio camino entre la secuela y el spin-off, con un Danny Torrance como protagonista absoluto, bien lejos del Overlook, aunque su sombra planee durante todo el libro. No contaría tampoco "La Torre Oscura II: La llegada de los tres", pues aunque en este caso sí que hay un dos en la portada, hablaríamos de una saga que, en realidad, es una macrohistoria fragmentada en varias entregas. ¿Y qué pasaría con "Un trago de despedida", el relato de la antología "El umbral de la noche", que vendría a ser una especie de secuela de la magnífica "El misterio de Salem´s Lot"? Pues que en ciertos círculos se considera un epílogo de ésta y en otros una ampliación de esa historia en concreto. Por supuesto, no hablo aquí de las llamadas secuelas espirituales, novelas y cuentos que cuentan con tantos guiños y referencias a otros del de Maine que parecen continuaciones directas (no quiero mirar a nadie, pero "El cazador de sueños" y "Después" tienen todas las papeletas para serlo de cierto extenso volumen que ha dado para alguna que otra película... y ahí lo dejo). Bueno, también tenemos "Quien pierde paga", nada más y nada menos que la segunda parte de la trilogía de Bill Hodges. Nada más y nada menos que la segunda obra de nuestro querido Steve en la que aparece Holly Gibney.

"Quien pierde paga" es y no es una secuela. En realidad, vendría a ser, como acabo de indicar, la segunda parte de la trilogía de Bill Hodges, formada por la magnífica "Mr. Mercedes" y acabada con la más que potable "Fin de guardia". Más que estar hablando de una novela, la primera, que tiene dos secuelas, hablaríamos de una trilogía diseñada previamente, aunque, sí, tomándolo de una forma literal, "Quien pierde paga" podría ser una segunda parte, una secuela, al igual que lo podría ser "Holly"... y, al mismo tiempo, no. Si la trilogía de Bill Hodges pertenece al particular (ex)agente de la ley que le da nombre coloquial, uno de sus personajes secundarios de mayor éxito, Holly Gibney, es la que ha acabado consiguiendo su propia obra literaria, con su propio nombre, llegando así a poseer su propia saga en la bibliografía del Rey. "El visitante", "La sangre manda" y ahora "Holly" son buenas muestras de que a veces el autor se salta su propia ¿norma? de forma bastante particular para convertir en secuelas algunos de sus trabajos, sin serlo, en realidad. Porque "Quien pierde paga" es más secuela, más continuación directa, que lo que son "El visitante" y "Holly", títulos que, a pesar de ciertos detalles que provienen de la trilogía de Bill Hodges, se pueden leer bastante bien sin necesidad de haberse acercado al enfrentamiento de éste con Brady Hartsfield.

Y es que a la adorable, inteligente e intrépida Holly Gibney la conocimos en "Mr. Mercedes", como parte de la familia que llamaba la atención de Bill Hodges para continuar con las pistas que le conducirían al psicópata de Brady Hartsfield. Sin entrar en spoilers, a pesar de ser una novela que ya tiene cierto tiempo, Holly era determinante a la hora de vencer a este monstruo humano. En apenas un tomo logró ganarse el cariño tanto de los lectores como de su propio creador, siendo secundaria de lujo tanto en "Quien pierde paga" y "Fin de guardia", formando parte de la camarilla de Hodges y su agencia de investigación conocida como Finders Keepers. Tras los acontecimientos del tercer y último libro de la trilogía, volvimos a verla en "El visitante", donde el terror y el thriller se mezclan de forma soberbia, ayudando a los agentes de la ley a detener a lo que, en principio, parecía un sádico asesino capaz de hacerse pasar por otras personas, descubriéndose como una antigua criatura sobrenatural cercana a la amenaza de "La sangre manda", la novela corta incluida en la antología homónima que nos daba más dosis de Holly Gibney; nos la da y se la dio a su creador, un Stephen King enamoradísimo de su personaje, como bien indica tanto en las entrevistas que le hacen al respecto como en la publicación de "Holly", el libro que llevaba pidiendo la poderosa Gibney desde hacía tiempo.

Quizás algunos lectores constantes, sobre todo los más puestos en las novedades sobre los trabajos del de Maine, recordéis que hace un tiempo anunció un proyecto que tendría que ver con cierta pandemia mundial que sufrimos (y, en parte, seguimos sufriendo) allá por el ya cada vez más ¿lejano? 2020. También anunció que Holly Gibney sería protagonista de su propio libro. Algunos conectaron ambos anuncios, pero muchos otros no, resultando una sorpresa que al final ambas historias convergieran en una sola, con Holly investigando la desaparición de una chica en un mundo todavía bajo el yugo del covid. En este caso, además, los antagonistas forman un matrimonio normal y corriente que esconde multitud de secretos, algunos de ellos tan depravados como aterradores, y que pondrán a prueba la estabilidad mental de una Holly que ya ha entrado en la cincuentena, una Holly que bien podría ser ya a estas alturas la particular Sherlock Holmes de Stephen King, y teniendo en cuenta su extensa bibliografía, ya era hora de que tuviera uno... o una, en este caso. Y sí, todos sabíamos que nunca podría haberse tratado de Hodges, que es otro tipo de investigador bastante diferente. Sea como sea, Holly ha tomado el testigo, y pretende resolver cualquier tipo de crimen (natural y sobrenatural) mientras nos sigue enamorando.

¿Y vosotros? ¿Conocéis al ojito derecho de Stephen King?

¿Y a qué estáis esperando?


1 comentario:

  1. Me encanta Holly, he leído todos aquellos libros donde aparece. ¿Has leído Reina Roja? Personalmente, creo que Juan Gómez Jurado se inspiró en Holly para crear a Antonia Scott. Un saludo.

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